1. LA VIDA, EL TIEMPO Y LA MUERTE
Autores: Fanny Blanck Cereijido y Marcelino Cereijido, Colección: “La ciencia para todos”.
1era publicación: 1988, Tema: Divulgación científica. Número de páginas 188. Editorial:
Fondo de cultura económica. Séptima Reimpresión marzo del 2015.
Fanny Blanck Cereijido quien se graduó en medicina en la universidad de Buenos Aires e
hizo estudios de postgrado en la Boston Psychosnslytic Society de EUA, quien ejerció la
docencia en varias instituciones y actualmente es miembro de la Asociación Psicoanalítica
mexicana. Marcelino Cereijido graduado como doctor en medicina de Argentina, profesor de
la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, así como director
del departamento de Biofísica del centro de investigación Medicas Albert Einstein en su país,
actualmente es investigador nacional en México y profesor de fisiología y biofísica del
CINVESTAV.
Este libro cuenta con 188 páginas, consta de 9 capítulos en los cuales incluyen recuadros que
explican temas científicos, de la misma manera el libro incluye un glosario para método de
apoyo al lector por el uso de palabras poco utilizadas y este a su vez logre una mejor
comprensión de la lectura. Por cada capítulo incluyen citas textuales de diversos autores (y
fuentes), las cuales están ligadas al tema que se abordará donde en ciertas ocasiones hacen el
uso de ciertas locuciones latinas.
Cuando las personas hablamos de la vida lo hacemos de una manera imprecisa, muchas veces
por el limitado conocimiento que tenemos sobre el tema, o a veces simplemente porque no
diversificamos el trasfondo de una palabra. “La enorme complejidad del mundo biológico es
solo resultado de la evolución" y como citan en el libro “La vida está regida por niveles
2. jerárquicos (Pattee,1971)” todos estos deben tener un sentido, el pensamiento es desprendido
de una etapa del cerebro, hablar de esto está muy ligada a nuestro sentido de percepción del
tiempo, por esta razón nuestros autores comienzan a introducirnos en su primer capítulo sobre
el “cerebro” (pág. 37.), para así irnos guiando sobre las conjeturas del tiempo, donde explican
que este órgano está equipado con un “mecanismo de relojería”, esto explicaría claramente
el porqué, de darnos cuenta de que un tiempo fluye. Por eso estoy de acuerdo con esta
explicación, pues en nuestro crecimiento tenemos una noción de que algo va fluyendo según
va desenvolviéndose los días, a lo que conocemos como: pasado, presente y futuro;
argumentando esto, estaríamos de acuerdo con San Agustín, “él, afirmó que existían tres
tiempos y los tres eran presentes: 1) el presente del que estamos hablando; 2) el presente
del pasado, del que solo nos queda una memoria actual; y el presente del futuro, del que ahora
sólo tenemos una expectativa” (pág.60). Pero aquí quiero hacer un paréntesis, nosotros los
seres humanos conocemos el tiempo en el que nos ubicamos gracias a lo que observamos a
través de un reloj, las características del entorno, nuestros instintos y la memoria que tenemos
sobre el mismo; critican los Cereijido, que esto entraría en discusión por parte de físicos y
grandes pensadores, un claro ejemplo sería lo que percibe Kant, “el tiempo no es prioridad
de las cosas sino del instrumento por el cual lo vemos”, (pag.67), pese a esto, captó mi
atención que llegara a concluir al igual que a Newton, sobre la existencia de un tiempo
independiente al de nosotros; cuando leí esto, recordé mis clases de lógica y comencé
reflexionar aún más, aquí, teníamos otro giro de ideas, porque estaba definiendo “nuestro
tiempo”, no “el tiempo”, la diferencia era tan abrupta me dejó en blanco. Pero, justificando
mi error, Black- Cereijido en el 2006 opina lo siguiente: “Nuestra memoria es testigo del
tiempo vivido, es la red sobre la que psique, ya que nos reconocemos a nosotros mismos con
una secuencia de cierta continuidad a lo largo de nuestra vida que constituye la existencia de
nuestra historia personal […]”.
“El ser humano al nacer, no posee un diagrama temporal, por el contario, estos sentidos se
van adquiriendo durante los primeros años de vida.”, (pág. .79). Cuando era niña
(aproximadamente 6 años) miraba mucho los relojes, me agradaba ver deslizar sus
manecillas, sabía que ese objeto indicaba el horario en el que debíamos hacer nuestras
3. ocupaciones, por otra parte, ignoraba la presencia de un “presente, pasado y futuro”, fue hasta
que en clases de primaria me explicaron sobre ellos, en ese instante tomé con mayor seriedad
mi realidad, ¡valoré mi tiempo!... es curioso cuando relaciono esta anécdota con este tema,
por lo que concluyo que lo que dice el autor coincide con mi razonamiento, donde el bebé,
desde el vientre de su madre empieza a formarse una idea de tiempo, pero no hasta después
de nacer que va percibiendo un diagrama temporal, cito: “El sentido del tiempo comienza a
estructurarse en el canal uterino” (Pág. 80 a la 83). Toda esta temporalidad no será
espontánea, nosotros iremos adquiriéndola a partir de nuestras experiencias en el propio
mundo; y es por estas mismas experiencias que afirmó y me apropio todo lo expuesto, aunado
he de decir que la continuidad de argumentos muestra una lógica irrefutable, y si nos fijamos
en párrafos anteriores esta secuencia cuadraría completamente.
