La nefrolitiasis es un trastorno frecuente en países desarrollados y en desarrollo. Su prevalencia varía entre el 4 y 20% según diferentes series y depende de la edad de la población analizada, las condiciones geográficas y socioeconómicas del grupo en estudio. La prevalencia de litiasis renal aumenta con la edad tanto en varones como en mujeres; es más común en varones jóvenes. Una de las características de la litiasis renal es la alta recurrencia y muchas veces la solución de los cólicos requiere de intervenciones endoscópicas u otro tratamiento urológico y esto hace a la morbilidad de la enfermedad. El promedio de diferentes trabajos que estudiaron la evolución natural de la enfermedad muestra que la posibilidad de recurrencia al año del primer episodio es del 15%, a los 5 años 40% y a los 10 años del 60%.
Tanto los factores genéticos como los medioambientales contribuyen a la formación de cálculos. Los factores genéticos explican la tendencia a la agregación familiar de la enfermedad. El rol de la herencia es claro en algunas enfermedades como cistinuria o hiperoxalurias primarias, pero la litiasis idiopática también tiene una tendencia familiar, si bien los genes involucrados aún no se conocen. Dentro de los factores medioambientales se destaca la dieta, o sea determinados hábitos de ingesta que expresan la propensión a la litogénesis que tienen algunos sujetos. En aproximadamente 90% de los afectados es posible identificar alteraciones metabólicas que ayudan no sólo al diagnóstico etiológico sino que permiten también un manejo adecuado, con modificaciones dietéticas e intervenciones farmacológicas específicas. El tratamiento es eficaz en disminuir significativamente la tasa de recurrencias. En esta revisión analizamos la fisiopatología de la hipercalciuria, la hiperoxaluria, la hipocitraturia, y las litiasis úrica y cistínica. Se detallan el manejo del cólico renal y el tratamiento dietético y farmacológico apropiado para cada tipo de litiasis.
La acalasia es un trastorno poco frecuente que dificulta el paso de alimentos y líquidos desde el esófago, que conecta la boca con el estómago, hacia el estómago. La acalasia se produce cuando se dañan los nervios del esófago.
Evento fisiopatológico causado por alteración del plexo mientérico de Auerbach y Meissner
La nefrolitiasis es un trastorno frecuente en países desarrollados y en desarrollo. Su prevalencia varía entre el 4 y 20% según diferentes series y depende de la edad de la población analizada, las condiciones geográficas y socioeconómicas del grupo en estudio. La prevalencia de litiasis renal aumenta con la edad tanto en varones como en mujeres; es más común en varones jóvenes. Una de las características de la litiasis renal es la alta recurrencia y muchas veces la solución de los cólicos requiere de intervenciones endoscópicas u otro tratamiento urológico y esto hace a la morbilidad de la enfermedad. El promedio de diferentes trabajos que estudiaron la evolución natural de la enfermedad muestra que la posibilidad de recurrencia al año del primer episodio es del 15%, a los 5 años 40% y a los 10 años del 60%.
Tanto los factores genéticos como los medioambientales contribuyen a la formación de cálculos. Los factores genéticos explican la tendencia a la agregación familiar de la enfermedad. El rol de la herencia es claro en algunas enfermedades como cistinuria o hiperoxalurias primarias, pero la litiasis idiopática también tiene una tendencia familiar, si bien los genes involucrados aún no se conocen. Dentro de los factores medioambientales se destaca la dieta, o sea determinados hábitos de ingesta que expresan la propensión a la litogénesis que tienen algunos sujetos. En aproximadamente 90% de los afectados es posible identificar alteraciones metabólicas que ayudan no sólo al diagnóstico etiológico sino que permiten también un manejo adecuado, con modificaciones dietéticas e intervenciones farmacológicas específicas. El tratamiento es eficaz en disminuir significativamente la tasa de recurrencias. En esta revisión analizamos la fisiopatología de la hipercalciuria, la hiperoxaluria, la hipocitraturia, y las litiasis úrica y cistínica. Se detallan el manejo del cólico renal y el tratamiento dietético y farmacológico apropiado para cada tipo de litiasis.
La acalasia es un trastorno poco frecuente que dificulta el paso de alimentos y líquidos desde el esófago, que conecta la boca con el estómago, hacia el estómago. La acalasia se produce cuando se dañan los nervios del esófago.
Evento fisiopatológico causado por alteración del plexo mientérico de Auerbach y Meissner
La pérdida de agua también hace que la sangre sea más concentrada de lo normal. Esto se denomina hiperosmolaridad. Es una afección en la cual la sangre tiene una concentración alta de sal (sodio), glucosa y otras sustancias. Esto saca el agua de los otros órganos del cuerpo, incluso el cerebro.
Entre los factores de riesgo están:
Evento estresante, como una infección, un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular o una cirugía reciente
Insuficiencia cardíaca
Alteración de la sed
Acceso limitado al agua (especialmente en personas con demencia o postrados en cama)
Edad avanzada
Funcionamiento renal deficiente
Manejo inadecuado de la diabetes, no seguir el plan de tratamiento de acuerdo con las instrucciones
Suspensión o quedarse sin insulina u otros medicamentos que bajan el nivel de glucosa
LOS DISPOSITIVOS DE DRENAJE se utilizan sobre todo después de las operaciones quirúrgicas para retirar el líquido sobrante de la zona quirúrgica; así, se minimiza la acumulación de sangre y exudado, se previene la infección y se facilita la curación1,2. Aunque existen muchos tipos de drenajes quirúrgicos, en este artículo nos centramos en la extracción de sistemas de drenaje activos cerrados, concretamente en el drenaje aspirativo cerrado con depósito de bulbo/granada (véase el cuadro Tipos de drenajes quirúrgicos). No se abordan drenajes como catéteres pigtail, tubos de tórax o tubos en T, ya que normalmente estos son extraídos por el médico.
La hernia de hiato se produce cuando la parte superior del estómago protruye a través del músculo grande que separa el abdomen del tórax (diafragma).
El diafragma tiene un pequeño orificio (hiato) a través del cual pasa el tubo de alimentación (esófago) antes de unirse al estómago. En la hernia de hiato, el estómago empuja hacia arriba para pasar por este orificio e ingresar en el tórax.
