Este documento discute la importancia de elegir un nombre para una empresa, producto o servicio que represente positivamente las ideas y emociones asociadas por los clientes. Explica que los nombres evocan recuerdos y sentimientos en la mente de las personas basados en sus experiencias pasadas. Un nombre debe ser fácilmente aceptado por el mercado tras medir cómo es percibido visual, sonora y tácticamente para asociarlo con experiencias positivas similares. La imagen corporativa debe enfocarse en representar lo que el producto significa para satisfacer las
UNIDAD DIDACTICA DE CUARTO BIMESTRE DOCENTES SECUNDARIA
Artículo 6. Qué hay detrás de un nombre
1. Demos paso a lo nuevo, para salir de lo tradicional. Los seres humanos por
naturaleza, dentro del proceso de socialización, somos propensos a asignarle
un nombre a las cosas, personas, fenómenos, en fin, a todo aquello con lo que
interactuamos.
Pero cuando ese algo ya forma parte de nuestra vida, de nuestra imagen
mental, le asignamos un "nombre" que responda a la forma cómo entendemos
el mundo y nos desenvolvemos en él.
He aquí la importancia de pensar un buen nombre para nuestra empresa,
iniciativa, proyecto, producto o servicio que represente algo importante para la
vida de las personas a las que va dirigido nuestro accionar corporativo.
Por lo regular elegimos el nombre que más nos gusta, el que se oye más bonito,
sin pensar en las ideas con las que lo asocian las personas que lo escuchan,
siendo este la carta de presentación, la marca, la idea del producto o servicio a
posicionar.
En imagen pública, y específicamente en imagen corporativa, el nombre de la
empresa, producto o servicio se entiende como el estímulo principal que
provocará la asociación de emociones o sentimientos, mismas que serán las
responsables de permitir el acceso a la satisfacción de intereses, necesidades y
deseos.
Así como muchos de nuestros nombres son producto de un cantante, músico,
un líder, un abuelo, etc., así también la mente de las personas o los clientes, al
escuchar un nombre, procederá inmediatamente a recordar las ideas,
emociones o evocaciones con las que asocie la marca o nombre escuchado o
visto.
Y precisamente de ese recuerdo dependerá, si el mismo es positivo o negativo,
la reacción que el cliente tenga hacia el nombre en cuestión.
Pongamos un ejemplo, imagínese que usted está tratando de encontrar un
nombre para su producto o servicio vinculado a la industria de lácteos y usted
resulta intolerante a la lactosa, todo nombre que lleve el prefijo "lac" será
rechazado de inmediato pues su experiencia y su vida actual vinculada a la
leche está vedada por su condición médica.
Entonces, si usted quiere ampliar su mercado necesitará de un nombre o marca
que disminuya el nivel de rechazo de los intolerantes a la lactosa y que además
contenga las letras necesarias para que su producto sea fácilmente asociado a
una emoción y experiencia positiva.
Artículo 6
¿Qué hay detrás de un nombre?
2. Es lógico pensar que en la actualidad la medición de la aprobación del nombre o
marca está controlada por las empresas, pero lo que todavía no sucede es la
medición de la percepción que tienen los clientes respecto de las marcas,
productos o servicios.
Me refiero específicamente a medir si los nombres son de fácil aceptación por el
mercado tras haber estudiado la imagen sonora, visual, táctil con la que se
asocia la marca, con base en la experiencia con nombres, productos o servicios
similares anteriores.
Al final, detrás de un nombre se encuentran recuerdos, emociones, vivencias,
éxitos, frustraciones, traumas, alegrías, etc., que la imagen pública invita a
conocer pues constituyen la imagen global que se tiene del mundo y que al
enfrentarse con ese nuevo nombre solo conducirá a uno de dos caminos: Ya
sea a reforzar la negación o rechazo de las personas hacia algo o alguien, o a
abrir una nueva ventana de oportunidad para una nueva y mejorada vivencia
con un producto, servicio, marca o empresa que ahora sí el cliente acepte para
que satisfaga a nivel emocional mis necesidades, deseos y aspiraciones.
De la empresa, empresarios, líderes o directores dependerá si quieren ver esta
realidad y se concentren más en ‘qué me representa ese producto o servicio
para que lo considere lo suficientemente importante y trascendental como para
que forme parte de mi vida’.
De eso se encarga la imagen corporativa. Es el tiempo de darle la oportunidad
a esta nueva disciplina corporativa.
Artículo 6
¿Qué hay detrás de un nombre?