El documento describe la cultura pija en España. Explica que los pijos continúan siendo influyentes a pesar de la crisis económica y discute las diferentes categorías de pijos, incluidos los pijos tradicionales, los pijos alternativos y los pijos malotes. También analiza el lenguaje y los estilos de vida de los pijos modernos.

1. MAGAZINE
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2. | UNA 'TRIBU' INCOMBUSTIBLE
hoy, pijo para sssssiempre
o se ha dejado caer, aún, por la España pija, que sigue ocupada en el qué me pong
y dónde esquío. La buena salud del pijismo, cada vez más influyente en la socieda
odios pero, sobre todo, la envidia de quienes desearían alcanzar ese acomodado es
odríguez y Ana Bretón; Fotografía de Chema Conesa
6 y cada vez más años, estudian en centros privados, escriben sin apenas ortografía y rinden culto a media
a que –consideran– los identifican como pertenecientes a un clan de elegidos. Aunque criados en la era soci
sta les dio caldo de cultivo y dimensión, y hoy, en plena crisis económica, siguen imperturbables en su burb
cidad. Porque, en realidad, ellos, los pijos, están al margen de todo. Mejor dicho, por encima de todo. Podre
igno político, pero ellos seguirán ahí, en el inalcanzable lugar de la gente bien. Unos mundos de Yuppie con
logía ligera.
tribus juveniles los desprecia, al menos tanto como ellos admiran a los burgueses chic, a quienes envidian n
sitivo. Si su hijo se adapta a este retrato robot, empiece a inquietarse porque tiene un pijo en casa.
actamente igual, los sitios siguen llenos de gente, nadie habla de la crisis, no existe como tema de conversa
s, experto en ambientes pijos madrileños y ajeno por completo, como sus amigos, a la tormenta económica
Mi vida no ha cambiado en absoluto, y dudo mucho que vaya a hacerlo a corto-medio plazo», añade. Los hij
están preocupados. O, mejor dicho, tienen otras preocupaciones. Un tal Pablo pregunta: «¿Qué os parece l
mi personalmente, no me gusta muxo, pero a mi hermana la encanta, q opinais vosotros?». Responde en la
ntal cuestión Alvarito: «La ropa de tommy hilfiger a mí personalmente no me gusta nada. Es bastante absur
o al nivel de hackett o de fumarel o de ralph lauren o de paul & shark. A mi hermana tb le encanta. Yo q me
o nada de tommy hilfiger. Espero que contesteis dandome vuestra opinión». Así lo hace con prontitud alguie
nimo Anitru: «A mi parecer la ropa de tommy esta bien, pero creo k no se puede llegar a comparar con la de
se puso de moda entre los pijos y no llega a ser tan cara como ralph, fumarel y demas, los b-boys y demas
mundo la tiene, asi k a mi personalmente ...». Y ahí tercia Gon: «Pues a mi la verdad es que si que me gus
eo que se pueda comparar con Ralph Lauren o Fumarel pero si que me gusta, no todo va a ser R.L. y Fumar
poco».
producido textualmente, es un intercambio de mensajes que fue publicado en uno de los foros de Moraleja.n
ños bien (aunque más específicamente dirigido a los afortunados habitantes del barrio pijo madrileño por ex
arle el pulso al pijismo y también, en terminología del artista David Farrán de Mora, al pijismo rhinestone (o
social surgido en España tras la llegada del PSOE al poder y que actualmente vive su plena efervescencia.
niños pera se criaron entre las lorzas de la burguesía española más rancia, los actuales, que proliferan al c
nómico de una clase media acomodada pero no tanto, son hijos de una democracia homogeneizadora, donde

