Las reacciones adversas a un fármaco pueden considerarse una forma de toxicidad; sin embargo, el término toxicidad suele aplicarse con más frecuencia a los efectos de las sobredosis (accidentales o intencionales) o a la presencia de altas concentraciones sanguíneas o de efectos farmacológicos exacerbados que aparecen durante la utilización correcta del fármaco (p. ej., cuando el metabolismo del fármaco se encuentra inhibido temporalmente por una enfermedad o la administración de otro fármaco). Para obtener información sobre la toxicidad de drogas específicas, incluidos medicamentos, véase la tabla Síntomas y tratamiento de venenos específicos. Efecto secundario es un término impreciso que se emplea con frecuencia para referirse a los efectos no deseados de un fármaco que se producen dentro del rango terapéutico. Como todos los fármacos pueden provocar reacciones adversas, siempre que se prescriba un medicamento es preciso realizar un análisis riesgo-beneficio (la probabilidad de obtener beneficios frente al riesgo de reacciones adversas al fármaco). El National Electronic Injury Surveillance System–Cooperative Adverse Drug Event Surveillance Project (NEISS–CADES) estimó que se recibieron 6 consultas al departamento de emergencias por efectos nocivos de medicamentos cada 1.000 personas por año en el período de 2017 a 2019 sobre la base de una muestra de casi 100.000 casos (1). Alrededor del 39% de estas consultas concluyó en hospitalización (1). En estimaciones anteriores en los Estados Unidos, el 3 al 7% de todas las hospitalizaciones se debieron a reacciones adversas a medicamentos. Se producen reacciones adversas a fármacos en el 10 al 20% de los ingresos hospitalarios, y estas son graves en un 10-20% de los casos. Estas estadísticas no incluyen la cantidad de reacciones adversas a un fármaco que se producen en otros pacientes ambulatorios y pacientes que están en asilos. Aunque el número exacto de RAM no es seguro, representan un problema de salud pública importante que, en su mayor parte, se puede prevenir (2, 3). La incidencia y la gravedad de las reacciones adversas a medicamentos varían según las características del paciente (p. ej., edad, sexo, grupo étnico, enfermedades concomitantes, factores genéticos o geográficos) y de acuerdo con factores relacionados con el fármaco (p. ej., tipo de fármaco, vía de administración, duración del tratamiento, dosificación, biodisponibilidad). La incidencia es mayor con la edad avanzada y la polifarmacia. De acuerdo con el National Electronic Injury Surveillance system, en los adultos mayores el uso terapéutico de anticoagulantes y medicamentos para la diabetes ha aumentado las consltas al Departamento de Emergencias. El uso no terapéutico de fármacos sedantes e hipnóticos como las benzodiazepinas y los analgésicos también conribuyó al desarrollo de daño relacionado con fármacos. En los niños menores de 5 años, el uso de antibióticos era una causa frecuente de consulta al Departamento de Emergencias