La Carta Magna de 1215 estableció límites al poder del rey y protegió los derechos de los ciudadanos ingleses. Protegió los derechos feudales frente al rey y los derechos de la Iglesia, las viudas y los ciudadanos libres. También estableció garantías de igualdad ante la ley y prohibió el soborno de funcionarios. Aunque Juan sin Tierra fue forzado a aceptarla, la Carta Magna sentó las bases para las constituciones modernas al limitar el poder del gobernante.