La profilaxis posterior a la exposición puede prevenir infecciones secundarias en personas expuestas a ciertas enfermedades. La profilaxis con antibióticos como la rifampicina reduce el riesgo de infección en personas expuestas al Haemophilus influenzae tipo b o Neisseria meningitidis. La profilaxis con rifampicina oral también se recomienda para contactos domésticos o de guardería de personas con infección meningocócica o que han tenido exposición a secreciones orales a través de besos.