La prevalencia de la diabetes en España ha aumentado significativamente entre 2001 y 2016. Los factores de riesgo incluyen la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y la dieta. Una dieta saludable rica en fibra, verduras, frutas y granos integrales, junto con el ejercicio físico regular, puede prevenir la diabetes tipo 2 y mejorar su control.
3. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE DIABETES
SEGÚN NIVEL DE ESTUDIOS EN ESPAÑA.
NIVEL DE ESTUDIOS TOTAL
No sabe leer o escribir o estudios
primarios incompletos
18,2
Estudios primarios 8,7
Estudios secundarios 3,5
Enseñanzas profesionales de grado
superior o equivalentes
1,7
Universitarios 2,2
TOTAL 6,9
13,5%
2,5%
4. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
RELACIÓN ENTRE LA HIPERINSULINEMIA Y
LOS FACTORES DE RIESGO PARA LA EC
0
50
100
150
40
45
50
55
60
155
175
195
215
85
90
95
100
No diabéticos Diabéticos
Triglicéridos
mg/dl
HDL-colesterol
mg/dl
Colesterol
Total mg/dl
Presión arterial
media mmHg
5. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
FACTORES DE RIESGO
NO MODIFICABLES
• Edad
• Diabetes gestacional
• Bebé de más de 4 kilos
de peso
• Antecedentes familiares
de diabetes
MODIFICABLES
• Obesidad
• Vida sedentaria
• Tabaquismo
• Hipertensión arterial
• Alteraciones del
colesterol:
- aumento LDL
- disminución del HDL
• Alimentación
7. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
CIERTAS MODIFICACIONES
EN EL MODO DE VIDA
LA DIABETESREVIERTE
Fuente: Gregg, E., Chen, H., Wagenknecht, L., Clark, J., Delahanty, L., Bantle, J., Pownall, H., Johnson, K., Safford, M., Kitabchi,
A., Pi-Sunyer, F., Wing, R., Bertoni, A. and Look AHEAD Research Group, f. (2017). Association of an Intensive Lifestyle
Intervention With Remission of Type 2 Diabetes.
8. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
Perspectiva histórica sobre las recomendaciones
nutricionales en la DM
AÑO % HC % PROTEÍNAS % GRASAS
1921 20 10 70
1950 40 20 40
1971 45 20 35
1986 < 60 12-20 <30
1994 <60 10-20 30-35
2010 55-60 10-15 25-30
10. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
Glucemia en g/l
Tiempo en mn
0 60 120 180
1,50
1,30
1,00
Tiempo en mn
0 60 120 180
1,50
1,30
1,00
IG BAJO IG
ALTO
ÍNDICE GLUCÉMICO
11. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
FUENTES PRINCIPALES DE CONSUMO DE AZÚCAR
Categorías de alimentos
Contribución a la ingesta de
azúcares agregados (% del
total de azúcares añadidos
consumida)
Refrescos azucarados 33,0
Tortas, galletas, pasteles 12,9
Bebidas de frutas 9,7
Postres lácteos y los productos lácteos
(helados, yogur, etc.)
8,6
12. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
ALIMENTOS IG
PAN INTEGRAL 35
COPOS INTEGRALES 40
ARROZ INTEGRAL 50
FRUTA FRESCA 30
PASTA INTEGRAL 40
FRUCTOSA 20
VERDURA 15
LEGUMBRE 30
ALIMENTOS IG
PAN BLANCO 70
CEREALES
REFINADOS
85
ARROZ BLANCO 70
MERMELADA 75
PASTA REFINADA 60
REFRESCOS 72
Low-glycemic indez diets in the management of diabetes.
A meta-analysis of randominzed controlles trials. Am J Clin Nutr 2010;92:905-11
13. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
FIBRA
Recomendación en gramos
Población general 30-33 g (14g/1000 Kcal)
Diabéticos (Grado B) 30-35 g (16 g/1000 Kcal)
Diabéticos (Grado A)
40 g (20g/1000 Kcal)
14. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
VENTAJAS PARA UN DIABÉTICO
• Provoca saciedad
• Enlentece la digestión y absorción provocando una menor
respuesta postprandial
• Aumenta la sensibilidad periférica tisular a la insulina,
disminuyendo los requerimientos de insulina
• Reduce los niveles de colesterol y triglicéridos séricos tanto
postprandial como en períodos interdigestivos
• Atenúa la colesterogénesis hepática
24. ALIMENTACIÓN Y DIABETES
1.Valdés, S., Rojo-Martínez, G. and Soriguer, F. (2007). Evolución de la prevalencia de la diabetes tipo 2
en población adulta española. Medicina Clínica, 129(9), pp.352-355.
