A pesar de una planificación cuidadosa y recursos adecuados, los proyectos no siempre alcanzan los resultados deseados automáticamente. Surgen desafíos que requieren que el gerente mantenga el control del proyecto hasta el final usando herramientas como el monitoreo y la evaluación constantes para garantizar que el proyecto siga encauzado y cumpla sus objetivos. La evaluación analiza las acciones propuestas en el proyecto para verificar su viabilidad y comparar los resultados reales con los recursos utilizados.