1. LA MEDIOCRIDAD DE LA ECONOMÍA CHILENA
Algunos medios internacionales han señalado que <<Chile es la mejor economía que
encarna la “nueva mediocridad” actual>> ¿Será esta afirmación realmente cierta?
Desde 1998, la evolución de la economía chilena se ha visto afectada por diversos
problemas ocurridos a nivel mundial, transmitidos por las crisis generadas en otros países,
entre ellos: caída en el volumen y los precios en el comercio internacional; dificultades en
los sistemas financieros ante el no pago de obligaciones; caída en el precio de las acciones
y en el valor de las empresas, con lo que se dificulta su acceso al crédito ante la falta de
garantías; traspaso del problema a las micro y pequeñas empresas, que en Chile representan
el 95% del sector formal y entrega el 49% de la ocupación total, por la vía de demorar los
pagos por parte de las empresas más grandes; entre otras.
Nuestra economía se basa primordialmente en la exportación de minerales, hasta casi la
mitad de la tasa total de las exportaciones, siendo el cobre uno de los productos de
exportación más fabricado. Las desventajas económicas, en el mercado de los bienes, para
Chile se han podido apreciar en la sensible baja del precio de las materias primas,
principalmente el cobre, y un alza en el precio de los bienes importados, en especial el
petróleo.
Existen pocas dudas de que el negativo entorno económico internacional ha pesado en el
desempeño económico de Chile en los últimos años. Sin embargo, a este negativo entorno
se han sumado efectos de expansión, principalmente de naturaleza financiera.
En la actualidad, en el país hay problemas que están impidiendo el crecimiento esperado
(3,1% del PIB), entre ellos baja productividad, déficit energético, disponibilidad del agua,
envejecimiento de la población, bajo crecimiento de la mano de obra.
Para fortalecer este último punto, se ha propuesto potenciar la participación de la mujer en
la fuerza de trabajo, con lo que aumentarían las cifras en cerca de 800 mil trabajadores
remunerados en los próximos 30 años; también, crear una política de inmigración de gente
calificada, como a mediados del Siglo XIX, estímulos al aumento de la tasa de natalidad,
desarrollo de proyectos de innovación, alianza público-privada para avanzar en
productividad. El Estado, con el fin de reactivar la economía, comprometió esfuerzos
mediante la “Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento”, liderada por el
Ministerio de Economía.
A pesar de que en 2014 y 2015, el crecimiento económico chileno ha sido uno de los más
bajos desde los 90’, mundialmente Chile es considerado como el país productor de mineral
más grande del mundo, y en Latinoamérica se destaca por formar parte de las “grandes y
sólidas economías emergentes”; por lo qué, el título de economía mediocre se aleja bastante
de lo que realmente ha demostrado Chile a lo largo de la historia económica.