1. M&N MESA Y NEGOCIOS • enero 2012
La Buena Mesa en el Cine
Por Alfonso Méndiz · Profesor de Cine y Publicidad · Universidad de Málaga
LA QUIMERA DEL ORO
El filme en que Charlot
se comió una bota
CHAPLIN DIJO SIEMPRE QUE ÉSTA ERA deposita en él la bota, y empieza a cortar-
SU MEJOR PELÍCULA, Y ALGÚN CRÍTICO la con un cuchillo como si fuera un ala de
LA HA CALIFICADO COMO “UNA JOYA pollo, y a quitar los clavos, como si fueran
IMPRESCINDIBLE DEL SÉPTIMO ARTE”. huesecillos. Después, enarbola un tenedor
TIENE, CIERTAMENTE, ESCENAS MEMO- y enrolla los cordones como si fueran espa-
RABLES, ENTRE LAS QUE DESTACAN gueti, y empieza a sorberlos poco a poco.
DOS: CHARLOT ZAMPÁNDOSE UNA No hace falta más: una bota y un tenedor.
BOTA CON CUCHILLO Y TENEDOR, Y EL Y Chaplin crea una secuencia divina.
FAMOSO “BAILE DE LOS PANECILLOS”, Más adelante, cuando el hambre ha pasa-
EN UN PRODIGIO DE PANTOMIMA, DAN- do, el vagabundo prepara la cena de Año
ZA E INGENIO. Nuevo que espera compartir con Georgia,
capa de humor y de ternura. Cuando Cha- la chica del “saloon”. Pero Georgia se olvi-
La acción transcurre en Klondyke (Alaska) plin llega a Klondyke, una tormenta le obli- da de la cita, y el hombrecillo espera en
en 1896. Atraído por la segunda “fiebre ga a buscar refugio: lo hallará en una casa vano. Rendido por el cansancio, sueña que
del oro” (la primera tuvo lugar en Califor- aislada en las montañas, habitada por un está junto a Georgia, y empieza a entrete-
nia, en 1845), nuestro hombrecillo se plan- asesino fugado, Black Larsen. Éste trata de nerla con sus juegos. Realiza entonces la
ta en esas frías tierras, empujado por el echar al hombrecillo, pero un fortísimo danza de los panecillos, otra de las esce-
hambre y la necesidad. Las noticias de unas huracán –otra de las escenas célebres del nas inmortales de Chaplin. Ciertamente,
pepitas doradas que afloraban en medio filme- impide una y otra vez que el vaga- es una secuencia sublime: una obra maes-
de la nieve habían atraído a muchos con bundo pueda salir de la casa, y trae ade- tra de humor y sentimiento, donde los tene-
la esperanza de una vida nueva. Pero esa más a otro huésped: el gigante Mac Kay. dores son auténticas piernas, y los movi-
ilusión efímera (fueron muy pocos los que Pronto les afecta el hambre. En un momen- mientos que vemos en pantalla reflejan lo
encontraron oro) se topó en aquel diciem- to en que Larsen sale a por comida, Char- mejor del arte de la pantomima. Impresio-
bre de 1896 con una durísima realidad: lot decide cocinar uno de sus zapatos. Es nantes resultan también las muecas del
temperaturas bajo cero, parajes escarpa- el momento que todos los espectadores vagabundo, perfectamente acordes con
dos, lugares inhóspitos en los que acecha- recuerdan: quizás la escena de máxima los movimientos de los tenedores y realza-
ba el hambre, el frío… y la codicia huma- comicidad que Chaplin haya logrado jamás. das por una banda sonora hermosísima.
na. Su personaje, sin perder un ápice la com- Acompañando a Charlot en esta odisea no
Chaplin escribió el guión inspirándose en postura, prepara dignamente un plato, podremos evitar la sonrisa que siempre des-
dos fuentes históricas: los documentos grá- piertan sus historias, la carcajada explosi-
ficos de los expedicionarios que fueron a va que provocan sus ocurrencias, o el sen-
Klondyke (1896-98) y el libro que relata el ficha técnica timiento de ternura que suscita el perso-
desastre del grupo Donner, que quedó naje. Ese Charlot, desharrapado y solitario,
Título original: The Gold Rush
incomunicado en Sierra Nevada durante el tan pícaro cuando toca salvar el pellejo,
Director: Charles Chaplin.
invierno de 1846. Este grupo sólo pudo resulta sumamente cándido cuando toca
Reparto: Charles Chaplin, Mack Swain,
sobrevivir en la nieve recurriendo al cani- vivir y amar. Por eso nos enternece tanto.
Georgia Hale, Tom Murray, Malcom
balismo y llegando a comer, incluso, las Al ver sus películas, uno se queda fascina-
Waite, Henry Bergman.
botas que calzaban. do: el cine estaba naciendo y ya tocaba el
País y año: Estados Unidos, 1925.
En el filme se alude a esos hechos históri- Cielo. Y, al final, sólo podemos dar gracias
Distribuye: Warner
cos, pero su crudeza se disimula bajo una de que exista esa fábrica de sueños.
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