La Paz de Westfalia puso fin a la Guerra de los Treinta Años en 1648 y estableció nuevos arreglos territoriales y políticos en el Sacro Imperio Romano Germánico. Francia y Suecia obtuvieron territorios y votos en la Dieta Imperial, mientras que los estados alemanes ganaron independencia y soberanía. La paz reconoció la libertad religiosa y la separación entre la iglesia y el estado, sentando las bases para el sistema estatal moderno en Europa.