2.https://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/EncuestaEuropea/Principales_Resultados_Inform
e.pdf
3. Gregg, E., Chen, H., Wagenknecht, L., Clark, J., Delahanty, L., Bantle, J., Pownall, H., Johnson, K.,
Safford, M., Kitabchi, A., Pi-Sunyer, F., Wing, R., Bertoni, A. and Look AHEAD Research Group, f.
(2017). Association of an Intensive Lifestyle Intervention With Remission of Type 2 Diabetes.
4. Low-glycemic indez diets in the management of diabetes.
A meta-analysis of randominzed controlles trials. Am J Clin Nutr 2010;92:905-11
5. Guía clínica para el diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2
Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2003; 41 (s1)
6. American Diabetes Association. Standards of medical care for patients with diabetes mellitus. Diabetes
Care 2002;25:S33-S49
7. Anderson, James, Baird, Pat , Davis, Richard, Ferreri, Stefanie, Knudtson, Mary, Koraym, Ashraf,
Waters, Valerie,Williams,Christine. (2009) Health benefits of dietary fiber. Nutrition Reviews® ,67(4):188–
205
Notas del editor
La diabetes es una patología muy compleja que afecta a diferentes niveles del metabolismo y que, con el paso de los años, se puede asociar con diferentes daños orgánicos y multisistémicos: ojos, riñones, sistema nervioso, corazón, vasos sanguíneos, etc.
Su etiología es multifactorial, pero se puede asegurar que es es consecuencia de factores genéticos y ambientales. Estos últimos se derivan de nuestro modo de vida, que, al contrario de lo que sucede con los genes, sí podemos modificar. Las investigaciones han demostrado que todos podemos introducir cambios en nuestro estilo de vida capaces tanto de prevenir la diabetes como de ayudar en coadyuvar a su tratamiento.
Evolución de la prevalencia de diabetes en España durante el período de 1993-2010. Datos basados en la Encuesta Nacional de Salud.
Cada vez hay más por varios motivos:
Se ha disminuido el dintel de glucemia en ayunas de 140 mg/dl a 126 mg/dl
al progresivo envejecimiento de la población, unido a los cambios en los estilos de vida, caracterizados por menor actividad física y hábitos dietéticos que favorecen patologías como la obesidad
Pero… algunos factores de riesgo habrá ¿no? ¿Por qué va en aumento? ¿Por qué está previsto que para el año..
Destaca la diferencia que existe en la prevalencia entre quienes declaran no haber completado estudios y quienes declaran nivel de estudios universitarios, ya que en estos últimos la prevalencia en ambos sexos ronda el 2 %.
La prevalencia de la enfermedad tiene una relación inversa con el nivel de instrucción. Con los datos disponibles en la EES (2009) la prevalencia es mayor en personas con un nivel de estudios inferior: 18,2 % para quienes declaran no saber leer o escribir o no haber completado estudios primarios y más alta en el caso de las mujeres (19,5 %) (Tabla 4). Estas cifras son similares a las obtenidas en la ENS en España en 2006 cuando la prevalencia fue de 16,4 % para quienes declaraban no haber completado estudios primarios y también fue superior en mujeres (18,1 %) que en hombres (13,9 %). Estas diferencias son similares a otros estudios15,16 y se atribuyen a las desigualdades en los hábitos de salud consecuencia de mayores prevalencias de obesidad, inactividad física y riesgo psicosocial en quienes tienen menor nivel de instrucción. Destaca la diferencia que existe en la prevalencia entre quienes declaran no haber completado estudios y quienes declaran nivel de estudios universitarios, ya que en estos últimos la prevalencia en ambos sexos ronda el 2 %.En cuanto a la influencia de la actividad económica y situación laboral de quienes han sido diagnosticados de diabetes, la proporción más importante se encuentra entre jubilado/a y/o pensionista, en concordancia con el grupo de edad más afectado.
Aproximadamente un 70% de los diabéticos tipo 2 tienen un incremento de tensión arterial y de los niveles de colesterol. Ambos incrementan el riesgo de enfermedad macrovascular y microvascular. Hay evidencia suficiente que demuestra la relación entre la presión arterial, la enfermedad cardiovascular y la diabetes. El control estricto de la tensión arterial y del colesterol disminuye la aparición de complicaciones y retarda su evolución cuando ya están presentes.