Cuando la hernia de hiato es pequeña no suele generar problemas. Es posible que nunca te enteres de que tienes una, a menos que el médico la descubra mientras hace un control a causa de otra afección.
Sin embargo, una hernia de hiato grande puede permitir que la comida y el ácido se vuelvan por el esófago, y esto ocasiona acidez estomacal. Por lo general, las medidas de cuidado personal o los medicamentos pueden aliviar estos síntomas. Cuando la hernia de hiato es muy grande puede requerir cirugía.
El peristaltismo esofágico es un componente importante del mecanismo antirreflujo porque es el principal determinante del aclaramiento esofágico del reflujo. La alteración de EEI es secundaria a dismotilidad con peristaltismo y/o propagación anormal de las ondas peristálticas (motilidad esofágica ineficaz) y de muy baja amplitud (<30mmHg).
La depuración esofágica se enlentece y así, el reflujo está en contacto con la mucosa esofágica durante un periodo de tiempo más largo y es capaz de alcanzar con más frecuencia el esófago y la faringe superiores. Por lo tanto, una relajación transitoria excesiva del EEI o su incompetencia mecánica, son causa de defecto en la barrera gastroesofágica.
La colecistectomía es la intervención quirúrgica consistente en la extracción de la vesícula biliar y es el método más común para tratar distintas patologías de este órgano.
La intervención resuelve los síntomas típicos del cólico biliar en el 95% de los pacientes.
Actualmente, en la mayor parte de las cirugías de la vesícula biliar se utilizan técnicas laparoscópicas, basadas en introducir en el abdomen, a través de 3 ó 4 pequeños orificios, un instrumental de tamaño reducido y una cámara. Por lo general, se opta por la colecistectomía laparoscópica cuando se prevé una cirugía sencilla.
La operación está indicada para pacientes cuya vesícula padezca una serie de enfermedades, como cálculos biliares (también llamados colelitiasis), inflamación por infección (también llamada colecistitis), dolor abdominal intenso debido a un cólico de vesícula, o asociada a otros procedimientos.
Este artículo habla del Abdomen agudo y todas los eventos fisiopatológicos que implica esta entidad clínica. Engloba tanto la clínica, como el manejo médico quirúrgico de las patologías inflamatorias intraabdominales. De igual forma, brinda una idea global de cuando intervenir de manera quirúrgica a los pacientes que acuden a la Emergencia por dolor abdominal.
Ganglioneuroblastoma y Neuroblastoma: Los ganglioneuroblastomas son tumores de orígen el las
células simpáticas con componentes mixtos de ganglioneuroma benigno y de neuroblastoma agresivo.
Los neuroblastomas son el tumor maligno intrabdominal más frecuente en la infancia. Pueden
originarse en la medula adrenal (representan aproximadamente el 66% de los intrabdominales) o bien
en los plexos paravertebrales simpáticos retroperitoneales y en el órgano de Zuckerland (deriva de la
creta neural y está localizado en el retroperitoneo, a nivel de la bifurcación aórtica o del orígen de la
arteria mesentérica inferior).
Los neuroblastomas suelen sera heterogéneos debido a la necrosis y hemorragias. Suelen presentar
calcificaciones muy groseras y en múltiples localizaciones (Fig.36). Los ganglioneuromas por el
contrario tienen calcificaciones puntiformes más finas.
Paraganglioma y feocromocitoma: El sistema paragnagliónico está formado por células de la cresta
neural. Estas pueden localizarse en las glándulas suprarenales, ganglios parasimpáticos y
quimioreceptores
La zona 2, o lateral, comprende el a´ rea situada entre el
diafragma y la bifurcacio´n ao´ rtica, limitando medialmente con
los vasos renales y lateralmente con la fascia de Toldt, por lo
que engloba las gla´ndulas suprarrenales, los rin˜ ones, vasos
renales, los ure´teres, y una porcio´n de colon ascendente y
descendente.
Destaca en esta regio´n anato´mica la incidencia de
lesiones renales de aproximadamente 1,2%16
. Pocas lesiones
urolo´ gicas ponen en peligro la vida, aunque representan
algunas de las complicaciones ma´ s frecuentes. Sin embargo,
las lesiones adrenales presentan una menor incidencia,
situa´ndose en torno al 0,4%17
. Las lesiones vasculares
renales, por otro lado, ocurren en menos de un 5% de los
traumatismos cerrados.
La mortalidad asociada al traumatismo renal se situ´ a entre
el 5%18 y el 11%,16 mientras que la secundaria a lesiones
arteriales alcanza el 20% en algunas series19
. La mortalidad
asociada a la gla´ndula suprarrenal es muy variable, oscilando
entre el 8%20 y el 32%. Destaca en algunas series que la
mortalidad asociada a la lesio´n unilateral es nula
Este documento cuenta las generalidades del Abdomen Agudo asociado a la fisiopatología general de los dolores abdominales, por lo que se encontrarán con amplios resultados a pesar de ser una clase sencilla. Se sube con el objetivo de ayudar a los que van a egresarse de la carrera de Medicina
Presentación de fisuras anales, habla del comportamiento de las mismas, fisiopatología y manejo según los protocolos internacionales, desde la perspectiva del Cirujano General en países en vías de desarrollo, tales como Nicaragua, Venezuela, Cuba y el resto de Centroamérica. Recordemos que el manejo es quirúrgico en la mayoría de las veces.
Esta presentación habla un poco de las generalidades de las quemaduras, con el fin de que el estudiante de medicina o bien, el rotante de cirugía plástica tenga el conocimiento adecuado a la hora de enfrentarse con un paciente quemado en la emergencia. Espero les sirva de gran ayuda.
Presentació de Álvaro Baena i Cristina Real, infermers d'urgències de Badalona Serveis Assistencials, a la Jornada de celebració del Dia Internacional de les Infermeres, celebrada a Badalona el 14 de maig de 2024.
