Este documento presenta un resumen biográfico de Matilde Cherner, una escritora salmantina del siglo XIX. Detalla que publicó su novela más famosa María Magdalena en 1880 usando el seudónimo Rafael Luna, y murió repentinamente meses después, alimentando rumores de suicidio. Posteriormente se descubrió que murió de un aneurisma. La novela causó controversia por tratar sobre una prostituta como protagonista. El documento también resume brevemente la carrera literaria de Cherner y su complicada relación con su
El documento resume la Edad Media en Europa, un periodo entre los siglos V y XV que transcurrió desde la caída del Imperio Romano hasta el descubrimiento de América. Los pueblos bárbaros germánicos invadieron el imperio y establecieron reinos. La cultura romana no se perdió pero la política de Europa cambió. La Edad Media vio el surgimiento de reinos como los francos y el Imperio Bizantino, así como la expansión del Islam.
Ranahit Guha - Las voces de la historia y otros estudios subalternos.David Rivera
Este documento resume la obra del historiador indio Ranahit Guha y su proyecto de los "Subaltern Studies". Guha criticó la historiografía colonial y nacionalista india por ser elitista y no dar voz a los grupos subalternos. En su obra, Guha analizó las revueltas campesinas y la política autónoma de los grupos subalternos bajo el colonialismo. Con los "Subaltern Studies", Guha buscó renovar los enfoques historiográficos para recuperar las voces silenciadas de campesinos, mujeres y trabajadores
Este documento resume los principales descubrimientos geográficos de la Edad Moderna. Los turcos bloqueaban el comercio hacia China e India, por lo que Europa buscó nuevas rutas comerciales. Portugal estableció rutas hacia la India rodeando África, mientras que España llegó a América rodeando el mundo. Estos descubrimientos tuvieron grandes consecuencias políticas, económicas, culturales y sociales tanto para Europa como para América y África.
En ésta presentación se habla del cristianismo en la edad media, de su principal lengua litúrgica la cuál es el latín y de cómo a partir de ésta surgieron los idiomas que hoy conocemos como lenguas romances.
El documento presenta una introducción a la antigua Roma y su relación con los pueblos germanos. Explica que Roma comenzó como una pequeña ciudad-estado que eventualmente se expandió para convertirse en un gran imperio. Sin embargo, a partir del siglo III d.C., el Imperio entró en crisis y sufrió los ataques de los pueblos bárbaros como los germanos. Finalmente, en 476 d.C. la ciudad de Roma fue conquistada y el Imperio romano desapareció.
El documento resume la historia de la caza de brujas en la Edad Media, incluyendo las creencias sobre las brujas, cómo eran percibidas por la sociedad, los procesos y torturas a las que eran sometidas, y las estimaciones sobre el número de muertes durante la caza de brujas en diferentes países europeos.
La transición entre la Edad Media y la Edad Moderna se caracterizó por cambios políticos, económicos, sociales y religiosos. Políticamente, los numerosos feudos medievales dieron paso a monarquías centralizadas con territorios más amplios. Económicamente, la agricultura medieval dejó lugar a un comercio en expansión y la acumulación de capital. Socialmente, creció la población urbana y surgió una nueva burguesía. En lo religioso, la Reforma protestante dividió a la cristiand
La exposición "El Señor de Sipán, Huaca de la Luna y la Dama de Cao" se llevó a cabo en Cádiz del 27 de marzo al 10 de septiembre de 2012, mostrando 195 piezas arqueológicas descubiertas en Perú, incluyendo joyas de oro, cerámicas y objetos funerarios del Señor de Sipán, una importante figura de la cultura Mochica. La exhibición ofreció una visión de las avanzadas sociedades pre-incas a través de tesoros recuperados
El documento resume la Edad Media en Europa, un periodo entre los siglos V y XV que transcurrió desde la caída del Imperio Romano hasta el descubrimiento de América. Los pueblos bárbaros germánicos invadieron el imperio y establecieron reinos. La cultura romana no se perdió pero la política de Europa cambió. La Edad Media vio el surgimiento de reinos como los francos y el Imperio Bizantino, así como la expansión del Islam.
Ranahit Guha - Las voces de la historia y otros estudios subalternos.David Rivera
Este documento resume la obra del historiador indio Ranahit Guha y su proyecto de los "Subaltern Studies". Guha criticó la historiografía colonial y nacionalista india por ser elitista y no dar voz a los grupos subalternos. En su obra, Guha analizó las revueltas campesinas y la política autónoma de los grupos subalternos bajo el colonialismo. Con los "Subaltern Studies", Guha buscó renovar los enfoques historiográficos para recuperar las voces silenciadas de campesinos, mujeres y trabajadores
Este documento resume los principales descubrimientos geográficos de la Edad Moderna. Los turcos bloqueaban el comercio hacia China e India, por lo que Europa buscó nuevas rutas comerciales. Portugal estableció rutas hacia la India rodeando África, mientras que España llegó a América rodeando el mundo. Estos descubrimientos tuvieron grandes consecuencias políticas, económicas, culturales y sociales tanto para Europa como para América y África.
En ésta presentación se habla del cristianismo en la edad media, de su principal lengua litúrgica la cuál es el latín y de cómo a partir de ésta surgieron los idiomas que hoy conocemos como lenguas romances.
El documento presenta una introducción a la antigua Roma y su relación con los pueblos germanos. Explica que Roma comenzó como una pequeña ciudad-estado que eventualmente se expandió para convertirse en un gran imperio. Sin embargo, a partir del siglo III d.C., el Imperio entró en crisis y sufrió los ataques de los pueblos bárbaros como los germanos. Finalmente, en 476 d.C. la ciudad de Roma fue conquistada y el Imperio romano desapareció.
El documento resume la historia de la caza de brujas en la Edad Media, incluyendo las creencias sobre las brujas, cómo eran percibidas por la sociedad, los procesos y torturas a las que eran sometidas, y las estimaciones sobre el número de muertes durante la caza de brujas en diferentes países europeos.
La transición entre la Edad Media y la Edad Moderna se caracterizó por cambios políticos, económicos, sociales y religiosos. Políticamente, los numerosos feudos medievales dieron paso a monarquías centralizadas con territorios más amplios. Económicamente, la agricultura medieval dejó lugar a un comercio en expansión y la acumulación de capital. Socialmente, creció la población urbana y surgió una nueva burguesía. En lo religioso, la Reforma protestante dividió a la cristiand
La exposición "El Señor de Sipán, Huaca de la Luna y la Dama de Cao" se llevó a cabo en Cádiz del 27 de marzo al 10 de septiembre de 2012, mostrando 195 piezas arqueológicas descubiertas en Perú, incluyendo joyas de oro, cerámicas y objetos funerarios del Señor de Sipán, una importante figura de la cultura Mochica. La exhibición ofreció una visión de las avanzadas sociedades pre-incas a través de tesoros recuperados
La Inquisición fue una institución judicial creada por la Iglesia Católica en la Edad Media para localizar, procesar y condenar herejes mediante métodos de tortura. Existieron varios tipos de Inquisición, como la española, la medieval, la romana y la portuguesa, establecidas en diferentes épocas y lugares para perseguir herejías y mantener el control religioso.
Organizacion social y cultura de los mayaGisennyperez
La civilización maya se desarrolló en Mesoamérica y destacó por su escritura glífica y avances en matemáticas, astronomía y ecología. La sociedad maya estaba organizada de forma descentralizada en ciudades-estados gobernadas cada una por un jefe maya hereditario llamado Halach Uinic. Debajo del jefe maya se encontraban los funcionarios públicos, sacerdotes, artesanos, guerreros y campesinos, y al final de la pirámide social los esclavos.
La Contrarreforma o Reforma Católica fue la respuesta de la Iglesia Católica a la Reforma Protestante iniciada por Martín Lutero en 1517. La Iglesia Católica convocó el Concilio de Trento en 1543 para reformarse a sí misma y contrarrestar el protestantismo. El Concilio estableció las Escrituras y tradiciones como fuentes de revelación, exigió buenas obras para la salvación, y aprobó reformas como la elaboración de un catecismo y el fortalecimiento de la Inquisición.
La primera cruzada comenzó en 1095 cuando el Papa Urbano II predicó en el Concilio de Clermont y llamó a los cristianos a recuperar Tierra Santa de los musulmanes. Esto dio inicio a las cruzadas, campañas militares cristianas que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII. La primera cruzada incluyó la Cruzada Popular liderada por Pedro el Ermitaño y la Cruzada de los Nobles liderada por nobles como Godofredo de Bouillon. Los cruzados eventualmente capturaron Jerusalén en 10
Los incas aparecieron en el siglo XII en el valle de Cuzco y fundaron un extenso imperio. Desarrollaron una gran arquitectura religiosa y construyeron palacios, fortalezas y sitios como Machu Picchu. Se dedicaron principalmente a la agricultura, el comercio y la extracción de metales.
La Arabia preislámica practicaba el politeísmo animista y daba gran importancia al Santuario de la Kaaba en La Meca. Los cinco pilares del Islam son la profesión de fe, la oración, el ayuno en Ramadán, la limosna y la peregrinación a La Meca. El islam evolucionó históricamente a través del Califato Ortodoxo, el Califato Omeya y el Califato Abasí. Los suníes y chiíes son las dos ramas principales del Islam.
El monopolio comercial consistía en que solo los barcos españoles autorizados podían comerciar con las colonias americanas. La Casa de Contratación en Sevilla organizaba este comercio a través de un sistema de flotas y galeones. El contrabando permitía a los comerciantes de Buenos Aires obtener mercancías de forma ilegal, lo que representaba un peligro para los intereses económicos de España y su control sobre el comercio colonial.
Este documento resume extractos del Diario de Colón sobre su primer viaje a América en 1492. Describe las dificultades técnicas con una de sus carabelas, el Pinta, y cómo navegó hacia el oeste durante varias semanas. Finalmente, avistaron tierra el 11 de octubre, desembarcando al día siguiente en una isla a la que llamaron Guanahaní. Colón reclamó la isla para la corona española y estableció contacto pacífico con los nativos, intercambiando regalos.
Este documento resume las principales civilizaciones precolombinas del Circuncaribe y los Andes. En el Circuncaribe, señala la población temprana por 5000 a.C. y las culturas posteriores como los saladoides, ostionoides, elenoides y chicoides. En los Andes, describe las culturas formativas como Chavín, Paracas, Nazca, Mochica y los imperios de Tiahuanaco y Huari. También resalta las culturas chibchas y los dibujos geoglíficos de Nazca.
El Imperio Carolingio se originó en el reino Franco fundado por Clodoveo y la dinastía Merovingia. Esta dinastía decayó y los mayordomos de palacio asumieron el poder real. Pipino "el Breve" depuso al último rey merovingio e instituyó la dinastía Carolingia. El Imperio Carolingio se desarrolló en Europa occidental con núcleo en la actual Francia y su economía se basaba principalmente en la agricultura y ganadería de subsistencia. Tras la muerte de Carlomagno, el Imperio
Los monasterios en la Edad Media eran residencias para comunidades de monjes y monjas que se dedicaban a la oración, meditación, cultivo y asistencia a los pobres y enfermos. Vivían de forma aislada siguiendo reglas específicas como las de San Benito. Los monasterios tenían zonas para rezar, dormir y trabajar. También albergaban esculturas y pinturas con temas religiosos para la educación.
Los visigodos establecieron un reino en la península ibérica tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Su reino se expandió bajo el rey Leovigildo en el siglo VI, pero enfrentó rebeliones internas. El rey Recaredo unificó la religión del reino adoptando el catolicismo en el siglo VI. Sin embargo, disputas internas debilitaron gradualmente el reino visigodo hasta que fue conquistado por los musulmanes en el siglo VIII luego de su victoria sobre el rey Rodrigo en el 7
Este documento proporciona información sobre la historia de Asturias desde la Prehistoria hasta el establecimiento del Reino de Asturias. Brevemente describe que Asturias ha estado habitada durante miles de años y fue el lugar donde se originó el Reino de Asturias después de que Pelayo derrotara a los musulmanes en Covadonga en el 722 d.C. Luego, el Reino de Asturias se expandió para recuperar territorio de Al-Andalus durante el proceso conocido como la Reconquista, aunque eventualmente el reino se dividió entre
Este documento presenta un resumen de los temas que se abordarán sobre el Renacimiento y la Reforma. Se explica que se estudiará el Humanismo, la Reforma luterana y la Contrarreforma católica, características del Renacimiento en Italia y Europa, así como avances científicos durante este periodo. También incluye una introducción sobre cómo el Humanismo puso al ser humano en el centro y criticó los abusos de la Iglesia, lo que llevó a la Reforma y la división de Europa en protestante y cató
La Inquisición española fue un tribunal eclesiástico establecido en 1478 por los Reyes Católicos para perseguir a conversos, moriscos, herejes y brujas acusados de desviarse de la religión católica. Dividió el territorio en 15 tribunales que ejercían un estricto control sobre la población a través de familiares que espiaban a la gente. Los acusados podían ser absueltos, condenados a penitencias leves o quemarse en la hoguera por herejía. La Inquisición fue
El documento describe la historia del Imperio Incaico. Explica la leyenda de los hermanos Ayar y la fundación del Cusco por Manco Cápac y Mama Ocllo. Detalla los 13 incas que gobernaron el imperio desde su fundación hasta la llegada de los españoles, incluyendo sus conquistas y logros. Finalmente, resume los principales sistemas de trabajo como el ayni, la minka y la mita.
Los aztecas eran politeístas que adoraban a varios dioses importantes como Huitzilopochtli y Tezcatlipoca. Su religión involucraba prácticas de sacrificios humanos donde la sangre de animales y seres humanos era ofrecida a los dioses, como extraer el corazón de un guerrero vivo para alimentar a Huitzilopochtli. También sacrificaban niños a Tlaloc en las montañas creyendo que más llantos traerían más lluvia.
La Reforma fue un movimiento religioso del siglo XVI que supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia Católica e inicio del protestantismo. Líderes como Lutero, Calvino y Enrique VIII cuestionaron doctrinas católicas y establecieron nuevas iglesias. La Contrarreforma católica, incluyendo el Concilio de Trento, reafirmó las enseñanzas tradicionales y fortaleció la estructura eclesiástica para combatir la Reforma.
A finales del siglo XV surgió en Italia un movimiento artístico y cultural que revitalizó el interés por la cultura clásica y el afán por descubrir y aprender nuevas ideas. Al calor de este movimiento cultural, surgirán nuevas formas de interpretar el cristianismo, produciéndose una división religiosa que afectará a toda Europa.
1) El documento presenta una introducción sobre los temas a tratar, incluyendo la división religiosa de Europa, Carlos I, Felipe II, la conquista y colonización del Nuevo Mundo y la administración y economía en la América colonial. 2) Se describe la Reforma Protestante iniciada por Lutero y su propagación por Europa, así como la Contrarreforma Católica. 3) Se resumen los reinados de Carlos I y Felipe II en España y sus territorios y conflictos externos e internos.
Este documento resume los movimientos literarios del Romanticismo, Realismo y Modernismo en los siglos XIX y XX. El Romanticismo surgió como reacción al racionalismo del siglo XVIII y defendía la imaginación y los sentimientos. El Realismo se caracterizó por describir minuciosamente la realidad social de forma objetiva. El Modernismo, liderado por Rubén Darío, se opuso al Realismo y dio prioridad a la belleza formal por encima del contenido.
Este documento presenta información biográfica sobre varios escritores e intelectuales de renombre originarios de la ciudad de Hellín, Albacete, como Cristóbal Lozano, Juan Andújar Balsalobre, Tomás Preciado, Carmen Martín Gaite, Artemio Precioso y Mariano Tomás. Se incluyen detalles sobre sus obras literarias más destacadas y los motivos por los cuales alcanzaron fama. El documento sirve como guía para una ruta literaria por Hellín que localiza calles y monumentos en honor a estas important
La Inquisición fue una institución judicial creada por la Iglesia Católica en la Edad Media para localizar, procesar y condenar herejes mediante métodos de tortura. Existieron varios tipos de Inquisición, como la española, la medieval, la romana y la portuguesa, establecidas en diferentes épocas y lugares para perseguir herejías y mantener el control religioso.
Organizacion social y cultura de los mayaGisennyperez
La civilización maya se desarrolló en Mesoamérica y destacó por su escritura glífica y avances en matemáticas, astronomía y ecología. La sociedad maya estaba organizada de forma descentralizada en ciudades-estados gobernadas cada una por un jefe maya hereditario llamado Halach Uinic. Debajo del jefe maya se encontraban los funcionarios públicos, sacerdotes, artesanos, guerreros y campesinos, y al final de la pirámide social los esclavos.
La Contrarreforma o Reforma Católica fue la respuesta de la Iglesia Católica a la Reforma Protestante iniciada por Martín Lutero en 1517. La Iglesia Católica convocó el Concilio de Trento en 1543 para reformarse a sí misma y contrarrestar el protestantismo. El Concilio estableció las Escrituras y tradiciones como fuentes de revelación, exigió buenas obras para la salvación, y aprobó reformas como la elaboración de un catecismo y el fortalecimiento de la Inquisición.
La primera cruzada comenzó en 1095 cuando el Papa Urbano II predicó en el Concilio de Clermont y llamó a los cristianos a recuperar Tierra Santa de los musulmanes. Esto dio inicio a las cruzadas, campañas militares cristianas que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII. La primera cruzada incluyó la Cruzada Popular liderada por Pedro el Ermitaño y la Cruzada de los Nobles liderada por nobles como Godofredo de Bouillon. Los cruzados eventualmente capturaron Jerusalén en 10
Los incas aparecieron en el siglo XII en el valle de Cuzco y fundaron un extenso imperio. Desarrollaron una gran arquitectura religiosa y construyeron palacios, fortalezas y sitios como Machu Picchu. Se dedicaron principalmente a la agricultura, el comercio y la extracción de metales.
