1. ORIGEN DEL LENGUAJE
LA CIENCIA DISPONE EN NUESTRO SIGLO de un imponente
aparato metodológico, cuyos aspectos heurístico, etiológico y
sistemático se caracterizan por un rigor lógico y una coherencia
racional sin precedentes en la historia de la humanidad.
2.
3. El lenguaje es el medio que hace posible la formulación de
preguntas y respuestas. La estructura del conocimiento es
lingüística. La estructura de la conciencia es lingüística. La
estructura del razonamiento es lingüística. La estructura
del mundo, tal como lo concibe y utiliza el hombre, es
lingüística. El lenguaje es el lugar de lo humano, en él
vivimos, nos movemos y somos.
4. En todo caso, hay que tener en cuenta que no es el único lenguaje
humano. En defensa de la teoría gestual se dice que los
gestos siguen siendo lenguaje de la especie humana que tiene su
importancia en distintos contextos: en los encuentros entre
personas
que hablan lenguas diferentes, en las interacciones entre personas
adultas y niños/as o con personas con discapacidad psíquica y
evidentemente entre personas sordas
5. El término evolución sirve para designar la derivación
natural de formas complejas de vida a partir de formas
simples y elementales mediante progresivas variaciones, más
o menos profundas, en el curso de las eras geológicas. En
virtud de la fijación de esas variaciones en el patrimonio
genético, los individuos de una especie determinada se
diferencian de sus progenitores y constituyen una nueva
especie, cuyos representantes, siguiendo el mismo proceso,
pueden generar, a su vez, otra especie.
6. Otra teoría sobre el origen del lenguaje lo hace derivar de las
interjecciones. Como sabemos, las emisiones fónicas
producidas por la agitación orgánica y las de
función imperativa, presentes en las especies animales, son
muy diferenciadas y su diferenciación no es arbitraria, sino
que corresponde constantemente y de manera especializada
al tipo de agitación y al resultado que se obtiene en el mutuo
control de la conducta.
7. Los que han convertido sistemas filosóficos en ideologías para uso
de políticos o sacerdotes, sin haber comprendido, ni siquiera
sospechado su intrínseco dinamismo aporético, ignoran que los
grandes pensadores occidentales, en sus momentos de más
intensa lucidez, se aproximan, con inconfundible aire de familia,
al iluminado brujo que cuenta mitos junto a la hoguera, y al
shaman.