En el marco de la Sexta Cumbre Ministerial Mundial sobre Seguridad del Paciente celebrada en Santiago de Chile en el mes de abril de 2024 se ha dado a conocer la primera Carta de Derechos de Seguridad de Paciente, a nivel mundial, a iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los objetivos del nuevo documento pasan por los siguientes aspectos clave: afirmar la seguridad del paciente como un derecho fundamental del paciente, para todos, en todas partes; identificar los derechos clave de seguridad del paciente que los trabajadores de salud y los líderes sanitarios deben defender para planificar, diseñar y prestar servicios de salud seguros; promover una cultura de seguridad, equidad, transparencia y rendición de cuentas dentro de los sistemas de salud; empoderar a los pacientes para que participen activamente en su propia atención como socios y para hacer valer su derecho a una atención segura; apoyar el desarrollo e implementación de políticas, procedimientos y mejores prácticas que fortalezcan la seguridad del paciente; y reconocer la seguridad del paciente como un componente integral del derecho a la salud; proporcionar orientación sobre la interacción entre el paciente y el sistema de salud en todo el espectro de servicios de salud, incluidos los cuidados de promoción, protección, prevención, curación, rehabilitación y paliativos; reconocer la importancia de involucrar y empoderar a las familias y los cuidadores en los procesos de atención médica y los sistemas de salud a nivel nacional, subnacional y comunitario.
Y ello porque la seguridad del paciente responde al primer principio fundamental de la atención sanitaria: “No hacer daño” (Primum non nocere). Y esto enlaza con la importancia de la prevención cuaternaria, pues cabe no olvidar que uno de los principales agentes de daño somos los propios profesionales sanitarios, por lo que hay que prevenirse del exceso de diagnóstico, tratamiento y prevención sanitaria.
Compartimos el documento abajo, estos son los 10 derechos fundamentales de seguridad del paciente descritos en la Carta:
1. Atención oportuna, eficaz y adecuada
2. Procesos y prácticas seguras de atención de salud
3. Trabajadores de salud calificados y competentes
4. Productos médicos seguros y su uso seguro y racional
5. Instalaciones de atención médica seguras y protegidas
6. Dignidad, respeto, no discriminación, privacidad y confidencialidad
7. Información, educación y toma de decisiones apoyada
8. Acceder a registros médicos
9. Ser escuchado y resolución justa
10. Compromiso del paciente y la familia
Que así sea. Y el compromiso pase del escrito a la realidad.
IA, la clave de la genomica (May 2024).pdfPaul Agapow
A.k.a. AI, the key to genomics. Presented at 1er Congreso Español de Medicina Genómica. Spanish language.
On the failure of applied genomics. On the complexity of genomics, biology, medicine. The need for AI. Barriers.
Presentació de Elena Cossin i Maria Rodriguez, infermeres de Badalona Serveis Assistencials, a la Jornada de celebració del Dia Internacional de les Infermeres, celebrada a Badalona el 14 de maig de 2024.
Módulo III, Tema 9: Parásitos Oportunistas y Parasitosis EmergentesDiana I. Graterol R.
Universidad de Carabobo - Facultad de Ciencias de la Salud sede Carabobo - Bioanálisis. Parasitología. Módulo III, Tema 9: Parásitos Oportunistas y Parasitosis Emergentes.
Vagotomías, piloroplastias, cierre de muñón duodenal.pptx
Quemaduras.pdf
1. PROTOCOLOS DIAGNÓSTICOS
Y TERAPÉUTICOS
EN URGENCIAS DE PEDIATRÍA
Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), 3ª Edición, 2019
Quemaduras
Yolanda Fernández Santervás
Servicio de Urgencias.
Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona
Maria Melé Casas
Servicio de Pediatría.
Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona
Octubre, 2019
21
2. 1
Las quemaduras son una de las principales causas accidentales de morbimortalidad en la infancia.
Las más frecuentes en pediatría son las térmicas por contacto con líquido caliente, que suelen
ser extensas pero poco profundas (escaldadura).
Las primeras medidas de actuación en Urgencias conllevan una aproximación al paciente mediante
el Triángulo de Evaluación Pediátrica y la evaluación ABCD, debiendo identificar de forma rápida
las condiciones que amenazan la vida, no debiendo demorarse la secuencia de reanimación ni la
estabilización de la vía aérea en caso de verse afectada.
Una vez realizada la atención inicial debemos intentar clasificar las quemaduras para poder
estimar la gravedad, pronóstico, terapéutica a aplicar y la necesidad o no de derivar a un centro
especializado de quemados. Para ello se deben tener en cuenta la profundidad (si son superficiales,
o si afectan menor o mayor porcentaje de dermis), la extensión (utilizaremos la regla del 9 de
Wallace o la regla de Lund-Browder) y la localización de las lesiones (si afecta zonas vitales o no).
Las quemaduras que afecten más de un 10% de superficie corporal quemada (SCQ) de segundo
grado en niños o más del 2 % SCQ de tercer grado en niños o que involucren zonas vitales serán
consideradas quemaduras moderadas o graves y deberán ser derivadas a centros especializados.
Se realizará reposición de la volemia según la fórmula de Parkland y el fluido de elección en las
primeras 24 horas será el Ringer lactato. Es de vital importancia la analgesia, las curas tópicas
con apósitos biosintéticos impregnados en plata o la sulfadiacina argéntica.
Palabras clave: quemadura, profundidad, extensión, evaluación inicial, tratamiento.
Quemaduras
Yolanda Fernández Santervás, Maria Melé Casas
Resumen
Abstract
Burns are one of the main accidental causes of morbidity and mortality in childhood.
The most frequent ones in pediatrics are the thermal ones by contact with hot liquid that are
usually extensive but shallow (scalding).
The first measures of action in emergencies involve an approach to the patient through the Pediat-
ric Evaluation Triangle and the ABCD evaluation, and must quickly identify the life-threatening
conditions, the sequence of resuscitation and the stabilization of the airway if affected.
Once the initial care is done, we should try to classify the burns in order to estimate the severity,
prognosis, therapeutics to be applied and the need or not to refer to a specialized burn center.
To do this, the depth (if superficial, or if they affect lesser or greater dermis percentage) must be
taken into account, the extension (we will use the rule of Wallace’s 9 or the Lund-Browder rule)
and the location of the lesions (if affects vital areas or not).
