1. MEMORIAS DE UN NEUROPATA
Legado de un Enfermo de los Nervios
JANNET VIDAL VIDAL
KARINA DEL CARMEN ZETINA
2. Daniel Paul Schreber nació en 1842 en el seno
de una familia burguesa protestante. Su
padre, un médico y educador ilustre, introdujo
en Alemania la gimnasia médica y fue el
promotor del movimiento para la venta de
lotes con jardines para los obreros.
El hermano mayor de Daniel Paul Schreber,
aquejado de una psicosis evolutiva, se había
suicidado de un disparo a los 38 años. Su
hermana menor, Sidonie, murió enferma
mental. El propio Daniel Paul Schreber es un
intelectual de primer orden: doctor en
Derecho y presidente del Tribunal de
apelaciones de Sajonia, es, evidentemente, un
hombre fuera de lo común por su gran cultura,
su viva curiosidad y sus capacidades de
observación y de análisis poco corrientes.
3. A los 42 años se lo interna por primera vez en un
hospital. La crisis que lo aqueja y que dura varios meses
se diagnostica como hipocondría grave. Una vez
restablecido, Schreber
experimenta un inmenso
reconocimiento por el profesor Flechsig que lo ha
curado. Después de esta primera hospitalización,
Schreber, quien ya estaba casado desde mucho tiempo
antes, vive ocho años junto a su esposa, años que califica
como “muy felices”, sólo ensombrecidos por la
decepción de no haber tenido hijos.
En 1893 es nombrado presidente del Tribunal de
Apelaciones (a la edad de 51 años). Incluso antes de
asumir el cargo, Schreber sueña en varias ocasiones que
cae nuevamente enfermo.
4. Algunos meses después de su nominación, a fines de
octubre de 1893 se le declara un segundo acceso, o lo que
seria su segunda enfermedad, con los siguientes síntomas:
Insomnios cada vez más graves.
Sensaciones de reblandecimiento cerebral.
Ideas de persecución y de muerte inminente,
Hiperestesia
Extrema sensibilidad al ruido y a la luz.
Alucinaciones visuales y auditivas.
“Se imaginaba a sí mismo muerto y descompuesto, atacado
por la peste y la lepra, sentía que su cuerpo era sometido a
repugnantes manipulaciones y debía soportar los
tratamientos más espantosos”.
5. Estas manifestaciones lo hunden, durante horas, en un estado
de anonada miento y de estupor alucinatorios. Llega a desear la
muerte y, en varias ocasiones, intenta suicidarse. Con el tiempo,
las ideas delirantes toman un cariz místico: relaciones directas
con Dios y apariciones milagrosas, también insultaba a las
personas por las que se creía perseguido y atacado, en especial
su médico anterior Flechsig , a quien llamaba asesino de almas.
6. Después de estar en otro instituto en
junio de 1894 pasó de Leipzig al asilo
Sonnenstein, de Pirna, y aquí permaneció
hasta la definitiva configuración de su
estado. Que fue en 1902.
7. El sistema delirante del paciente remata en estar él llamado a
redimir el mundo y devolverle su perdida bienaventuranza.
Tiene que mudar de hombre a Mujer para poder redimir al mundo.
(no es que el quiera hacerlo, es que tiene que ser, por orden Divina)
Mientras sea hombre, será inmortal,
Tiene comunicación directa de Dios, y solo él como escogido puede
entenderlo
El tiene el secreto Divino y por lo tanto es el más maravilloso de los
hombres que haya existido nunca.
Se necesita la Emasculación para que por medio de Rayos divinos,
se pueda fecundar y procrear una nueva raza de hombres divinos.
Aún cuando todos lo atacan y se burlan, él sabe que para que la
humanidad se salve, tiene que darse esta transformación.
8. El alma humana esta contenida en los nervios, que
podrían ser finísimas hebras de hilos como rayos
divinos, que sirven algunos para las sensaciones
sensoriales, y otros para las psíquicas.
El ser humano es nervios y Cuerpo
Dios es sólo nervios
Dios no sabe tratar con seres vivos, solo con muertos,
Al evacuar, se pierden los rayos divinos que nos unen
con Dios.
Dios demanda voluptuosidad y placer en él, para que
pueda ser tomado y unido otra vez, a Dios.
El había sido escogido para ser la mujer de Dios.
9. Ningún otro fragmento de su delirio es tratado por el enfermo con
tanto detalle, con tanta insistencia, se podría decir, como la
mudanza en mujer por él aseverada. Los nervios por él
absorbidos han cobrado en su cuerpo el carácter de unos nervios
de voluptuosidad femenina, y con un sello femenino mayor o
menor, en particular sobre su piel, a la que prestan la peculiar
blandura de ese sexo. Si ejerce leve presión con la mano sobre un
lugar cualquiera del cuerpo, siente estos nervios bajo la superficie
de la piel como unas formaciones a modo de hilos o cordones;
ellos están presentes sobre todo en el torso, donde la mujer tiene
los pechos. «Mediante una presión que se ejerza sobre estas
formaciones yo puedo, sobre todo si pienso en algo femenino,
procurarme una sensación de voluptuosidad correspondiente a la
femenina». El sabe con certeza que estas formaciones no son, por
su origen, nada más que ex nervios de Dios, los cuales difícilmente
han podido perder su propiedad de nervios por pasar a su cuerpo.
10.
11. Freud desenreda la madeja de estos fantasmas. Señala que mediante el
proceso de la proyección, Schreber ha sentido como exteriores a el las
percepciones internas reprimidas y deformadas.
El amor se transforma en odio, y la persona amada en perseguidor.
En el delirio de Schreber, las expresiones de Flechsig manifiestan el
deseo homosexual sentido por el enfermo hacia su padre y reactivado
por el reencuentro con el médico que lo había curado.
Muy culpabilizado por dicha homosexualidad, intenta negarla
proyectándola sobre otro y devolviéndola en su contrario.
A este delirio de persecución se suman los otros tres delirios
característicos de la paranoia, que traducen otras formas de negación del
deseo reprimido: el delirio erótico, el delirio de celos y el delirio de
grandeza o megalomanía.
Después de Freud, el caso Schreber ha sido estudiado por numerosos
psicoanalistas. Ha servido de argumento a la teoría según la cual las
alucinaciones pueden constituir un mecanismo de defensa como
fenómeno de descarga
12. El padre de Schreber, fue un gran médico e
intelectual reconocido que paso a la historia
gracias a su gimnasia Terapeutica.
Fue un gran personaje que ante su hijo, era
un Dios.
Fue poco el tiempo que convivio con su
pequeño hijo.
Aventurandose un poco Freud deduce que
esa vuelta a la Femineidad por parte de
Schreber pudiera ser tambien, el hecho de
creerse más apto para procrear que su esposa,
evitando así la pérdida de su linaje, del cual
estaba más que orgulloso.
13. Dejaremos la conclusión al propio Schreber, quien
precisamente pudo encontrar en su
delirio una manera de no concluir nunca:
«. . . un hombre que, como yo, puede, en cierto sentido,
decir que la Eternidad es tributaria de él, puede
permitirse dejar pasar cualquier insensatez, con
la convicción segura que tiene de que llegará el
momento en que, a pesar de todo, esa insensatez
pasará cuando de sí mismas renazcan circunstancias
conformes a la razón.»