La teoría constructivista de Bruner propone que el aprendizaje es un proceso activo en el que los estudiantes construyen nuevas ideas basándose en su conocimiento previo. Los estudiantes seleccionan y transforman información para construir hipótesis. El instructor debe organizar la enseñanza para facilitar que los estudiantes descubran principios por sí mismos y se comprometan en un diálogo activo. La enseñanza debe estructurarse para que pueda ser comprendida por los estudiantes y diseñarse para facilitar la extrapolación