3. ser hijo de, sino tan sólo, tener dinero para.
N. «Muy buenas!! soy una pija de logroño, y kom an dixo antes por aqui ay muy pocos y es desesperante, x
ay mas...si kreis ablar, ya sbeis...1bsito mu fuerte». La necesidad de ubicación del nuevo contingente de n
trada por el hecho de que se reconozca como tal.
a sus antecesores les molestaba sobremanera que les llamasen «pijos» y siempre han negado serlo, la nuev
érmino. Lo dejó bien claro Tamara Falcó al ser entrevistada por Ana Rosa Quintana en televisión y más ade
«mi forma de hablar quizá sí sea un poco pija», aunque aclaraba: «no me gusta nada su definición [de «pij
o me gusta identificarme con una persona que sólo tiene valores materiales».
iembros más puristas del colectivo siguen creyendo que siempre hay otros que se merecen más que ellos e
a en conversación con esta periodista Flavia, vecina de La Moraleja: «Por una parte estaría la gente normal:
gente... Se les podría llamar ‘pijitos’, siempre en el buen sentido de la palabra, puesto que al tener dinero le
a de marca, tener buenos coches, ir a sitios de moda... Por supuesto, suelen tener un interés alto por la cul
e con la que me relaciono, gente normal que vive en un barrio residencial de gente adinerada». Por otra pa
omina «gente de palo», «los que van con el ‘o sea’ por delante, gente intelectualmente muy raspadita, que
s en el cuerpo. A éstos ya se les puede llamar ‘pijos’». Vaya lío.
aclarar la cuestión Manuel Ramallal, que ha estudiado a las tribus urbbanas. Para él, lo que distingue a los nu
sumos ostentosos; su forma de vestir entre lo elegante y lo hortera, donde prima la visibilidad de la marca c
tatus económico. Frente a ellos, los miembros más nobles de las clases acomodadas se presentan más prep
y con un gusto más elegante y refinado respecto al que poseen los que ellos consideran como advenedizos.
nuevos pijos’ van siempre algunos pasos detrás de estas clases más privilegiadas económica y culturalment
alcanzar por la tremenda capacidad de transformación sociológica que experimenta el gusto culto frente al
dad».
ríamos incluso hablar del pijo-héroe, ese modelo inalcanzable al que muchos nuevos ricos aspiran a parecer
representa en España el súmmum del chic aristocrático, Alejandro Agag es el epítome del burgués chic, el p
hombre discreto donde los haya, ha visto cómo, en las últimas semanas, su nombre se publicaba cada dos
ódicos por su amistad con algunos de los implicados en la trama de corruptelas que ha salpicado al PP.
principales protagonistas, Francisco Correa (testigo de la boda de Agag con Ana Aznar), escribía Lucía Ménd
nta lo delataba, con el pelo engominado y los rizos en la nuca. No era un pijo, ni mucho menos, pero sí que
mo ellos, veranear en Marbella, navegar en yate, conducir un deportivo y casarse con una mujer rica. Todo
cluso más». Todo, menos ser pijo-pijo, claro, porque eso no se aprende, se mama.
uzano, directora del Programa Superior de Gestión de Empresas del Lujo del Instituto de Empresa y autora d
aw Hill) cree que el auténtico pijo actual es, en realidad, un sujeto mayor de 30 años, una adaptación españ
o (bohemios y burgueses, según denominación del periodista David Brooks), gente que juega al pádel, va e
Custo y ropa hippiosa y ha cambiado Marbella por los viajes de aventura. Respecto a los adolescentes, explic
quisitos, están muy mediatizados y utilizan marcas como Tommy [Hilfiger] que les prometen personalización
».
atalogación que el sociólogo y catedrático de la Universidad de Deusto Javier Elzo ha realizado de los jóvene
los adolescentes, Ed. Temas de Hoy), los nuevos pijos estarían a medio camino entre el grupo de los institu