Burns that affect more than 10% burned body surface (SCQ) of second degree in children or
more than 2% SCQ of third degree in children or that involve vital areas will be considered
moderate or severe burns and should be referred to specialized centers . Volume replacement will
be done according to the Parkland formula and the fluid of choice in the first 24 hours will be
the Ringer Lactate. It is of vital importance analgesia, topical cures with biosynthetic dressings
impregnated in silver or silver sulfadiacin.
Keywords: burn, depth, extension, initial evaluation, treatment.
3. 2 Y. Fernández Santervás, M. Melé Casas
INTRODUCCIÓN
Las quemaduras son una causa importante de
morbimortalidad accidental en la edad pediátrica.
Representan la cuarta causa de muerte accidental
en la infancia y son especialmente frecuentes en
los primeros años de vida (un 33% del total de
quemaduras en los niños se producen entre los 12
y 24 meses de vida)1.
Aunque en la mayoría de ocasiones las quema-
duras son superficiales y de poca extensión corporal,
en otros casos pueden llegar a afectar mucosas y teji-
dos más profundos, y provocar importantes daños
funcionales, estéticos, psicológicos e incluso la vida.
El abordaje del niño quemado necesita de un
equipo multidisciplinar en el que el pediatra de
Urgencias juega un papel primordial en la estabiliza-
ción del paciente y el tratamiento inicial. El conocer
unas pautas generales de evaluación y manejo inicial
de estos pacientes es de vital importancia dado que
puede condicionar el pronóstico y la evolución pos-
terior.
FISIOPATOLOGÍA
La piel es un órgano con importantes funciones
biológicas como la de sintetizar la vitamina D, pro-
teger frente a infecciones y otros agentes externos,
regular la temperatura corporal, y prevenir la pérdi-
da de líquidos y electrolitos corporales entre otras.
Cuando ocurre una quemadura, se producen
dos fenómenos (aumento de la permeabilidad y
vasodilatación) que traen como consecuencia todo
el cuadro clínico de esta patología en las primeras
horas de su evolución2:
• El calor aumenta la permeabilidad de los capila-
res, el paso de las proteínas plasmáticas al espa-
cio intersticial produciendo un gran edema, con
la consiguiente disminución del volumen san-
guíneo y pudiendo llevar al paciente al colapso
circulatorio.
• La vasodilatación provoca un aumento de la
presión hidrostática capilar que contribuye a la
formación del edema. El líquido extravasado
contiene en mayor o menor proporción plasma,
agua y electrólitos. A medida que la lesión es
más profunda y extensa las pérdidas son mayo-
res, por lo que el peligro de shock aumenta.
La piel quemada pierde sus funciones funda-
mentales mencionadas anteriormente y se desenca-
denan fenómenos inflamatorios que pueden ocasio-
nar alteraciones en todo el organismo y llevar a un
shock hipovolémico, cardiogénico y distributivo.
ETIOLOGÍA
Los agentes causales son muy variados y se agru-
pan básicamente en cuatro categorías:
Quemaduras térmicas
Son las más frecuentes (85% de los casos) y
se producen por contacto con un sólido caliente
(generalmente provoca una quemadura profunda
pero poco extensa) o un líquido caliente (más exten-
sa pero habitualmente menos profunda). De entre
estas últimas destaca la escaldadura (o quemadu-
ra por contacto con un líquido caliente) que es el
mecanismo más frecuente de quemadura térmica
(65% de los casos) y generalmente se da en menores
de 5 años1,3.
Así mismo pueden producirse quemaduras tér-
micas por llama (fuego, agentes volátiles, cerillas,
encendedores) y por inhalación de humo o sustan-
cias tóxicas producidas por la combustión.También
hay quemaduras térmicas por frío (congelación),
poco frecuentes en los niños.
Quemaduras eléctricas
Se producen por el paso de la corriente a través
del organismo. Son casi siempre lesiones profundas
en las que, a diferencia de lo que ocurre con las
quemaduras térmicas, el porcentaje de superficie
corporal quemada no es indicativo del daño real
existente y pueden asociarse a lesiones por electro-
cución. Aunque infrecuentes (3%), presentan una
elevada morbimortalidad. En niños pequeños pue-
den producirse también quemaduras eléctricas por
contacto con enchufes, cables pelados o electrodo-
mésticos en mal estado. Son quemaduras eléctricas
de bajo voltaje pero suelen afectar a las manos y a la
boca, y por ello provocar cicatrices y graves secuelas1.
Las complicaciones más habituales que pueden
producir las quemaduras eléctricas son arritmias,
tetania muscular, edema por destrucción tisular, o
fallo renal por rabdomiólisis.
Quemaduras químicas
Existen gran cantidad de cáusticos (ácido sulfú-
rico, clorhídrico, etc.) y álcalis (sosa cáustica, amo-
4. 3
Quemaduras
níaco, etc.) que pueden producir quemaduras. La
mayoría de los casos son por productos de limpieza.
Los álcalis ocasionan quemaduras más profundas y
progresivas. En general son muy graves y con una
alta morbilidad, sobre todo funcional y estética.
Quemaduras por radiación
Son las producidas fundamentalmente por los
rayos ultravioleta tras las exposiciones solares o por
radiaciones ionizantes.
Existe un grupo de niños en el que, ya sea por
el tipo de la lesión o por datos extraídos de la his-
toria clínica, se puede sospechar la presencia de un
maltrato físico como fondo de las quemaduras.
De estas, la más frecuente apreciada en el maltrato
es la escaldadura por inmersión en agua caliente,
pero también pueden verse quemaduras pequeñas,
redondas y profundas provocadas por cigarrillos o
quemaduras simétricas y profundas en manos y pies
con clara delimitación.
CLASIFICACIÓN
Para clasificar las quemaduras y poder estimar
la gravedad y pronóstico de las mismas se deben
tener en cuenta la profundidad, la extensión y la
localización de las lesiones3-5.
Según la profundidad
La clasificación tradicional de quemaduras
como primer, segundo y tercer grado está siendo
reemplazada por un sistema que refleja el potencial
de curación y la necesidad de intervención quirúrgi-
ca (injertos cutáneos). Así, las designaciones actuales
en cuanto a la profundidad de la quemadura son:
superficial (primer grado), espesor parcial superfi-
cial (2º grado superficial), espesor parcial profundo
(2º grado profundo) y espesor total (3er grado). El
término cuarto grado todavía se usa para describir
las quemaduras más graves que se extienden más
allá de la piel hacia el tejido blando subcutáneo y
pueden involucrar vasos, nervios, músculos, huesos
y articulaciones subyacentes6.
