Los lípidos son la principal reserva energética del organismo y están compuestos principalmente por carbono, hidrógeno y oxígeno. Son insolubles en agua pero solubles en disolventes orgánicos. Cumplen funciones como fuente de energía, regulación de la temperatura corporal, componentes de membranas biológicas y tejido adiposo. Aunque son una fuente de energía, es importante controlar su consumo y la calidad de la grasa en la dieta, la cual debe aportar entre el 30-35% de la energía diaria.