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12. revolución industrial en españa
1. REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN ESPAÑA
1. CAUSAS DEL ATRASO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA.
En el siglo XIX la economía de algunos países de Europa se transformó radicalmente
gracias a la Revolución Industrial, que se inició en Gran Bretaña, con la incorporación de
las máquinas al proceso productivo, y se extendió por otros países: Francia, Bélgica,
Alemania. Esta transformación hizo que la industria desplazara a la agricultura como
principal actividad económica y tuvo unas importantes consecuencias económicas, sociales
e incluso políticas. Mientras que otros países europeos se encontraban en pleno desarrollo
industrializador a finales del siglo XIX, España seguía siendo un país eminentemente agrario,
con una economía mucho más atrasada. Aunque muchos gobiernos, como los progresistas
del Bienio, o las medidas legislativas adoptadas durante el Sexenio Democrático,
intentaron llevar a cabo los procesos para asentar las bases de una sociedad industrial y
tecnificada, fue imposible lograr una industrialización similar a la de otros países europeos.
Entre las causas de esta situación de atraso destacan las siguientes:
- Escaso poder adquisitivo de la población, mayoritariamente campesina, lo que hacía
que la demanda fuera escasa y esto no incentivaba el desarrollo industrial.
- Pocas reservas de carbón, que fue la fuente de energía fundamental en la primera
Revolución Industrial.
- La política proteccionista, que, aunque era necesaria para permitir el desarrollo de la
industria española, al aplicarse en exceso no favorecía la renovación tecnológica y
hacía que la industria fuera poco competitiva.
- Escasas inversiones productivas, incluso entre la burguesía, ya que la máxima
aspiración de ésta era imitar a la nobleza, y por ello preferían invertir en la compra de
tierras desamortizadas, en títulos de deuda, etc. En este sentido hay que señalar que
en general sólo en Cataluña y el País Vasco, la burguesía sí tuvo una mentalidad más
emprendedora.
- Malas comunicaciones terrestres y falta de redes comerciales de distribución que
permitieran integrar un mercado nacional que permitiera vender los productos de
unas regiones en otras.
Además del atraso en la industrialización otro rasgo importante de este proceso es que
estuvo muy localizado espacialmente en solo dos regiones: Cataluña y País Vasco, mientras
que en el resto del país siguieron dominando las formas de producción tradicionales.
2. LA INDUSTRIA TEXTIL EN CATALUÑA
El primer sector en iniciar la industrialización en Cataluña fue el textil, apoyándose en la
tradición de artesanía lanera que existía en la región. Este desarrollo se consiguió gracias al
dinamismo económico iniciado ya en el siglo XVIII, con el impulso dado a la fabricación de
indianas, a la demanda procedente de las colonias en América, a la abundante mano de obra, a
la mentalidad empresarial de la burguesía catalana y a las medidas proteccionistas de los
gobiernos de la época.
Poco a poco este sector incorporó las innovaciones tecnológicas procedentes de Gran
Bretaña, máquinas de hilar y tejer movidas por el vapor. Esta actividad industrial se concentró
2. especialmente en torno a Barcelona, aunque también se instalaron colonias industriales en las
cuencas de los ríos Ter y Llobregat para aprovechar la energía hidráulica.
Como una buena parte de la producción iba destinada al mercado colonial, la pérdida
de las colonias americanas perjudicó gravemente a este sector. La recuperación se inició en los
años 30, especialmente a partir de 1835 con un incremento de la mecanización, la tendencia a
la concentración de empresas y el empleo de mano de obra más barata compuesta por
mujeres y niños. Esta fase de crecimiento finalizó a partir de 1860 por el encarecimiento del
algodón (Guerra de Secesión en EE UU) y por la crisis económica de la época.
A partir de 1870 se inicia la recuperación, sobre todo gracias a la política proteccionista
y al monopolio del mercado de Cuba y Puerto Rico. Al lograr estas su independencia (1898) la
producción volvió a quedar estancada.
El desarrollo algodonero catalán atrajo a otras industrias textiles tradicionales: la
industria lanera de gran tradición en Castilla y la industria sedera de Valencia y Murcia
perdieron su importancia. Esta industria textil catalana apenas tuvo efectos sobre la
industrialización del resto de España.
3. LA SIDERURGIA VASCA
La siderurgia fue el otro gran sector de la primera Revolución Industrial. España era
rica en mineral de hierro pero el carbón mineral era escaso y de mala calidad, además la
demanda de hierro fue muy reducida hasta finales del siglo XIX.
El primer intento de instalar una siderurgia moderna surgió en Málaga, dada la
existencia de yacimientos de hierro. Ante la falta de carbón mineral se utilizaba el vegetal lo
que hizo imposible que esta siderurgia compitiera con las que utilizaban carbón mineral y a
partir de 1860 entró en crisis.
