Las bicicletas usan rodamientos para reducir la fricción entre piezas móviles como las ruedas y sus ejes o la horquilla y el marco. Los rodamientos contienen bolas o rodillos que giran libremente para permitir el movimiento relativo de las piezas. Los rodamientos requieren ajuste y lubricación adecuados para funcionar de manera suave y precisa.