Muchas veces por el ánimo de buscar el equilibrio en la vida, en realidad estamos asumiendo una disculpa con sabor a cobardía que nos mantiene en una zona de confort y de mediocridad.
1. Salir de nuestra zona de confort
Juan Manuel Arias Castro
Periodo complicado el que estamos viviendo, porque los ciudadanos no están asumiendo
posiciones. Probablemente fruto de factores políticos intimidatorios hemos perdido la
iniciativa, hemos perdido el liderazgo y hemos claudicado en muchas aspiraciones. De ser
personas valientes nos hemos convertido en personas que están a la defensiva y
absolutamente indiferentes con elentorno que nos rodea. Las personas trémulas, indecisas,
nunca son seguras, independiente de su condición social, formación o su posición
profesional.
Mala práctica es nuestro deseo de buscar siempre el equilibrio, no debemos permitir que
esto se transforme en una disculpa para no tomar una iniciativa única e intrépida necesaria
hoy más que nunca, para formar y obtener lo que queremos. Muchas veces por el ánimo de
buscar el equilibrio en la vida, en realidad estamos asumiendo una disculpa con sabor a
cobardía que nos mantiene en una zona de confort y de mediocridad.
Tenemos que ser más fuertes y corajudos. Hay que entender que cuando decidimos
ponernos en la ofensiva, la atmósfera de nuestras vidas, cambia. Por eso es que, si en este
momento alguien está insatisfecho con la atmósfera de su vida, cambie y se ponga en la
posición ofensiva (sin ofender a nadie) y verá como el mundo cambia, ya que no es
solamente una acción que se realiza en las relaciones externas del individuo, sino y
especialmente es una acción interior e íntima.
De hecho, cuando decidimos cambiar a la posición ofensiva, debemos claramente entender
que los conflictos que tenemos necesariamente deben ser impersonales. Debemos
combatir los problemas, no a las personas. Ahí se podrá observar claramente que cuando
nuestras razones son defensivas, nuestra causa casi nunca tiene éxito.
Estar en la ofensiva y tomar la iniciativa, son las llaves maestras que abren las puertas de
muchas oportunidades en la vida. Aprendamos a crear el hábito de tomar la iniciativa y
nunca comencemos el día en “neutro”. Todas las mañanas cuando nos levantemos de la
cama, debemos pensar de manera ofensiva, asumir el control de nuestro día y nuestra vida.
No nos quedemos como algunas personas que pierden una hora en la mañana y pasan el
resto del día intentando recuperarla, eso no.
Cuando nos retraemos y nos quedamos en la defensiva, normalmente aumentamos el
problema. La intimidación normalmente precede a la derrota. Claro, puede haber
momentos en que no sabemos qué camino tomar, o qué puerta tocar, en esos casos lo
mejor es acudir a su fe -en mi caso religiosa- y apostar al instinto, de conservación, a la
experiencia y finalmente -como no- inclusive a nuestra suerte, pero optemos, decidamos,
arriesguemos, pero no nos quedemos neutrales, total lo peor que puede suceder es que
nos equivoquemos, enmendemos el error y sigamos ofensivos.
2. Esto hace recuerdo a la anécdota de los dos pescadores que fueron alcanzados por una
tempestad en medio del lago. Uno se vuelca y le dice a su amigo: “¿debemos pedir ayuda a
Dios o remar?” el amigo sabiamente le respondió “¡hagamos las dos cosas!” Eso es tomar
la ofensiva, liderando y no quedándose atascado.
De hecho, nunca más necesario introducirnos en la buena práctica de ir a la ofensiva, Santa
Cruz debe su tesón, impulso y éxito a su actitud ofensiva, a su liderazgo nacional y a la gran
capacidad de su gente de arriesgarse y de nunca quedarse neutrales.
Hoy más que nunca debemos recuperar esta actitud.
Escrito el 18 de julio de 2018