Otro foco de industria siderúrgica fue Asturias, que si cuenta con carbón mineral de las
cuencas carboníferas de Mieres y Langreo, pero se trata de un carbón de peor calidad que el
que se obtenía en Inglaterra. Aún así se desarrolló un núcleo de esta industria en la cuenca del
Nalón.
Pero el gran foco siderúrgico de nuestro país fue el de Vizcaya, desarrollado a partir de
1880. La abundancia de mineral de hierro vizcaíno sirvió como base a una intensa relación
comercial con Gran Bretaña: El hierro se exportaba a Gran Bretaña lo que supuso una primera
acumulación de capitales que se invirtió en el desarrollo industrial posterior. Más adelante los
barcos que transportaban el hierro a Inglaterra venían cargados de carbón inglés (coque) que
empezó a utilizarse para la siderurgia vizcaína. Además todo este tráfico marítimo propició
también al desarrollo de la construcción naval. Todo este proceso de consolidación de la
siderurgia vasca se inició en 1880 y culminó en 1902 con la fusión de tres grandes empresas
para crear Altos Hornos de Vizcaya.
La política proteccionista también favoreció el desarrollo de este foco industrial, pues
prácticamente todo el hierro que se consumía en España procedía de allí.
4. OTROS SECTORES INDUSTRIALES
Además de los dos sectores señalados hubo otros, con mucho menor peso en la economía
española, pero que también tuvieron su importancia. Es el caso de la producción de harina en
la que empezó a introducirse el uso de la máquina de vapor y que se estableció
fundamentalmente en Aragón y Cataluña. Otras industrias, también derivadas de la actividad
agraria permitieron una cierta industrialización de algunas zonas rurales: se trata de la
3. elaboración de vinos, aceite de oliva o pasas, especialmente en Andalucía, Cataluña y
Valencia. La industria mecánica dedicada a la fabricación de maquinaria para la industria textil,
material ferroviario y astilleros se localizó preferentemente en Cataluña y País Vasco.
A finales del siglo XIX se inició el desarrollo de la industria química, colorantes, abonos,
explosivos, y de la eléctrica, con la instalación del alumbrado público en las ciudades.
5. LAS FUENTES DE ENERGÍA Y LA MINERÍA
El carbón fue la principal fuente de energía de la Revolución Industrial. En España su
escasez y elevado precio fueron una de las causas del atraso en la industrialización. Los
principales yacimientos se encuentran en Asturias, León, Ciudad Real y Córdoba, pero
presentan problemas para su extracción, filones delgados y muy fracturados y el carbón es de
mala calidad, por ello resultaba más rentable importarlo de otros países, especialmente Gran
Bretaña.
Sin embargo, España dispone de grandes recursos mineros (hierro, cobre, plomo,
mercurio, cinc). Pero su producción permaneció estancada hasta que en 1868 se promulgó la
Ley de Bases sobre Minas. Por esta ley se simplificaba el proceso de cesión de las minas a
cambio del pago de un canon al Estado. Esta ley coincidió con una elevada demanda de
materias primas de los países industrializados y por eso fueron las grandes compañías
extranjeras, británicas, francesas, alemanas, las que aportaron el capital y la tecnología para la
explotación de estas minas y por tanto las que se quedaron con los beneficios. Por otra parte
la mayor parte de los minerales se exportaron y una vez transformados fuera de España
volvían a ser comprados como bienes de equipo. Por esta razón la actividad minera no
supuso tampoco un impulso decisivo para la industrialización. Sin embargo, el incremento
de la actividad minera también tuvo consecuencias positivas para la economía española:
creación de puestos de trabajo y desarrollo de otros sectores: explosivos, ferrocarriles,
puertos.
La explotación de hierro, cuyos yacimientos se hallan en Málaga, Santander y sobre
todo Vizcaya se intensificó a partir de 1870 por la difusión del convertidor Bessemer para
fabricar acero. Su extracción y exportación estaba en manos de compañías francesas e
inglesas. A pesar de que la mayor parte del hierro era exportada, sus efectos sobre la
economía española fueron importantes: permitió la acumulación de capitales que se
invirtieron en la industria y en la banca. Además los barcos que llevaban el hierro a Gran
Bretaña volvían cargados con carbón inglés que se utilizaba en la siderurgia vasca.
El plomo, el cobre y el mercurio se explotaron casi exclusivamente con capitales
extranjeros y también se exportaron.
Además de las zonas mineras ya mencionadas, otras importantes eran: Las sierras del
sureste: Almería, Murcia (oro, plomo, plata, cinc). En esta zona hay que destacar las
explotaciones en torno a Cartagena y La Unión que lograron un gran esplendor económico.
Huelva, donde destacan las minas de cobre de Río Tinto y en Almadén (Ciudad Real) el
mercurio.
4. 6. LOS MEDIOS DE TRANSPORTE
El desarrollo de los medios de transporte era esencial para lograr el crecimiento económico. En
el caso de España era necesario construir una red viaria efectiva en un territorio muy
montañoso para conectar la costa con el interior y unas regiones con otras.
