El niño intenta justificar el alto precio de 15 dólares por un vaso de limonada usando argumentos económicos absurdos como que él solo demanda grandes beneficios como único accionista y presidente de la empresa, y que tiene altos costos y gastos a pesar de solo usar un limón y agua del grifo. Cuando el cliente cuestiona la falta de demanda real, el niño dice que él mismo demanda ganancias exorbitantes.