Las características de cada tipo de quemadura
según su profundidad quedan reflejadas en la tabla
1. Hay que tener en cuenta que una evaluación de
la profundidad de la quemadura puede ser difícil
inicialmente dado que no suelen ser uniformes en
profundidad, y muchas tienen una mezcla de com-
TABLA 1. Clasificación de las quemaduras según la profundidad de la lesión
Profundidad Apariencia Sensación Tiempo de recuperación
Superficial • Eritema
• Edema mínimo
• Blanquea a la presión
• No exudativa
• No flictenas
Dolorosa 3-6 días
Espesor parcial
superficial
(afectan < 50%
dermis)
• Rosado hasta rojo brillante
• Ampollas intactas
• Exudativo
• Blanquea a la presión
Muy dolorosas 7-21 días
No cicatriz (salvo infección)
Puede dejar despigmentación
Espesor parcial
profundo
(afectan > 50%
dermis)
• Pálido y moteado
• Ampollas rotas
• Exudativas
• No blanquea a la presión
Hipoalgesia o
hiperalgesia
>21 días
Sí cicatriz
Pérdida de vello
Puede precisar cirugía con
injertos cutáneos)
Espesor total • Blanco nacarado hasta negruzco
• Escara
• Aspecto apergaminado
• Vasos trombosados
No dolor o solo
dolor a la presión
profunda
Raramente curan salvo si
cirugía
Sí cicatriz
Lesión más profunda
(cuarto grado)
Afectación de fascia y/o músculo No dolor Nunca curan salvo si cirugía
Sí cicatriz
5. 4 Y. Fernández Santervás, M. Melé Casas
ponentes profundos y superficiales. Los niños (sobre
todo < 5 años) y los ancianos son susceptibles a
quemaduras más profundas dado que tienen una
piel más fina.
Según la extensión
Salvo en las quemaduras superficiales (de primer
grado), se debe calcular la extensión de la superficie
corporal quemada (SCQ). Los métodos más cono-
cidos para el cálculo son3-6:
• Regla “de los 9” de Wallace: se usa frecuente-
mente para valorar grandes superficies de un
modo rápido en > 14 años y adultos (Tabla 2).
En ella las distintas regiones anatómicas repre-
sentan un 9% o un múltiplo del 9 de la super-
ficie corporal total (SCT). No debe utilizarse
en quemaduras superficiales.
• Tabla de SCT modificada según Lund-Brow-
der: es el método más preciso para estimar la
SCT tanto para adultos como para niños. Se usa
preferentemente en niños porque tienen cabezas
proporcionalmente más grandes y extremidades
inferiores más pequeñas, por lo que el porcenta-
je de SCT se calcula con mayor precisión (Tabla
TABLA 3. Tabla de Lund-Browder modificada para evaluar el porcentaje de quemadura total en la superficie
corporal en niños y adultos
Zona* < 1 año 1 a 4 años 5 a 9 años 10 a 14 años Adulto
Cabeza 9,5 8,5 6,5 5,5 4,5
Cuello 1 1 1 1 1
Tronco 13 13 13 13 13
Parte superior del brazo 2 2 2 2 2
Antebrazo 1,5 1,5 1,5 1,5 1,5
Mano 1,25 1,25 1,25 1,25 1,25
Muslo 2,75 3,25 4 4,25 4,5
Pierna 2,5 2,5 2,5 3 3,25
Pie 1,75 1,75 1,75 1,75 1,75
Nalga 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5
Genitales 1 1 1 1 1
*Los valores listados son para un área de superficie y cada extremidad individual. Los valores del área superficial anterior
y posterior son equivalentes al estimar el área de superficie corporal total (SCT). Extraído de UpToDate.
TABLA 2. Regla de los nueve de Wallace para el cálculo de la superficie corporal quemada
Cabeza y cuello 9%
18%
18%
9%
9%
9%
9%
1%
4,5% 4,5% 4,5% 4,5%
4,5% 4,5%
Tronco 18%
Espalda 18%
Extremidad superior 9% (x 2)
Extremidad inferior 18% (x 2)
Área genital 1%
6. 5
Quemaduras
3). Tampoco se debe utilizar en quemaduras
superficiales.
• Método palmar: en quemaduras poco extensas,
o sobre todo cuando esta es irregular o par-
cheada, se puede calcular sabiendo que la palma
del paciente (desde el borde de la muñeca a la
punta de los dedos) equivale a un 1% de la
SCT. Si solo se cuenta la palma sin los dedos,
equivale al 0,5% de la SCT. Se puede utilizar
a cualquier edad.
Según la localización
Según la localización de la quemadura5, existen
áreas del cuerpo denominadas zonas especiales o
de mayor gravedad que son la cara, cuello, manos,
pies, genitales, zona perineal y zonas de flexión,
que tienen gran movilidad y que, aunque no son de
compromiso vital, se consideran de suma gravedad
por mayor riesgo de secuelas funcionales y estéticas.
ESTIMACIÓN DE LA GRAVEDAD
La American Burn Association ha clasificado
las quemaduras en menores, moderadas y mayores
(Tabla 4)6 basándose principalmente en la profun-
didad, el tamaño y la localización de la quemadura.
Tanto el tratamiento como el pronóstico se corre-
lacionan con esta clasificación y proporciona una
guía general para la disposición y el cuidado que
requieren estos pacientes.
En la tabla 5 se reflejan, atendiendo a la grave-
dad de las lesiones, los criterios de derivación a las
Unidades de Quemados de referencia.
EVALUACIÓN Y ESTABILIZACIÓN INICIAL
En el lugar del accidente
La atención inicial a una quemadura debe ini-
ciarse en el lugar del accidente4,5. A parte de las
medidas de evaluación y estabilización inicial que se
comentarán en el siguiente apartado, se debe tener
en cuenta ya en el propio lugar del accidente que:
• En el caso de lesión térmica7, el enfriamiento
inmediatamente después de la quemadura limi-
ta el área de la lesión y mejora la cicatrización
de la herida. Los expertos recomiendan que
el área quemada se enfríe con agua unos 10
minutos inmediatamente después de la lesión.
