El documento discute cómo las mujeres que leen y adquieren conocimiento han sido consideradas peligrosas a lo largo de la historia. Cita varios proverbios que muestran la discriminación y la idea de superioridad masculina sobre las mujeres. Presenta breves biografías de varias artistas e intelectuales femeninas que desafiaron estas actitudes a través de su trabajo y educación a pesar de la oposición. Concluye que las mujeres no son peligrosas por leer, sino por querer vivir con libertad.