Lenin analiza el imperialismo como la fase superior del capitalismo, caracterizado por: 1) La formación de asociaciones capitalistas internacionales que se reparten el mundo; 2) La creciente importancia de la exportación de capitales sobre la exportación de mercancías, facilitando la penetración de las potencias en países menos desarrollados; 3) El surgimiento del capital financiero a través de la fusión de los bancos con el capital industrial, concentrando la producción y el capital en grandes monopolios con poder decisivo sobre la economía mundial.