A partir del capítulo VI (pág. 100) el tema central es “la muerte”, pero, hablar sobre la muerte
es otro tema de extensos criterios y de gran controversia, cabe aclarar que esto no es reciente,
a través de la historia se ha manifestado este debate. Lo que más me engancho del tema fue
cuando hablaron del ADN (en la página 107), específicamente lo siguiente: “Las causas por
las que puede haber errores en el ADN son varias: 1) La mutagénesis intrínseca, 2) Las
radiaciones muy energéticas 3) Sustancias con una estructura química similar las bases que
componen al ADN. […]” (Blanck-Cereijido). Aquí nos describe acerca de los errores de
nuestro ADN, algunos que ya traemos hereditariamente y los artificiales: rayos x y gamma,
por consiguiente, se sospecha que esta falla tenga un efecto negativo en la duración de vida
de los humanos, y no dudo que todo esto sea verídico pues por previos conocimientos se lo
malévolo que pueden ser ciertos químicos que encentrados en los alimentos de consumo
diario, incluso en los supuestos “orgánicos”, analizar sobre esos puntos da razones para
llevar un mejor control de lo que ingerimos o de cómo vivimos. Otro precursor en el tema es
el sistema inmunológico (pág.117) “Es un arma de dos filos; es un aparato de defensa que de
pronto se convierte en un aparto de represión interna, pero que, cuando más se lo necesita,
en la madurez, empieza a tener fallas seniles.”; demasiado cierto, la interpretación de esta
tesis se ve claramente en los problemas de salud que empiezan a surgir con mayor secuencia
en la etapa adulta, el desgaste de nuestro cuerpo va en aumento, hasta el punto de no poder
4. tolerarlo y morir, para mí, la muerte no es el fin del hombre, sino el término de una etapa,
una especie de conector entre nuestro mundo y otro más allá del nuestro conocimiento, por
supuesto, esto depende de la filosofía que tenga cada persona de acuerdo a sus creencias.
Describen ambos autores que la percepción de la muerte ha cambiado a lo largo del tiempo,
antes, era considerada por los católicos un derivado del sufrimiento y pecado original, en la
actualidad lo comprendemos como una “muerte invisible” (Gorer, 1965), donde las personas
que van a fallecer son privadas de saber de manera explícita su estado actual de salud en
épocas anteriores, el que iba a morir lo sabía, tomaba sus disposiciones y se despedía-. A
esto podríamos denominarlo como una “cruda realidad”. No comparto la ideología de quienes
deciden evitar información al paciente/enfermo por propio egoísta pensamiento de lastima o
empatía, esto no mejorará la situación, vivirá en una falsa burbuja, decirlo de esta manera no
suena como lo correcto.
A modo de conclusión comparto lo siguiente: El arduo trabajo y empeño por parte de los
autores, me quedó claro al observar las abundantes citas y conceptos que iban plasmando en
cada hoja, una buena herramienta que ayuda al lector para analizar múltiples puntos de vista,
donde podrá ir comparando si se adapta a su propio concepto o anexará a su nueva ideología.
Si bien es entendible el lenguaje del libro, el orden de ciertas ideas podría confundir al lector,
encontramos esta situación en el tema I. La emergencia de la vida, donde tenía que releer
varias veces algunos párrafos e ir intercalando páginas que tenían un hilo que a mi parecer
cuadraba, pero esto se recompensaba con los resúmenes que en los temas que eran más
extensos o donde ambos autores creían necesario poner, este detalle exquisito, ahorra una
relectura y sirve como retroalimentación. Por estos motivos recomiendo “la vida, el tiempo
y la muerte” para cualquier persona que tenga sed de conocer un trasfondo de estos conceptos
que considera ya saber, enigma que cautiva, si se le lee con la debida actitud, pues recordemos
que la vivimos un universo donde existe un tiempo que fluye y es dependiendo la edad del
ser humano, el cómo percibe su tiempo, que lo guiara en alguna etapa “a partir, de este
mundo”.
5. DATOS GENERALES
• Alumna: María Alejandra Correa Colorado.
• Nombre de la escuela: Centro De Bachillerato Tecnológico E Industrial Y De Servicios
No. 32.