Carreteras y caminos: Las primeras obras de reforma del trazado de carreteras se iniciaron en
1840, pero siguieron siendo insuficientes.
Transporte marítimo: Experimentó un progreso considerable gracias a la mejora de los
puertos y a la introducción del vapor a finales de siglo.
Ferrocarril: Fue la auténtica revolución en los transportes, pero en España su construcción se
retrasó unos 30 años respecto al resto de Europa, debido a la falta de capitales y tecnología y
la escasa iniciativa empresarial.
Las primeras líneas se construyeron a partir de 1844: Barcelona-Mataró (1848) y
Madrid-Aranjuez (1851). Se trataba de líneas cortas, en las que se optó por un ancho de vía
superior al europeo y cuya construcción dio lugar a una serie de escándalos financieros.
El gran impulso a la construcción del ferrocarril llegó con la Ley General de
Ferrocarriles de 1855 que otorgaba grandes ventajas a las empresas constructoras. A partir de
ese momento se inició una rápida construcción del tendido ferroviario gracias al apoyo estatal
y a la aportación de capital y tecnología sobre todo franceses. Las tres principales compañías
fueron: Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA), la Compañía de Caminos de Hierro del Norte y
Ferrocarriles Andaluces.
La participación de compañías extranjeras supuso que buena parte del impulso que
para la economía supone la construcción del ferrocarril, se perdiera ya que la mayor parte del
material para su construcción fue importado. Si tuvo más importancia en la demanda de
carbón y en la creación de puestos de trabajo. Otro aspecto negativo es su trazado radial, que
hace que las líneas converjan en Madrid y el problema del ancho de vía, que dificulta las
conexiones con Europa.
7. EL COMERCIO
A comienzos del siglo XIX el mercado interior español estaba constituido por una serie de
mercados regionales casi aislados entre si y con el exterior debido a una serie de obstáculos
geográficos y económicos. La construcción del ferrocarril supuso un cambio notable en el
comercio interior abaratando el precio de las mercancías y mejorando el abastecimiento.
También otras mejoras en las comunicaciones como el tendido del telégrafo y la organización
del servicio Postal tendieron a dinamizar el mercado.
El sector más dinámico fue el comercio exterior, sobre todo a partir de la segunda
mitad del siglo XIX. Este experimentó un proceso de adaptación tras la pérdida del mercado
colonial, dirigiendo a partir de entonces sus intercambios hacia Francia y Gran Bretaña
principalmente. La composición de las importaciones y exportaciones revela que nuestro país
mantenía una estructura de país semidesarrollado ya que exportaba alimentos y materias
primas e importaba carbón, acero y maquinaria.
Respecto a la política comercial la mayor parte del tiempo los gobiernos mantuvieron
medidas proteccionistas. Los principales partidarios del proteccionismo fueron los industriales
catalanes y vascos que querían proteger su producción frente a la competencia de los
productos importados. Los comerciantes, los exportadores de productos agrarios y las
compañías de ferrocarriles por su parte, defendían el librecambio.
5. 8. SISTEMA FINANCIERO
Durante el Bienio Progresista se empezaron a sentar las bases del sistema financiero. Las
primeras Sociedades de Crédito, las más importantes de procedencia francesa, orientaron su
actividad hacia la construcción del ferrocarril.
También se reguló el funcionamiento de los bancos con la existencia de dos tipos: los
bancos de crédito dirigidos a la inversión en actividades productivas y los bancos de emisión
autorizados a emitir moneda. A partir de 1874 la emisión de moneda se convirtió en
monopolio del Banco de España. Una parte importante de la banca privada estuvo en manos
extranjeras, aunque también participó capital español. De esta época y del inicio del siglo XX
data la fundación de entidades como el Banco de Santander, el Banco de Bilbao, el Banco de
Vizcaya, Banco Español de Crédito, etc. Menos importante fue la creación de Cajas de Ahorro
que promovían el ahorro entre las clases medias y trabajadoras.
6. 8. SISTEMA FINANCIERO
Durante el Bienio Progresista se empezaron a sentar las bases del sistema financiero. Las
primeras Sociedades de Crédito, las más importantes de procedencia francesa, orientaron su
actividad hacia la construcción del ferrocarril.
También se reguló el funcionamiento de los bancos con la existencia de dos tipos: los
bancos de crédito dirigidos a la inversión en actividades productivas y los bancos de emisión
autorizados a emitir moneda. A partir de 1874 la emisión de moneda se convirtió en
monopolio del Banco de España. Una parte importante de la banca privada estuvo en manos
extranjeras, aunque también participó capital español. De esta época y del inicio del siglo XX
data la fundación de entidades como el Banco de Santander, el Banco de Bilbao, el Banco de
Vizcaya, Banco Español de Crédito, etc. Menos importante fue la creación de Cajas de Ahorro
que promovían el ahorro entre las clases medias y trabajadoras.