La temperatura del agua no debe ser inferior
TABLA 4. Criterios de gravedad de las quemaduras según la American Burn Association
Quemadura menor ≤ 15% SCQ de primer o segundo grado en adultos
≤ 10% de SCQ de primer o segundo grado en niños
≤ 2% SCQ de tercer grado en niños o adultos (que no afecten ojos, orejas, cara o
genitales)
Quemadura moderada 15 a 25% de SCQ de segundo grado en adultos
10 a 20% de SCQ de segundo grado en niños
2 a 10% de SCQ de tercer grado en niños o adultos (que no afecten ojos, orejas, cara
o genitales)
Quemadura mayor > 25% de SCQ de tercer grado en adulto
> 20% de SCQ de segundo grado en niños
> 10% de SCQ de tercer grado en niños o adultos
Quemaduras de segundo y tercer grado que involucran ojos, oídos, orejas, cara, manos,
pies, articulaciones principales, periné y genitales
Todas la lesiones inhalatorias con o sin quemaduras
Quemaduras eléctricas
Quemaduras químicas en áreas como cara, párpados, orejas, manos, pies, articulaciones
principales, periné y genitales
Quemaduras asociadas a traumatismos
Quemaduras en personas de alto riesgo: diabetes, desnutrición, enfermedad pulmonar,
enfermedad cardiovascular, alteraciones sanguíneas, SIDA u otras enfermedades
inmunodepresoras, cáncer
SCQ: superficie corporal quemada.
7. 6 Y. Fernández Santervás, M. Melé Casas
a 8°C y nunca debe aplicarse hielo. Se debe
evitar la hipotermia. Así mismo se retirará la
ropa quemada (a menos que esté muy adherida)
y las joyas.
• En las lesiones químicas, se debe retirar total-
mente la ropa y la irrigación con agua debe ser
inmediata y profusa, intentando eliminar el
agente por arrastre.
• En las quemaduras eléctricas debe separarse
inmediatamente del contacto eléctrico por
medio de algún aislante y desconectar la fuente
de suministro eléctrico.
• Es importante recoger en el lugar del accidente
hora del mismo, mecanismo de producción,
traumatismo o explosión asociados, tóxicos
implicados, posibilidad de intoxicación por
monóxido de carbono o cianhídrico, antece-
dentes patológicos, alergias y estado vacunal.
MANEJO HOSPITALARIO
Aquí es donde el pediatra de Urgencias tiene
una labor primordial en establecer las prioridades
iniciales para la gestión de un paciente quema-
do. Las condiciones que amenazan la vida como
el compromiso de las vías respiratorias, la insufi-
ciencia respiratoria y/o la circulación inadecuada
deben ser rápidamente reconocidas y estabilizadas
en Urgencias.
Evaluación rápida inicial
La evaluación se iniciará con la aplicación del
Triángulo de Evaluación Pediátrica (TEP) y el
ABCDE, iniciando secuencia de reanimación car-
diopulmonar si fuera necesario4,5.
Vía aérea: la obstrucción de la vía aérea es la
principal causa de muerte en la primera hora. El
manejo es prioritario y máxime si existe evidencia
de compromiso respiratorio (quemaduras faciales,
hollín en boca y/o nariz, taquipnea, estridor, dis-
fonía, esputo carbonáceo, alteración del sensorio)
debiéndose administrar oxígeno al 100%. El edema
de las vías aéreas es rápidamente progresivo, por lo
que ante la aparición de signos mínimos de obstruc-
ción respiratoria alta se recomienda intubación pre-
coz con tubos de menor calibre al correspondiente
por edad y con inmovilización cervical si sospecha
de traumatismo.
Respiratorio: la disminución del nivel de
consciencia, el humo inhalado, las toxinas (como
el monóxido de carbono o el cianhídrico) o las lesio-
nes asociadas pueden interferir con la ventilación
y/o la oxigenación. Los pacientes con quemaduras
circunferenciales en el tórax o el abdomen pueden
desarrollar compromiso respiratorio como resulta-
do de la disminución de la distensibilidad de la
pared torácica. Se monitorizará con pulsioxímetría
y capnometría.
Circulatorio: se precisa la colocación de dos vías
venosas periféricas, no debiendo demorar la colo-
cación de una vía intraósea si fuera necesario. Los
pacientes con signos de circulación comprometida
en la presentación inicial (como taquicardia inexpli-
cada, mala perfusión periférica o hipotensión) deben
evaluarse cuidadosamente para detectar lesiones aso-
TABLA 5. Criterios de derivación a Unidades
Especializadas de Quemados
Quemadura de espesor parcial superior al 10% de SCT
Quemadura que involucre cara, manos, pies, genitales,
perineo o articulaciones principales
Quemadura de tercer grado en cualquier grupo de
edad
Quemadura eléctrica, incluida la lesión por rayo
Quemadura química
Lesión por inhalación
Quemaduras en pacientes con trastornos médicos
preexistentes que podrían complicar el tratamiento,
prolongar la recuperación o afectar la mortalidad
Cualquier paciente con quemadura y traumatismo
concomitante (como fractura) en los que la lesión
por quemadura presenta mayor riesgo de morbilidad
o mortalidad. En tales casos, si el trauma representa
un mayor riesgo inmediato, el paciente puede estabi-
lizarse inicialmente en un centro de trauma antes de
ser transferido a una Unidad de Quemados
Niños quemados en hospitales sin personal calificado
o equipo para el cuidado de niños
Lesión por quemaduras en pacientes que requerirán
una intervención social, emocional o de rehabilitación
especial
SCT: superficie corporal total.
8. 7
Quemaduras
ciadas. Se puede iniciar ya en esta fase expansión
con suero salino o Ringer lactato a 20 ml/kg/dosis.
Neurológico: una disminución del nivel de
consciencia puede ser el resultado de hipoxia, hipo-
tensión, hipoglucemia, traumatismo craneal conco-
mitante o intoxicación por monóxido de carbono
y/o cianhídrico. Se determinará una glucemia capi-
lar y se aplicarán las medidas para tratar estas posi-
bles causas y ver si mejora el nivel de consciencia.
