1. VIGENCIA DE ESTOS ENFOQUES
Este es un inventario de
las diversas formas de
relación que la humanidad
ha construido entre
adultos y niños a lo largo
de la historia. Todas ellas
subsisten y coexisten.
Predomina una u otra, se
expresan más o menos
abiertamente, según el
grado de permisividad que
la época y el entorno
social otorgue.
2. • Una noción de niñez asociada a la ciudadanía (identidad y derechos) no ha
existido siempre en el mundo ni en América Latina. Somos un sistema de países
con una tradición de tutelaje y patriarcalismo, donde los niños han sido un asunto
privado sobre el que sólo el jefe de familia tenía derecho.
• A lo largo de la república, el Estado no ha podido incidir en la vida privada de las
familias ni regularla, pese a que los abusos contra los niños han sido casi siempre
hechos domésticos perpetrados por padres y parientes con roles dominantes en el
grupo familiar.
¿Niños con
identidad y
derechos en
América Latina?
3. • El Estado ha sido más bien cómplice con un modelo de autoridad,
donde el hombre adulto concentraba el poder y el uso del castigo físico
estaba legitimado. En las propias instancias públicas predominó el uso
privado del poder público sobre cualquier sistema de control social.
• Esta tradición perjudicó la percepción de la infancia, su crianza y
desarrollo, como un problema público, induciendo al Estado a
desentenderse de la responsabilidad de regular, por la vía coactiva o la
persuasión, y de acopiar información sobre la vida familiar de los niños.
4. La Convención de los
Derechos del Niño
Quienes rechazaron suprimir los castigos, por ejemplo, sostenían que
algunos estaban prescritos en textos sagrados de sus culturas. Había una
percepción de la niñez como enfermedad o debilidad transitoria, un
período sin derechos cuya justificación era el provecho del grupo.
La pregunta acerca del exacto lugar social y cultural
de los niños no puede ser respondida sin una
reflexión sobre el ser humano
Durante los cinco años de preparación de la
Convención de Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño -entre 1985 y 1990-
delegados de 179 países de las más disímiles
tradiciones culturales debatieron ardorosamente
sobre el significado de la infancia.
5. LA CONVENCIÓN es la proclamación más completa de los
derechos del niño que se haya elaborado y es la primera en
concederles fuerza de derecho internacional. Refleja una
nueva perspectiva orientada a la personalidad integral del niño
• Los niños no son propiedad de
sus padres ni beneficiarios
indefensos de obras de
caridad. Son seres humanos y
los destinatarios de sus
propios derechos.
• La Convención propone al niño
como individuo, miembro de
una familia y una comunidad,
con derechos y
responsabilidades adaptados a
su etapa de desarrollo.
6. LO DILEMAS QUE NOS QUEDAN
Dualismo en noción de niñez:
• Buenos o malos?
• Vulnerables/frágiles/indefensos o capaces/activos/influyentes?
Dualismos en las pautas de trato:
• Protección o control?
• Dependencia o respeto a su autonomía?
• En proceso de desarrollo/en tránsito o plenos/personas?
Paradojas sin resolver:
• Crece conocimiento profesional pero se queda en los expertos y no
aporta a la paternidad, para enriquecer su comprensión
• Derecho natural perdió legitimidad pero «patria potestad» mantiene
vigencia y hace de los niños propiedad paterna
• Hay más instituciones de protección pero ni abarcan a todos los que
necesitan ni protegen eficazmente ni empoderan los niños
• La noción de protección se ha extendido pero puede competir con la
noción de participación e identidad, subordinando y marginando al niño
7. LOS DESAFÍOS
1. Producir mayor conocimiento
acerca de las fortalezas de los
niños: Los programas dirigidos a la
infancia deben construir sus diseños
en base a las fortalezas y debilidades
de sus beneficiarios, no sólo a sus
necesidades y carencias.
2. Movilizar a la ciudadanía en
favor optimizar el desarrollo
infantil: Las políticas de infancia
necesitan salir de la ambigua zona
ubicada entre el alivio a la pobreza y
la solidaridad con el desvalido; más
que una puerta de escape a la
muerte, deben ser puertas de acceso
a una ciudadanía plena y al
desarrollo humano.
8. 3. Diseñar nuevos modelos de
intervención: Hay que transitar a
diseños más interactivos e interculturales
de programas y procedimientos, validar
modelos organizacionales más flexibles,
ensayar roles más acompañantes y menos
directivos, adoptar enfoques más
sistémicos y concertadores de los
procesos de incidencia que exige la
gestión de una política pública.
4. Pasar de la asistencia a la promoción
del desarrollo: Transitar de un enfoque
asistencial a uno promocional de las
políticas de infancia en el Perú, exige
resignificar el sentido de las metas y las
acciones del Plan Nacional por la Infancia,
y de los planes sectoriales. La plenitud del
desarrollo infantil no puede postergarse
como el segundo piso de las políticas
sociales, sino como su cimiento.
9. 5. Fortalecer núcleos ciudadanos
comprometidos con la infancia en el
ámbito nacional y regional: Es indispensable
empoderar actores y fortalecer su capacidad de
articularse en redes, de evaluar y formular
políticas. Sólo así podrá aumentar su posibilidad
de alianzas e incidencia en las decisiones de sus
gobiernos locales y regionales. Estos núcleos
son fermento de cambio de mentalidades y
actitudes.
6. Formar cuadros con capacidad de gestión
democrática y eficiente: En la perspectiva de
una reforma democrática del Estado, hay que
prepararse para una gestión de políticas que
construya una nueva institucionalidad, con un
enfoque organizacional abierto,
interdependiente, orientado al cambio y a los
resultados. Sin cuadros así, el vínculo entre los
programas innovadores y el de la política
pública continuará siendo frágil y borroso.