España construyó un estado liberal en el siglo XIX caracterizado por la existencia de constituciones, la separación de poderes y la convivencia de dos partidos políticos principales, los moderados y los progresistas. Hubo periodos de regencias y conflictos durante el reinado de Isabel II. La Restauración en 1875 estableció una monarquía parlamentaria hereditaria y el bipartidismo a través de la nueva constitución. La economía española se basaba principalmente en la agricultura y la industrialización fue lenta. La sociedad estaba dividida entre