La Arabia preislámica practicaba el politeísmo animista y daba gran importancia al Santuario de la Kaaba en La Meca. Los cinco pilares del Islam son la profesión de fe, la oración, el ayuno en Ramadán, la limosna y la peregrinación a La Meca. El islam evolucionó históricamente a través del Califato Ortodoxo, el Califato Omeya y el Califato Abasí. Los suníes y chiíes son las dos ramas principales del Islam.
El monopolio comercial consistía en que solo los barcos españoles autorizados podían comerciar con las colonias americanas. La Casa de Contratación en Sevilla organizaba este comercio a través de un sistema de flotas y galeones. El contrabando permitía a los comerciantes de Buenos Aires obtener mercancías de forma ilegal, lo que representaba un peligro para los intereses económicos de España y su control sobre el comercio colonial.
Este documento resume extractos del Diario de Colón sobre su primer viaje a América en 1492. Describe las dificultades técnicas con una de sus carabelas, el Pinta, y cómo navegó hacia el oeste durante varias semanas. Finalmente, avistaron tierra el 11 de octubre, desembarcando al día siguiente en una isla a la que llamaron Guanahaní. Colón reclamó la isla para la corona española y estableció contacto pacífico con los nativos, intercambiando regalos.
Este documento resume las principales civilizaciones precolombinas del Circuncaribe y los Andes. En el Circuncaribe, señala la población temprana por 5000 a.C. y las culturas posteriores como los saladoides, ostionoides, elenoides y chicoides. En los Andes, describe las culturas formativas como Chavín, Paracas, Nazca, Mochica y los imperios de Tiahuanaco y Huari. También resalta las culturas chibchas y los dibujos geoglíficos de Nazca.
El Imperio Carolingio se originó en el reino Franco fundado por Clodoveo y la dinastía Merovingia. Esta dinastía decayó y los mayordomos de palacio asumieron el poder real. Pipino "el Breve" depuso al último rey merovingio e instituyó la dinastía Carolingia. El Imperio Carolingio se desarrolló en Europa occidental con núcleo en la actual Francia y su economía se basaba principalmente en la agricultura y ganadería de subsistencia. Tras la muerte de Carlomagno, el Imperio
Los monasterios en la Edad Media eran residencias para comunidades de monjes y monjas que se dedicaban a la oración, meditación, cultivo y asistencia a los pobres y enfermos. Vivían de forma aislada siguiendo reglas específicas como las de San Benito. Los monasterios tenían zonas para rezar, dormir y trabajar. También albergaban esculturas y pinturas con temas religiosos para la educación.
Los visigodos establecieron un reino en la península ibérica tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Su reino se expandió bajo el rey Leovigildo en el siglo VI, pero enfrentó rebeliones internas. El rey Recaredo unificó la religión del reino adoptando el catolicismo en el siglo VI. Sin embargo, disputas internas debilitaron gradualmente el reino visigodo hasta que fue conquistado por los musulmanes en el siglo VIII luego de su victoria sobre el rey Rodrigo en el 7
Este documento proporciona información sobre la historia de Asturias desde la Prehistoria hasta el establecimiento del Reino de Asturias. Brevemente describe que Asturias ha estado habitada durante miles de años y fue el lugar donde se originó el Reino de Asturias después de que Pelayo derrotara a los musulmanes en Covadonga en el 722 d.C. Luego, el Reino de Asturias se expandió para recuperar territorio de Al-Andalus durante el proceso conocido como la Reconquista, aunque eventualmente el reino se dividió entre
Este documento presenta un resumen de los temas que se abordarán sobre el Renacimiento y la Reforma. Se explica que se estudiará el Humanismo, la Reforma luterana y la Contrarreforma católica, características del Renacimiento en Italia y Europa, así como avances científicos durante este periodo. También incluye una introducción sobre cómo el Humanismo puso al ser humano en el centro y criticó los abusos de la Iglesia, lo que llevó a la Reforma y la división de Europa en protestante y cató
La Inquisición española fue un tribunal eclesiástico establecido en 1478 por los Reyes Católicos para perseguir a conversos, moriscos, herejes y brujas acusados de desviarse de la religión católica. Dividió el territorio en 15 tribunales que ejercían un estricto control sobre la población a través de familiares que espiaban a la gente. Los acusados podían ser absueltos, condenados a penitencias leves o quemarse en la hoguera por herejía. La Inquisición fue
El documento describe la historia del Imperio Incaico. Explica la leyenda de los hermanos Ayar y la fundación del Cusco por Manco Cápac y Mama Ocllo. Detalla los 13 incas que gobernaron el imperio desde su fundación hasta la llegada de los españoles, incluyendo sus conquistas y logros. Finalmente, resume los principales sistemas de trabajo como el ayni, la minka y la mita.
Los aztecas eran politeístas que adoraban a varios dioses importantes como Huitzilopochtli y Tezcatlipoca. Su religión involucraba prácticas de sacrificios humanos donde la sangre de animales y seres humanos era ofrecida a los dioses, como extraer el corazón de un guerrero vivo para alimentar a Huitzilopochtli. También sacrificaban niños a Tlaloc en las montañas creyendo que más llantos traerían más lluvia.
La Reforma fue un movimiento religioso del siglo XVI que supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia Católica e inicio del protestantismo. Líderes como Lutero, Calvino y Enrique VIII cuestionaron doctrinas católicas y establecieron nuevas iglesias. La Contrarreforma católica, incluyendo el Concilio de Trento, reafirmó las enseñanzas tradicionales y fortaleció la estructura eclesiástica para combatir la Reforma.
A finales del siglo XV surgió en Italia un movimiento artístico y cultural que revitalizó el interés por la cultura clásica y el afán por descubrir y aprender nuevas ideas. Al calor de este movimiento cultural, surgirán nuevas formas de interpretar el cristianismo, produciéndose una división religiosa que afectará a toda Europa.
1) El documento presenta una introducción sobre los temas a tratar, incluyendo la división religiosa de Europa, Carlos I, Felipe II, la conquista y colonización del Nuevo Mundo y la administración y economía en la América colonial. 2) Se describe la Reforma Protestante iniciada por Lutero y su propagación por Europa, así como la Contrarreforma Católica. 3) Se resumen los reinados de Carlos I y Felipe II en España y sus territorios y conflictos externos e internos.
Este documento resume los movimientos literarios del Romanticismo, Realismo y Modernismo en los siglos XIX y XX. El Romanticismo surgió como reacción al racionalismo del siglo XVIII y defendía la imaginación y los sentimientos. El Realismo se caracterizó por describir minuciosamente la realidad social de forma objetiva. El Modernismo, liderado por Rubén Darío, se opuso al Realismo y dio prioridad a la belleza formal por encima del contenido.
Este documento presenta información biográfica sobre varios escritores e intelectuales de renombre originarios de la ciudad de Hellín, Albacete, como Cristóbal Lozano, Juan Andújar Balsalobre, Tomás Preciado, Carmen Martín Gaite, Artemio Precioso y Mariano Tomás. Se incluyen detalles sobre sus obras literarias más destacadas y los motivos por los cuales alcanzaron fama. El documento sirve como guía para una ruta literaria por Hellín que localiza calles y monumentos en honor a estas important
Este documento resume el contexto histórico-cultural y literario del siglo XV en España. En este periodo se produjo la unión de los Reyes Católicos, el descubrimiento de América y la expulsión de los judíos. A nivel cultural, surgió la burguesía, la imprenta y el humanismo. En literatura, destacaron los libros de caballerías, la poesía cancioneril de autores como el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique, y obras teatrales como La Celestina
MARÍA JESÚS ECHEVARRÍA, escritora sin fronteras (1932-1963) (Dossier) (Versió...JulioPollinoTamayo
Este documento presenta información sobre la escritora María Jesús Echevarría, quien ganó el Premio Elisenda de Montcada en 1959 por su novela "Las medias palabras". Incluye una breve biografía de Echevarría, detalles sobre su obra literaria y periodística, y extractos de entrevistas y críticas a sus libros. También proporciona contexto sobre el Premio Elisenda de Montcada, uno de los premios literarios pioneros en España que tenía un jurado completamente femenino.
El documento resume las principales manifestaciones literarias del Prerrenacimiento en España, incluyendo los romances, la poesía cancioneril y La Celestina. Los romances eran poemas anónimos que se transmitían oralmente y trataban diversos temas como la épica, la historia y el amor. La poesía cancioneril incluía poemas amorosos, morales y burlescos. La obra más destacada fue La Celestina, una tragicomedia anónima sobre el amor y sus consecuencias.
El documento presenta resúmenes de varias obras literarias recientes. Entre ellas se encuentran una novela que describe la Alemania nazi a través de la técnica de la sátira, un libro que traza la biografía del grupo de rock vasco Hertzainak, y una novela sobre un joven criminal que despierta herido en un motel con dinero robado y busca refugio en las llanuras australianas.
El documento resume las características principales del Romanticismo como una reacción contra el Neoclasicismo, con un énfasis en la libertad, la naturaleza, las emociones y lo nacional. También presenta biografías breves de los escritores románticos Gustavo Adolfo Bécquer y Mariano José de Larra, incluyendo extractos de sus obras Rimas y Leyendas y Macías.
El documento resume las características principales del Romanticismo como una reacción contra el Neoclasicismo, con un énfasis en la libertad creativa, el espíritu rebelde, la identificación con la naturaleza y la exaltación de la imaginación y los sentimientos. También presenta breves biografías de los escritores románticos Gustavo Adolfo Bécquer y Mariano José de Larra, incluyendo extractos de sus obras.
Miguel HernáNdez, por los alumnos de Informática de Afc, de Torre de Santa Ma...pilarten
Homenaje a Miguel Hernández. Elaborado por los Alumnos de la AFC de Torre de Santa María (Cáceres) del CRA Orden de Santiago, En Su Clase de Informática de las tardes.
Fernando de Rojas es el autor de La Celestina, una obra literaria del siglo XV escrita en España durante el Renacimiento. La obra trata sobre la pasión amorosa de Calisto por Melibea y como esta pasión conduce a la destrucción de todos los personajes, incluyendo su muerte, debido a la codicia y astucia de la Celestina.
El documento presenta un resumen de la vida y obra de Miguel de Cervantes. Explica que vivió entre dos épocas, el Renacimiento y el Barroco, y que escribió obras teatrales, poesía y novelas, siendo el Quijote su obra maestra y la primera novela moderna. También describe brevemente la trama del Quijote y su importancia literaria.
Este documento proporciona información sobre Fernando de Rojas, autor de La Celestina, incluyendo su biografía, el contexto histórico del Renacimiento y la Edad Media, las características y el argumento de la obra, los personajes principales, un fragmento del texto y enlaces de referencia.
El documento presenta una breve biografía del escritor peruano Abelardo M. Gamarra, conocido como "El Tunante". Destaca que nació en 1852 en Huamachuco y se dedicó al periodismo y la literatura en Lima, donde publicó obras de teatro, artículos de costumbres, poesía y cuentos que reflejaban las tradiciones del Perú. Incluye una lista de sus principales obras teatrales y detalla que murió en 1924 reconocido por su contribución a la literatura nacional pero en la pobre
El documento resume las características principales del Romanticismo en España. Explica que rechazaba el Neoclasicismo y enfatizaba la subjetividad, lo nocturno y misterioso, y la evasión del mundo. Menciona a los poetas más representativos de este movimiento en España: Espronceda, conocido por obras como "El estudiante de Salamanca", y Bécquer, autor de las "Rimas" y las "Leyendas". También habla brevemente sobre la novela histórica y la literatura costumbrista durante este
Este documento presenta un resumen biográfico del poeta peruano César Vallejo. Explica que nació en 1892 en Perú y falleció en 1938 en París. Detalla que publicó sus primeros poemarios Los Heraldos Negros en 1918 y Trilce en 1922, con los cuales se consolidó como un innovador de la poesía vanguardista. También menciona algunas de sus otras obras publicadas y los lugares en los que vivió, como París y Madrid. En general, este documento ofrece una breve introducción a la vida y trayectoria
Este documento resume la vida y obra del poeta español Miguel Hernández. Describe su infancia en Orihuela y su educación, así como su participación en la Guerra Civil Española y su encarcelamiento y muerte a la edad de 31 años. Resalta algunos de sus poemas más famosos como "Perito en lunas", "El rayo que no cesa" y "Aceituneros".
El documento resume la vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz, una de las escritoras mexicanas más reconocidas del siglo XVII. A pesar de su gran inteligencia, ingresó a un convento a la edad de 16 años para poder continuar sus estudios. Sor Juana produjo poesía y textos que reflejaban su rebeldía intelectual dentro de las limitaciones de su época para las mujeres. Uno de sus poemas más famosos, "Detente sombra", expresa el amor y la pasión a través de imágenes fantásticas.
Este documento presenta un resumen del contexto histórico-cultural y las características literarias del siglo XV en España. En este periodo se produjeron importantes acontecimientos como la unión de los Reyes Católicos y la expulsión de los judíos. Aparecieron nuevos géneros como la novela sentimental y se desarrollaron otros como el Romancero y la poesía cancioneril de autores como Santillana, Mena y Manrique. En teatro, destaca La Celestina de Fernando de Rojas.
Ramón Valle Inclán fue un dramaturgo, poeta y novelista español del siglo XX conocido por formar parte del Modernismo español y por desarrollar el género del esperpento. Una de sus obras más famosas fue Luces de Bohemia, publicada en 1924, la cual es un esperpento trágico que critica la decadencia de la vida literaria y la imposibilidad del genio en la sociedad española de la época a través de la muerte del protagonista Max Estrella. Valle Inclán utilizó el esperpent
El autor introduce su obra como un hijo del entendimiento que quisiera ser hermoso y discreto, pero reconoce que su ingenio estéril solo puede engendrar una historia seca y llena de pensamientos variados, como quien se engendró en una cárcel donde reina la incomodidad. Luego presenta el prólogo de la primera parte del Quijote, donde Cervantes, al igual que don Quijote, se encuentra atrapado entre dos mundos: el viejo y el nuevo.
Similar a MARÍA MAGDALENA (1880) Matilde Cherner (20)
Este documento presenta una introducción a la historia de una familia que vive en la región de Sarn. Describe el paisaje húmedo y pantanoso de Sarn, dominado por lagos y bosques. También introduce a los principales miembros de la familia, incluidos la narradora, su hermano Gedeón y otros vecinos. Finalmente, cuenta brevemente la leyenda familiar sobre un antepasado llamado Timoteo Sarn que fue alcanzado dos veces por un rayo.
Este documento presenta un resumen de la novela "La culpa" de la escritora chilena Margarita Aguirre. Describe la historia de Carolina Madariaga, una ama de casa en una hacienda en Chile a principios del siglo XX. Al despertar una mañana, Carolina experimenta sensaciones de culpa y deseo. Asiste a misa con su familia donde reflexiona sobre su vida y las esperanzas depositadas en su hijo mayor Ramón.
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Este documento presenta un relato corto de un viaje a través del desierto del Sahara, el río Congo y la selva del Congo para encontrar un gran rubí que pertenece al narrador. El narrador atraviesa varios peligros como cocodrilos, leones, panteras, jaguares, leopardos y cobras durante su viaje hacia la región de los Bechuanos en el sur de África, donde se encuentra un viejo santón que posee el rubí.
Bruno invita a Paula a bailar en una fiesta, contándole trágicas historias de muerte. Paula se casa con Bruno atraída por su seriedad melancólica. Años después, Bruno le propone matrimonio a Paula no por su belleza, sino para que le cuide en caso de vejez o invalidez, contándole la historia de don José, un anciano soltero que murió solo de pulmonía.
Este documento es una novela titulada "Corazón loco" escrita por M.a Luisa Barraquer entre 1980 y 1987. La novela narra la historia de amor entre dos personas durante ese período de tiempo en España. El documento incluye 99 páginas de texto de la novela.
Este documento narra la llegada de Nanda al convento de las Cinco Llagas. En el ómnibus que la lleva allí conoce a una mujer irlandesa muy católica que habla de la vocación religiosa de Nanda. Al llegar al convento, Nanda observa su limpieza y orden. La madre Radcliffe la recibe amablemente y la lleva a su nueva habitación después de despedirse de su padre, sintiéndose triste por dejar su casa.
El documento presenta biografías y obras de 7 artistas femeninas de la transición en España: Katy, Victoria Martos, Asun Balzola, Ana Miralles, Marika, Laura Pérez Cernetti y Marta. Cada sección incluye entre 5 y 37 páginas sobre la vida y obra de cada artista. El documento concluye con las fechas del proyecto, de noviembre de 2016 a octubre de 2023.
Este documento presenta una entrevista con la poeta y académica Francisca Perujo. En la entrevista, Perujo discute su trabajo como investigadora, incluyendo la edición de documentos históricos sobre Oriente y América. También menciona su única novela publicada hasta el momento y su trabajo en una nueva novela sobre la guerra civil española. La entrevista concluye con Perujo afirmando que la poesía es una necesidad primordial para ella a pesar de que rara vez publica su trabajo poético.
Este documento presenta una lista de 98 discos de flamenco considerados esenciales por el autor. La lista incluye grabaciones históricas de principios del siglo XX de cantaores como Antonio Chacón y Manuel Torre, así como discos más recientes de figuras como Camarón de la Isla, Enrique Morente y Paco de Lucía. El autor introduce la lista criticando las poseurs que dicen gustar del flamenco sin conocerlo realmente y defendiendo que lo más puro se encuentra en lo más rudo y primitivo.
El documento discute el concepto de "vamps" o mujeres fatales en el cine. Menciona algunas actrices que personificaron este rol como Nita Naldi, Greta Garbo y Greta Nissen. Explica que las vamps se caracterizan por su belleza exótica y misteriosa, y siempre visten atuendos reveladores. Aunque su papel es ser irresistibles y fatales, el autor argumenta que en realidad son sólo bellos mitos creados por el cine y que serían absurdas en la vida real.
