1. INSTITUTO DE ESTUDIOS
UNIVERSITARIOS
Maestría en ciencias de la educación
LA TRASCENDENCIA DEL SER A TRAVÉS DE TRES TIPOS DE
CONOCIMIENTOS
(Ensayo)
Materia: Filosofía y Epistemología de la Educación
Mtro. Osmin Heraldo López Paxtor
Dra. Martha Delia Sirvent Cansino
Grupo: E 193
2. 1
INTRODUCCIÓN
En el presente ensayo, explicaré que ha llamado mi atención sobre el estudio
epistemológico. El conocimiento que poseemos, lo adquirimos de varias formas,
es decir, que existen varios canales de que alimentan nuestro ser, y lo nutren de
ideas, juicios y demás. Podríamos preguntarnos cuáles son esos canales por los
que día a día aprendemos algo nuevo. Ya desde tiempos antiguos algunos
filósofos han hecho análisis sobre la forma de cómo todo nuestro ser adquiere
conocimientos, algunos han llamado por ejemplo, la simple aprehensión, que se
basa sobre todo en la experiencia, otros como Kant dirán que no necesariamente
el conocimiento proviene de la experiencia o por así decirlo de lo que nuestros
sentidos nos abstraen, sino algo a priori, es decir antes de la experiencia. Otros
más le atribuyen a la contemplación o intuición otra forma de cómo podemos
conocer. Estos distintos saberes hacen del ser humano alguien en plenitud, un ser
trascendente. Es pues esto precisamente lo que me compete explicar, cómo el
hombre se trasciende así mismo y a los demás seres a través del acto de conocer.
Lo que aquí quiero dar a conocer es que no bastan ni los sentidos ni la pura
razón para que día a día entre algo a nuestro intelecto. En el tema antes
estudiado: “Salir de la caverna” he podido constatar una vez más no somos
únicamente razón, ni pura experiencia, sino que hay otras formas de que podamos
conocer. Me basaré en lo que el filósofo Baruch Spinoza propone en su análisis
sobre los tres tipos de conocimiento: sentidos, razón e intuición. Y atenderé a la
pregunta ¿Qué características tienen cada uno de estos conocimientos y que es lo
que aprehendo con ellos para ser alguien trascendente?
Estas ideas mencionadas anteriormente es lo que desarrollaré en las
páginas siguientes, porque es de gran importancia saber que una de las
características más sublimes que tiene el ser humano y por ende lo eleva en
primer plano es el conocimiento. Es lo que también nos hace más personas, nos
vuelve más humanos de lo que somos. Es por eso que he decidido abordar este
interesante análisis no únicamente para que otros aprueben o refuten mis ideas,
sino para aprender algo nuevo.
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LA TRASCENDENCIA DEL SER A TRAVÉS DE TRES TIPOS DE
CONOCIMIENTOS
Primeramente tendré que definir o decir qué relación tiene la trascendencia y el
conocimiento humano. Por trascendencia se entiende lo que está por encima de
cualquier cosa, algo que puede sobrepasar nuestras capacidades experienciales e
intelectuales. Por tanto si tomamos estas ideas prematuras, podríamos decir que
el conocimiento es algo que poseemos, que es innato y no que está fuera de
nosotros e inalcanzable. Sin embargo hay que distinguir que cuando se habla de
trascendencia no únicamente se remite a ese término específicamente. La
trascendencia suele tener dos determinaciones: trascendencia horizontal o
vertical. Y la que nos interesa es la segunda.
Para ser más claros y específicos tomaré ideas de un filósofo importante.
La trascendencia vertical existe gracias a la autodeterminación, trascendencia por
el mismo hecho de la libertad, de ser libre en el acto y no únicamente porque la
volición se encuentre dirigida intencionalmente hacia su objeto propio, el valor
finalidad (Wojtyla, 2011, pág. 185).
