El documento describe el virus del Marburgo. Se originó en 1967 en Marburgo, Alemania en un brote que infectó a personal de laboratorio expuesto a monos infectados. El virus causa fiebre hemorrágica y su huésped natural aún no ha sido identificado. Presenta una estructura irregular de 800-1400 nm de largo y 80 nm de ancho. Se replica en las células mediante su glicoproteína de superficie aunque el receptor es desconocido. Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, náuseas

1. D I A N A C L A U D I A G O N Z Á L E Z C A M A C H O
Virus del Marburgo
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3. Generalidades
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•Su nombre de la ciudad alemana de Marburgo, fue aislado en
1967 debido a una epidemia de fiebre hemorrágica que infectó a
un personal de laboratorio.
•En total enfermaron 37 personas. 25 casos ocurrieron entre el
personal del laboratorio, por contacto directo con los monos. Siete
de estos murieron.
•Se cree que la fiebre de Marburgo puede ser una zoonosis, pero
por el momento todavía no ha sido identificado el depósito del
virus

4. Estructura
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El virión presenta una morfología irregular (pleomórfica), pues tiene
forma de bastoncillo de longitud variable entre los 800 y los 1400 nm y
con un diámetro de alrededor de 80 nm. En ocasiones pueden
también tener forma circular, de U o de 6.

5. Replicación Viral
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El ingreso del virus a la célula
hospedante es mediado por la
glicoproteína de superficie,
pero no se conoce el receptor
al que se pega. Hay quien
sostiene incluso que los
receptores a los que se pega
la glicoproteína pueden ser de
distintos tipos.

6. Diagnóstico
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El diagnóstico se basa esencialmente en el decurso clínico y en
los datos epidemiológicos. Un diagnóstico específico se basa en
el aislamiento del virus o bien en la evidencia de la respuesta
inmunitaria

7. Clínica y Síntomas
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•El periodo de incubación es alrededor de 3 a 9
días.
•Cefalea frontal y temporal
•Malestar general
•Mialgias.
•Fiebre alta (39-40 °C)
•Conjuntivitis.
•Diarrea acuosa con dolor abdominal y calambres
•Náusea y vómito.

8. Tratamiento
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No existe terapia específica, aunque algunos investigadores han
conseguido desarrollar vacunas contra ambos patógenos basadas
en una forma recombinante del virus de la estomatitis vesicular.