El sistema económico novohispano impuso sistemas de trabajo forzado como la encomienda y el repartimiento para explotar a los indígenas y consolidar el dominio español. La encomienda otorgaba el control de la mano de obra indígena a los encomenderos a cambio de su evangelización, mientras que el repartimiento repartía indígenas entre las empresas españolas. La propiedad de la tierra estaba en manos de la corona, la iglesia, los encomenderos y los grandes terratenientes a través