Las Mayas son una antigua celebración primaveral que se realiza en varios pueblos del Mediterráneo. Originalmente se dedicaba a la diosa Maya en la antigua Roma para celebrar la vida, la fecundidad y los buenos frutos. En algunas zonas de Almería como La Chanca, aún se conservan tradiciones como adornar a niñas vestidas de blanco con flores o pedir donaciones. Simbolizan la floración y esperanza de la fertilidad. En Marruecos existe una celebración similar llamada Haguza donde niños
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Las mayas
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FIESTADELAS“MAYAS”
FIESTA CENTENARIA
La celebración de las Mayas es antiquísima en los pueblos del
Mediterráneo. Se festeja en ellas la vida, la fecundidad de los campos y la
espera de los mejores frutos. En la antigua Roma se le dedicaban fiestas
en primavera a la diosa MAYA -que era hija de Fauno y esposa de
Vulcano, dios del fuego. Se le cantaba: “Muéstrate, madre de las flores, a
quien es preciso honrar con alegres espectáculos”. Los mercaderes le
ofrecían sus productos. El mes de mayo se llamó así en honor de esta
diosa. En griego MAYA significa parturienta, mujer que da a luz, y partera,
la mujer que ayuda al alumbramiento de la vida.
LAS MAYAS EN LA CHANCA
En algunos barrios de Almería, como en La Chanca y La Almedina, se
conservan aún tradiciones antiguas de esta fiesta de Primavera (que hay
que preservar, para que no se pierda). Así la recordaba el poeta Fermín
Estrella, nacido en la plaza de Pavía: “En el mes de mayo, inolvidable la
imagen primaveral y casi pagana de las mayas, las niñas vestidas de
blanco, sentaditas en las esquinas de la plaza, cubierto el blanco sayal
literalmente de flores frescas y olorosas”.
Las niñas se adornaban, embellecían y se sentaban sobre una especie de
trono cubierto con hermosas telas, y sobre un fondo de colchas o
mantones que se anudaban a las rejas de las casas. Ramos de
flores,macetas y adornos sencillos completaban la imagen. Las niñas, con
coronas de flores en el pelo, parecían pequeñas reinas o novias. A su
alrededor, la chiquillería bulliciosa pedía “una perrillica pa la Maya”, “Un
cuartito pa la Maya, que no tiene manto ni saya”, u otras frases parecidas,
para luego convidarse.
También algunas muchachas jóvenes, mujeres, algún niño audaz o un
vecino divertido, aparecían a veces como “mayas”. Es fiesta muy antigua
de La Chanca y de los barrios antiguos de la ciudad. Siempre se hizo
separada y sin relación alguna con las “Cruces de mayo” (que son
festejos más recientes). Se vivía de una manera intensa y con la iniciativa
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entusiasta de la chiquillería, sobre todo por parte de las niñas y jóvenes,
que se empleaban a fondo en engalanar a las pequeñas, llamativas y
preciosas y en buscar mantones de manila, telas, coger flores y en pedir
adornos. Todo de una manera bastante sencilla y elemental. Se
presentaba como un rasgo muy sentido de la cultura propia, donde las
niñas y niños mostraban su espontaneidad, creatividad, viveza, capacidad
para organizarse y armonizar la convivencia. Su presencia en las calles,
junto a la reja de una casa, ponía el acento asombroso de la exaltación de
la Primavera, y eran símbolo y metáfora de la floración y de la esperanza
de la fertilidad. Un rasgo de la vitalidad de los barrios luminosos del
Mediterráneo, como presencia del mejor deseo para las casas y familias.
A veces, una niña simplificaba de tal manera la representación o el juego
que, con unas pocas margaritas en la cabeza, y una tela clavada a la
pared, detrás de cuyo telón se situaba, ya era una Maya, despojada de
barroquismos y de adornos. Maya en un barrio anegado de carencias,
injusticias y olvidos. Maya, como un poema que va a lo esencial e
imprescindible: unas flores, una tela y el deseo hondo de escenificar la
fuerza de la Vida. Nada más.
CURIOSIDADES SOBRE LAS MAYAS
Esta celebración tradicional estaba extendida por distintos lugares de
España, Francia o Marruecos. En muchos sitios se ha perdido. Había un
juego bereber pre-islámico llamado así, LA MAYA, donde dos grupos
montados a caballo luchaban por conseguir un muñeco femenino, “en un
ritual propiciatorio de la cosecha”. En nuestro país, se celebraban
matrimonios -de broma- entre un Mayo y una Maya. O muchachos tenían
que trepar a troncos o árboles muy altos -adornados en la parte de arriba
llamados Mayos. La iglesia católica asimiló (en algunos sitios) las
tradiciones paganas de la primavera en las cruces de mayo y otros
festejos religiosos.
Maya y Maja son palabras relacionadas, según Caro Baroja , en su
significado de hermosura. Las Mayas fueron prohibidas en 1769, “bajo la
pena de diez días de cárcel y diez ducados de multa”. Pero, dicha
prohibición, no impidió que siguieran celebrándose en muchos pueblos de
España.
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LAS MAYAS EN LA LITERATURA
Hay abundantes testimonios sobre Las Mayas en los cantares de escarnio
recogidos por Alfonso El Sabio, en el Libro de Alexandre (siglo XIII): “las
mayas e cantando d’amores”, en el auto sacramental de Lope de Vega
titulado “LA MAYA” (siglo XVI): “Esta Maya lleva la flor,/ que las otras
no”.“Dad para la Maya,/ gentil mi señora:/ más vale la fama/ que la
hacienda sola”. En romances antiguos. En bailes, entremeses y piezas
teatrales de los siglos XVI, XVII o principios del XX (como en “La Maya”
de Leopoldo Cano): “Maga hechicera/ por los chicos elegida/ símbolo de
amor y vida/ de la joven primavera”.
LAS MAYAS, Y LA “JAGUZA” EN LA CULTURA TRADICIONAL
MARROQUÍ
La Haguza (jaguza) es una fiesta tradicional que celebran las niñas y
niños en algunos lugares de Marruecos, y presenta cierto parecido con
nuestras Mayas. Se celebra siguiendo el año agrario, los ciclos de la
naturaleza, de enero a mayo. Se juntan varias niñas y niños del barrio -o
de diferentes barrios adornan y embellecen a una o dos de ellas, visten
caftán (ropa tradicional) y se ponen una sábana blanca encima de los
hombros. Se sientan sobre almohadas o cojines, con una cesta al lado.
Alrededor, los demás niños y niñas van entonando canciones populares y
pidiendo dinero a las personas que pasan. Con lo que obtienen compran
harina, aceite, frutos secos (almendras, nueces, pasas) y caramelos.
También presentan junto a ellas a una muñeca grande, hecha de caña, de
una mujer mayor con un bastón. Las niñas cantan, hasta conseguir el
dinero para hacer la compra: “Jaguza, jaguza (viejita, viejita), amui la
jaguza (mi madre la viejita), itini jaguzti (dame un regalo), wula narmi
ugazte (si no me lo das te tiró el bastón). El festejo acaba colgando dicho
bastón de un árbol. Después hacen pan casero lleno con los frutos secos,
que se toma con te y acompañado de un plato lleno también de frutos
secos. Esta fiesta infantil marroquí presenta claras coincidencias con las
Mayas y con la fiesta conocida en la provincia de Almería como “Partir la
Vieja”.