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TEORIA DE GRUPOS EN LA ACTUALIDADDDp.pdf
1. Teoría de los Grupos en Psicología Social
(Publicado en El Semejante - Año 5 Nro. 32 de noviembre de 2006; en La
Silla del Coordinador con fecha 7/4/2014 y en 1968 Grupalista: Biblioteca
de Psicología Social Pichoniana con fecha 15/11/2014)
TEORIA DE LOS GRUPOS EN PSICOLOGIA SOCIAL
Como venimos viendo en notas anteriores, la Psicología Social da cuenta del
hombre en situación, ya que nadie puede ser entendido únicamente en
términos de sí mismo. Cada persona es la síntesis -aquí y ahora- de una
compleja trama de vínculos -del allá y entonces-; es decir, del “implacable
interjuego entre el sujeto y el mundo”. Antes de ser persona, el sujeto es
siempre un grupo. Pero no en el sentido de pertenencia a un grupo, sino
porque su personalidad “es” el grupo. Hemos sostenido que lo psíquico es
una representación de lo social, como también lo social es una
representación de lo psíquico individual y singular. Así, lo que acontece en
la realidad externa (en la estructuración social), se escenifica en el mundo
interior del individuo y, a través de su comportamiento, esas
representaciones internas se vuelven a manifestar exteriormente en los
grupos y en las organizaciones en las cuales interactuamos con nuestros
semejantes. “El comportamiento es un espejo donde cada sujeto muestra su
verdadera imagen”.
Precisamente, dicho interjuego entre lo personal y lo social se produce en
la construcción de nuestra disciplina científica, propuesta por Enriqu e
Pichon-Rivière hace más de medio siglo para su Técnica de los Grupos
Operativos. Tales grupos son conjuntos de personas, ligadas entre sí por
constantes de tiempo y espacio, y articuladas por su mutua representación
interna, que se plantean -explícita o implícitamente- una tarea que
constituye su finalidad. Abordamos a esos grupos tanto desde una
concepción microsocial (familias, escuelas, clubes, centros de salud, etc.)
como desde una óptica más global o macrosocial (municipios, provincias o
comunidades en general). Como operadores psicosociales, prestamos
atención a lo horizontal de la tarea social a cumplir, en su cruce puntual
con lo vertical que les sucede a los integrantes grupales en su interioridad
psíquica. Cada sujeto está expuesto a los significantes que desplazan sobre
él los demás miembros del grupo.
La Psicología Social interpreta que un grupo es operativo cuando apunta
hacia una dirección determinada, tanto para comprenderla como para
dirigirla: con una táctica, una técnica, una estrategia y una logística
concretas. El término operativo denota que ninguna indagación psicosocial
es inofensiva, sino que inevitablemente es una operación que modifica lo
indagado. Todo acontecer grupal así entendido logra transformaciones
dialécticas en sus integrantes, procurando de modo esencial “la pérdida de
la mirada ingenua e inocente” sobre la realidad. Lo grupal es una gestalt-
gestaltung, una estructura estructurándose, lo que nos brinda la idea
dialéctica de la función instituyente del grupo en el sujeto. Sostenemos que
una persona que ha participado activamente de un Grupo Operativo, ya no
2. volverá a ser la misma pues adquirirá una nueva posición subjetiva (una
subjetividad distinta y remozada) ante sí y ante su circunstancia toda.
“No hay grupo sin tarea”, enseñó el creador de la Psicología Social
Argentina. Pues, la técnica de grupos se caracteriza por estar centrada de
modo explícito en una tarea. La palabra tarea proviene del árabe
vulgar taríha, aludiendo a la cantidad de trabajo que se impone a alguien.
Resulta interesante puntualizar que el verbo árabe -que da origen a esta
noción de “tarea”- tiene la misma significación que el verbo latino iácere,
del cual deriva el participio iectum, que es parte de la palabra castellana
“proyecto” (del latín, proiectus). Al decir de Alejandro Simonetti, una
TAREA tiene sentido dentro de un PROYECTO compartido. Y los Psicólogos
Sociales creemos que los individuos se agrupan cuando -y porque- se
necesitan, ya que no somos ni más ni menos que sujetos de necesidad.
