1. CONCEPCIONES DE
LA INFANCIA
Del infanticidio a la noción de niñez
basada en identidad y derechos
Luis Guerrero Ortiz
SEPTIEMBRE 2005
2. ¿QUÉ SIGNIFICA SER NIÑO?
• Etimológicamente la palabra
infancia proviene de IN y de
FARE: «el que no habla». Esta
visión predomina aún hoy,
percibiéndose a los niños en dos
vertientes:
a) Como objetos de protección
(dentro de la familia y los
organismos asistenciales)
b) Como objetos de represión
(dentro de la familia, la
policía pública y/o privada).
• En la actualidad, la niñez
continúa siendo considerada
propiedad de los adultos. Los
niños siguen siendo vistos como
objetos y no como sujetos
sociales con derechos.
3. INFANTICIDIO
Presente hasta el siglo
IV como práctica
extendida. Mediante
esta costumbre los
padres resolvían sus
ansiedades generadas
por la tarea de cuidar
a sus hijos, siendo su
relación con los que
sobrevivían
predominante
proyectiva.
4. La niñez como estorbo
• Hay indicios de este trato hasta el siglo IV, en Grecia y Roma: el
infanticidio era aprobado por leyes y filósofos, era potestad paterna
decidir sobre la vida del recién nacido.
• Entre el siglo IV y el XIII el infanticidio pierde legitimidad, pero no el
abandono: se envía a los niños a ser criados por terceros y se rechaza
la lactancia materna, aún si fuera su única posibilidad de supervivencia.
• El abandono no tenía que ver con la pobreza: para muchos pobres y
ricos, letrados y no letrados el niño era una carga insoportable, el padre
y la madre se mostraban poco dispuestos al sacrificio.
• En la Edad Media la Iglesia expresará su desacuerdo preocupada por el
alma de los padres más que por la vida del niño y porque los niños
abandonados terminaban como delincuentes o prostitutas.
Varios autores y fuentes reportan un largo periodo en
la historia de la infancia, en la cual los niños eran
objeto de indiferencia y/o abandono, físico o moral
5. ABANDONO
Entre los s. IV y XIII, los
padres acostumbraban
entregar a sus hijos a
terceros (personas o
instituciones) para que se
hagan cargo de ellos,
siendo frecuentemente
tratados como criados y
en situación de abandono
afectivo. Predomina una
relación proyectiva: los
niños percibidos llenos de
maldad, eran objeto de
severos castigos.
6. AMBIVALENCIA
Entre los siglos XIV y XVII
los niños comienzan a ser
incorporados a la vida
afectiva de los padres,
pero continúan siendo
recipientes de sus
proyecciones negativas. Se
considera necesario
moldearlos, prevaleciendo
la imagen de cera blanda
o arcilla a la que debe
darse forma (Locke: niño
es una tabla rasa).
7. La niñez que tiende al mal o al error
• Imperó una teología que proponía una imagen aterradora de la
infancia: símbolo de la fuerza del mal, agobiada por el pecado original,
que debía doblegarse por cualquier medio.
• Desde la filosofía, Descartes proponía una niñez que no tendía al mal,
sino que estaba incapacitada para conocer, desprovista de juicio y
crítica, proclive al error.
• Estas tesis legitiman la subordinación y dependencia de los niños
respecto a los adultos, el castigo como mecanismo educativo para
conseguir la obediencia. San Agustín recomienda p. ejemplo (s. XV) un
trato distante y la evitación del placer, que debilita y envilece.
• En el medioevo la clase media opta por conservar y hacerse cargo de
sus hijos, iniciando una diferenciación de roles: adulto cuidador/
proveedor (productivo) y niños estudiantes (no productivo al presente);
y de la niñez como etapa de vida distinta a la adultez.
