El juego es una actividad placentera y voluntaria que no tiene metas externas. Durante los primeros dos años de vida, el juego de los niños se centra en explorar y variar sus movimientos para desarrollar habilidades motoras. Entre los 2 y 6 años, los niños comienzan a usar símbolos en su juego para representar experiencias. A partir de la escuela primaria, el juego se estructura más en torno a reglas y cooperación social.