El documento presenta un resumen biográfico de Ramón Cajade, escritor español nacido en 1914 en Santiago de Compostela. Trabajó como fiscal y juez en varias provincias españolas. Comenzó su carrera literaria escribiendo artículos para un periódico gallego y publicó varias novelas entre los años 50 y 60 que no tuvieron mucho éxito comercial. Sus obras estaban influenciadas por Miguel de Unamuno y se centraban en personajes rurales. Pasó sus últimos años retirado de la escritura y
Este documento presenta un resumen del libro "El triunfo de los derrotados" de Francisco de Herrera. Describe a los personajes principales Tomás Calleja y Mercedes, dos personas solitarias que viven en la misma casa. Calleja es un pintor frustrado de 40 años que vende libros para ganarse la vida. Mercedes es una viuda de 38 años cuyo hijo emigró a México hace tres años sin dar más noticias. El documento proporciona antecedentes sobre sus vidas y circunstancias.
Este documento describe el proceso de escritura de la novela El rapto del Santo Grial por Paloma Díaz-Mas. La autora escribió la novela entre 1978 y 1982, durante la transición política en España después de la muerte de Franco. En ese momento, había muchas oportunidades para que autores nuevos se dieran a conocer. Díaz-Mas presentó dos novelas tempranas a numerosos premios literarios. Finalmente, El rapto del Santo Grial fue publicado después de quedar finalista en el primer Premio Herralde de Anagrama. La novel
Este documento es el diario secreto de Adrian Mole, un adolescente inglés, durante los primeros días de enero de 1982. En el diario, Adrian describe a su problemática familia y vecindario, incluyendo a sus padres alcohólicos, su perro enfermo, y la atención no deseada del vecino Sr. Lucas hacia su madre. Adrian también reflexiona sobre sus aspiraciones de convertirse en un intelectual y sus problemas de acné. El diario ofrece una mirada humorística a la vida cotidiana de un joven inglés de clase
Este documento presenta un extracto de la obra de Manuel San Martín en el que describe la experiencia de comprar un billete de tren en una estación. El protagonista tiene dificultades para obtener información del vendedor y pagar el precio correcto del billete. Observa a otras personas en la estación mientras espera el tren, incluyendo a una mujer joven leyendo un libro. Reflexiona sobre cómo siente que la gente ya no le devuelve la mirada como antes.
Este documento es un diario personal que resume varios días en noviembre de 1971. Incluye una reflexión sobre la autora viéndose en el espejo y dándose cuenta que a pesar de ser vieja, su vida ha comenzado de nuevo. También describe un fin de semana que pasa con amigos en el campo, donde disfrutan de comida, música y conversaciones sobre temas variados. Por último, habla sobre una carta recibida de su editor donde este le asegura que podrá vender un millón de copias de su próximo libro.
DAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador BartolozziJulioPollinoTamayo
Este documento presenta una edición de 1930-1931 de una obra de Salvador Bartolozzi. La edición fue realizada por Julio Tamayo y contiene 37 páginas de texto. El editor providenció su dirección de correo electrónico cinelacion@yahoo.es al final del documento.
LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)JulioPollinoTamayo
Este documento presenta el prólogo y el primer capítulo de la novela "La entretenida indiscreta" escrita por Pedro González-Blanco bajo el seudónimo de Ana Díaz. En el prólogo, el autor explica que el libro está basado en experiencias reales y que tiene la intención de exponer la realidad de la vida de las prostitutas y sus clientes en España de forma cruda pero sin ficción. En el primer capítulo, la protagonista se presenta y dice que es originaria de la aldea de Martín de la Jara cerca de Osuna
Presentación Proyecto libreta Creativo Doodle Rosa (1).pdfPatriciaPiedra8
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En el vasto horizonte del cosmos, donde las estrellas parpadean como joyas incrustadas en el manto celestial, se encuentra un universo lleno de misterios y maravillas. Desde los confines de las galaxias distantes hasta los rincones más oscuros de la imaginación humana, la exploración del cosmos nos lleva a un viaje sin fin de descubrimiento y asombro.
En este vasto universo, la Tierra, nuestro hogar, brilla como una esfera azul brillante suspendida en la inmensidad del espacio. Un mundo de una belleza incomparable, donde los océanos danzan con la luz del sol y los continentes están adornados con una diversidad de paisajes y formas de vida.
Los océanos, vastos y profundos, albergan una inmensa variedad de criaturas marinas, desde las criaturas más pequeñas e imperceptibles hasta los gigantes majestuosos de las profundidades. Los arrecifes de coral, con sus colores vibrantes y formas caprichosas, son como ciudades submarinas llenas de vida y actividad.
En tierra firme, los paisajes varían desde las vastas llanuras hasta las imponentes montañas, desde los densos bosques tropicales hasta los áridos desiertos. Cada rincón de la Tierra está habitado por una diversidad de formas de vida, desde las diminutas bacterias hasta los majestuosos elefantes y los ágiles leopardos.
Pero la belleza de la Tierra también está marcada por la fragilidad de su ecosistema. El cambio climático, la deforestación y la contaminación amenazan con perturbar el delicado equilibrio de la naturaleza, poniendo en peligro la vida en el planeta. Es responsabilidad de cada uno de nosotros proteger y preservar este precioso hogar que compartimos.
Mientras exploramos las maravillas de la Tierra, también miramos hacia el cielo en busca de respuestas a las preguntas más profundas sobre el universo. Desde los telescopios terrestres hasta los satélites en órbita, la humanidad ha desplegado una red de ojos en el cielo para desentrañar los secretos del cosmos.
Las estrellas, como faros en la oscuridad, nos guían a través del vasto océano cósmico, mientras que los planetas y las lunas nos ofrecen destellos de mundos distantes y paisajes extraterrestres. En los confines del sistema solar y más allá, los científicos buscan signos de vida más allá de la Tierra, preguntándose si estamos solos en el universo.
Pero incluso mientras miramos hacia las estrellas en busca de respuestas, recordamos que nuestro hogar, la Tierra, es un oasis de vida en un vasto y desolado desierto cósmico. Es aquí, en este pequeño rincón del universo, donde encontramos la belleza, la diversidad y la maravilla que nos inspiran a explorar y descubrir más sobre el mundo que nos rode
Enganchados nº1_Fanzine de verano de junio de 2024Miguel Ventayol
Número 1 del fanzine de creación Enganchados.
Escrito e ideado por Miguel G. Ventayol.
Poemas, textos breves, narrativa y crítica literaria.
He escrito el primer fanzine para este verano de 2024, con la intención de que tenga continuidad en el tiempo.
Con una serie de poemas surgidos de diversas plantillas de CANVA, porque me pareció divertido trabajar sobre esas imágenes; así como poemas y algunos textos.
Algunos de ellos de experiencias personales, otros inventados.
Recuerdos de discos como el de Supersubmarina, Eels o Los Planetas
ÍNDICE
copiar. página 4
una cala frente al mar. página 5
una plaza en verano. página 6
tierra. página 7
échate unas risas, primo. página 8
palabras son solo palabras, a fin de cuentas. página 9
gírate. página 10
enganchados. páginas 11-13
luis, celine y la chica de ojos Bowie. páginas 14-15
crítica literaria. páginas 16-18
párate y mira. página 19
aniversario de super 8. página 20-22
échate unas risas, primo 2. página 23
FIN. página 24
Las castas fueron sin duda uno de los métodos de control de la sociedad novohispana y representaron un intento por limitar el poder de los criollos; sin embargo, fueron excedidas por la realidad. “De mestizo y de india; coyote”.
Este proyecto se enfoca en las artesanías y el arte de la región del Departamento de Nariño. ArtNariño es una iniciativa que busca crear una plataforma, donde los artesanos y artistas locales puedan publicar, explicar y vender sus obras, facilitando la conexión entre creadores y compradores según sus preferencias.
3. 3
ÍNDICE
Matilde Cherner, salmantina en el olvido..............................................5
Matilde Cherner, caso abierto (Biografía de una escritora)...................7
Reseña de “María Magdalena (Estudio social)”...................................31
María Magdalena (Estudio social).......................................................41
7. 7
MATILDE CHERNER, CASO ABIERTO
En 1880 se publica en Madrid la novela María Magdalena (Estudio
social). Firmada por Rafael Luna, seudónimo de la escritora salmantina
Matilde Cherner.
A los pocos meses de esta publicación, Matilde Cherner muere
repentinamente en su domicilio. Tenía 47 años. Su muerte sorprende
tanto a sus contemporáneos que se disparan los rumores de suicidio.
Se lanzan las primeras hipótesis: Matilde Cherner ha acabado con su
vida incapaz de asimilar el desdén y la incomprensión hacia su novela
más querida, María Magdalena.
Diecisiete años después de su muerte, la revista El Álbum
Iberoamericano, en una breve semblanza sobre la escritora y tras
enumerar algunas de sus obras, no duda en dar este final contundente
a su artículo:
[…] títulos, más que suficientes, para que se cuente á esta
suicida en el número de las que han enriquecido nuestra
literatura.
Aunque Villar y Macías en Historia de Salamanca ya clamaba a los
cuatro vientos que Cherner había muerto víctima de “un ataque
cerebral”, la fama de suicida y los brillos románticos que aureolan a los
suicidas del siglo XIX perduran alrededor de Matilde Cherner, hasta que
en 1998 Mª de los Ángeles Rodríguez Sánchez localiza el certificado de
defunción de la escritora, donde puede leerse que murió de un
aneurisma de aorta ventral.
Caso cerrado. Matilde Cherner no se suicidó.
8. 8
Pero ¿qué tenía la última novela de Cherner para alimentar así la
leyenda de un suicidio, para que a pesar del aprecio de unos pocos se
ganara el desdén de muchos? Pues que la protagonista de la novela
es una prostituta: Magdalena, una joven, casi una niña, que arrastra su
vida triste por la oscura ciudad de Salamanca. Una Salamanca en
sombras, presidida por un río Tormes alienta suicidios que acaba
arrinconando a la protagonista en el barrio más sórdido y pobre de la
ciudad, el de los Milagros; en una casa regentada por una vieja que los
estudiantes apodan “Celestina” en recuerdo de aquella otra Celestina
literaria.
La novela es una obra por momentos impresionante que atrapa la
atención del lector. Es injustísimo que Matilde Cherner y sus obras
hayan caído en un olvido casi completo. Matilde Cherner es la
prueba de que ni la historia ni el tiempo imparten justicia poniendo a
cada quien en su lugar.
LA DIFÍCIL RELACIÓN DE MATILDE CHERNER CON
SALAMANCA
De la biografía de Cherner no se sabe apenas nada. Hija de Antonia
Hernández, natural de Aldeadávila (Salamanca) y de Juan José Cherner
y Luna, nacido en San Fernando (Cádiz), procurador del Juzgado de
Salamanca. La escritora nace en Salamanca el 13 de marzo de 1833, y
es bautizada en la iglesia de san Cristóbal. Así lo recoge Villar y Macías
en su Historia de Salamanca. Y así lo hacen constar también en la
Revista del Círculo Agrícola Salmantino, a los pocos días de la muerte
de la escritora, donde en una nota a pie de página el redactor informa:
Según últimas y autorizadas noticias, nació en la parroquia de San
Cristóbal de esta ciudad.
Villar y Macías recoge el nombre completo de la escritora: Matilde
Rafaela Cristina Cherner y Hernández.
Su infancia y adolescencia transcurre en Salamanca. Los veranos la
familia los pasa en Aldeadávila, dato que ella misma confiesa en su
artículo “Una boda en Tirados” (publicado en La Época en 1878)
9. 9
La vocación literaria de Matilde Cherner despierta muy pronto.
El 25 de enero de 1856, la Revista Salmantina Periódico Literario da
cuenta de la función semanal del Liceo Artístico. En esta función
participa Matilde Cherner. Tiene diecinueve años:
La señorita Doña Matilde Cherner salió a leer una Oda a
Salamanca, con la desconfianza y timidez propias de su sexo.
Los unánimes aplausos que al oír sus versos estallaron
debieron dejarla ampliamente remunerada. Gloria al bello sexo
que así toma parte en el movimiento intelectual de la época.
No voy a decir nada del machismo decimonónico del redactor,
empeñado en convertir la desconfianza y la timidez en patrimonio
exclusivo del sexo femenino. Lo que interesa del artículo es que
seguramente fue esa Oda a Salamanca el primer trabajo que Matilde
Cherner dio a conocer al público. Una pena que el artículo en vez de
dejar constancia de la comprensible timidez escénica de Cherner no
publicara la Oda a Salamanca, ahora desaparecida para siempre en la
niebla del pasado.
No sabemos nada de la formación que recibe Matilde Cherner ni de las
lecturas que despiertan su vocación literaria.
En El Álbum Iberoamericano afirman que:
Poseía, con perfección, el latín, hablaba correctamente el
francés, veía en los clásicos a sus maestros más predilectos.
De la formación clásica de Matilde Cherner no se puede dudar porque
son múltiples las alusiones que hace en sus obras a la historia griega, la
mitología clásica...
10. 10
Matilde Cherner debió de crecer en un entorno culto. Su participación en
las funciones del Liceo Artístico hacen pensar en la implicación de su
familia en la vida cultural de Salamanca. Además, en la breve
semblanza que publicó la Revista del Círculo Agrícola Salmantino, se
hace constar que su familia alienta desde el principio la vocación
literaria de la escritora:
Su padre D. Juan José Cherner, […] Estaba encantado de las aptitudes
de su hija, y de la vocación a la literatura desde sus tempranos años.
Esa vocación literaria la lleva a participar en otra función del Liceo
Artístico a las pocas semanas de su primera intervención. Esta vez
Cherner lee un poema tituladoLa Unión donde se muestra
comprometida, clamando por la fraternidad y la libertad de los
oprimidos. Un compromiso social y político que será constante en la
vida y en la obra de Matilde Cherner.
En esta ocasión, La Revista Salmantina Periódico literario sí publica el
poema, pero el contenido político del mismo motiva que se encabecen
los versos con la siguiente advertencia:
[…] aun cuando consideraciones de bastante peso para
nosotros nos aconsejaban que no viera la luz en nuestro
periódico, […] no podemos resistir la tentación de darla
publicidad.
Esas “razones de peso” hacen sospechar la polvareda de críticas que
los redactores esperaban que recibiría el poema. Y no se
equivocaron porque veinte años después, en un poema titulado A los
federales Salmantinos, Matilde Cherner hace memoria de su
adolescencia charra y confiesa:
11. 11
Del claro Tormes en la fresca orilla
Mi adolescencia plácida corrió:
Hoy, que otro cielo ante mis ojos brilla,
Tu recuerdo mi pecho no olvidó.
No, no te olvido, bella Salamanca,
Emporio del saber… ¡hoy ya perdido!
Tu dulce nombre de mi pecho arranca
Un amargo, tristísimo gemido.
[…]
Y yo, que de mi vida en los albores
La unión, la libertad he proclamado.
Yo vi alzarse fanáticos rencores
Contra mi pobre canto entusiasmado.
Los “fanáticos rencores” que contra Matilde Cherner brotan en
Salamanca es probable que comenzaran al publicarse el poema La
unión. Y ya sabemos todos los charros lo insoportablemente pequeña
que ha sido siempre Salamanca, más aún en el siglo XIX, como para no
tropezar a diario con los rencores que puedan despertarse, que si
encima de fanáticos tienen regusto político entonces ya ni hablamos.
La relación de Matilde Cherner con Salamanca fue por tanto
complicada. Complicación que se deja ver también en la breve
semblanza sobre la escritora de la Revista del Círculo Agrícola
Salmantino:
Aquí se ensayó en la novela, sin que lograra, por diferentes
causas, ver publicada la primera que escribió.
El redactor no aclara las “diferentes causas” que hicieron que
Matilde Cherner no consiguiera publicar en su ciudad natal su
primera novela.
Cuando Cherner escribe esta primera novela es una veinteañera. No se
sabe nada del título pero si bastante de su contenido, porque la
escritora lo cuenta muchos años después, al hilo de una reseña de la
novela Adriana de Wolsey de la escritora Ventura Hidalgo. En ese
mismo artículo explica sin tapujos esas “diferentes causas” que vetaron
en Salamanca la publicación de la novela.
12. 12
Cherner califica su primera novela como “novela de costumbres” y
escribe que reflejaba “con tanta verdad como se refleja en el claro
Tormes la imponente silueta de la ciudad[…], la sociedad galante de
Salamanca, las intrigas, los amores, las locuras de su juventud escolar,
alegre, bulliciosa y pendenciera”. Y todo ello, dice la escritora, elaborado
con “la imprevisora franqueza, la inocente osadía de los pocos años”.
Quien después de esta descripción no se muera de ganas de leer el
debut de la Cherner en la narrativa no tiene media gota de sangre
lectora y charra corriéndole por las venas. Lo malo es que por mucho
que queramos leerlo es imposible. No se publicó entonces, y el
manuscrito inédito debió de perderse.
¿Y contra quién podemos dirigir ahora nuestra enrabietada
insatisfacción lectora? Contra la llamada Ley de imprenta Nocedal y sus
prácticas censoras. La novela fue censurada sin contemplaciones.
Sufrió una censura que la autora califica de “dura” y “sangrienta”.
Vamos, que por si la ópera prima de Cherner no hubiera reunido ya
suficientes atractivos para un lector curioso, encima fue censurada.
¡Cada vez enrabia más no poder leerla!
Imaginemos ahora aquella Salamanca de mediados del XIX: pequeña,
chismosa, criticona y con su toquecito envidioso, e imaginemos dentro
de ella a la jovencísima Cherner con sus poesías libertarias y su novela
censurada bajo el brazo. No es difícil imaginar a continuación un río de
miradas torcidas y de “fanáticos rencores” discurriendo contra ella por
las calles de la ciudad.
Aún así, Matilde Cherner vive en Salamanca hasta la muerte de sus
padres. Así lo afirman en la Revista del Círculo Agrícola Salmantino:
Muertos sus padres, y enajenado su pequeño patrimonio, se
trasladó a Madrid.