Entre los siglos XIV y XVII los niños son incorporados a la vida
afectiva de los padres, pero continúan como recipientes de sus
proyecciones negativas (periodo de ambivalencia)
8. INTRUSIÓN
En el siglo XVIII se enfatiza
una visión cada vez menos
recipiente de proyecciones
peligrosas, sienta las bases
para una relación empática. El
bebé pasa a ser amamantado
por sus madres, nace la
pediatría y se difunde la idea
de cuidar al niño mediante el
control de su mente y todo su
ser: rabietas, necesidades,
masturbación, su voluntad
misma.
9. La niñez como inocencia
• En este siglo el concepto de familia había logrado el carácter moderno
de hoy. En sectores con buena posición social aparece la casa con
cuartos separados, el niño empieza a verse irreemplazable, único,
centro de la familia y de gran importancia en la sociedad, los padres ya
identificaban lo placentero de la relación con sus hijos.
• Estas nuevas idea sobre la niñez empezaron a surgir en los sectores
altos y medios, la mayoría de pobres continuaron relacionándose con
los niños como las familias medievales de inicios del siglo XVII.
• Juegan un rol nuevos teorías sobre el cuidado de los niños. Rousseau
(Emilio, 1762) cuestiona las teorías sobre la maldad inherente o la
inclinación natural al error, sostiene que los niños no tienden al mal sino
que son amorales. Las ideas de depravación en los niños fueron
sustituidas por tesis sobre su inocencia esencial.
El siglo XVIII, bajo la Ilustración, marca el inicio de una noción
más positiva y moderna sobre la infancia, una actitud menos
hostil y represiva hacia la voluntad de los niños.
10. Desde el XIX hasta
mediados del XX, las
proyecciones van
desapareciendo. La idea de
criarlos para doblegar su
voluntad se sustituye por la
búsqueda de su formación:
enseñarle a adaptarse,
socializarlo. Se difunden
propuestas para orientar la
crianza a ese fin (Freud,
Skinner). El padre comienza
a participar compartiendo
con la madre algunas
tareas de cuidado.
SOCIALIZACIÓN
11. AYUDA
A partir de mediados del
siglo XX se insiste en que
los niños saben lo que
necesitan en cada fase de
su desarrollo y que el rol del
padre es ayudarlos a
desplegar lo que saben. No
se busca corregir o formar
hábitos, no se castiga ni
amenaza. Los padres
despliegan tiempo y energía
para atender las
necesidades de sus hijos,
jugar con ellos, tolerar
manifestaciones que antes
hubieran sido reprimidas.
12. VIGENCIA DE ESTOS ENFOQUES
Este es un inventario de
las diversas formas de
relación que la humanidad
ha construido entre
adultos y niños a lo largo
de la historia. Todas ellas
subsisten y coexisten.
Predomina una u otra, se
expresan más o menos
abiertamente, según el
grado de permisividad que
la época y el entorno
social otorgue.
13. • Una noción de niñez asociada a la ciudadanía (identidad y derechos) no
ha existido siempre en el mundo ni en el Perú. Somos un país con una
tradición de tutelaje y patriarcalismo, donde los niños han sido un
asunto privado sobre el que sólo el jefe de familia tenía derecho.
• A lo largo de la república, el Estado peruano no ha podido incidir en la
vida privada de las familias ni regularla, pese a que los abusos contra
los niños han sido casi siempre hechos domésticos perpetrados por
padres y parientes con roles dominantes en el grupo familiar.
¿Niños con
identidad y
derechos en
el Perú?
14. • El Estado ha sido más bien cómplice con un modelo de autoridad,
donde el hombre adulto concentraba el poder y el uso del castigo físico
estaba legitimado. En las propias instancias públicas predominó el uso
privado del poder público sobre cualquier sistema de control social.
• Esta tradición perjudicó la percepción de la infancia, su crianza y
desarrollo, como un problema público, induciendo al Estado a
desentenderse de la responsabilidad de regular, por la vía coactiva o la
persuasión, y de acopiar información sobre la vida familiar de los niños.
15. La Convención de los
Derechos del Niño
Quienes rechazaron suprimir los castigos, por ejemplo, sostenían que
algunos estaban prescritos en textos sagrados de sus culturas. Había una
percepción de la niñez como enfermedad o debilidad transitoria, un
período sin derechos cuya justificación era el provecho del grupo.