4. nes a CiU o al PP, satisfechos de la vida, bien avenidos con sus padres, consumidores moderados de drogas
la media, confiados en las instituciones...– y el de los libredisfrutadores, gente de alto poder adquisitivo par
vida es andar por libre y pasarlo lo mejor posible. Para Elzo, «el pijo recoge del institucional ilustrado unos a
de pitagorín, máxime si adopta un look engominado y se viste con detalles arcaicos. Pero al manifestarse c
nfado del libredisfrutador y, si tiene dinero –lo que sucede con frecuencia–, puede tener comportamientos q
, por ejemplo, el consumo abusivo de alcohol y, sobre todo de ciertas drogas (cocaína, éxtasis...)».
e ocurrir que usted tenga un hijo pijo creyendo tener todo lo contrario. A lo largo de los últimos años se ha
que, según la muy particular visión de Ana M. Vigara –autora del capítulo Cultura y estilo de los «niños bien
ijo que se incluye en el obra El lenguaje de los jóvenes, del catedrático Félix Rodríguez–, ha dado lugar a tre
los pijos malotes y los pijos alternativos o pseudogrunges. Los primeros serían la versión actualizada del pi
ndos vendrían a ser la sección pija de los fiesteros, y los últimos, los eco-pijos, esos chicos cuidadosamente
n antisistema.
«PALABROS». «Que es que paso de ti, tío, o sea, que es que paso..., o sea... que yo no soy una guarriplá
Si algo ha quedado más que demostrado gracias a diversos estudios –como el exhaustivo de Ana M. Vigara
os pijos en el lenguaje. A su característica afectación debemos múltiples expresiones como «ideal de la mue
ari», «finde», «te lo juro que te mueras», «mola mazo», «churri», «urba», «porfa»... que han acabado por in
l general (la extendida utilización del prefijo «súper» es un ejemplo). Según Félix Rodríguez, «como cualqui
los pijos dejan sentir su influencia, y pienso que cada vez más creciente, en el lenguaje juvenil en general».
ero y que el pijo suele reservar para las situaciones informales, lo ponen en circulación, según el experto, los
adolescentes.
tener un hijo pijo? Si le despluma porque se convierte repentinamente en un comprador compulsivo de polo
uros cada uno (o de camisetas de Custo, a 80 cada una), le pasa unas facturas de móvil mensuales superior
e 500 euros para salir el sábado, tal vez deba reajustar su presupuesto. Pero, por lo demás, este tipo de ado
uchos de los requisitos del hijo que todo progenitor de perfil conservador quisiera tener («soy hija ideal de l
Además, como explica Pipo, «soy pijo porque es como me han educado. Mis padres no podrían verme de o
que me dirían algo si un buen día apareciese con un pendiente...».
specto de formalidad y recato propio de los pijos convencionales, puede dar a los progenitores la impresión
alvo de las tentaciones propias del entorno adolescente. Pero no es así. Según el estudio Salir de marcha y
do por el Ministerio del Interior en el marco del Plan Nacional sobre Drogas, es precisamente el subgrupo de
onsumo de cocaína. El estudio detectó, en Bilbao por ejemplo, la existencia de grupos de jóvenes de algo má
er adquisitivo y que sale todos los fines de semana, y que consumen «una considerable cantidad de cocaína,
a vida también entraña el riesgo de caer mal, especialmente a los miembros de otros sectores juveniles. Es
en odio cerval por parte de los más radicales. Como muestra, la letra de una de las canciones del grupo mus
, morirás. Potarás cuando te taladre con mi guitarra de flecha». Para Ramallal, «la ambivalencia con que las
a los pijos hace que, por un lado, recelen de ellos al considerarlos traidores a su condición social media y, p
a envidia debido a su nueva capacidad económica».
echazados por su consumismo, su afectación y su superficialidad, su actitud poco comprometida, su conserv
llos, por su parte, creen que lo que despiertan es envidia por sus posibles. Lo explica Carlos, un chico de 18

5. un gran problema que es la envidia, el odio, el desagrado que generamos».
rlos se quejara amargamente en Moraleja.net de que en su barrio (El Soto de la Moraleja), los bakalas se de
, a llevarse sus relojes, sus móviles y hasta sus bufandas, guantes y polos. Pipo, por su parte, cree que «se
ueno y en ocasiones malo, como todo en la vida. ¿Tú crees que somos diferentes porque nos guste el padel
te aseguro que soy de lo que la gente llama ‘pijo’ y no me considero superior ni al heavy ni al bakala. Aunqu
de gente normalmente es grosera y sin educación, ya que se meten con los pijos, pero casi nunca llega la sa
echo usted para merecer un hijo así? Pues sencillamente eso: nada por evitarlo.
OLIVIA DE
ANDERBERG