Con lo que sacara de vender lo poco que poseían sus padres en
Salamanca, y con el manuscrito de su primera novela inédita bajo el
brazo, Matilde Cherner se marcha a Madrid dispuesta a hacer
realidad su sueño de ser escritora.
13. 13
LOS MADRILES DE MATILDE CHERNER: LIBERTAD, IGUALDAD Y
SOLTERÍA
No se sabe con exactitud en qué fecha se instala Cherner en Madrid.
Los primeros artículos que aparecen de ella en la prensa madrileña son
de 1870.
Calle de la Palma,21. Último domicilio de Matilde Cherner en Madrid.
(También vivió en Horno de la Mata,10)
Foto Street View
En la capital de España Matilde Cherner empezó a relacionarse con
algunos escritores del momento, así lo afirman en El Álbum
Iberoamericano:
conocidos literatos Manuel Fernández y González, José
Marco, Nicolás Díaz Pérez, Luis Vidart y Enrique Rodríguez
Solís, con quienes debatía largamente, y siempre con lucidez,
cuestiones políticas y de crítica literaria.
Que Matilde Cherner se ocupara de cuestiones de crítica literaria, y
publicara diversos trabajos en este campo, es un hecho que la
distingue. Porque en el siglo XIX la crítica literaria, como tantas otras
cosas, era patrimonio exclusivo de los varones.
14. 14
El grueso de la obra de Matilde Cherner está dispersa entre las
páginas de revistas y periódicos publicados entre 1870 y 1880. El
primer artículo de la escritora que he encontrado es “La fiesta del
Corpus” publicado en mayo de 1870 en la revista La Moda Elegante.
Periódico de las familias. Una publicación femenina que entre vestidos,
miriñaques y sombreros de última moda, ofrecía artículos diversos y
novelas por entregas.
Matilde Cherner empieza enseguida a firmar la mayoría de sus trabajos
con el seudónimo Rafael Luna. Tomado, como explica Villar y Macías,
de su segundo nombre (Rafaela) y del segundo apellido de su padre
(Luna).
Cherner colabora con diferentes publicaciones: La Ilustración Federal
Republicana, La Ilustración Popular, La ilustración de la mujer, Revista
semanal de literatura, Revista contemporánea, Revista de España, El
Periódico para todos, La Época. Hoja literaria, El demócrata Semanario
republicano… Y de vez en cuando envía colaboraciones desde Madrid a
periódicos charros: El Eco del Tormes, El Federal Salmantino...
Sólo con leer el título de algunos de esos periódicos basta para darnos
cuenta de la carga política e ideológica que contienen muchos de
sus escritos. Cherner era una republicana democrática federal
convencida.
Como defensora de la libertad y la igualdad luchó también contra la
discriminación de la mujer.
En La Ilustración de la mujer, Cherner publica Las mujeres pintadas por
sí mismas. Cartas a Sofía. Aquí desarrolla sus reflexiones acerca de la
educación de las mujeres. Reivindicando, por ejemplo, que no se luche
sólo para lograr que se generalice la formación universitaria de la mujer,
sino que las mujeres puedan sacarle partido a esa formación
alcanzando el derecho y la libertad de trabajar; el espacio público no
tenía por qué ser sólo de los hombres.
15. 15
Cuentan en La Época. Hoja literaria que pocos días antes de su muerte,
Matilde Cherner acudió a la redacción de la que era colaboradora y
entregó su último artículo: “Profesión de fe”. En realidad no se trataba
de un artículo inédito porque ya lo había publicado en 1878, en el
periódico La Mañana, con otro título: “No caben dos cabezas en un
sombrero”.
16. 16
“Profesión de fe” o “No caben dos cabezas en un sombrero” es un relato
breve en el que dos escritoras charlan y llegan a la conclusión de que la
superioridad de los hombres sobre las mujeres, dogma incrustado hasta
los tuétanos de los hombres decimonónicos, hacía imposible que una
escritora pudiera realizarse como tal si estaba casada. Según este
breve relato, cualquier mujer del siglo XIX que pretendiera destacar,
tener éxito, salir del ámbito doméstico, no tenía más remedio que
renunciar a casarse, porque un matrimonio armonioso, sin trifulcas
continuas, necesitaba del sometimiento de la mujer, necesitaba que la
mujer se apagara, que no destacase para hacer realidad la superioridad
del marido:
—Sí fuéramos á creer en las atribuciones que concedes á
los maridos, su despotismo superaría en mucho al de los doce
tiranos.
—No soy yo, es el mundo el que les concede esas
atribuciones que no pretendo exagerar, y á las que he
procurado sustraerme permaneciendo soltera.
Precisamente al hilo de la publicación de este artículo que dejó Cherner
antes de morir en la redacción de La Época, el periódico dedica un
cariñoso recuerdo a la escritora. Son unos párrafos que llaman mucho
la atención porque desvelan, para satisfacción de lectores curiosos
con ramalazo cotilla como yo, un capítulo de la vida privada de la
escritora:
Unos dos años hace que la escritora empezó á honrarnos con
sus frecuentes visitas. Al principio pudimos creer que el móvil
era su afición al periodismo; pero pronto nos convencimos de
que otra pasión mas avasalladora reinaba en su pecho y que
el dulce objeto de su cariño era uno de nuestro mas queridos
compañeros. […]
El proyectado enlace no llegó á efectuarse por causas que no
son de este lugar. Las visitas de Matilde Cherner disminuyeron
considerablemente. Pero cuando venía nos hacía pasar un
rato excelente con sus discretos chistes. Y lejos de mostrarse
resentida con su ex-prometido, lo echaba todo á broma,
complaciéndose en mostrarse con él la mejor amiga del
mundo.
17. 17
Profesión de Fe, el último artículo que Cherner quiso publicar pocos
días antes de que la sorprendiera la muerte, ¿es una declaración de
intenciones de su autora? A lo mejor... Que la escritora, como la
protagonista del cuento, permaneciera soltera es sólo una curiosidad.
Pero que la escritora tachara aquello de “No caben dos cabezas en un
sombrero” y lo cambiara por un rotundo “Profesión de Fe” parece invitar
a pensar que el relato es toda una declaración de intenciones.
GUERRAS SUCIAS DE ESCRITORES
Cherner se mueve en todos los géneros literarios; poesía,
narrativa, ensayo, teatro y hay noticias de que incursionó en los
mundos de la zarzuela. Gracias a su correspondencia, sabemos que
trabajó en la redacción de al menos una zarzuela con el título Enterrado
y Coronado.
Murió sin lograr la aspiración de ver representadas en los teatros
madrileños alguna de sus obras. Pero dejó testimonio del compadreo
feroz que rige los mundos literarios, y de la rivalidad rayana en la
competencia desleal que se cuece entre literatos. (Vamos, que dejas
solos a un par de escritores y diez contra una a que terminan tirándose
de los pelos. Es broma… ¿o no?...).
Echando un breve vistazo a los artículos, poemas, relatos de Matilde
Cherner… nos damos cuenta enseguida de que era una persona que no
huía de los conflictos, polemizaba con quien hubiera que polemizar y
afrontaba con energía los reveses que recibía, que no fueron pocos.
En 1872, en un intento de dar el salto a los escenarios, Cherner
presenta al Teatro Español un drama titulado Don Carlos de Austria. De
la mala suerte que corre esta obra da cuenta en su artículo
“Historia de un drama. Contada por su autor”.
18. 18
A través de este artículo nos enteramos que una de las curiosas reglas
del Teatro Español era:
no puede ser puesta, en escena ninguna obra de autor
desconocido, si no es patrocinada por un renombrado literato.
En fin, que los mundos literarios desde siempre han procurado
complicar cuanto más mejor el acceso a los novatos…
Cherner busca el preceptivo apoyo de renombre y cuando lo consigue
lleva su drama al Teatro Español. El director dictamina que es
“altamente representable” si la autora acepta realizar algunas
correcciones. Cherner las acepta. El problema se desencadena porque
el “renombrado literato” que patrocina a Cherner es muy amigo de
Núñez Arce. Y da la casualidad que Núñez Arce ha entregado al Teatro
del Circo su drama El Haz de Leña, que trata sobre el mismo asunto
histórico que el de Cherner. El “renombrado literato”, patrocinador de
Cherner, no puede evitar informar a su amigo de que en el Teatro
Español se prepara el estreno de un drama con el mismo argumento
que el suyo. Consecuencia: Núñez Arce precipita el estreno de su
drama, y el director del Teatro Español siente que le han pisado la
historia y decide que no le interesa ya representar el de Cherner.
Pero Cherner no se rinde. Y somete su drama a diferentes opiniones
para ver cómo puede mejorarlo, hacerlo más atractivo y volverlo a
intentar. Y así nace un segundo drama, completamente renovado con el
título Como hombre, no como Rey.
Cherner termina este drama en 1879 y otra vez lo presenta al Teatro
Español. Y fatalidad de fatalidades y casualidad de casualidades donde
las haya…, Núñez Arce decide reestrenar El Haz de Leña siete años
después de su estreno. Consencuencia: Matilde Cherner se ve obligada
a retirar, otra vez, su drama de los escenarios del Español.
En Marzo de 1873, le sucede a Matilde Cherner otra peripecia. Se hace
famosa su acusación de plagio contra Agustín Fernando de la
Serna, hijo del Barón del Sacro Lirio.
19. 19
Ese año Matilde Cherner entrega al Teatro Español su drama titulado La
cava. El Teatro Español no se interesa por su obra pero al poco tiempo
estrena otra sospechosamente similar a la de Cherner, escrita por
Agustín Fernando de la Serna. Cherner, es de suponer que enfurecida,
pone un comunicado en la prensa acusando a La Serna de plagio, y La
Serna se revuelve contra ella con toda la artillería. Justifica los
parecidos clamando que se trata de un episodio histórico, que además
el Teatro Español conocía su obra antes que la de Cherner, que varios
escritores conocían también su drama antes que el de Cherner viera la
luz, que si le obligan empezará a dar nombres, y que además llevará a
Cherner a los tribunales…
Cherner tiene que aguantar párrafos en prensa del pelaje siguiente:
El drama Don Rodrigo se ha hecho mas célebre que por lo
ruidoso de su éxito, por las contestaciones que ha suscitado
en la prensa entre una para nosotros desconocida poetisa —
doña Matilde Cherner— y el Sr. La Serna.
La una, con intrepidez no muy propia de su sexo, acusó al otro
nada menos que de plagiario de una obra suya […]quien no
satisfecho todavía, parece que se propone llevar la cuestión á
los tribunales. Si hiciese caso de nuestro desinteresado
consejo, desistiría de semejante idea.—La acusación de doña
Matilde Cherner no ha producido efecto alguno: nadie le ha
dado importancia, juzgándola, según dicen los francesas, une
boutade.
Es una pena que no haya encontrado rastro de La Cava para
compararlo con Don Rodrigo y comprobar de primera mano hasta dónde
llegaban los parecidos. Ambas obras fueron escritas en verso y habría
estado bien poder comprobar si las similitudes iban o no más allá del
argumento histórico. Porque cuesta mucho imaginar que Matilde
Cherner acusara de plagio a La Serna sólo por dramatizar el mismo
hecho histórico que ella; porque lo mismo le había sucedido con El Haz
de Leña de Núñez Arce, y a Cherner no se le ocurrió acusar a éste de
plagio…
El caso es que Matilde Cherner echa el freno, y retira su acusación.
20. 20
Que Matilde Cherner escribiera de política, que ejerciera la crítica
literaria, y que defendiera su obra con “intrepidez no muy propia de su
sexo” no sentaba nada bien.
De hecho, Leopoldo Alas Clarín arremete abiertamente contra ella
en 1879. En su prejuicioso artículo “Las literatas”, entre lindezas del
tipo: “la literata como el ángel, y mejor, como la vieja, carece de sexo” o
“La mayor parte de las literatas son feas”, califica a Matilde Cherner
como escritora de “menor cuantía”.
En fin, pobre Clarín, víctima del recalcitrante machismo decimonónico
escribió “Las literatas”, un artículo que ha envejecido fatal, y que a la luz
del siglo XXI deja a su autor en muy mal lugar. Su feroz ataque contra
Matilde Cherner en el encabezamiento de un artículo de contenido
tan penoso hace brillar más a nuestra paisana. Ladran, Matilde,
luego cabalgamos…
21. 21
¡MATILDE CHERNER, AGENTE SECRETO EN MARSELLA!
Además de dedicar su tiempo a escribir artículos, poesía, novelas,
cuentos, dramas, Matilde Cherner, como republicana convencida,
trabaja activamente por la república. Lleva su compromiso político
mucho más allá de la letra impresa.
Por una carta que envía a su amigo Francisco Asenjo Barbieri,
sabemos que el 27 de septiembre de 1879 Matilde Cherner estaba en
Marsella viviendo una peripecia digna de un libro. La escritora lo
explica así en su misiva:
Hace quince días que estoy en Marsella y de esos quince he
pasado uno en la calle, once en el hospital y tres en un hotel
socorrida por el Cónsul. Esta noche me obligan a marchar
enferma y casi desnuda pues he perdido todo mi equipaje y el
traje que tengo es el mismo, o parte del que tenía la noche del
domingo 14 cuando me caí en el mar donde permanecí más de
cuatro horas.
Como yo no puedo decir aquí, ni tampoco me atrevo a
consignarlo en esta carta, qué hacía yo a las doce de la noche
a la orilla del mar sola ni a quién, ni por qué di doscientos
francos que traía para mis gastos de viaje […] Necesito pues
que me haga V. el favor de prestarme mil francos, que puede
girarme a Barcelona, donde tengo una casa conocida en la que
me recibirán bien y en la que podré reposar y recobrarse, si
esto es posible, mi perdida salud.
Yo aunque poca tengo alguna hacienda con que responder de
esta cantidad de que tanto necesito serle deudora, y V. me
esperará a que sin grave perjuicio pueda devolvérsela. Prefiero
morir, y esto se lo digo de todo corazón, a llegar a Madrid en el
triste estado en que me encuentro, sin contar que mi
quebrantada salud no me permitiría tan largo viaje máxime
haciéndolo como una mendiga de consulado en consulado.
Y todo por haber querido salvar la vida a quien jamás me
pagará ni me agradecerá siquiera tal favor.
22. 22
No me atrevo a explicarme más y le ruego que hasta mi
regreso a Madrid tenga la bondad de guardarme secreto sobre
esta carta […]
Tanto secreto hace sospechar a los historiadores que Cherner podría
haber colaborado de algún modo nada menos que en alguna de las
conspiraciones antimonárquicas contra Alfonso XII que se gestaban
en Francia por aquel entonces. Ahí queda eso…
Quién fue la persona misteriosa y desagradecida a quien Matilde
Cherner salvó el pellejo y por qué se lo salvó son preguntas que ya
sólo pueden responderse en el territorio de la imaginación. Hagan
sus apuestas… ¿Quizá un amigo?
Matilde Cherner no tenía muchos amigos. En otra carta, anterior a la de
Marsella, dirigida también a Asenjo Barbieri confiesa:
Tengo muy pocos amigos: aunque dijera ninguno, no mentiría,
y cuando manifiesto mi estimación y simpatía a una persona
digna de ellas, sufro mucho, me duele mucho el alma, si
aquella persona no me corresponde.
Ese párrafo tristón y un poco desesperado lo escribe con motivo de que
Barbieri no responde a su amistad ni a sus cartas como debería. Aún así
Cherner sigue considerando a Barbieri su amigo hasta que Barbieri
la deja tirada en Marsella, sin responder a su petición de ayuda ni
tampoco a otras dos cartas más que le envía desde España, de vuelta
ya de su misteriosa aventura marsellesa. Cherner le pide tajante que le
devuelva la carta en la que le pedía auxilio.
Barbieri ni responde ni devuelve la carta ni tampoco la guarda en
secreto como Matilde Cherner le pedía, porque cuando Barbieri lega sus
papeles a la Biblioteca Nacional ni corto ni perezoso mete la carta que
debió ser secreta junto a las demás de Matilde Cherner, agrupadas
todas en una carpeta titulada: “Dª Matilde Cherner / Escritora / con el
seudónimo de Rafael Luna / † en Madrid, el verano de 1880”
Pero gracias a la traición de Barbieri, podemos conocer un episodio
rocambolesco de la casi desconocida vida de Matilde Cherner.
23. 23
"NADIE SE ACORDARÁ MAÑANA DE LA POBRE
ESCRITORA"…
Tras la muerte de Matilde Cherner el 15 de agosto de 1880, se recogen
algunas sentidas necrológicas en los periódicos. Es muy curiosa la
insistencia de algunos de esos textos en afirmar que Matilde
Cherner tuvo una vida infeliz:
[…] merece un lugar entre los buenos escritores. Matilde
Cherner era pobre y era mujer. ¡Quién es capaz de
comprender los esfuerzos que ha necesitado emplear para
cultivar las letras!
Nadie se acordará mañana de la pobre escritora.
Nosotros, que la conocimos en vida y que hemos
experimentado un profundo dolor al saber su muerte,
hacemos votos por que en el cielo encuentre la felicidad que
no halló en la tierra.
La Época
Y Mesonero Romanos escribió:
Hoy ésta amena y laboriosa escritora, arrebatada por la
muerte, no deja en pos de sí familia, amigos ni protectores;
sólo obtiene el olvido más injusto. Por eso aprovecho la
ocasión de dedicar este único recuerdo a su memoria.
Esta imagen de escritora triste, abandonada y victimizada en medio
de un mundo cruel me encaja mal con la mujer luchadora que tras
vivir la muerte de sus padres emprende en Madrid la búsqueda de un
sueño; la mujer que remueve Roma con Santiago por ver sus obras en
el escenario; la mujer que se revuelve contra las zancadillas, se levanta
del fracaso y rehace un drama para volverlo a intentar; la mujer que
emprende viaje a Marsella con 200 francos y una misión secreta; la
mujer que autoedita su novela (María Magdalena es una novela
autoeditada por su autora) y la mueve ilusionada de aquí a allá
enviándola a revistas y a conocidos.
