El propósito de esta lección es recalcar el acompañamiento pastoral que Dios nos da por medio de la obra del Espíritu Santo. Dios derrama su Espíritu para hacer su presencia patente en Israel, en la iglesia y en el mundo. Dios derrama su Espíritu como una manifestación de amor divino que restaura, ya que nos libera del pecado y sus consecuencias.