El linfoma no Hodgkin se trata principalmente con quimioterapia, inmunoterapia, terapia dirigida y radioterapia, dependiendo del tipo y estadio. Los factores que influyen en el tratamiento incluyen el riesgo de efectos secundarios y las preferencias del paciente. El pronóstico depende del estadio; la tasa de supervivencia a 5 años para el estadio localizado es del 73% al 96%, mientras que para el estadio distante es del 57% al 85%.