24. 24
Puede que Matilde Cherner no tuviera dinero, puede que no tuviera
protectores, y a lo mejor no tuvo muchos amigos (¿alguien los tiene?),
pero estaba llena de talento, ilusión y valentía. Luchó toda su vida por la
igualdad entre hombres y mujeres y por erradicar las injusticias del
mundo. Escribió y se movilizó por la libertad, la democracia y por la
España federal sin rey en la que creía. Su vida y su obra fueron siempre
fieles a sus principios y creencias. Y logró su sueño de escribir, aunque
en vida ella siempre quisiera llegar más lejos; el corazón literato debe
siempre ser inconformista.
Ciento treinta y tres años después de su muerte se han publicado
algunos trabajos sobre su obra (ver bibliografía). Y ciento treinta y tres
años después de su muerte aquí estamos en un blog de Internet, un
medio que ni Mesonero Romanos ni el redactor de La Época podían
imaginar que existiría, llevando la contraria a ese olvido fatal que las
condescendientes necrológicas le pronosticaban. Porque Matilde
Cherner, sus obras, su vida, merecen ser recordadas, admiradas,
merecen escapar de las sombras del olvido.
25. 25
OBRA DE MATILDE CHERNER
Ya lo avisa en 1887 Villar y Macías: <<La multitud de periódicos en que
publicó sus artículos, hace poco menos que imposible el coleccionarlos,
para darlos a conocer en uno o más volúmenes>>.
Los títulos que aparecen recopilados aquí los he ido tomando de los
estudios publicados sobre la escritora, y de revolver un poco en la
hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional y en la web de prensa
histórica del Ministerio de Cultura.
Más allá de la pequeña lista que aparece a continuación, de Matilde
Cherner queda ahí fuera mucha tela que cortar.
Poesía
•La Unión
•A los federales Salmantinos
•La Mendiga
•Canción del Herrero
•Guerra
•A un muerto
•La primera hora del año
•Los Reyes se van
•Lamentos de un preso
•Cantares
•Cantares a las flores
•Romancero Federal
•Al pueblo español
•Los dos infinitos. Soneto
26. 26
Narrativa
•Un episodio de la Guerra de la Independencia
•Malagana y Lord Wellington
•Un día de gloria
•La Torre del Clavel. Leyenda
•Amor de un día
•A orillas del Tormes
•No caben dos cabezas en un sombrero/Profesión de fe
•El Miserere de Doyagüe
•La esposa de un federal
•Novelas que parecen dramas [novela]
•Ocaso y Aurora [novela]
•Las tres leyes [novela]
•El novio que entra por la puerta y el que entra por el balcón [novela]
•María Magdalena (estudio social) [novela]
•Profesión de fe
Teatro
•El doctor y el estudiante
•La Cava
•Don Carlos de Austria
•Como hombre no como Rey
•El Baroncito. Juguete lírico
Zarzuela
•Enterrado y Coronado
27. 27
Ensayos y artículos
•Las mujeres pintadas por sí mismas. Cartas a Sofía
•Don Manuel José Doyagüe [biografía]
•Música religiosa sobre la profana
•Una boda en Tirados
•Notre Dame de Paris [citado el título. Artículo no encontrado]
•Villoria. Comunero salmantino
•El descendimiento
•La fiesta del Corpus
•Juan del Encina [estudio crítico]
•Algunas consideraciones acerca de la literatura dramática con motivo
del drama de D. Luis Vidart, titulado: Cuestión de amores [estudio
crítico]
•Adriana de Wolsey. Novela original de Ventura Hidalgo con una carta
prólogo de don Víctor Balaguer –Biblioteca de la ilustración española y
americana [juicio crítico].
•Juicio Crítico sobre las novelas ejemplares de Cervantes [estudio
crítico premiado por la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras]
•Literatura dramática en general y sobre los teatros modernos
Castellano y Catalán en particular [estudio crítico]
•Algunas observaciones sobre <<La Celestina>>
•Dos palabras al bibliógrafo de El Globo [réplica a una crítica de su
novela Ocaso y Aurora]
•Fiestas reales
•El Vos y el Usted. Una pregunta á la opinión al buen gusto y a la Real
Academia de la Lengua
•Pecado original según los <<vedas>>
•Los árabes en España
•Fiestas reales
•Asociación para la enseñanza de la mujer
29. 29
BIBLIOGRAFIA UTILIZADA
Estudios sobre Matilde Cherner
• <<“Conociendo yo, caballero, lo mucho que vale su nombre y lo
poco conocido que es el mío”: Cartas de Matilde Cherner a
Francisco Asenjo Barbieri (1877-1879>> Pura Fernández Centro
de Ciencias Humanas y Sociales-CCHS, CSIC, Madrid. EnSiglo
XIX (Literatura hispánica). Escritores decimonónicos en singular.
http://marietacantos.esmiweb.es/download_file/view/43/372.pdf
(El estudio comienza en la página 89) (Recomiendo descargarlo
porque leer las cartas de Matilde Cherner no tiene precio. Y
además el estudio de Pura Fernández previo a la transcripción de
las cartas es muy interesante)
• Matilde Cherner: una voz femenina y crítica ante la prostitución en
la España de 1880. Mª de los Ángeles Rodríguez Sánchez.
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/13/aih_13_2_046.pdf
• Matilde Cherner, canon y anticanon: periodismo político. M.ª de
los Ángeles RODRÍGUEZ SÁNCHEZ.
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-elaboracion-del-
canon-en-la-literatura-espanola-del-siglo-xix-ii-coloquio-de-la-s-l-e-s-
xix-barcelona-2022-de-octubre-de-1999--0/html/p0000006.htm#I_36_
Libros de temática salmantina
• Historia de Salamanca. Villar y Macías M. 1877
• Mujeres singulares salmantinas (220 A.C.- Siglo XIX). Mª Dolores
Pérez Lucas. Amarú Ediciones. 2004
• Callejero histórico salmantino. Ignacio Carnero. Amarú Ediciones.
2009
30. 30
Prensa histórica
• Revista del Círculo Agrícola Salmantino. 21 agosto 1880.
• El álbum iberoamericano. 30 de enero 1897
• La Discusión. Diario democrático 20 de marzo de 1873
• La Época. Científica, literaria, financiera, industrial y mercantil 8
agosto 1878; 10 de febrero, 24 marzo, 9 de noviembre de 1879
• La Correspondencia de España. 20,28 de marzo 1873
• La Época. Hoja literaria 18 agosto 1880
• El Constitucional. Diario Liberal de Alicante 10 junio 1879, 4 julio
1880
• El comercio 20 agosto 1880
• La mañana. Periódico político y literario: 1 julio de 1877; febrero,
agosto, noviembre, diciembre 1878; enero, julio 1879
• La Academia. Revista de cultura hispano portuguesa latino-
americana. Septiembre 1878
• La Moda Elegante. Periódico de las familias.30 de mayo de 1870;
julio, octubre, noviembre de 1875, octubre 1877, junio, abril 1878;
• La Unión 8 de marzo de 1879
• La Ilustración de la mujer. Enero, mayo; octubre, junio, julio,
noviembre de 1875
• La Ilustración Republicana Federal, 20 de agosto, 22 de octubre
de 1871; 23 de Febrero, 21 de junio de 1872
• Revista europea. Tomo Decimocuarto Año VI Número 287 - 1879
agosto 24; 20 junio de 1880.
• El Periódico para todos 10, 11, 12, 13 de febrero de 1877; 21
enero 1880
• Revista Contemporánea. 30 de octubre, 30 de diciembre de 1877
• Revista de España nºs: mayo, julio, septiembre, noviembre de
1878
• El Eco del Tormes. Mayo, junio de 1877
• Revista Salmantina. Periódico Literario 25 de enero de 1852, de
abril 1852
• El Federal Salmantino 4 de agosto, 19 septiembre de 1872,
• La Iberia 19 junio de 1880
31. 31
"María Magdalena (Estudio social)"
de Matilde Cherner / Rafael Luna
En 1880, la escritora salmantina, Matilde Cherner, medio emboscada
tras el seudónimo de Rafael Luna, publica la novela María Magdalena
(Estudio social).
Nos cuenta la historia de una prostituta, Magdalena, que vive en la
ciudad de Salamanca, en una casa del barrio de Los Caídos (barrio
Chino), a las órdenes de una vieja que todos apodan Celestina, por
dedicarse a lo mismo a lo que se dedicó cuatrocientos años antes la
Celestina literaria.
La historia de cómo los sueños de Magdalena chocan contra la realidad
y desaparecen sirve a la escritora para hacer una feroz crítica social.
Lanza sus dardos contra la tolerancia y aceptación social de la
prostitución, de la que en aquellos tiempos se debatía la conveniencia
de su legalización (tema que, desgraciadamente, sigue sin perder
actualidad). Critica la discriminación de la mujer, la pobre formación
cultural destinada a las niñas que las condenaba de por vida a una
existencia peligrosamente dependiente. Desmitifica el amor. En la
novela, la fuerza del amor sólo resplandece en un contexto idílico,
aislado del mundo real. Al contacto con la realidad, el amor se llena de
conveniencias y, como otro sueño más, desaparece.
32. 32
Selección de fragmentos
¿Para qué la ciencia, si no lleva la fortaleza y la esperanza
á un alma atribulada?
[…] algunas personas […] procuraron consolarnos y hacernos
compañía […] poco á poco fueron dejando de visitarnos;
[…] las visitas, como todo lo de este mundo, solo se sostienen
por el interés y la reciprocidad.
[…]y mi querido Quijote,[…]. Aquel precioso libro […] al leerlo
ahora con el alma llena de dolor y el corazón oprimido por
tristes presentimientos, hallaba ocultos en él mil pensamientos
profundos y filosóficos que hasta entonces jamás descubrí, y
en sus eternos y siempre oportunos chistes, un fondo de
resignada y meditativa tristeza.
Aquel libro, mi único amigo, mi único consuelo.
[…]mi madre, aunque joven, se hallaba enferma y abatida,
víctima de su educación y sus costumbres
¡Por qué ellas llevan erguida la frente que nosotras tenemos
que ocultar entre el fango!...
¿Es Dios, es el mundo, quien nos marcó tan distintos
destinos? ¿O es que el hombre, duro y egoísta, les impone á
ellas su virtud, como á nosotras nuestra impureza?...
Salamanca es el escenario que rodea a Magdalena en su peregrinaje
hacia la decepción total. La ciudad “vetusta en la que se respiran aún
los vientos clásicos de los siglos XV y XVI”, la ciudad dorada y mítica,
muy querida para la protagonista y para su madre, se vuelve oscura
enseguida. Lo primero que ve Magdalena cuando llega a Salamanca
son sus torreones “pardos y sombríos”.
Mi primera impresión al descubrir aquella ciudad tan triste,
oscura y solitaria, perezosamente dormida á la orilla del
melancólico Tormes, que baña sus ruinosas murallas, fue tan
dolorosa, que se oprimió fuertemente mi corazón
33. 33
Magdalena afronta la enfermedad y la muerte de su madre en una casa
miserable, cercana a las ruinas del convento de los Agustinos (actuales
restos del Botánico). Tras darle sepultura, sola y desamparada en la
oscura ciudad de torreones pardos, decide acabar con su vida
adolescente en las aguas del Tormes:
La casa que habitábamos estaba situada cerca del sitio donde
aún hoy existen las ruinas del convento de San Agustín, y la
ruta que yo me había marcado me llevaba primero á la
plazuela de San Isidro, y después, bajando por la Compañía,
á la puerta de San Bernardo, y últimamente al río, que no lejos
de allí corre.
me precipitaba por la Compañía abajo, cual arrastrada de un
fatal torbellino. Al llegar á las Agustinas, mis piernas
principiaron á flaquear y mi cabeza á desvanecerse, y solo
aquella fija y horrible idea que á la muerte me arrastraba
dábame fuerza para proseguir mi camino.
34. 34
En este estado de delirante postración llegué á dar vista al
Campo de San Francisco. Yo marchaba fuera del Campo,
siguiendo la línea de los edificios que han sustituido al antiguo
convento, y mi imaginación, fluctuando entre su resolución y
su anonadamiento, y mis piernas vacilantes á causa de
aquella larga carrera, después de tan larga postración y
cuando hacía dos días que me hallaba falta de alimento,
fuéronse paralizando gradualmente, y caí sin sentido á la
embocadura de la calle que da vista á la Casa-Hospicio.
35. 35
Este es el punto de partida de la novela. Magdalena no llegará al
Tormes, sino que caerá en manos de la Celestina…
La descripción, realista al milímetro, de la ruta suicida que emprende
Magdalena choca contra el idealismo extremo y algo vago con que la
escritora describe el escenario (fuera de la ciudad) donde se
desarrollará la breve etapa de felicidad de Magdalena. Las
descripciones realistas de Salamanca contrastan con las idílicas de sus
afueras, en un efecto que parece subrayar la oposición, el choque fatal,
de los sueños contra la realidad.
36. 36
Desde este punto de vista, las descripciones de Salamanca que
aparecen en la novela pueden considerarse como una fotografía que
nos ayuda a conocer un poco la Salamanca de mediados-fines del XIX:
[…] casas estrechas y tristes, cuyos verdosos tejados
denunciaban la crudeza del clima, […] angostas y tortuosas
calles, pésimamente empedradas, y donde aún existían las
huellas de su pasado esplendor [sic]; ora en una magnífica y
aislada portada, ora en un viejo paredón derruido, ora en
alguna almena ó torre solitaria;
[…] grandiosos monumentos que aún conserva, […] aquel
recinto tan severo y misterioso
La novela María Magdalena viene precedida de una introducción donde
la escritora confiesa que la novela lleva escrita un tiempo.
Matilde Cherner debió de tener muchísimos problemas para publicar
esta novela. En 1880 era una escritora medianamente conocida, sobre
todo en los medios periodísticos donde ya había publicado por entregas
algunas de sus anteriores novelas, también artículos, cuentos y
poemas. Sin embargo esta novela tuvo que guardarla un tiempo en el
cajón. El motivo; su temática y también que hubiera salido de la pluma
de una mujer.
En el siglo XIX no estaba bien visto que una mujer escritora tratara
ciertos temas. La prostitución era uno de esos temas. Y es que a quién
se le ocurre nacer mujer en el siglo XIX y escribir de prostitución,
política, deseo sexual…
Matilde Cherner debió de buscar y rebuscar alguna editorial o revista
que se atreviera a publicar la novela, pero no la encontró.
El 4 de abril de 1880, en el Periódico La Mañana. Diario político
literario, se publica el prólogo y la introducción de María Magdalena
firmada por Rafael Luna, y con un “continuará” final que hacía pensar
que el periódico se liaba la manta a la cabeza y se lanzaba en plancha a
la publicación por entregas de la novela de Cherner. La novela continúa
en el siguiente número del periódico, sin embargo no sigue más allá.
Después del 6 de abril de 1880 la publicación de María Magdalena en
La Mañana misteriosamente se detiene.
37. 37
Sobre los motivos sólo podemos especular. ¿Demasiado fuerte para los
lectores de La Mañana? ¿Demasiado polémica para los directivos de La
Mañana? ¿Algún desacuerdo de última hora con la autora?
Fuera como fuera, lo cierto es que Cherner tira por la calle del medio, y
aun sin tener una especial fortuna, siendo más pobre que rica pero con
plena confianza en su trabajo, opta por invertir en sí misma y autoeditar
su novela.
En las hojas finales del libro se anuncia cómo conseguir ejemplares de
la novela:
Se halla de venta en las principales librerías, al precio de 10
reales en toda España.
Los pedidos se harán a su autor, calle de la Palma Alta, num
21, cuarto 3º
Que los pedidos tuvieran que hacerse al domicilio de la escritora, es lo
que hace sospechar que la tirada de ejemplares que se imprimieran
entonces fueron fruto de la autoedición.
Matilde Cherner para dar a conocer la edición de su novela debió de
mandarla a varios periódicos y revistas. Aproximadamente por el verano
de 1880 es cuando empiezan a aparecer en la prensa algunas reseñas
de María Magdalena.
Para promocionar más su novela, también debió de enviarla a
personalidades de la época.
El ejemplar que conserva la Biblioteca Nacional perteneció a Francisco
Pi y Margall, a quien la escritora seguramente conoció debido al intenso
activismo político que a lo largo de su vida desplegó en el Partido
Republicano Federal. El ejemplar contiene una dedicatoria de la
escritora.
Sabemos que también envió un ejemplar a Villar y Macías, amigo de la
escritora.
38. 38
A pesar de los esfuerzos de Matilde Cherner, María Magdalena no
obtuvo muchos éxitos. Logró alguna reseña en algunos periódicos, pero
en general la novela no logró el eco que merecía.
La historia de Magdalena, sus decepciones, sus cavilaciones políticas y
filosóficas, ciento treinta tres años después de que se escribieran,
siguen conmoviendo al lector que se adentra en sus páginas.
Es una novela que su autora calificó de realista, incluso naturalista. Pero
además tiene elementos de la literatura del Romanticismo, como no
podía ser de otra forma en una novela de transición. Temas como la
muerte, la angustia existencial, el amor mítico se mezclan con la crítica
social y una preocupación por ir más allá del yo, y luchar para
transformar nada menos que el mundo y hacer de él un lugar mejor
(muy en consonancia con el activismo político de la escritora).
Entre las toneladas de lecturas gratuitas que actualmente se ofrecen en
Internet, es difícil que nuestra atención recaiga en una novela que
decidió autoeditar una escritora decimonónica en la actualidad medio
olvidada. Por eso desde aquí me atrevo a dar este aviso a navegantes.
María Magdalena (estudio social) es una muy buena novela que
gracias a la biblioteca digital de la Biblioteca Nacional hoy podemos
disfrutar.
