La división de poderes es importante para una democracia saludable. Sin contrapesos que equilibren los poderes, la democracia puede derivar en opresión. La Constitución de los Estados Unidos estableció tres ramas de gobierno - el Congreso, el Presidente y los tribunales federales - que no están separadas sino obligadas a gobernar conjuntamente y controlarse mutuamente. El Tribunal Supremo y los tribunales inferiores recibieron jurisdicción sobre todos los casos judiciales y leyes, lo que les ha dado un poder de interpretación y revisión que