6. pijo de cuna, siempre queda algo"
ofo Salvador Pániker, un enamorado de las niñas bien, “la mezcla de limitación
andor le da a la pija una extraña seguridad en sí misma”. A esta peculiaridad
adir otros rasgos distintivos como la gangosidad fonética –estoy superfataaaal–
nnato de la elegancia que se manifiesta en un look divina de la muerte.
estereotipo, en un primer momento Olivia de Borbón von Handerberg
4) rehusó amablemente aparecer en Magazine representando a los nuevos
ue no soy la persona que estás buscando. Mis amigos me llaman ‘la princesita
uso paro a los taxis con un silbido”, se excusó la hija primogénita de los duques
ncisco de Paula de Borbón –primo segundo del Rey– y Beatriz von Handenberg.
n la boca pequeña, y al segundo intento accedió a reencarnarse en dos tipos de
onal y la alternativa. Probablemente, esta “modelo de la nobleza española”,
moda, ex concursante de tv y actriz vocacional esté a caballo entre ambos
as ocupaciones le impidieron acabar Empresariales y Bellas Artes.
so por el reality show La Granja le dio cierta notoriedad, nadie parece
ando entra en la cafetería donde hemos quedado, en el madrileño barrio de
ude a la cita en plan superfataaal, moqueando por culpa de un resfriado, con el
o (acaba de practicar spinning en un exclusivo gimnasio) y envuelta en uno de
mpermeables que recuerdan a un saco de dormir. Había pensado saludarla con
veo esssstupenda”, pero me lo callo. El resto de su vestuario oscila entre lo pijo-
o (bohemio-burgués): pantalones de Mango, pañuelo de estilo palestino,
a corona real y una cruz de color negro, pulseras solidarias, deportivas All Star
padas con una calavera… Pija, pero no tanto, en su muñeca lleva tatuada una
bolo borbón).
del torero Sebastián Palomo Linares junior –“él es mucho más pijo que yo”–,
té para entrar en calor y, antes de la entrevista, accede a responder a un test
a por Internet. ¿Resultado? Un 39% de pijismo. “Quizá soy más pija de lo que
s pija de lo que la gente cree”, reconocerá con un tono de voz candoroso y algo
rontera de lo gangoso.
ueta María Josefa de Borbón von Handerberg… O sssea, tu nombre es como
es?
ijo, pero yo soy Olivia a secas. Enriqueta y María Josefa eran los nombres de
as.
ma te ha condicionado apellidarte Borbón?
gente te prejuzga por ello, y a mí eso me molesta muuuuucho. Se creen que
de papá, que me sobra el dinero y que no tengo que trabajar. Y no se dan
la vida no es fácil para nadie, y menos en estos momentos.
e o se hace? ¿Llevas el pijerío en la sangre?
ue si lo eres de cuna siempre queda algo, pero creo que también puede hacerse.

8. S MEGAPIJOSSSS
lcó.
Preysler y el marqués de Griñón. 27 años. Presume de bolso Hermès (regalo de
navidades).
.
sler y Boyer. 20 años. Dicen que a su padre no le gustaba verla en las revistas.
osados.
ñoz Escassi.
n hijo con Lara Dibildos. Mujeriego. Vividor. Tiene problemas con la fidelidad.
dina.
a, hijo de Naty Abascal. 30 años. Empresario. Clásico. ¡Que sería de él sin su
rino!
lina Rubio. 36 años. Fiel a su peinado del colegio (y a vestir camisas blancas de
es).
Agag.
asado con Ana Aznar. 38 años. Curtido en el Partido Popular Europeo. Pijo de
vida.
ola.
2 años. Se llama Fernando pero, como su amigo Colate, se aferra a su
de la pandi.
anes.
a estudiante, mejor hija... Falla al elegir novio (la que lió con Fran Rivera). Es
even el pelo.
oz.
0 años. Casado con Kalina de Bulgaria. Primer ejemplar patrio de bobo (pijo con
.
a Gómez-Acebo.

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