Exposición: si las quemaduras aún no han sido
lavadas se realizará en este momento, así como la
retirada de toda la ropa y joyas. Se debe determi-
nar la profundidad de las lesiones, la extensión de
las mismas en función del porcentaje de SCT y su
localización. Este paso nos dará una guía terapéutica
general de lo que precisa el paciente y si debe ser
derivado a un centro especializado.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Para los pacientes con quemaduras moderadas
y graves, se deben obtener los siguientes estudios:
hemograma, coagulación y pruebas cruzadas, gaso-
metría y bioquímica que incluya creatinquinasa y
función renal (vigilar hiperpotasemia), carboxihe-
moglobina y lactato (en caso de sospecha de intoxi-
cación por monóxido de carbono o cianhídrico),
analítica de orina (descartar mioglobinuria) y estu-
dios de imagen según mecanismo de la lesión o
datos alterados en la exploración física.
TRATAMIENTO
Reposición hidroelectrolítica
Todo paciente con lesión > 10% SCQ tiene
indicación de rehidratación intravenosa y si la lesión
es > 20 % SCQ esta se realizará por una vía central.
Para calcular las necesidades de líquidos durante
las primeras 24 horas se suelen utilizan dos fór-
mulas3,5,8,9:
• Formula de Parkland: (4 ml x kg de peso x %
SCQ) + necesidades basales del período. Del
total se repone el 50% en las primeras 8 horas y
el 50% en 16 horas. Es la fórmula más utilizada.
• Fórmula de Galveston: 5000 ml/m2 de SCQ +
2000 ml /m2 de SCT, el 50% en las primeras 8
horas y el otro 50% en las siguientes 16 horas.
Independientemente de la fórmula escogida,
solo representa una estimación de los requeri-
mientos promedio y la velocidad de infusión se
regulará según la diuresis, que deberá mantenerse
entre 1-2 ml/kg/h para pacientes < 30 kg y entre
0,5-1 ml/kg/h para > 30 kg. De ocurrir episodios
de hipotensión se realizarán las expansiones nece-
sarias sin descontarse estas del aporte calculado
por la fórmula.
En cuanto a la elección del líquido a adminis-
trar, el Ringer lactato5,7,8 es el fluido de reanimación
y mantenimiento de elección durante las primeras
24 horas en la mayoría de los centros de quemados.
Los expertos recomiendan agregar un 5% de glu-
cosa al líquido de mantenimiento para niños < 20
kg para prevenir la hipoglucemia. Los coloides a
menudo se agregan después de 24 horas o cuando
los pacientes requieren aumentos progresivos en los
volúmenes de cristaloides. Las revisiones sistemáti-
cas que comparan cristaloides versus coloides para la
reanimación con líquidos en pacientes críticamente
enfermos (incluido un pequeño número de niños
con quemaduras) demuestran que la supervivencia
no mejoró para los pacientes que recibieron coloi-
des. La experiencia con el uso de solución salina
hipertónica para la reanimación con líquidos en
víctimas de quemaduras es limitada.
Los niños que requieren grandes volúmenes de
líquidos para mantener una perfusión adecuada o
que no mejoran con la reanimación con líquidos
vigorosos deben evaluarse cuidadosamente para
detectar otras afecciones que pueden causar com-
promiso cardiovascular, como lesiones ocultas o un
shock neurogénico por lesión medular espinal.
Analgesia
La analgesia es uno de los pilares básicos del
tratamiento de un quemado y debe iniciarse de
forma precoz, y a ser posible incluso en el lugar
del accidente7.
En quemaduras menores puede pautarse para-
cetamol oral o intravenoso (IV) a 15 mg/kg/dosis
o metamizol 20 mg/kg/dosis IV. En quemaduras
moderadas o graves es prioritario el tratamiento con
cloruro mórfico a 0,1 mg/kg/dosis IV o subcutáneo
(si estabilidad hemodinámica) o fentanilo a 1-2 mg/
kg/dosis IV.
Ante procedimientos invasivos (intubación,
colocación de vías centrales, desbridamiento de las
heridas, etc.) el fármaco más indicado por su doble
9. 8 Y. Fernández Santervás, M. Melé Casas
efecto analgésico y sedante y por su perfil de segu-
ridad es la ketamina a 1-2 mg/kg/dosis.
Antibioticoterapia sistémica
La utilización de antibioticoterapia profiláctica
sistémica no está indicada ya que lo único que se
logra con ello es seleccionar la flora e incrementar
la resistencia de los gérmenes de la piel. Solo se uti-
lizará en caso de crecimiento bacteriano o sospecha
clínica de sepsis10.
Se deberá asegurar la correcta vacunación anti-
tetánica según calendario vacunal.
Figura 1. Algoritmo resumen de la actuación en urgencias ante un paciente con quemaduras.
Fluidoterapia (fórmula de Parkland)
Ringer lactato
Analgesia, protector gástrico
Cura tópica con apósitos biosintéticos o
sulfadiazina argéntica. Vendaje
Cura quirúrgica, escarotomía
Derivar a Unidad de Quemados
Quemaduras moderadas o mayores
>10% de SCQ de segundo grado en niños
>2% SCQ de tercer grado en niños
Quemadura que involucre cara, manos, pies,
genitales, perineo o articulaciones principales
Quemaduras eléctricas, químicas, inhalatorias,
traumatismos concomitantes o en niños con
patología crónica previa
≤ 10% de SCQ de 1er o 2º grado en niños
≤ 2% SCQ de 3er grado en niños (que no
afecten ojos, orejas, cara o genitales)
Lavar con suero
Analgesia
Desbridar ampollas si precisa
Cura tópica con apósitos biosintéticos o
sulfadiazina argéntica
Vendaje y curas periódicas según apósito
empleado
Quemaduras menores
Calcular superfície de área quemada (tabla
lund-browder, regla de los 9, método palmar)
Calcular profundidad y localización quemaduras
Evaluación y
tratamiento
¿Otros traumatismos asociados?