Lectura en la BNE: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?pid=d-3880192
Descarga gratuita en PDF:
https://mega.nz/#!8lMUxBgR!zLW2ckf44OcLScgVBThgkIAyCFrp7476pI
1xMt8aPYA
Lectura online:
http://es.slideshare.net/JulioPollinoTamayo/mara-magdalena-1880-matilde-
cherner
40. 40
BIBLIOGRAFÍA
• María Magdalena (estudio social). Rafael Luna. Viuda e hijos de J A
García. Madrid 1880
• Historia de Salamanca. Villar y Macías.
• La Mañana. Diario Político Literario
42. 42
MARÍA MAGDALENA
(ESTUDIO SOCIAL.)
Al político más consecuente de España, al autor del importante libro
“Las nacionalidades” [Francisco Pi y Margall], dedica este ejemplar de su obra
como débil muestra de cariño admiración y respeto.
Rafael Luna [seudónimo de Matilde Cherner]
43. 43
DOS PALABRAS AL LECTOR.
El libro que hoy nos aventuramos a publicar, hace ya algunos años que está
escrito; mas la verdadera trascendencia social del asunto, y la osadía
(perdónesenos la inmodestia) con que este mismo asunto está tratado en él,
nos han retraído de publicarlo hasta ahora.
Un libro de tal índole no puede salir a luz más que a la sombra de un gran
nombre literario, y nosotros hemos esperado a que fuera algo conocido el
nuestro para atrevernos a darlo al viento de la publicidad, y exponerlo a los
furores de la crítica, tan duros siempre cuando se trata de trabajos que se
apartan del diapasón normal, y que, como dejamos dicho, no están
garantizados por una firma ilustre.
Cuantas obras se han publicado en Francia, análogas a la nuestra, hemos
leído, sin hallar ninguna que trate como en esta está tratado un asunto tan
trascendental y resbaladizo.
El diferente punto de vista desde el cual hemos podido estudiar, los autores
de esos libros y nosotros, la llaga social, en la que nos atrevemos a poner, no el
dedo, la mano toda, es causa de que una obra esencialmente realista
(naturalista diríamos sino hubiera sido escrita antes que Zola bautizara con
este nombre un género de literatura, cuyos modelos más perfectos nos los
ofrecen nuestros novelistas de los siglos XV y XVI), se desarrolle en una
atmósfera del todo ideal, en la que la imaginación sola crea los cuadros de más
ó menos subido
color que la pluma bosqueja.
Si esta circunstancia añade o quita mérito a la obra, el público, y solo el
público, puede y debe decidirlo: nosotros solo nos atrevemos a asentar aquí
que, no teniendo que luchar ni con la comparación, ni con el recuerdo, hemos
pintado a placer nuestra heroína, haciendo de ella, no un ser fantástico, mas sí
un ser superior, muy superior, á la situación triste en que la desgracia y los
vicios sociales la habían colocado.
No es una novela, propiamente dicho, lo que hoy ofrecemos al público; es un
libro cuyo importante asunto hace tiempo que está pidiendo la atención de los
sabios y los filósofos, y que otra pluma más autorizada que la nuestra debía de
ser la llamada a tratarlo.
Si este libro, con todos los defectos de forma y fondo que nosotros le
reconocemos, hijos legítimos de nuestra insuficiencia, viera la luz en Francia,
daría la vuelta al mundo, y nuestras primeras publicaciones, y nuestras
mejores casas editoriales se apresurarían las primeras a traducirlo, a
ofrecérnoslo como la última palabra pronunciada sobre el asunto.
Como hemos nacido en España, como amamos el castellano, y lo creemos el
idioma más rico, más noble, más galano de la tierra, en España y en castellano
publicamos este libro; mas no sin pena damos á luz, sin esperar tal vez
recompensa de ningún género, una de nuestras obras más estimadas por
nosotros.
Y he aquí las dos palabras que se creía en el deber de decir a sus lectores el
autor de María Magdalena, para cuya obra reclama toda su benevolencia y
atención.
RAFAEL LUNA.
Madrid 1880.
45. 45
INTRODUCCIÓN.
EL PROCESO DE CELESTINA.
—¿Vienes a la curiosa vista que se celebra hoy, y que sin duda te dará asunto
para un buen libro? ¡Qué feliz eres! que pudiendo vivir en Madrid, en el centro
de los placeres, las artes y las letras, tu independencia te permite venir a
curiosear lo que pasa en esta ciudad vetusta, en la que se respiran aún los
vientos clásicos, tan saturados de metafísicos aromas, de los siglos XV y XVI.
Me alegro de encontrarte. Yo me dirigía solo a presenciar el curioso
espectáculo que atrae hoy a toda la ciudad, y yendo contigo haremos juntos
nuestras observaciones sobre ese ruidoso proceso.
Este turbión de palabras, para mí incomprensibles en su mayor parte, me
dirigía un amigo mío y paisano, al mismo tiempo que me abrazaba con efusión
y estrechaba mis manos con cordialidad en la acera de Correos de la Plaza
Mayor
de Salamanca.
El capricho de visitar una vez más mi querida Patria me había hecho a mí (ya
hace de esto algunos meses) tomar el tren del Norte la noche antes en Madrid,
y satisfacer a la mañana siguiente mi deseo de anegarme en el inmenso mar de
amargos recuerdos que Salamanca despierta en mi alma; mar cuyas negras y
tempestuosas ondas van templando su bravura, cansadas de batir, sin
conmoverla, la resistencia que les opone mi sufrimiento.
—Conque; siguió diciendo mi amigo, traduciendo tal vez mi silencio por una
afirmación; son cerca de las once, y la vista va a empezar; yo tenga guardado
un buen sitio, porque quiero ver de cerca a la acusada.
—Pero ¿qué proceso, qué vista pública y qué acusada es esa de que me
hablas?
—¡Cómo! ¿No has venido a Salamanca para estudiar el famosa proceso de
Celestina, del que se ocupa la provincia entera?
—No. He venido a pasar aquí unos días, y no entiendo de qué proceso y de
qué Celestina me hablas.
—¿Qué, no te acuerdas de Celestina? ¡Parece imposible que hayas sido
estudiante en esta Universidad! Bien dicen que Madrid es el río Leteo.
—Pero hombre, yo no conozco más Celestina que la de Rojas, y creo que esa
no se habrá dado el gusto de resucitar para que la encausen ahora, después de
haber sido azotada y emplumada en vida y morir de mala muerte.
—No, no es esa Celestina, sino la nuestra, la de nuestros tiempos, la que en
este siglo ejercía sus maléficas artes, la de bruja inclusive, y a la que por eso se
puso en la ciudad el nombre clásico de las zurcidoras de voluntades.
Y como yo le escuchara distraído y silencioso, añadió impaciente:
—Pero ¿estás dormido ó desmemoriado cuando no te acuerdas de la bruja
Celestina que vivía en el barrio de los Milagros y tenia en su casa a aquella
muchacha tan hermosa y tan distinguida, a la que llamábamos Aspasia los
estudiantes?
—Sí, me parece que recuerdo vagamente ese nombre; pero también
recordarás tú que mis aficiones no iban por ese camino, y que ni una vez sola
he visto, o he estado, en la casa de esas mujeres.
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—Yo sí; y por cierto que no recuerdo haber visto en mi vida mujer más bella
que la Aspasia, y creo que la de Atenas no seria más distinguida ni tendría más
talento que ésta.
—¿Y se hallaba y permanecía en tan horrible condición?
—¡Pobre muchacha! ¡Cuando murió en el hospital consumida por el dolor y la
fiebre, comprendimos todos lo que valía!
—Pero... si mal no recuerdo había desaparecido de la casa que habitaba, y en
algunos años no se volvió a saber de ella, hasta el punto de que ya todos la
habíamos olvidado.
—Pues bien, ¿recuerdas a Benavides?
—¿Aquel zamorano que estudiaba medicina y era tan buen mozo y tan
calavera?
—Sí, el mismo.
—Lo recuerdo perfectamente, y recuerdo que tenía fama de buen practicante,
a pesar de sus locuras.
—Pues bien; Benavides es hoy médico del hospital general, y en la sala de
mujeres ha reconocido entre sus enfermas a la pobre Aspasia, la ha asistido
hasta el último momento en su enfermedad del pecho, y él, que sabe la historia
de la infeliz, h a promovido la acusación contra la infame vieja Celestina.
—Pero ¿Aspasia estaba en esa casa a la fuerza?
—¡Calla hombre! si es una historia horrible la suya, que al divulgarse por la
ciudad ha conmovido hasta las piedras, y hecho llorar al mismo Claustro
universitario, con Rector y todo, que es cuanto hay que ponderar. Así que el día
de su entierro asistió la ciudad entera, como a un duelo público. Unos la
apellidaban mártir, otros santa, y todos lloraban, como si con su muerte
hubiera venido alguna calamidad a este pueblo.
—¿Qué le había pasado á esa infeliz, y qué había de admirable en su vida y en
su muerte para esa pública manifestación? pregunté yo, principiando a
interesarme en una conversación que hasta entonces sostuve distraído.
—Eso es muy largo de contar. Lo que sí te digo, y como yo lo dicen muchos, es
que esa pobre muchacha, por sus desgracias, por su muerte, por su talento, por
su hermosura, por su vida, escrita por ella misma, ha de ser contada en los
siglos venideros entre las mujeres célebres españolas.
—¿Y dices que h a dejado escrita su vida? pregunté yo con curiosidad,
poniendo mi mano sobre el brazo de mi amigo y despertándose todo mi interés
y simpatía por aquella desgraciada.
—Sí, Benavides es el depositario. Creo que quiere publicarla.
—Pero ¿su vida entera?¿Sus desgracias?¿Sus...
—Sí; todo, todo.
—¿Podría yo ver ese manuscrito?
—Creo que sí. Benavides no lo da a nadie, pero lo deja ver en su casa. A mí me
ha leído algunos trozos, y... créeme, he llorado como un niño.
—¿Hallaremos a Benavides en la vista?
—Será difícil, porque á estas horas está muy ocupado con sus enfermos.
—¡Calla! ¿Qué significa aquel tropel de gente que entra por el arco del Toro?
dije yo, mirando al frente del lugar donde nos hallábamos.
—Será la Celestina que la traerán de la cárcel al Juzgado para asistir a la
vista. Ven, vamos a verla.
Salimos de los portales al centro de la plaza, que en un momento se había
cuajado de gente, y vimos que entre cuatro alguaciles, acompañados de un
escribano, marchaba una vieja de tez cobriza, con la que formaban horrible
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contraste los blancos mechones de cabellos que salían por entre los pliegues de
su mantilla de bayeta; de boca hendida, que acusaba la completa carencia
de dientes y muelas; de nariz chata y remangada, que imprimía en su
semblante, que ella procuraba hacer aparecer compungido, una expresión
inequívoca de descaro y desvergüenza; expresión que concluían de hacer
grotesca y repugnante sus ojos verdes, redondos e inquietos, que giraban en
todas direcciones, y en cuyo fondo brillaban la astucia, el recelo y la malicia.
Dos cejas blancas, espesas y erizadas añadían algo de feroz y cruel a aquellos
ojos, cuyos párpados, desprovistos de pestañas y ribeteados de rojo,
denunciaban el abuso del aguardiente.
Llevaba las manos, negras, huesosas y secas, enclavijadas sobre el pecho, y
sus labios se movían cual si rezara, o tal vez a impulso del terror que no
pudiera dominar su pobre espíritu y su alma sumida en el pecado y la
ignorancia.
Una gritería infernal, compuesta de insultos, burlas y maldiciones,
acompañaba a la pobre vieja, a la que si no hubiera amparado la justicia,
despedazara quizá la indignación de aquel pueblo que por tantos años había
tolerado y fomentado su infame industria.
A mí, que suelo mirar las cosas bajo distinto prisma, o mejor dicho, con
diferente criterio que las mira el mundo, me causó tanto horror como lástima
el aspecto de la vieja Celestina, y me negué redondamente a asistir a la vista,
prefiriendo en cambió buscar al módico Benavides para que me dejara leer el
manuscrito de Aspasia, y me diera algunos pormenores sobre su muerte.
Mi paisano, cuyas instancias para que le acompañara al Juzgado fueron
inútiles, renunció galantemente a ir él, y me condujo a la calle de la Rúa, donde
vivía Benavides, que después de su visita al hospital, tenia a las once consulta
gratis para los pobres.
Era Benavides antiguo amigo mió, y me recibió con expansión y cordialidad,
manifestándome el gusto con que volvía a verme.
Yo le abracé con cariño, y proponiéndole el objeto de mi visita, me rogó que
pasara; que pasáramos, pues mi otro amigo me acompañaba; a su gabinete de
estudio, en tanto que él concluía la consulta.
Cuando se reunió con nosotros, después de un cuarto de hora largo de
espera, en el que yo había admirado los gruesos volúmenes que llenaban los
estantes de su gabinete, la mesa de escritorio y aun las sillas, y cuyo desorden
denunciaba las infinitas horas que sobre sus páginas se paraba la atención del
médico, nos dijo con su habitual franqueza y su voz sonora y alegre:
—No creo que os parecerá mal que tome en vuestra presencia un piscolabis,
las once, como decimos en Castilla; porque los médicos, si no cuidamos
nuestro estómago, somos gente al agua. Vosotros me acompañaréis. Un vaso
de
Jerez y una magra no los rehúsa nunca un español.
Benavides contaba apenas treinta años, y era alto y fornido, de mirada
brillante, palabra fácil, maneras bruscas, aficiones un si es no es prosaicas,
instintos, más bien que principios, materialistas, y en cuyos discursos y en
cuyas acciones brillaban admirables rasgos de sensibilidad, que se hacían
incomprensibles juzgándole superficialmente.
En Madrid se conoce poco el tipo del antiguo castellano viejo, franco, brusco,
leal, y cuyo carácter, recto y honrado, no le permite sujetarse a los amaños de
la gente cortesana, prefiriendo vegetar en su provincia, querido y considerado,
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aunque olvidado y pobre, a venir a buscar fortuna y fama aquí, donde no
siempre las alcanzan aquellos que mejor las merecen.
Entró un criado, y extendiendo, sobre un ángulo de la mesa una blanca
servilleta con honores de mantel, puso encima un gran plato de magras
cuyo apetitoso olor aromatizó todo el ambiente, tres tenedores de plata, un
pan, un cuchillo, una botella de Jerez y tres vasos.
Lo suculento del refrigerio y la falta de ostentación con que se nos ofrecía,
nos hizo admitirlo con idéntica cordialidad, y empuñando cada cual su
tenedor, principiamos a dar cuenta de las magras, que según lo abundantes,
anchas y bien cortadas, se conocía que no estaba solo en la despensa el rico
jamón de donde tan sin duelo las habían arrancado.
Al lado de la botella y de las copas puso el criado una gran salvilla de plata,
que contenía un bollo maimón recién salido del horno, y que acababan de
enviar de regalo al médico.
El alegre sol de invierno penetraba a través de los cristales del balcón del
gabinete; la temperatura de éste era deliciosa; el desorden que reinaba en él
agradable; el aspecto de mis dos amigos, que hacían más honores que yo a las
magras, al Jerez y al colosal bizcocho, del que partían enormes trozos como
pudieran de un pan de cuatro libras, alegre y simpático, sin que nada revelara
el tristísimo, el horrible asunto de nuestra conversación,
—¿Con que tú viste morir a Aspasia y eres depositario de sus memorias?
—Sí, amigo. Nosotros los médicos somos los testigos de todos los dolores y
miserias de la humanidad, que procuramos aliviar antes de pensar en
compadecer, por lo que el mundo nos acusa de insensibles y materialistas.
¡Bueno fuera qué en vez de aplicarnos a curarle nos pusiéramos a llorar los
males del enfermo! Y sin embargo, algunas veces el médico no puede vencer
su debilidad de hombre y se identifica, como me sucedió a mí, con los dolores
de Aspasia, con los que aquejan a sus enfermos.
Si su enfermedad no hubiera sido mortal y de aquellas en que la ciencia no
puede hacer más que cruzarse de brazos cuando llegan a tal grado de
intensidad, yo hubiera tenido que encargar a otro su asistencia facultativa,
porque el interés, el afecto que me inspiraba la enferma hubiera tal vez sido:
causa de que yo no viera claro en su enfermedad!
Y al hablar así Benavides, con su sonora voz ligeramente conmovida y el
dolor oscureciendo su brillante pupila y dando sombra a su ancha frente,
coronada de: recios cabellos oscuros con reflejos leonados, llenó nuestras
copas de Jerez, siendo el primero que nos dio el ejemplo para apurarlas.
—Había yo ido a Zamora a asistir a mi padre, que se hallaba enfermo y quería
tenerme a su lado, y dejé encargada a un compañero mi sala de mujeres en el
hospital.
Tardé más de un mes en volver, y toda mi clientela se había renovado. Mis
enfermas se hallaban en sus casas las que habían convalecido, y en la huerta de
Villa Sandin [Este nombre se suele dar al cementerio de Salamanca, por ser el del
terreno en que está situado.] las que habían muerto.
Como me gusta ver las cosas por mí; mismo, a la mañana siguiente del día de
mi llegada me presenté, en el hospital a visitar á mis enfermas, que casi todas
me eran desconocidas, y recorriendo la fila de camas llegué a aquella en que
se encontraba la pobre Aspasia.
Yo no la conocí al pronto. Bien es verdad que apenas la había visto media
docena de veces en mi vida, cuando, asistíamos por las noches en casa de la
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Celestina a hacerla la tertulia, y que ya se habían pasado algunos años desde
que la vi la última vez.
Me llamó tanto la atención su aspecto, y era tan distinto del de las otras
enfermas, que me quedó inmóvil, contemplándola.
Contaba apenas veinte años, y a pesar de los terribles estragos de la funesta
enfermedad de que era, presa, su bello y expresivo semblante no había perdido
nada de su encanto y distinción. Aunque la palidez que cubría su rostro podía
creerse hija del mal y la postración, el óvalo perfecto de su cara, sus finas
facciones, sus cejas y pestañas sumamente negras y el delicado tinte moreno
que animaba un tanto su sedosa tez, la denunciaban como de pálido e
interesante color.