La insulina en sí misma fomenta el desarrollo de la placa ateroesclerótica, que es la base de las cardiopatías y de los ataques al corazón. La insulina aumenta el apetito y fomenta el almacenamiento de grasa y la ganancia de peso, aumentando de ese modo la resistencia a la insulina.
La insulina adicional y los niveles elevados de azúcar también hacen que aumente el colesterol, se fomente la deposición de grasa y se produzcan daños en el cuerpo.
No modificables
• La edad (a mayor edad, mayor riesgo).
• Haber presentado alteraciones de hiperglucemia con anterioridad como, por ejemplo, haber sufrido una diabetes gestacional, haber presentado una glucemia elevada durante unos días como consecuencia de un accidente o de una enfermedad y haber dado a luz un bebé de más de 4 kilos de peso.
• Tener antecedentes familiares de diabetes.
• Pertenecer a una raza que tiene mayor predisposición (como los americanos de origen africano, los latinoamericanos, los indios americanos y los pobladores de las islas del Pacífico).
• Tener un trastorno de tolerancia a la glucosa o una prediabetes.
Modificables
• Obesidad.
• Vida sedentaria.
• Tabaquismo.
• Hipertensión arterial.
• Alteraciones del colesterol (aumento del colesterol
LDL -colesterol malo- y disminución del colesterol
HDL –colesterol bueno-).
• Alimentación
La primera gran noticia: (leer la diapositiva)
Pero, hay también una 2ª gran noticia: si ya tenemos diabetes tipo II, hay que saber que la resistencia a la insulina puede erradicarse modificando el estilo de vida. También es posible porque el páncreas, agotado, que se rinde tras años y años de producir grandes cantidades de insulina para compensar los efectos de la resistencia insulínica, puede recuperarse si se le da un respiro. Las células beta que segregan insulina están cansadas, pero NO muertas, especialmente al principio de la diabetes tipo II. Hay enfermedades que son irreversibles, por ejemplo, si se sufre de un infarto de miocardio, la parte del músculo cardíaco afectada muere para siempre, pero con la diabetes de tipo II hay un período de tiempo en el que se puede invertir la enfermedad si se modifica el estilo de vida, cuanto antes se modifique, más probable será la recuperación.
A finales del siglo XX se estableció un amplio debate sobre si éramos o no capaces de prevenir la diabetes mellitus tipo 2. Se desarrollaron distintos ensayos, en los que se utilizaron, tanto estrategias destinadas a modificar el estilo de vida como intervenciones farmacológicas. Todas ellas retrasaron la aparición de diabetes mellitus tipo 2, pero, a excepción de los cambios en el estilo de vida, ninguna de ellas fue capaz de prevenir la enfermedad, es decir, tax
La primera gran noticia: (leer la diapositiva)
Pero, hay también una 2ª gran noticia: si ya tenemos diabetes tipo II, hay que saber que la resistencia a la insulina puede erradicarse modificando el estilo de vida. También es posible porque el páncreas, agotado, que se rinde tras años y años de producir grandes cantidades de insulina para compensar los efectos de la resistencia insulínica, puede recuperarse si se le da un respiro. Las células beta que segregan insulina están cansadas, pero NO muertas, especialmente al principio de la diabetes tipo II. Hay enfermedades que son irreversibles, por ejemplo, si se sufre de un infarto de miocardio, la parte del músculo cardíaco afectada muere para siempre, pero con la diabetes de tipo II hay un período de tiempo en el que se puede invertir la enfermedad si se modifica el estilo de vida, cuanto antes se modifique, más probable será la recuperación.
A finales del siglo XX se estableció un amplio debate sobre si éramos o no capaces de prevenir la dioabetes mellitus tipo 2. Se desarrollaron distintos ensayos, en los que se utilizaron, tanto estrategias destinadas a modificar el estilo de vida como intervenciones farmacológicas. Todas ellas retrasaron la aparición de diabetes mellitus tipo 2, pero, a excepción de los cambios en el estilo de vida, minguna de ellas fue capaz de prevenir la enfermedad, es decir, tax
El contenido de HC de la dieta es el principal determinante de los niveles de glucemia posprandial tras una comida mixta, aunque otros macronutrientes (grasas y proteínas), así como otras variables intrínsecas y extrínsecas relacionadas con el propio alimento y la forma de preparación pueden tener influencia en los niveles de glucemia posprandial.
