El documento define las virtudes como disposiciones habituales para hacer el bien. Explica que hay dos tipos de virtudes: las teologales (fe, esperanza y caridad) y las humanas o morales, que incluyen las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza). También menciona que los vicios son contrarios a las virtudes y pueden referirse a los siete pecados capitales.