Tenía los párpados caldos, y sus pestañas, extremadamente largas,
sombreaban sus hundidas mejillas. A pesar de la aparente inmovilidad de sus
facciones, la contracción nerviosa de sus cejas y sus labios ligeramente
entreabiertos, que dejaban ver sus blancos dientes, fuertemente apretados
unos con otros, denotaban un sufrimiento interno que ella quería velar con
aquel aparente reposo.
Caían en torno; de su semblante los negros rizos de sus abundantes cabellos,
y por bajo de la barba, sin duda para impedir que la grosera tela de la sábana
rozara su rostro, asomaban las puntas de unos dedos finos y torneados,
adornados de uñas largas y ovaladas, teñidas, a causa del mal, de un ligero
color azulado.
Me acerqué a ella, diciéndola, con interés y dulzura:
—¿Sufre usted mucho?
Movió, negativamente la cabeza, más sin abrir los ojos, y yo insistí diciendo:
—¡Cómo! ¿No quiere usted siquiera mirarme?
A estas palabras mías pintóse en su semblante una ligera expresión de dolor
resignado, y abrió lentamente sus bellísimos ojos.
Entonces la conocí.
La mirada de aquellos ojos rasgados y negros, velados por el dolor y hundidos
por la enfermedad, penetró hasta mi alma, revelándome los sufrimientos de
aquella infeliz.
Aquellos hermosos ojos llenos de pasión, de ternura y sentimiento, que
velados por sus azulados párpados parecían brillar con eterna e inapagable
llama, aquellos ojos que ni el llanto ni el dolor habían podido deslustrar,
revelaban ellos solos el temple de aquel alma altiva, ardiente, amante y
generosa, torturada, quebrantada, destrozada por la decepción y el
sufrimiento.
Sin duda reflejaba mi rostro los sentimientos, la compasión que me inspiraba
la pobre Aspasia, porque después de mirarme ella un momento, me dijo:
—No le conozco a usted, pero comprendo que me mira con interés y simpatía.
Si hay algo que revele infaliblemente el estado de un alma desgarrada por el
dolor, y que ya nada espera en esta vida, es el acento lento y apagado, llenó de
tristes inflexiones, que formula un pecho herido por el dolor, y llega a nosotros
en son de tierna y sentida queja.
—Soy el médico de esta sala, le dije, y vengo a hacer mi visita.
—¡Ah! Ya he oído que es usted muy sabio, pero su ciencia no alcanza a mi
mal.
—¿Quién sabe? la dije yo, tomándola el pulso y cerciorándome por él de la
exactitud de su pronóstico.
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Sonrióse tristemente la enferma, y repuso:
—Hay dolores que matan, cubriéndose con la máscara de una enfermedad
cualquiera, pero que matan infaliblemente.
—¿Y usted se halla tan resignada a morir?
¡Usted, tan joven y tan bella!
Al oír mis palabras, púsose aún más pálida, si esto era posible, y con voz
angustiada me dijo:
—¿Sabe usted, conoce usted a la desgraciada que muere en el hospital
después de haber vivido en la vergüenza?
Confundido yo de haberle causado aquel tormento, fatal en su estado de
debilidad y excitación nerviosa, la dije con dulzura:
—Sí, la conozco a usted, y la compadezco y la estimo.
—Gracias, me dijo con suavidad ella. Y una lágrima de reconocimiento brilló
en sus ojos.
—Por eso quisiera curarla y hacerle amable la vida.
— No, no; clamó con vehemencia. Ni eso es posible, ni quiero que usted lo
intente. Soy tan desgraciada, tan profundamente desgraciada, que la muerte es
mi única esperanza.
Respetando yo el dolor y el estado de postración de la enferma, a la que mi
ciencia no concedía tres días de vida, nada le dije, ni nada le pregunté,
pensando con angustia y extrañeza en el fatal destino de aquella mujer tan
joven, tan hermosa, tan distinguida, que había pasado su vida en una casa
infame y moría en un hospital, olvidada de sus amantes de ayer y hasta de sus
compañeras de degradación.
Yo no sabia ni podía explicarme cómo se había hundido en el fango de la
prostitución una criatura de tan alta inteligencia y sensibilidad tan exquisita, ni
quién,- ni cuándo la arrastraron, a ella, tan hermosa y tan buena, al antro de
corrupción en donde yo la había conocido.
El vicio no pudo ser, me decía yo a mí mismo; y si fue la miseria, ¿cómo no
prefirió el suicidio a la infamia esa criatura en todo tan perfecta?
Por la primera vez en mi vida me puse a considerar por su lado de vergüenza
y oprobio para la sociedad que la tolera, la prostitución legal de la mujer,
autorizada por las leyes de todos los pueblos civilizados, y tolerada por la
religión cristiana.
Yo no tengo poder ni valimiento para prohibir, para cauterizar con el hierro y
con el fuego esa asquerosa llaga, esa hedionda gangrena que corroe el cuerpo
social; pero os prometo que en nombre de la sociedad y de la ciencia, he de
perseguirla tan cruelmente que, si mi ejemplo es imitado, el mundo entero se
horrorizará de sí mismo al ver denunciados diariamente por nosotros los
hechos tan repugnantes, tan monstruosos, tan horribles, tan sacrílegos, que a
la sombra de la prostitución legal de la mujer se amparan.
Hablaba Benavides con tanto calor y vehemencia, que yo no me atrevía a
interrumpirle, por más que ardiera en deseos de saber los detalles de la muerte
de Aspasia; por fin le dije:
—¿Y es el proceso intentado contra Celestina, tu primera denuncia y tu
primera persecución?
—Sí: las memorias de Aspasia me han revelado el inicuo proceder de esa
mujer, y la he denunciado al tribunal.
—¿Son verdaderamente dignas de atención esas memorias?
51. 51
—Son lo mejor, lo único que se ha escrito, que se puede escribir sobre tal
asunto; y yo creo, aunque entiendo poco de literatura, que si se publican,
conmoverán a toda España.
—Pero ¿podrían publicarse sin riesgo? Ya ves que la materia es delicada.
—Ya lo veo, y no sé qué decirte. La pluma que ha escrito esa obra, aunque
ingeniosa, era una pluma femenina, y... no desciende nunca a ciertas torpezas.
En las memorias de Aspasia, que son un poema de dolor y sentimiento, un
libro
horrible y bello a la vez, se reproduce un fenómeno ya más veces observado en
los fastos de la literatura femenina. Y es que la intuición sola lleve a una mujer,
no solo a desentrañar los más hondos misterios psicológicos, sino a elevarse
a las más sutiles deducciones metafísicas.
—¿Y no podré yo leer esas memorias, de las que me haces tan cumplido
elogio?
—Sí, quiero que las leas; y tú, que eres escritor y crítico, que me digas
francamente si pueden publicarse.
—¿Estás tú autorizado para ello?
—Las memorias son mías. Aspasia me las dio pocos momentos antes de
morir, como en recompensa de los cuidados o interés que había tenido con
ella; y yo, publicándolas, quisiera arrancar del olvido las desgracias de esa
mujer tan digna y víctima inocente de nuestros vicios, y mostrar al mundo, en
la pintura sincera y fiel que ella hace de sus desdichas, un ejemplo de su
egoísmo, de su bajeza y de la ineficacia de sus leyes para proteger al desvalido.
Hablando así, se levantó, y sacando de uno de los estantes un legajo de
papeles, los puso en mis manos, diciéndome:
—Toma y lee con atención y cuidado, que no recorrerás muchas páginas sin
verter una lágrima por la infeliz autora de ese libro inmortal, a la que el mundo
dejó vivir en la vergüenza y morir en la miseria.
Yo leí con avidez aquel importante manuscrito, y sin alterar en él ni una
coma, lo publico hoy, seguro de que causará en el ánimo de todos los lectores la
profunda impresión que ha dejado en el mío.
FIN DE LA INTRODUCCIÓN.
53. 53
PRIMERA PARTE.
DESDICHA.
I.
Hoy que la tierra es ya para mí una morada que en breve he de abandonar;
hoy que ya nada espero, ni temo, del mundo o de los hombres, hoy quiero
emplear los días que aún Dios me conceda de existencia, en evocar uno por
uno todos
los acontecimientos de mi vida, por ver si encuentro en mí misma la causa de
que el cielo me destinase a ser tan desgraciada; por ver si yo, que nada espero
ya de las felicidades de los hombres, puedo por mis dolores, sufridos a veces
con
impaciencia, mas siempre con valor, esperar algo de los goces de Dios, y elevar
hasta él mi alma, ya que mi pobre cuerpo no lavara nunca las manchas que le
cubren.
Tal vez el valor, tal vez la vida me falten antes de terminar mi trabajo.
¿Qué importa, si estas pobres páginas, triste recreo de mi agonizante vida,
con ella acabarán, y con ella irán á morir en el polvo del olvido?...
54. 54
II.
El día 22 de Julio, día que la Iglesia dedica a Santa María Magdalena, nací yo
en la ciudad de Salamanca, de la que era natural mi madre, y a la que había
venido a esperar el alumbramiento de su primera y única hija.
Mi padre, que era empleado del Gobierno, y que apenas hacia un año que se
había unido a ella, no pudiendo abandonar el puesto que su destino en Burgos
le señalaba, y condescendiendo con los deseos de mi madre, que quiso venir a
darme a luz al lado de la suya, la dejó partir a Salamanca, aunque sintiendo
separarse de ella en tales momentos, anhelando el instante, de todos tan
esperado y temido, en que una joven esposa da al mundo su primer hijo.
El primer cuidado de mi madre, después que se mitigó su sufrimiento, fue
mandar que noticiaran a su esposo que yo había nacido, y que me llamaba
María Magdalena, puesto que vine al mundo en el día de esta santa penitente.
A pesar de haber nacido en Salamanca, como ya dejo dicho, habiendo salido
de ella cuando apenas contaba dos meses de existencia, y muriendo poco
después mi abuela, pasóse mi infancia sin volver á mi ciudad natal, mas
profesándola yo una gran predilección sobre todas las otras que los continuos
cambios en el destino de mi padre me hicieron desde niña recorrer;
predilección hija en su mayor parte del cariño que mi madre la profesaba y que
desde mi más
corta edad se esmeró en inspirarme.
Era yo desde niña bastante adusta, por no decir melancólica, y mi madre que,
por el contrario, era viva, insinuante, alegre y un tanto frívola, me reprendía
diariamente por mi falta de alegría y expansión, que ella achacaba a caprichos
de la niñez.
No así mi padre, que comprendiendo mi carácter reflexivo y melancólico, y la
extremada susceptibilidad de mis sentimientos, solía decirme con cariñosa
tristeza:
—¡Cuánto tienes que sufrir y vencerte, hija mía, para vivir en el mundo!
Estas palabras oprimían tristemente mi corazón, aun cuando entonces no me
era dado comprender su sentido verdadero, y al recordarlas ahora me parece
que encerraban para mí un doloroso presagio.
Pasaban, cuál siempre pasan, fugaces los años de mi niñez, dándome mis
padres una educación bastante esmerada, si se atiende a su tan poco estable
fortuna, que dependía únicamente del acaso, fortuito que sostenía a mi padre
en un empleó medianamente lucrativo. A esta educación, por lo regular frívola
para la mayor parte de las mujeres; mi amor á la lectura y mi anhelo de saber,
casi extraño en mi edad y mucho más en mi sexo, añadieron algunos elementos
enteramente ajenos á la educación que se da a la mayoría de las mujeres, y que
desarrollaron mi inteligencia, haciendo nacer en mí una propensión irresistible
a la meditación y al estudio.
Mi madre, que se preocupaba mucho de las consideraciones sociales, y que
sabía, que el mundo, no solo admite al individuo según su posición, sino según
el tono con que él esta misma posición ocupa, no queriendo desmerecer en las
sociedades que frecuentaba, sacrificaba su porvenir al vano orgullo de seguirla
corriente de un mundo disipado o imprevisor y quemar su granito de incienso
en aras de la ostentación y el fausto. Mi padre, no solo no se oponía esto, sino
que poco más, poco monos, pensaba y obraba lo mismo, sin recordar uno ni
otro que tal vez algún día su hija, a la que acostumbraban a una vida de lujo y
55. 55
disipación, se hallara sola y miserable en aquel mundo que ellos veían tan
alegre y divertido.
Desde muy niña fui yo notada entre las amigas con quienes compartía mis
infantiles juegos, por mi carácter casi alocado, que me hacia a veces intratable,
y a veces la más amable y risueña de todas. Mi genio dominante y altanero, al
que tenían que sucumbir, me enajenaba muchas veces sus simpatías, así como
mi franqueza y generosidad volvían á conquistármelas. Yo poseía en alto, grado
el don de hacerme amable a los ojos de u n a p e r s o n a que me agradara; pero
al mismo tiempo no sabia ocultar mi aversión a la que me era antipática.
Causábanme instintivo, disgusto las caricias que los hombres prodigan, con
demasiada insistencia a veces, a las niñas de corta edad, y con tanto tesón y
constancia las rechazaba, que llegó a hacerse proverbial entre los amigos que
frecuentaban mi casa el dicho de que yo seria con el tiempo otra segunda y
cruel Diana.
Los años, al par que mi inteligencia y mis facultades físicas, desarrollaban
también los sentimientos de mi corazón, haciéndome experimentar, niña y
candida aún, vagas y tiernas aspiraciones, que yo ni sabía ni podía definir,
súbitos e infundados temores, dulces esperanzas, pasajeras y ardientes
enajenaciones que parecían querer iniciarme en futuros y desconocidos goces.
Todo esto que de numisma voy diciendo, aunque indeterminado y vago,
quizá ni lo recordaría sin la facultad que desde muy pronto adquirí de hacerme
palpable por medio de la reflexión y la comparación todo lo que en la existencia
me parecía anómalo y misterioso, y que naturalmente me llevó a estudiarme a
mi misma, siguiendo paso a paso el desarrollo de mis ideas y sentimientos.
Apenas contaba trece años, cuando un acontecimiento tan imprevisto como
desgraciado, rompiendo el equilibrio de mi existencia, introdujo en mi alma
con la primera pena el gormen del dolor, que había de ser en ella eterno e
incurable.
Una apoplejía fulminante llevó a mi padre al sepulcro, cuando su robusta y
joven constitución parecía presagiarle largos años de existencia, dejándonos a
mi madre y a mí sumidas en el dolor y el abandono, y viendo sin vida al ser
en quien reposaban nuestra dicha y nuestra existencia.
56. 56
III.
Pasados los primeros trasportes del dolor, y después de cumplir con todos los
deberes sociales, tanto respecto a mi difunto padre como a nosotras mismas,
viendo que aparte de los utensilios de casa, las ropas de nuestro uso y algunas
alhajas, nada, absolutamente nada poseíamos, ni teníamos pariente alguno á
quien implorar, mi madre y yo nos miramos una á la otra, y al recuerdo de
aquel cuya inmensa pérdida ahora de nuevo principiábamos a comprender,
prorrumpimos en amargo ó inconsolable llanto.
Mi madre ¡mi pobre madre! que tanto se preocupaba de las consideraciones
sociales, temblaba el momento en que nuestra pobreza, dándose a conocer,
arrojara de nuestra casa a los amigos que procuraban, con su constante
asistencia a ella, templar nuestro amargo dolor, e incapaz de tomar resolución
alguna, veía desaparecer poco a poco nuestros escasos recursos.
Una noche que nos hallábamos solas, le dije:
—Mamá ¿no seria mejor que nos fuéramos a Salamanca, donde las dos
hemos nacido, y donde si no me engaño, conservas la casa que mi abuelita te
dejó al morir?
Al oír mis palabras, quedóse pensativa un momento; y volviéndose a mí, me
contestó:
—¿Y no será un nuevo gasto para nosotras ese viaje?
—Sí; pero escucha: tú temes y te avergüenzas de vender ninguno de nuestros
efectos, porque no se publique nuestra miseria. Si nos marcháramos, a nadie
extrañaría que vendiéramos todo cuanto poseemos y hasta nuestros vestidos,
pues el luto nos imposibilita gastarlos ahora; con este dinero haríamos el viaje,
y en Salamanca, viviendo con mucha economía, y esperando en Dios, quizá no
lo pasáramos tan mal.
—Ea, pues si tú te resuelves y lo has pensado tan bien, yo lo anunciaré
mañana a nuestros amigos, y principiaremos desde luego a prepararnos
a marchar.
Mi madre tenía la fragilidad de consultarlo todo con los que ella llamaba sus
amigos, y a los que iniciaba tanto en sus dolores como en sus alegrías, y si no
les daba parte también de nuestra ruina, era por el temor de que cercenaran
sus visitas. ¡Extraña contradicción que la hacia poner su confianza en personas
á las que juzgaba ella misma, y quizá sin equivocarse, tan bajamente!
Tres meses después de morir mi padre, partimos mi madre y yo para
Salamanca, y este viaje, que en cualquiera otra ocasión nos hubiera sido a
ambas tan agradable, llenaba nuestras almas de amargura, al recordar el triste
acontecimiento que lo había motivado, aumentando si era posible nuestro
natural dolor.
A la caída de una tarde fría y nebulosa, pues nos hallábamos a mediados de
Noviembre, nuestros ojos, que anhelantes devoraban el espacio, descubrieron
a lo lejos los pardos y sombríos torreones de nuestra querida Salamanca.
Mi primera impresión al descubrir aquella ciudad tan triste, oscura y
solitaria, perezosamente adormida a la orilla del melancólico Tormes, que baña
sus ruinosas murallas, fue tan dolorosa, que se oprimió fuertemente mi
corazón,
cual si un genio maléfico me hubiera revelado todos los sufrimientos que bajo
aquellos sombríos muros habían de triturar mi alma.