Las principales fuentes de HC son los cereales, las legumbres, los tubérculos, las verduras, las hortalizas y las frutas. Aunque los HC aumentan la glucemia posprandial son una fuente importante de energía, fibra, vitaminas hidrosolubles y minerales además de su contribución a la palatabilidad de los alimentos. Por estos motivos, y porque no hay evidencia a largo plazo del posible efecto beneficioso de las dietas bajas o muy bajas de HC, no se recomiendan en la diabetes las dietas de bajo contenido en HC. Por eso, la recomendación de 55-60% es lo ideal para esta enfermedad.
Con relación a las proteínas: no hay evidencia para proponer a la población diabética ingestas mayores ni menores que para el resto de la población (10-15%). Se sabe que las proteínas son un potente estimulante de la secreción de insulina y se reduce del 10-20 al 10-15%.
Con relación a las grasas veremos la distribución correcta ya que tiene mucho que ver con la ECV, con tanta incidencia dentro de la diabetes.
Hay muchos alimentos ricos en HC, pero no todos son igual de beneficiosos. Todos nos aportan energía pero no todos nos convienen.
El índice glucémico es una herramienta potencialmente útil para la planificación de las comidas y valorar riesgo de enfermedad producido por el consumo de ciertos alimentos. Este índice compara el incremento en la glucemia que se observa en las dos horas siguientes a la ingestión de una cantidad de HC en una comida individual. Este valor se compara con la respuesta a cantidades equivalentes de HC de alimentos de referencia, que suelen ser el pan blanco o la glucosa. Esta clasificación se desarrolló como guía de selección entre los mismos, siendo un ranking de alimentos ricos en HC de acuerdo con sus efectos sobre los niveles de glucemia postprandial. Aunque el IG aporta esta información, no tiene en cuenta el efecto que tiene sobre la glucemia ese alimento cuando se consume en cantidades habituales en una comida. Para subsanar este problema, y con el fin de mejorar la posibilidad de predecir la respuesta glucémica con una dieta determinada, surge el concepto de carga glucémica.
La glucosa que se encuentra en la sangre es distribuida por todo el organismo para que las células produzcan energía gracias a ella. Se trata de algo absolutamente necesario y vital … pero en su justa medida. Así, cuando el nivel de azúcar en sangre es demasiado bajo uno se siente cansado, sin fuerza. Y si ese hecho se prolonga en el tiempo podemos sentir dolores de cabeza, problemas digestivos, mareos, falta de concentración, pérdida de equilibrio, hormigueo, irritabilidad, nerviosismo, sudores, depresión….
Ahora bien, cuando la cantidad de glucosa en la sangre es excesiva el cuerpo se ocupa de eliminarla. Y lo hace convirtiendo parte en glucógeno y en grasa de reserva. Es decir, procura que el nivel de glucosa sea el correcto y eso lo consigue secretando desde el páncreas una hormona llamada insulina.
El exceso de glucosa en sangre –algo que provoca una ingesta de glúcidos de liberación rápida- lleva al organismo a su rápida transformación en glucógeno primero y luego en grasa.
Se trata de una medida que ha servido para clasificar los alimentos -ricos en carbohidratos- que consumimos con respecto a cómo afectan a la glucemia, es decir, a los niveles de glucosa en sangre.
Cuando tomamos cualquier alimento rico en carbohidratos, los niveles de glucemia aumentan de manera progresiva según se digieren y se asimilan, y esto depende, tal y como se ha comprobado, del IG de los alimentos. Este índice se mide comparando el incremento de la glicemia inducido por un alimento aislado, en condiciones isoglucídicas (50 g hidratos de carbono), con el inducido por un alimento de referencia, siendo los más utilizados una solución de glucosa pura o el pan blanco (IG = 100), considerados como estándar.
El ÍNDICE GLUCÉMICO mide la velocidad a la que digieres los alimentos y los conviertes en glucosa. Cuanto mayor es la velocidad en que se descompone la comida, mayor será su puntuación en el índice. El índice coloca a la glucosa en el 100 y puntúa a todos los alimentos en relación con este número.
