2. La definición de «competencia» tiene antecedentes de varias décadas,
principalmente en países como Inglaterra, Estados Unidos, Alemania
y Australia.
Las competencias aparecen primeramente relacionadas con los
procesos productivos en las empresas, particularmente en el campo
tecnológico.
Según Le Boterf, el concepto de competencia actual posee un
atractivo singular, la dificultad de definirlo crece con la necesidad de
utilizarlo.
El término «competencia» es más que conocimientos y habilidades,
implica comprender el problema y accionar racional y éticamente para
resolverlo.
3. Uno de los sentidos de «competencia» se
entiende como la capacidad de movilizar
varios recursos cognitivos para hacer frente a
un tipo de situación.
Según varios autores, como Ph. Perrenoud,
este concepto contiene cuatro aspectos:
1. Las competencias no son en si mismas
conocimientos, habilidades o actitudes,
aunque movilizan e integran tales recursos.
4. 2. Dicha movilización solo resulta pertinente en situación, y cada
situación es única, aunque se la pueda tratar por analogía con otras ya
conocidas.
3. El ejercicio de la competencia pasa por operaciones mentales
complejas, sostenidas por esquemas de pensamiento, los cuales permiten
determinar (más o menos de un modo consciente y rápido) y realizar
(más o menos de un modo eficaz) una acción relativamente adaptada a la
situación.
4. Las competencias profesionales se crean, en formación, pero también a
merced de la navegación cotidiana del practicante, de una situación de
trabajo a otra.
6. Según diversos autores, las competencias pueden clasificarse
en tres tipos:
Competencias básicas: son las competencias
fundamentales para vivir en sociedad y desenvolverse en
cualquier ámbito laboral.
Competencias genéricas: son aquellas competencias que
se encuentran en la intersección de ámbitos científicos
próximos, siendo por tanto comunes a varias ocupaciones
o profesiones.
Competencias específicas: son las competencias propias
de una ocupación o profesión determinada y singular.
7. Un modelo basado en competencias se caracteriza por:
Dar sentido a los aprendizajes: Al basarse en la resolución de problemas
o construcción de proyectos, acerca al estudiante a la realidad en la que
debe actuar.
Hacer a los estudiantes más eficaces: Este enfoque garantiza una mejor
permanencia de los logros, distinguir lo que es esencial y establecer
nexos entre nociones.
Fundamentar aprendizajes ulteriores: Es una respuesta básica, ya que los
estudiantes deben poseer estrategias para gestionar nuevos aprendizajes
y suplir la obsolescencia de los saberes adquiridos en su entrenamiento.
8. Para desarrollar un currículum en base a un enfoque por competencias, los
pasos a seguir son los siguientes:
Puesta en común terminológica.
Construir una descripción de la realidad del trabajo.
Elaborar el itinerario de formación.
Análisis del trabajo
Proyecto educativo
Conversión de tareas a competencias (Definir unidades de competencias)
Conversión de unidades de competencias a módulos formativos
Proyecto curricular
Diseño del aula
9. El concepto de «competencia» puede variar según el contexto,
permitiendo definirlo según las necesidades de cada situación.
El proceso curricular orientado a competencias presenta en
gran parte similitud con el resto de las mecánicas de diseño
utilizadas en otras modalidades. La diferencia principal se
encuentra en que lo que se desea es lograr que los estudiantes
adquieran una serie determinada de competencias.
Las competencias deben ser definidas de tal manera que sean
cuantificables o medibles, para poder evaluar el resultado.
10. SÁNCHEZ, ANTONIO RIAL; «Diseño curricular por
competencias: el reto de la evaluación»
SEGREDO PÉREZ, ALINA MARÍA; «Diseño Curricular por
Competencias».
Wikipedia, la enciclopedia libre; «Modelo curricular
basado en competencias», disponible en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Modelo_curricular_basado_e
n_competencias
11. "La educación ayuda a la persona a aprender
a ser lo que es capaz de ser.«
Hesíodo