Con lo dicho con anterioridad tenemos más claro lo qué es la trascendencia
vertical, ahora bien, como se menciona en la misma definición una idea de gran
importancia: la autodeterminación, es lo que el hombre hace a diario se auto
determina, no para ser un ser sin cambios, sino lo contrario, porque no somos
seres totalmente acabados, en el profundo sentido de la palabra. Y si se auto
determina, por tanto a cada instante adquiere conocimientos, no únicamente de la
experiencia, o de la razón sino también de aquello que lo hace estar en plano
meramente espiritual. Es cierto que el conocimiento del ser humano es un
verdadero misterio, al cual no podemos acceder tan fácilmente. Porque no
podemos penetrar el ser de alguien más y sacar análisis conclusivos que lo
determinen. El conocimiento es como esa planta que crece día a día en nuestro
interior y se desarrolla hasta llegar a una plenitud, pero no una perfección, porque
nunca dejaremos de aprender.
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Ahora bien también que dar una definición de este misterio que es el
conocimiento. El conocimiento es un acto, espontáneo en cuanto a su origen,
inmanente en cuanto a su término, por el que un hombre se hace intencionalmente
presente alguna región del ser (Verneaux, 1967, pág. 103). De esta manera
considero que ya podemos adentrarnos aún más a investigar el análisis
epistemológico de Baruch Spinoza, ya que sería inadecuado el tratar con lo que él
propone, sin antes poder desmenuzar a grandes rasgos el núcleo de lo misterioso
del conocimiento humano.
Lo que Spinoza trata de decirnos previo a su análisis es que en su tiempo
existe un olvido por la filosofía, existe un olvido del saber, un olvido por
preguntarse de los grandes misterios del mundo, de Dios y del mismo hombre. Lo
que en un tiempo tuvo el gran auge, es decir la filosofía perenne, o sea la filosofía
que no termina, que no pasa de moda, al menos para los estudiosos se está
abandonando, la metafísica que se pregunta por el ser, y por sus trascendentales
la psicología que estudia la psique, lo íntimo de la persona, están siendo
abandonadas o sustituidas por la ciencia positiva por la experimentación.
Para ser específicos, situémonos en el siglo XVII periodo en que acontece
lo que se está mencionando. El racionalismo es lo ahora impera en el
conocimiento. Es a partir de René Descartes cuando inicia este periodo, donde el
hombre es comparado como una máquina que produce conocimiento, y no sólo
eso es una máquina que fabrica cosas. Se instrumentaliza al ser humano, ya no
se percibe su esencia y su ser de persona. Sino que interesa que este sea alguien
eficaz, en cuanto a las tareas encomendadas.
Para muchos la filosofía perenne pasa a ser pura ilusión, el preguntarse por el
ser, por la esencia, por la substancia, por la existencia, por el acto, la potencia,
etc. No viene al caso, por que más que materia cuantificable son conceptos
abstractos que únicamente están en la mente más no en la realidad. Es por eso
que no tiene caso seguir con lo que llamarán especulaciones, es mejor
preocuparse por que realmente existe según muchos.
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1. El conocimiento y los sentidos
«Nada hay en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos» (Nihil est in
intellectu, quod prius non fuerit in sensu.). Esta máxima escolástica nos ayudará a
comprender el conocimiento empírico que propone Spinoza. No hay que dudar
que primeramente nuestro conocimiento es meramente experiencial, sólo
démonos cuenta de la etapa infantil por la que el ser humano pasa, el
conocimiento se da a través de lo que éste ve, escucha, palpa, siente, huele. Esto
por supuesto tiene que darse no solo una vez sino repetitivamente. El cocimiento
empírico se va transmitiendo a través de la percepción y la asimilación con nuestro
intelecto. Por ejemplo, al niño que se le dice “no te acerques al fuego porque te
vas a quemar” si éste nunca ha tenido una experiencia de lo que le han dicho su
intelecto no tiene registrado el concepto y la sensación de “quemar”, por tanto no
sabe en sí el juicio que le dijeron, y no lo sabrá hasta que no haya experimentado
lo que el fuego es capaz de hacerle si se le acerca. Hay una diferencia entre el
saber empírico y el saber racional. Con este mismo ejemplo alguien puede tener
dos tipos de conocimiento, el empírico que es aquel que alguien te haya dicho del
fuego, porque ya lo experimentó y el racional, que ya sea que me lo hayan dicho,
lo he visto, lo he leído, pero no experimentado.
