Esta lección nos advierte sobre los peligros y las consecuencias de ser selectivos al momento de compartir los bienes de la gracia de Dios. El tener preferencias por motivo de raza, color, condición económica o social es pecado que atenta contra la suprema voluntad de Dios, cuyo plan de salvación va dirigido a que todos los seres humanos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.