Cada persona es singular debido a tres conjuntos de factores. Primero, las tendencias comunes a la especie como los reflejos y procesos homeostáticos. Segundo, las características hereditarias ligadas a los genes que contribuyen a la singularidad infinita antes de que influyan la cultura y el ambiente. Tercero, ciertas capacidades latentes como la conciencia, el sentido de sí mismo y la organización jerárquica que representan el potencial para alcanzar el estado adulto y originan los estadios del desarrollo humano.