Puede ser un ejemplo muy vago, pero nos demuestra cómo algo se
aprende a través de los sentidos y lo que estos transmiten a mi intelecto. Es decir
que el conocimiento es la fusión de ambas cosas. Y la experiencia nos transmite,
si no es por abusar, la mayoría del conocimiento, porque de cierta forma es algo
que hemos sentido, algo de lo que hemos sido partícipes a comparación del
conocimiento racional.
Pero profundizando más este análisis de Spinoza, también hay filósofos de
la posición empirista que pueden ayudar a darnos una mejor explicación a esta
investigación. Por ejemplo Jhon Locke y David Hume. El primero nos aporta unas
ideas de su pensamiento afirmando: "Todo cuanto la mente percibe en sí misma o
es objeto inmediato de percepción, de pensamiento o de entendimiento; a todo
esto lo llamo idea." (Bermundo, 1983, pág. 66).
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Para él, idea es todo aquello que "pienso y percibo". La percepción puede ser de
dos clases: "Percepción externa mediante los sentidos o sensaciones, y
percepción interna de estados psíquicos o reflexión." Estas dos operan juntas.
También distingue dos clases de ideas: simples y compuestas. Las simples
llegan directas de un solo sentido o de varios al mismo tiempo, así como pueden
llegar tanto de la sensación como de la reflexión, o juntas. Un ejemplo que puede
ayudarnos a clarificar lo que este filósofo dice es el que propongo. El escuchar la
sirena de una ambulancia, la idea puede venir del sentido meramente auditivo,
pero también puedo escucharla y verla pasar por la calle a gran velocidad por la
emergencia.
Las ideas complejas son el resultado de la actividad de la mente. Las ideas
simples dejan huella en la mente, es ésta la razón por la cual no pueden
cambiarse. Las ideas complejas están fundadas en la memoria. Ciertamente
también provienen de la experiencia y parten de las ideas simples para
desarrollarse en nuestra mente. Algunos ejemplos de estas ideas pueden ser:
Belleza, gratitud, universo. Si nos damos cuenta estas ideas no podemos decir
que las experimentamos en como otras sensaciones, sin embargo no son ajenas a
nuestra experiencia
Pero veamos qué es lo que este filósofo sostiene en su Ensayo sobre el
entendimiento humano en el Capítulo V, libro 2:
Las ideas que adquirimos a través de más de un solo sentido son las del espacio o
extensión o de la forma, del reposo y el movimiento. Porque provocan impresiones en los
ojos y el tacto, de manera que podemos recibir y comunicar a nuestra mente las ideas de
suspensión, forma, movimiento y reposo los cuerpos, tanto al verlos como al tocarlos. Pero
como tendré ocasión de referirme ampliamente a ésta en otro lugar, aquí solamente voy a
enumerarlas.
Es una pequeña muestra de lo que este empirista ha aportado en su
profundo análisis filosófico al entendimiento humano, considero que con estas
ideas puedo dar por concluido este apartado del conocimiento humano a través de
los sentidos, es admirable lo que estas facultades nos brindan, y al mismo tiempo
hacen que seamos personas auto trascendentes.
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2. El conocimiento racional
Lo que mencioné con anterioridad se enfoca en el terreno de lo que Kant llamaría
a posteriori ahora tendré que abordar un estudio más meticuloso, porque no se
hablará de sensación, percepción, abstracción, simple a aprehensión etc. Este
análisis es aún más confuso de explicar. Trataré una pequeña parte de lo que
Kant llamó a priori. Nos movemos ahora en el campo racional contrario al primer
tema de este ensayo. Ahora bien en este apartado de este ensayo retomamos lo
que Spinoza aportó al hablar de un conocimiento racional, es decir un
conocimiento exacto, cuantificable. Y pone como base las ciencias exactas como
son las matemáticas y la lógica, que bien sabemos que nos dan resultados
determinados, e irrefutables. Nadie puede contradecir que la multiplicación de dos
por dos sea cuatro. O al hacer un silogismo por ejemplo:
Platón era filósofo
Todo filosofo era griego
Por tanto Platón era griego
Con esto confirmamos que tanto las matemáticas como las leyes de la lógica
no se equivocan. Con esto no quiero que se me interprete como mero racionalista
pero por supuesto que atribuyo a esta facultad una importancia inmensa. Sin
embargo sigamos con el análisis del conocimiento racional y nos preguntemos:
¿dónde surge el racionalismo, quién es su precursor? El padre de la filosofía
moderna: René Descartes.
