La ética de Tomás de Aquino se basa en la ley natural, que se deriva de la naturaleza humana y establece criterios prácticos para la acción. Según Tomás, el hombre tiene tendencias naturales como la conservación de la vida, la procreación y la búsqueda de la verdad y la vida en sociedad, de las cuales se deducen deberes morales. La ley natural es universal e inmutable, pero requiere leyes positivas que la concreten en cada sociedad, siempre que éstas no contradigan a la ley natural.