México ha logrado interrumpir la transmisión del paludismo en gran parte del país mediante un programa de tratamiento focalizado y rociamiento de insecticidas. Los 4 focos de transmisión persistentes se ubican en Chiapas, Oaxaca, el noroeste y el noroeste del país. Casi todos los casos reportados en México son debidos a P. vivax, mientras que los casos de P. falciparum son raros. En 2013 se reportaron 499 casos totales.