Este Filósofo propone plantear las bases de un conocimiento objetivo: “lo que
se puede mostrar es digno de conocer” hay que reflexionar exhaustivamente,
filosofar contenidos, indagar respuestas, es decir, la realidad debe justificarse por
medio de la razón que es el único medio para conocer. Aunque la terminología
“Racionalista” no refiera a mucho, Descartes es atribuido a esta corriente de
pensamiento puesto que privilegiar la razón en contraposición a lo empírico
conlleva a afirmar que la única vía para el conocer es la misma razón.
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Entonces, empezó por afirmar que se debe de dudar de todo, pues le resultaba de
suma importancia librarse de viejas ideas antes de empezar la propia indagación.
De algo si puede estar totalmente seguro: de que duda, pero si duda es porque
piensa y por ende es algo que piensa, dicho de otro modo, un sujeto pensante:
“Cogito Ergo Sum”. De esta forma empieza a construir su sistema filosófico. Este
tratado epistemológico que hace Descartes lo podemos constatar en sus
meditaciones metafísicas, específicamente en la primera, en la cual expone sus
ideas acerca del conocimiento experiencial anteponiéndolo con el racional.
Pues bien, todo lo que hasta ahora he admitido como absolutamente cierto lo he percibido
de los sentidos o por los sentidos; he descubierto, sin embargo, que éstos engañan de vez
en cuando y es prudente no confiar nunca en aquellos que nos han engañado aunque sólo
haya sido por una sola vez (Descartes, 2010, pág. 74)
Como vemos lo importante aquí ya no es lo que los sentidos pueden
aportar, porque de cierta manera el privilegio aquí es el que tiene la razón. Pero
habría que preguntarse ¿qué hay de a priori en el conocimiento? Ciertamente es
una cuestión más delicada para abordar, y me someto a corrección si es analizado
de mejor manera. Verneaux dirá que el sujeto, sus facultades y sus leyes son
evidentemente principios a priori de conocimiento, en el sentido negativo de la
palabra: no derivan de la experiencia. Creo conveniente decir es complicado
explicar de manera precisa lo que este filósofo propone, sim embargo también hay
alguien aún más complejo de entender: Immanuel Kant y citamos lo que dice en la
crítica de la razón pura:
Más si bien todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, no por eso origínase
todo él en la experiencia. Pues bien podría ser que nuestro conocimiento de experiencia
fuera compuesto de lo que recibimos por medio de impresiones y de lo que nuestra propia
facultad de conocer (con ocasión tan sólo de las impresiones sensibles) proporciona por sí
misma, sin que distingamos este añadido de aquella materia fundamental hasta que un
largo ejercicio nos ha hecho atentos a ello y hábiles en separar ambas cosas.
Lo poco o mucho que hasta aquí he explicado me permite decir una vez
más lo grandioso que es el ser humano mediante su conocimiento intelectual, no
terminamos aquí, pero considero que con estas ideas podemos quedarnos en este
apartado para comprender lo que el conocimiento racional nos brinda.
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3. La intuición como un tipo de conocimiento
La intuición, es el último punto que me permito explicar para fundamentar los
distintos modos de conocer del hombre. Ésta no se enfoca ya en la experiencia ni
tampoco en la cuestión racional, sino en lo que Spinoza dice: la contemplación, la
sabiduría y la espiritualidad. Sin embargo hay otros filósofos que toman este
conocimiento aportando otras ideas. Lo propio, el privilegio de la intuición sensible
es alcanzar directa e inmediatamente a los seres existentes (Verneaux, 1967, pág.
111). Con esto pongo de manifiesto que no únicamente se puede hablar de
intuición sensible sino también de intuición espiritual.
