El argumento principal de esta lección nos debe hacer conscientes de las necesidades y sufrimientos que padece nuestra sociedad y que, en ocasiones, son el producto de la explotación y el pecado de instituciones y sistemas que solo sirven y benefician a unos pocos en detrimento de unas mayorías «cansadas y trabajadas». Además, nos advierte que el tema de la justicia social es uno que no debe faltar en el discurso profético de la iglesia y de quienes han sido convocados por Dios para la misión.