57. 57
Pasada aquella primera e involuntaria impresión, y después que mis ojos se
hubieron paseado por las pardas laderas del Tormes, que corría monótono y
lento, reflejando en sus aguas el encapotado cielo, después de ir mirando una á
una aquellas casas estrechas y tristes, cuyos verdosos tejados denunciaban la
crudeza del clima, después de cruzar sus angostas y tortuosas calles,
pésimamente empedradas, y donde aún existían las huellas de su pasado
esplendor; ora en una magnífica y aislada portada, ora en un viejo paredón
derruido, ora en alguna almena o torre solitaria; después de contemplar con
tanta admiración como asombro los grandiosos monumentos que aún
conserva, apoderóse de mi alma un sentimiento de dulce y melancólica
tristeza, pareciéndome que aquel recinto tan severo y misterioso, armonizaba
con mis pensamientos y daba compañía a mi dolor.
Mi pobre madre, afectada también con los recuerdos que la vista de
Salamanca suscitaba en su ánimo, guardaba profundo silencio, viéndola yo que
frecuentemente se enjugaba los ojos.
Nada hay que pase más pesado, lento y monótono, que la existencia de dos
pobres criaturas como nosotras, que sin abandonarse ya a grandes arrebatos
de dolor, ni con fuerzas tampoco para del todo sacudirlo, nos dejábamos
dominar
de él sin el menor esfuerzo, pasando los días silenciosas o inmóviles y sin
atrevernos siquiera a pensar en nuestro porvenir.
A pesar de la viveza de carácter que distinguía a mi madre, la habían afectado
tan rudamente la pérdida de su esposo, y el súbito cambio operado en su
posición y en su fortuna, que yo la veía por instantes desfallecer y aniquilarse,
presa de una invencible pasión de ánimo.
¡No recordaba que al dejarse morir por no luchar con el dolor y la miseria, me
dejaba a mí sola en el mundo y expuesta a toda clase de peligros y desgracias!
Al llegar a Salamanca, fuimos a instalarnos en la casa, que, como dejo dicho,
poseía mi madre, heredada de su familia.
En la primera época, algunas personas relacionadas con ella, procuraron
consolarnos y hacernos compañía; mas como mi madre había perdido por
completo su festivo y amable carácter, y yo no era más que una niña, nuestro
trato debió parecerles tan fastidioso y triste, que poco a poco fueron dejando de
visitarnos; con tanto más motivo, cuanto que nosotras jamás nos habíamos
presentado en sus casas, y las visitas, como todo lo de este mundo, solo se
sostienen por el interés y la reciprocidad.
A los pocos meses de nuestra estancia en Salamanca, agotados a pesar de
nuestra economía todos nuestros recursos, pensó mi madre en vender la casa,
único bien que poseíamos.
De veras que á los ojos de los que estén acostumbrados a subsistir toda su
vida del trabajo de sus manos, será un hecho vituperable e indigno de perdón,
el que nosotras verificábamos al ver acercarse la hora de nuestra total ruina,
sin procurar hacer nada para detenerla.
Pero si se reflexiona que yo no tenía más que trece años, y que mi madre,
aunque joven, se hallaba enferma y abatida, víctima de su educación y sus
costumbres, no pudiendo soportar ni aun la idea de sujetarse al trabajo, a la
servidumbre, tal vez se convierta en lástima y conmiseración el sentimiento de
reproche que al pronto inspire nuestra inercia.
La casa, a más de no ser nada notable, a pesar de su extensión, y estar situada
en un barrio excéntrico, se hallaba medio ruinosa, y como la necesidad se nos
iba haciendo muy apremiante, la vendimos por lo que quisieron darnos por
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ella.
Jamás olvidaré el dolor de mi madre al recoger aquella cantidad, ni la
expresión de amargura con que me dijo al guardarla:
—Con esto tendremos para vivir tres años.
Vendida la casa, alquilamos para mi madre y para mí unas habitaciones en
un edificio que había sido colegio según creo, y en él que vivían reunidas una
porción de familias miserables, que tenían como nosotras que sacrificar el
bienestar y la independencia al módico precio por el cual allí se daba
habitación.
¡Cuántos días pasamos mi madre y yo en aquella desmantelada sala, desde la
que solo se veía el sol cuando reflejaba en la pared frontera, siendo preciso
sacar la cabeza por la ventana, para contemplar un pequeño espacio de cielo,
simétricamente cortado por las altas paredes del cuadrilongo patio!
Desde que habitábamos aquella triste vivienda, nos habíamos aislado
enteramente del mundo, y solo una pobre mujer, que iba a ayudarnos en
nuestros quehaceres domésticos, era la única persona que penetraba en
nuestra casa.
Los demás vecinos, o bien por respetar nuestro aislamiento, o bien porque les
fuera indiferente, si no enojoso, el trato con personas, que si bien de otra
educación que ellos, la miseria las ponía en su contacto, nada hicieron por
intimarse con nosotras, y nosotras igualmente casi rehuíamos sus saludos.
He aquí cuál era nuestra vida en aquella casa, cuya falta de espacio y alegría
nos hacía las horas más tristes, largas y pesadas.
Mi madre salía temprano a oír misa, pasándose en el templo largas horas,
después de las cuales, yo la veía volver más triste y abatida, entregada lo
restante del día al silencio y la meditación, y la noche atormentada por
dolorosos insomnios.
Yo apenas salía de casa, y en el rincón más oscuro de ella permanecía
agobiada de dolor todo el tiempo que podía sustraerme a las miradas de mi
madre, rogando a Dios, con todo el fervor de que era capaz mi alma ardiente y
pura, nos tendiera una mirada compasiva.
Era la estación de verano, y a la hora del crepúsculo salíamos mi madre y yo a
darnos un ligero paseo por algún sitio solitario, aspirando con avidez el puro y
balsámico ambiente de los campos y la pura brisa del río, que ensanchaban
nuestros oprimidos corazones.
Con el luto, me había yo empezado a despojar de mis atavíos de niña, y a
pesar de que aún no contaba catorce años, mi elevada estatura, atendiendo a la
edad, y el precoz desarrollo de mi persona, me permitían figurar al lado de mi
madre como una completa señorita, no pudiendo ella contener el llanto, cada
vez que a la hora del paseo me veía envolver mis hombros en un mezquino
pañuelo negro de lana, y echar sobre mi cabeza un ligero velo, bajo el cual
ocultaba yo siempre mi semblante.
Mi madre pensaba sin duda, al verme tan pobremente equipada, en los
variados y elegantes trajes que yo podría lucir, si viviendo mi padre no se
hubiera operado tan terrible cambio en nuestra fortuna, y en lo feliz que se
sentiría ella al llevar a su lado a su querida hija, viéndola competir en gracia y
elegancia con todas sus compañeras y principiando ya a alcanzar los aplausos
del mundo.
Cuando recuerdo esta época de mi vida ¡tan triste! mas sin embargo, tan pura
aún para mí, y pienso que mi madre, que me veía crecer a su lado, que nada
esperaba del mundo, ni para mí, ni para ella, no buscó un recurso cualquiera,
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por más penoso que fuera, que nos rescatara de la miseria á ambas, y a mí del
oprobio ¡Dios mío!... casi siento impulsos de acusarla...
En nuestro número de escaseces contaba en primer término la de la
instrucción, pues nuestros libros fueron vendidos como nuestros muebles,
ropas y alhajas, quedándonos únicamente un libro de oraciones lujosamente
encuadernado, que pertenecía á mi madre, y mi querido Quijote, que yo había
sustraído a l a venta.
Aquel precioso libro, que en tiempos más felices excitaba en mi madre y en
mí tan alegres carcajadas, con sus graciosísimas y maravillosas aventuras, al
leerlo ahora con el alma llena de dolor y el corazón oprimido por tristes
presentimientos, hallaba ocultos en él mil pensamientos profundos y
filosóficos que hasta entonces jamás descubrí, y en sus eternos y siempre
oportunos chistes, un fondo de resignada y meditativa tristeza.
Aquel libro, mi único amigo, mi único consuelo, brindábame en sus páginas
tan sabias lecciones, que yo lo leía con creciente fe, hallando siempre en él
algún nuevo y delicado pensamiento que fortificaba mi espíritu y daba sabroso
pasto a mi imaginación.
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IV.
¡Ay! este asomo de tranquilidad, muy parecido en nuestra dolorosa existencia
al momentáneo alivio que proporciona el opio a un infeliz, víctima de una
enfermedad aguda y mortal, vióse bien pronto destruido, y mi pobre alma
sumida en nuevas angustias y dolores, que la hicieron hallar apacible, casi
risueña, aquella corta tregua, en que mi sufrir, aunque lento, menos agudo,
monos punzante, menos inmediato, me dejaba lugar, no para abrir mi alma á
la esperanza, para medir la profundidad de nuestra desventura.
Con los primeros fríos del otoño, postróse en el lecho mi madre, cuya salud
estaba muy decaída, agravando su postración la zozobra que le causaba
nuestro triste porvenir.
Con el mal se había puesto mi madre tan impertinente, que probaba cien
veces al día mi paciencia con sus quejas continuadas, sus recriminaciones y
arrebatos de dolor.
Al instalarnos en aquella pobre casa, mi madre había señalado una cantidad
mezquina y fija para nuestro gasto diario, alcanzando apenas, como ya dejo
dicho, nuestros recursos a sustentarnos por tres años.
A los pocos días de enfermedad, principió mi madre a perder el apetito y
mostrar repugnancia por los pobres manjares que componían nuestro
alimento.
Yo me esforzaba en aderezarlos del mejor modo posible; y con los ojos
preñados de lágrimas, más afectando para animarla un cariñoso y festivo
acento, la invitaba a que tomase aquel pobre manjar, al que todos mis afanes
no habían podido dar la suculencia de que carecía.
Todo era en vano: mi madre empeoraba de día en día, y con la enfermedad,
se acrecentaban su irritación nerviosa y su inapetencia.
Una tarde: aun ahora sufro el recordarlo; en todo el día había querido mi
madre probar bocado, y la fiebre la atacaba con más fuerza.
Cansada de importunarla, me había sentado junto a su cabecera sin saber qué
hacer de mí misma, cuando fijando sus ojos en los míos, brillantes de calentura
y animados de una expresión terrible, me dijo con amargo e irritado acento:
—¿Vas a dejarme morir de necesidad, sin darme más que esos repugnantes
alimentos?
Al escuchar estas palabras, saltó de la silla, cual si me hubieran arrojado de
ella, horrorizada a la idea de que mi madre pudiera figurarse que yo, por
egoísmo o indolencia, no buscaba los medios de aliviarla.
Desde aquel día, y triplicando nuestros gastos, proporcioné a mi madre todos
cuantos antojos su enfermedad la sugería, sin querer pensar en el momento en
que agotados aquellos recursos, tuviera que dejarla morir y morirme yo con
ella.
También hubiera yo querido llamar a un médico, que arrancando a mi madre
de la enfermedad, nos permitiera algún alivio y esperanza; más ella se negó
obstinadamente, no sé si porque no se hiciera más pública nuestra miseria, o
porque su ánimo impaciente y agitado con su enfermedad y nuestros
infortunios la hacia caer en perjudiciales aberraciones, a las que yo no podía
oponerme, si quería verla algo tranquila.
¡Qué días al lado de mí madre, que solo salía de su pesada inmovilidad para
llorar, impacientarse o dirigirme alguna amarga queja que desgarraba mi
corazón!
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¡Qué noches, en las que figurándome a cada instante que se agravaba su mal,
permanecía al lado de su cama, con los ojos fijos en su lívido semblante y casi
embotada por el frió y el insomnio!
Un invierno crudo y largo, cual lo es siempre el de Salamanca, acabó de
quebrantar la débil salud de mi madre, y yo que esperaba ansiosa la primavera,
creyendo que su purificador ambiente la daría fuerzas para sacudir su
postración, vi pasar Abril, Mayo, Junio, no solo sin que mi madre se aliviase,
sino agravándose por momentos su mal, que para mí principiaba a tomar un
siniestro carácter.
También nuestros recursos se iban agotando, y yo, que no me atrevía a
comunicar a mi madre mis inquietudes, pues el más pequeño disgusto exaltaba
su débil cabeza, causándola peligrosas y fuertes crisis, sentía impulsos de
pedirle a Dios me llevara del mundo, puesto que ni con mi vida podía devolver
la salud a mi madre.
Pasaron Julio, Agosto, Septiembre: cada día de estos meses tan pesados y
calorosos, iba arrojando sobre mi corazón un dolor más horrible y sombrío,
borrando por completo las débiles ráfagas de esperanza que alumbraban
fugazmente mi alma dolorida.
Y en este abismo de negros sufrimientos, viendo en torno de mí la desolación,
la miseria, la muerte y sin atreverme a fijar mi vista y mí pensamiento en el
porvenir que me aguardaba, toqué en la época más feliz y anhelada de la vida
de la mujer.
En esa época en que niña aún, por su candidez e inexperiencia, y mujer ya,
por su corazón y el desarrollo de sus facultades, ve surgir ante su vista todo un
mundo de dichas e ilusiones, en el que su alma, sedienta de ternura, se lanza
en pos de esos aéreos goces, tan puros y codiciados, que encantan la primera
juventud de la mujer.
¡Y yo, pobre desgraciada, arrostraba mi terrible vida junto al lecho de mi
madre moribunda, con el dolor por patrimonio y la miseria y el abandono por
única herencia!
Cansada de rogar a Dios, ya nada le pedía, y únicamente pensaba algunas
veces, que, si mi madre llegaba a morir, y yo, sola en el mundo, veía concluirse
mis recursos, me dejaría morir también, y quizá en otra morada más dichosa
iría a encontrarla.
A fuerza de sufrir, a fuerza de llorar, mi corazón parecía haberse aniquilado, y
gastados en mí los resortes del sentimiento, yacía aletargada en fría
insensibilidad.
¡Con cuánta violencia principió a sufrir de nuevo, el día en que el terrible
estado de mi madre me reveló su cercana muerte!...
¡Su muerte, en la que yo había á veces pensado; mas en la que nunca creí!...
¡Su muerte, que me dejaba sola, enteramente sola, en el mundo!...
Loca de dolor, mandó al punto llamar un módico, culpándome a mí sola de la
persistencia con que mi madre se había negado siempre a aquella
determinación.
¡Con qué ansiedad, con qué angustia esperó su terrible fallo!...
¡Con qué serenidad, con qué tranquilo acento lo pronunció él!...
¡Mi madre, mi pobre madre, estaba herida de muerte!...
Ser yo su hija, verla morir ¡morir siendo mi único amparo! ¿y no poder
salvarla a costa de mi propia vida?...
A los tres días de asistir el médico al ir yo a dar dinero a nuestra asistenta
para
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comprar una medicina que había recetado, me encontré con que agotado por
completo nuestro pequeño caudal, ni restaba de él la cantidad suficiente
para pagar aquel medicamento que quizá aliviaría a mi pobre madre.
Casi sin sentido, al ver agolparse sobre mí tantas y tan terribles desgracias,
me dejó caer sobre una silla sin saber qué partido tomar, y al cubrirme el
rostro con las manos, llena de dolor, mis dedos tropezaron en unos pequeños
zarcillos de oro, que me servían de pendientes.
Me levanté precipitadamente, y quitándomelos, se los di a la mujer aquella
con la receta y un vaso, diciéndola hiciera el favor de vendérmelos y de su
importe pagara la medicina.
Desde aquel día mi pobre casa, cual si estuviera entregada al saqueo, fue
despojada de todos sus muebles, cuyo pequeño importe veía yo consumirse
casi instantáneamente.
El estado de mi madre era cada día más peligroso, y el médico se vio en la
necesidad de decirme a mí misma que mi madre se moría y que era necesario
pensara en disponerse a tan terrible trance.
¿Y cómo iba yo a hacer a mi madre esta triste proposición?
Acerquéme a su lecho paso a paso y temblando, e inclinándome a ella, le dije
con ahogado acento:
—Mamá ¿cómo te sientes?
Volvió un poco el rostro hacia mí, y después de un penoso esfuerzo, me
contestó:
—¡Ay Magdalena!... ¡yo me muero!...
—¿Qué te ha dicho el médico?
—Nada; pero yo me siento muy mala, muy mala.
Al oír su voz débil y llena de fatiga, al ver su rostro casi cadavérico y su
apagada mirada, sin poder por más tiempo contenerme, yo, que delante de mi
madre ocultaba siempre mis congojas, dejé caer la cabeza sobre su misma
almohada sollozando amargamente.
—¡Hija mía!... ¡Magdalena!... me dijo mi madre, procurando aproximar al
mío su rostro moribundo.
—¡Mamá!... ¡mamá!... ¡no te mueras!... ¡no te mueras, por Dios!... grité yo,
fuera de mí y arrojándome a su cuello.
Quedóse casi muerta en mis brazos, en fuerza de su dolor, y yo, reprimiendo
el mió, me esforcé en volverla á la vida con mis besos y mis lágrimas.
Cuando la vi más serena, con voz tranquila y resignada, la participé la orden
del médico, y ella, mirándome con dolor, me dijo:
—Magdalena, no pidas a Dios mi vida, ruégale
solo que me lleve a sí, para que pueda velar por la hija que dejo sola y
abandonada en este pobre mundo.
¡Ay madre mía! si es de veras que me ves, que me oyes, ¡cuánto habrás
sufrido al ver siempre en aumento las desgracias de tu pobre Magdalena!
Aquella corta y dolorosa conversación fue la última que con mi madre tuve.
A poco rato el cura de aquella feligresía, avisado oportunamente, se presentó
a mi madre, y dejándola yo con él, me salí fuera a dar un momento expansión a
la pena que me devoraba.
En la noche de aquel día recibió mi madre ¡bien pobremente, Dios mío! todos
los auxilios espirituales, y el penoso esfuerzo que tuvo que hacer para soportar
aquellos actos tan imponentes y dolorosos, dejóla tan postrada, que casi podía
decirse no era más que un cadáver.