La pregunta acerca del exacto lugar social y cultural
de los niños no puede ser respondida sin una
reflexión sobre el ser humano
Durante los cinco años de preparación de la
Convención de Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño -entre 1985 y 1990-
delegados de 179 países de las más disímiles
tradiciones culturales debatieron ardorosamente
sobre el significado de la infancia.
16. LA CONVENCIÓN es la proclamación más completa de los
derechos del niño que se haya elaborado y es la primera en
concederles fuerza de derecho internacional. Refleja una
nueva perspectiva orientada a la personalidad integral del niño
• Los niños no son propiedad de
sus padres ni beneficiarios
indefensos de obras de
caridad. Son seres humanos y
los destinatarios de sus
propios derechos.
• La Convención propone al niño
como individuo, miembro de
una familia y una comunidad,
con derechos y
responsabilidades adaptados a
su etapa de desarrollo.
17. LO DILEMAS QUE NOS QUEDAN
Dualismo en noción de niñez:
• Buenos o malos?
• Vulnerables/frágiles/indefensos o capaces/activos/influyentes?
Dualismos en las pautas de trato:
• Protección o control?
• Dependencia o respeto a su autonomía?
• En proceso de desarrollo/en tránsito o plenos/personas?
Paradojas sin resolver:
• Crece conocimiento profesional pero se queda en los expertos y no
aporta a la paternidad, para enriquecer su comprensión
• Derecho natural perdió legitimidad pero «patria potestad» mantiene
vigencia y hace de los niños propiedad paterna
• Hay más instituciones de protección pero ni abarcan a todos los que
necesitan ni protegen eficazmente ni empoderan los niños
• La noción de protección se ha extendido pero puede competir con la
noción de participación e identidad, subordinando y marginando al niño
18. LOS DESAFÍOS
1. Producir mayor conocimiento
acerca de las fortalezas de los
niños: Los programas dirigidos a la
infancia deben construir sus diseños
en base a las fortalezas y debilidades
de sus beneficiarios, no sólo a sus
necesidades y carencias.
2. Movilizar a la ciudadanía en
favor optimizar el desarrollo
infantil: Las políticas de infancia
necesitan salir de la ambigua zona
ubicada entre el alivio a la pobreza y
la solidaridad con el desvalido; más
que una puerta de escape a la
muerte, deben ser puertas de acceso
a una ciudadanía plena y al
desarrollo humano.
19. 3. Diseñar nuevos modelos de
intervención: Hay que transitar a
diseños más interactivos e interculturales
de programas y procedimientos, validar
modelos organizacionales más flexibles,
ensayar roles más acompañantes y menos
directivos, adoptar enfoques más
sistémicos y concertadores de los
procesos de incidencia que exige la
gestión de una política pública.
4. Pasar de la asistencia a la promoción
del desarrollo: Transitar de un enfoque
asistencial a uno promocional de las
políticas de infancia en el Perú, exige
resignificar el sentido de las metas y las
acciones del Plan Nacional por la Infancia,
y de los planes sectoriales. La plenitud del
desarrollo infantil no puede postergarse
como el segundo piso de las políticas
sociales, sino como su cimiento.
20. 5. Fortalecer núcleos ciudadanos
comprometidos con la infancia en el
ámbito nacional y regional: Es indispensable
empoderar actores y fortalecer su capacidad de
articularse en redes, de evaluar y formular
políticas. Sólo así podrá aumentar su posibilidad
de alianzas e incidencia en las decisiones de sus
gobiernos locales y regionales. Estos núcleos
son fermento de cambio de mentalidades y
actitudes.
6. Formar cuadros con capacidad de gestión
democrática y eficiente: En la perspectiva de
una reforma democrática del Estado, hay que
prepararse para una gestión de políticas que
construya una nueva institucionalidad, con un
enfoque organizacional abierto,
interdependiente, orientado al cambio y a los
resultados. Sin cuadros así, el vínculo entre los
programas innovadores y el de la política
pública continuará siendo frágil y borroso.