ESTABLE
INESTABLE
ABCDE
Estabilización de la vía aérea
Intubación traqueal precoz si precisa
Oxígeno al 100%
Accesos venosos
Ringer lactato o SSF a 20 ml/kg
Repetir si precisa
Analgesia
Continuar reconocimiento completo de cabeza a pies
Historia clínica completa
Lavar heridas, retirar ropa y joyas
Analgesia si no se ha administrado
Mantener calor, evitar hipotermia
ATENCIÓN EN URGENCIAS ANTE UN PACIENTE CON QUEMADURAS
NO
SÍ
10. 9
Quemaduras
Curas tópicas11
El cuidado local de la quemadura11 tiene
como objetivo proteger la superficie de la heri-
da, mantener un ambiente húmedo, promover
la curación y limitar la progresión de la lesión
al mismo tiempo que minimiza la incomodidad
para el paciente.
En las quemaduras superficiales, salvo que sean
muy extensas, no es necesario ningún tipo de trata-
miento, salvo el lavado y enfriamiento local inicial,
analgesia adecuada con paracetamol o ibuprofeno,
crema hidratante y protección solar. El uso de cor-
ticoides tópicos es controvertido y actualmente no
se aconseja, pues puede dificultar la cicatrización y
favorecer la sobreinfección.
En el resto de quemaduras, una vez lavadas
y retirada la ropa y joyas, se procederá al desbri-
damiento del tejido desvitalizado (incluidas las
ampollas rotas) pues disminuye el riesgo de infec-
ciones. Aunque el abordaje de las ampollas intactas
es controvertido, los expertos generalmente reco-
miendan que se eliminen las ampollas grandes, las
que puedan romperse y aquellas que son dolorosas
(independientemente del tamaño). Lo que no se
aconseja es la punción de las ampollas pues esto
aumenta el riesgo de infección.
Posteriormente se debe cubrir la quemadura
con gasas de malla fina que se ajusten bien a las
superficies a tratar y a los movimientos del paciente,
pero sin que se adhieran a la lesión. Estas gasas se
usarán en combinación con antimicrobianos tópicos
siendo el más utilizado la sulfadiazina argéntica al
0,5-1% (no en < 2 meses), aunque también puede
utilizarse nitrato de plata al 0,5%, neomicina, nitro-
furazona, bacitracina u otros. En los últimos años
este tratamiento está siendo desplazado por la apa-
rición de nuevos apósitos biosintéticos impregnados
con plata que tienen menor toxicidad local, mayor
poder antimicrobiano y propiedades más durade-
ras que reducen el recambio de los vendajes a una
vez a la semana en lugar de cada 24-48 horas. El
inconveniente es que son más caros y no disponibles
en todos los servicios de urgencias hospitalarios o
ambulatorios.
El vendaje se debe realizar de distal a proximal
para favorecer el retorno venoso.Tiene que ser firme
pero no compresivo y se debe inmovilizar en las
posiciones funcionales y/o evitando retracciones.
Otros tratamientos
El tratamiento quirúrgico precoz para las lesio-
nes más profundas favorece la curación de las mis-
mas. Está indicada así mismo la escarotomía en las
lesiones circunferenciales que puedan disminuir la
perfusión distal.
Se pautará protector gástrico para evitar las
úlceras de estrés y se iniciará de forma precoz la
alimentación por vía enteral a ser posible (oral,
nasogástrica o transpilórica) en SCQ > 10% para
prevenir la aparición de íleo paralítico y por qué
disminuye el riesgo de translocación bacteriana y
sepsis.
En la figura 1 se representa un algoritmo resu-
men de la actuación en Urgencias ante un paciente
con quemaduras.
BIBLIOGRAFÍA
1. Carazo M E, Domènech A-B, Lluna J, Vila J J. Que-
maduras. En: Guía para padres sobre la prevención
de lesiones no intencionadas de la Asociación Espa-
ñola de Pediatría. Coordinadores: Mª Jesús Esparza
y Santi Mintegi. Páginas 47- 55. Año 2016. ISBN:
978-84-608-6366-3.
2. Snell JA, Loh NH, Mahambrey T, Shokrollahi K.
Clinical review: The critical care management of the
burn patient. Critical Care. 2013;17:241.
3. López J C. Tratamiento de las quemaduras en la
infancia. An Pediatr Contin. 2007;5(4):218-21.
4. Peñalba A, Marañón R.Tratamiento de las quemadu-
ras en urgencias. En: Protocolos diagnóstico-terapéu-
ticos de urgencias Pediátricas SEUP-AEP. Editorial
Ergon S.A. 2010. p. 199-204.
5. González M. Quemaduras. En:J Benito, S Mintegi,
B Azcunaga, B Gómez. Urgencias pediátricas: guía
de actuación. Editorial Médica Panamericana D. L.
Madrid 2014. p. 850- 856.
6. Phillip L Rice, Jr, MDDennis P Orgill. Classification
of burn injury. [Monografía en Internet]. Walthman
(MA): UpToDate; 2005. Revisado octubre 2017
[acceso octubre 2018]. Disponible en: http://www.
uptodate.com/
7. Baartmans MG, De Jong AE , Van Baar A , Beerthui-
zen GI , Van Loey NE , Tibboel D , Nieuwenhuis
MK. Early management in children with burns:
Cooling, wound care and pain management. Burns.
2016;42(4):777-782.
8. Joffe MD, Bachur RG, Wiley JF. Emergency care
of moderate and severe thermal burns in children.
[Monografía en Internet]. Walthman (MA): UpTo-
11. 10 Y. Fernández Santervás, M. Melé Casas
Date; 2005 [acceso febrero 2018]. Disponible en:
http://www.uptodate.com/
9. Ahuja RB, Gibran N, Greenhalgh d, James Jeng et
al. ISBI Practice Guidelines for Burn Care. Burns.
2016;42(5):953-1021.
10. Barajas-Nava LA, López-Alcalde J, Roqué i Figuls
M, Solà I, Bonfill Cosp X. Antibiotic prophylaxis for
preventing burn wound infection. Cochrane Data-
base of Systematic Reviews 2013, Issue 6. Art. No.:
CD008738. DOI: 10.1002/14651858.CD008738.
pub2.
11. Mayer Tenenhaus, FACSHans-Oliver Rennekampff.
Topical agents and dressings for local burn wound
care. [Monografía en Internet]. Walthman (MA):
UpToDate; 2005. Revisado abril 2018 [acceso octu-
bre 2018]. Disponible en: http://www.uptodate.com/