Desde mi perspectiva en este apartado no requiere de estudios tan
profundos como los dos anteriores. Es por eso que puedo decir que la intuición
más que un conjunto de juicios y raciocinios es un aprendizaje para la vida. Es ese
conocimiento reflexivo que el hombre realiza sobre su vida, sobre lo que acontece
en su entorno y sobre el aprendizaje que puede sacar de este. El conocimiento
intuitivo más que dejar un cúmulo de dudas por seguir investigando racionalmente,
transmite una paz en la apersona. Aquí se puede involucrar la al hombre religioso,
que por naturaleza todos somos seres religiosos, porque estamos religados a un
Ser supremo. Por ejemplo la persona que no ha tenido una educación como la de
muchos que gozan de reconocimiento por posgrados y demás, pero que lee la
Biblia, la medita y pone en práctica para bien lo que en ella reflexiona obtiene un
mejor conocimiento que el que es reconocido ante una sociedad como un
intelectual.
La intuición espiritual, es el conocimiento por lo trascendencia horizontal
como se dijo al principio de esta investigación, es la motivación por las cosas
sublimes, es el interés por lo moral, por la cuestión ética, por ser mejor persona.
Porque bien lo dijo Aristóteles no se estudia ética para saber más sino para ser
mejor persona. Y considero que es lo que la intuición pude hacer en la persona,
claro que no cualquiera puede llegar a este tipo de conocimiento sino es a través
de la constante meditación y contemplación. Es así como puedo hacer esta
hermenéutica de este tipo de conocimiento.
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CONCLUSIÓN
De esta manera es como he podido abordar de manera general los tres tipos de
conocimientos que propone Baruch Spinoza, en su análisis filosófico. Esto me da
pautas para comprender que como seres racionales nos trascendemos a través
del acto de conocer, es importante decir que nunca dejamos de aprender algo
nuevo, y eso es lo más importante. Bien lo dijo Aristóteles al inicio de su obra “la
Metafísica”: todo hombre por naturaleza tiene el deseo de saber. Es así como a
inicios de la humanidad grandes filósofos se preguntaron por el origen del
universo, y por su propio origen, y que en la actualidad no puedo decir que estas
grandes preguntas enigmáticas han quedado resueltas.
El conocimiento humano es un verdadero misterio, que no se explica con un
ensayo como este, sin embargo puede servir para clarificar al menos muchas
dudas de cómo conocer. Porque si bien la mayoría de los humanos somos
conscientes de que conocemos, pero muy pocas veces cuestionamos cómo es
que llegamos a conocer, o de dónde proviene nuestro conocimiento. Es ahí donde
puedo llegar a fundamentar la idea de trascendencia del conocimiento.
También es importante saber que estos tres tipos de conocimientos no
están presentes de la misma manera en todos los seres humanos. Por eso
llamamos a unos racionalistas, empiristas o intuitivos, y no es que por tener
desarrollado uno de ellos nuestro conocimiento es menos que el de otro, pero si
es incompleto. Porque necesitamos de estos tres para nuestro vivir cotidiano. El
conocimiento humano no es uno en particular, sino la fusión de estos tres que
perfeccionan a la persona y la hacen trascendente.
Es así como he llegado al final de este ensayo, convencido que se necesita
más que diez páginas para explicar de mejor manera el trasfondo del acto de
conocer. Espero haber sido claro y preciso en cuanto al desarrollo de mis ideas, y
si no es así también estoy en la disposición de poder ser corregido y al mismo
tiempo recibir una mejor interpretación sobre este tema.
11. 10
INDICE
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………….…1
LA TRASCENDENCIA DEL SER A TRAVÉS DE TRES TIPOS DE
CONOCIMIENTOS………………………………………………………………………..2
El conocimiento y los sentidos…………………………………………………………...4
El conocimiento racional………………………………………………………………….6
La intuición como un tipo de conocimiento……………………………………………. 8
CONCLUSIÓN……………………………………………………………………………10
Bibliografía
Bermundo, J. M. (1983). la filosofía moderna y su proyeccion contemporánea.
Barcelona: Barcanova.
Descartes, R. (2010). Meditaciones metafísicas . México: Porrúa.
Verneaux, R. (1967). Epistemología general. Barcelona: Herder.
Wojtyla, K. (2011). Persona y aación. España: Palabra.
Kant, I. Crítica de la razón pura, archivo electrónico pdf.
Locke, J. Ensayo sobre el entendimiento humano en el Capítulo V, libro 2: