El trastorno desintegrativo infantil se caracteriza por un periodo inicial de desarrollo normal seguido de una pérdida significativa de habilidades adquiridas como el lenguaje, las habilidades sociales y el control de esfínteres. Las causas son desconocidas pero se asocia con trastornos neurológicos. El tratamiento se centra en terapia conductual y medicamentos, pero no existe una cura permanente y el deterioro tiende a ser estable aunque limitadamente reversible.