El documento discute cómo los edulcorantes artificiales como la sucralosa en Splenda pueden causar aumento de peso al distorsionar la bioquímica del cuerpo cuando espera calorías de un sabor dulce. También señala que la sucralosa redujo bacterias intestinales saludables y afectó los niveles de P-gp en animales de estudio, lo que puede alterar la efectividad de medicamentos para quimioterapia, SIDA y enfermedades cardíacas.