Usualmente se subraya la función de contención del grupo hacia sus
integrantes, como así también el fuerte sentimiento de seguridad que les
brinda. El sub-jectum de la necesidad se metamorfosea como consecuencia
del pro-jectum grupal.
La necesidad sería, de acuerdo al aludido presupuesto teórico, el
fundamento del vínculo que nos conduce a relacionarnos como animales
sociales. En consecuencia, podríamos decir que el objetivo de un grupo es
la satisfacción de tales necesidades: PROYECTO y TAREA se centran en ese
objetivo. En el grupo operativo se valida aquello que está direccionado
hacia el proyecto grupal. Por ende, los enunciados o saberes verdaderos
son aquellos coherentes con la lógica del Objetivo del Grupo. Las tareas
grupales explícitamente pactadas y claramente especificadas pueden ser,
entre otras, el aprendizaje de la Psicología Social (ya que así estudiamos e
interactuamos concretamente en las diversas Escuelas existentes en el
país), el diagnóstico de las dificultades de una empresa laboral, la discusión
específica de representaciones artísticas, ciertos aspectos puntuales
concernientes a la creatividad publicitaria, la búsqueda de logros deportivos
y personales de los integrantes de un club de fútbol determinado, etc.
Pero además de lo antedicho, el grupo tiene otro propósito u otra tarea
implícita, cual es el desarrollo en sus miembros de la capacitación hacia
una buena adaptación activa a la realidad, sea modificándose cada
integrante mediante el aprendizaje, sea al modificar la realidad exterior de
manera que coincida -lo más objetivamente posible- con el proyecto. Ya
vimos que los Psicólogos Sociales no operamos solamente sobre lo
individual de cada integrante grupal, ni tampoco con la exclusiva mirada del
grupo como una totalidad, sino que nuestra tarea tenderá a fusionar ambas
concepciones. Trabajamos en dos distintas direcciones: en primer término,
la verticalidad, lo propio y lo singular de cada miembro; y después,
la horizontalidad o lo grupal en sí; dimensiones ambas que se articulan,
haciéndose así comprensibles, en el rol de cada participante. A mayor
heterogeneidad de los miembros y mayor homogeneidad en la tarea, mayor
será la productividad grupal.
La tarea implícita consistirá, entonces, en la elaboración de dos ansiedades
básicas: el miedo a la pérdida de las estructuras existentes, y el miedo al
ataque de la nueva situación. Este proceso posibilita el cambio: el proyecto
grupal se impone ante la resistencia al cambio de sus miembros. Los
3. operadores psicosociales ayudamos al grupo a salir de las estereotipias de
lo ya conocido. El aferrarse al pasado suele ser un estereotipo que tiende a
evitar las aludidas ansiedades del presente y de lo nuevo. La estereotipia es
la polilla del proceso grupal. Cada grupo construye un imaginario propio
que opera como una cultura particular, otorgándole un estilo único y
singular. Todos los grupos son diferentes. No hay grupo igual a otro, pues
cada uno escribe su propia historia. Decimos con Ana P. de Quiroga que el
grupo es instituyente del sujeto, como también el sujeto es instituyente del
grupo. Síntesis que tiene como agente a cada integrante; síntesis que es a
la vez proceso y producto.
Digamos, para finalizar, que la técnica de los grupos operativos solamente
se puede aprender -y aprehender- a partir de la experiencia personal, de
igual modo que la base fundamental de una preparación psicoanalítica
puede únicamente lograrse atravesando uno mismo por el análisis. La
identidad grupal está dada por una tarea y un proyecto en común, las que
llegan a establecer pautas de integración y de comportamiento que se van
institucionalizando en el grupo. Si adentro de cada uno de nosotros habita
una fuerte tensión -y contradicción dialéctica- entre lo solidario y lo
solitario, concluiremos que para interaccionar adecuada y operativamente
en cualquier grupo deberá haber inexorablemente un trasfondo de
sociabilidad y de solidaridad. Una creciente tendencia hacia la integración
de los componentes del grupo los llevará a un destino que jamás
imaginaron al inicio del proceso grupal compartido.