No obstante, muchos factores influyen en la respuesta glucémica a los alimentos, no sólo la cantidad y la naturaleza de los HC que los componen sino también el procesado o cocinado y otros componentes ingeridos (grasas y sustancias naturales que enlentecen la digestión, como lectinas, fitatos, taninos y combinaciones de lípidos y proteínas.
La pregunta es: ¿anulan estas matizaciones la utilidad del concepto de índice glucémico? Dos metaanálisis publicados en 2003 (1) y 2004 (2)recogen los ensayos randomizados realizados sobre el IG en el manejo terapéutico de la diabetes frente a dietas altas en HC convencionales y concluyen que este tipo de enfoque en la selección de los CH produce pequeñas, pero significativas, mejorías en el control glucémico, con un descenso de la HbA1c medio de 0,43 y 0,27%, similar al producido por agentes farmacológicos dirigidos a la hiperglucemia postpandrial.
(1): Brand-Millaer J, Hayne S, Petocs P, Low-glycemic index diets in the management of diabetes. A meta-analysis of randominzed controlles trials. Diabetes
Según la OMS y la FAO, mientras que los alimentos con un bajo IG también puede conferir beneficios en algunos de estos contextos, la actualización científica sugiere precaución en el uso del GI como el único factor determinante de la calidad de los hidratos de carbono que contienen los alimentos.
La fibra es, en su mayor parte, un HC complejo, por lo general, no absorbible, que se encuentra principalmente en verduras, hortalizas, legumbres, cereales y frutas. Al igual que la población general, a los pacientes diabéticos se les debe recomendar el consumo de alimentos ricos en fibra, con un aporte diario de 30-35 gramos o 14 gramos por 1.000 kcal, idealmente más, uno 40 g/día o 20 g/1000 kcal. (Grado A). Otros hablan de 50 g pero, todavía no hay estudios suficientes que respalden esta idea. En todo caso hemos de comentar que una de las medidas más difíciles de llevar a la práctica es alcanzar estas altas cantidades de fibra alimentaria.
No existe ninguna limitación en cuanto a su consumo. Se aconseja, preferentemente, al consumo de variedades integrales.
En relación a frutas y verduras no existe limitación en cuando a su consumo, debiendo ingerirlas habitualmente dentro del conjunto de una comida. En el caso de las frutas parece aconsejable no consumir más de 4-5 raciones diarias.
Leche, yogur y similares pueden estar presentes en la dieta en las cantidades recomendadas a la población general, debiendo consumirse en general las variedades descremadas correspondientes.
Debe evitarse consumir productos solos, aconsejándose hacerlo con otros alimentos, especialmente pan y cereales.
Limitar el consumo de quesos de gran contenido graso, consumiendo por el contrario aquellos que presenten un contenido bajo, como son los quesos frescos o de menor curación.
Carnes: limitar el consumo de carnes no debiendo superar las 3 raciones a la semana. Consumir piezas magras y, en el caso de piezas grasas, eliminar la porción grasa correspondiente totalmente, o en gran medida. Dentro de estas especificaciones no existe razón alguna para dar preferencia a unas carnes respecto a otras ni excluir a alguna de ellas
Embutidos: reducir la ingesta al máximo
Pescados: consumir pescados con preferencia a las carnes, debiendo estar presentes tanto las especies “blancas” o bajas en grasa como las “azules” o grasas.
Huevo: el consumo no debe superar los 2-3 por semana pudiendo utilizarse la clara en caso de eliminar la yema.
Legumbres: no hay limitación al consumo habitual de las mismas.
Frutos secos: la limitación está en unos 30g pero siempre crudos.
Aquí incluimos: bollería, pastelería, galletería, golosinas, etc.
Haciendo nosotros en casa los postres, evitaremos utilizar:
Grasas trans
Grasas saturadas
Utilizaremos harinas integral, aceite de oliva, azúcar.
Esto incluye refrescos, zumos de fruta envasados y zumos de fruta naturales. Los HC líquidos se absorben mucho más rápidamente que los sólidos. La fibra que contienen los HC sólidos ralentiza la digestión de los azúcares y pueden provocar que los niveles de glucosa en sangre suban de repente. En lugar de refrescos normales, pruebe los que no contienen azúcar, bebidas que, además, no tienen calorías. En cuanto a los zumos de fruta, lo mejor es limitarlos a 120 ml/día o, en su lugar, comer fruta entera. La fruta fresca tiene fibra, llena más que el zumo y se digiere y se absorbe más lentamente.