1. Estructuralismo
En general, es un enfoque filosófico que trata de analizar un campo específico como
un sistema complejo de partes relacionadas entre sí, una mereología. Por tanto, en
términos amplios y básicos el estructuralismo busca las estructuras a través de las cuales
se produce el significado dentro de una cultura. De acuerdo con esta teoría, el
significado es producido y reproducido a través de varias prácticas, fenómenos y
actividades que sirven como sistemas de significación (estudiando cosas tan diversas
como la preparación de la comida y rituales para servirla, ritos religiosos, juegos, textos
literarios y no literarios, formas de entretenimiento, etc.). Una estructura constaría así
de dos principios, uno autorregulador o inclusivo, y uno exclusor y delimitativo.
La novedad que introduce este enfoque no es la idea misma de estructura, ya presente
de forma continua a lo largo del pensamiento occidental, sino la eliminación en ella de
un concepto central que ordene toda la realidad, como sucedía con las ideas
platónicas.[cita requerida]
Para F. Wahl, la cesura estructuralista pasa por el concepto de signo.1
El iniciador y más prominente representante de la corriente fue el antropólogo y
etnógrafo Claude Lévi-Strauss (década de 1940), quien analiza fenómenos culturales
como la mitología y los sistemas de parentesco.
Durante los años 1940 y 50, la escena filosófica francesa se caracterizó por
el existencialismo, fundamentalmente a través de Jean-Paul Sartre, apareciendo
también la fenomenología, el retorno a Hegel y la filosofía de la ciencia, con Gastón
Bachelard.
Cuando en la década de 1961 Sartre se orienta hacia el marxismo, surge un nuevo modo
de pensar: el estructuralismo. Claude Lévi-Strauss inicia este nuevo movimiento,
basándose en las ideas de la etnología. Más tarde le seguirán Jacques Lacan en el
psicoanálisis, Louis Althusser en el estudio del marxismo y, finalmente, Michel Foucault,
desde un punto de vista muy crítico con las ambiciones estructurales. Sin embargo,
resulta significativo el aporte a la comprensión del estructuralismo que hace Jean Piaget
en 1968 con su obra El Estructuralismo en la cual señala que ante todo es un método,
mediante el cual se abordan los objetos de estudio identificando que en ellos hay una
totalidad, transformaciones y autorregulación. Y además, todo se debe comprender
desde dentro de esa totalidad con una visión sistémica. En este sentido debe
comprenderse que Piaget señala los límites del estructuralismo para comprender
adecuadamente el ser social y los procesos sociales, aunque tampoco lo rechaza sino
que lo considera insuficiente, y esta postura crítica (porque reconoce que toda
estructura proviene de una anterior, con lo cual rescata lo diacrónico, negado por
muchos estructuralistas) junto a su vasta y diversa obra, incluidos los debates teóricos
en los que participó, es considerada como "constructivista" o "construccionista".
Cabe destacar que Althusser y Foucault rechazaron la clasificación de su pensamiento
dentro del estructuralismo (tal como aparece en su arqueología de las ciencias
2. humanas, Las palabras y las cosas), y en rigor únicamente Lévi-Strauss realizó una
reflexión explícita sobre el estructuralismo como método. En cualquier caso, se trata de
un alejamiento de perspectivas meramente historicistas o subjetivistas bajo el intento
de hallar una nueva orientación para la investigación que tome como bases
correspondencias funcionales entre distintos elementos que forman parte de las
distintas disciplinas.
Realismo estructural epistémico
El concepto filosófico de estructuralismo científico está relacionado con el de realismo
estructural epistémico,2 una posición originalmente e independientemente ocupada
por Henri Poincaré (1902),34 Bertrand Russell (1927),5y Rudolf Carnap (1928)6 que fue
resucitado por John Worrall (1989), quien propone que hay retención de estructura a
través del cambio de teoría. Worrall, por ejemplo, argumentó que las ecuaciones de
Fresnel implican que la luz tiene una estructura y que las ecuaciones de Maxwell, que
reemplazaron a las de Fresnel, también la implican; ambos caracterizan la luz como
vibraciones. Fresnel postuló que las vibraciones se encontraban en un medio mecánico
llamado "éter"; Maxwell postuló que las vibraciones eran de campos eléctricos y
magnéticos. La estructura en ambos casos son las vibraciones y se mantuvo cuando las
teorías de Maxwell reemplazaron a las de Fresnel.7 Debido a que se retiene la estructura,
el realismo estructural evita la meta-inducción pesimista y no hace que el éxito de la
ciencia parezca milagroso, es decir, presenta un argumento de no milagros.8
Realismo estructural óntico
Mientras que el Realismo estructural epistémico afirma que solo se puede conocer la
estructura de la realidad, el realismo estructural óntico va más allá al afirmar que la
estructura es todo lo que hay. Desde este punto de vista, la realidad no tiene una
"naturaleza" subyacente a su estructura observada. Más bien, la realidad es
fundamentalmente estructural, aunque las variantes de realismo estructural óntico no
están de acuerdo precisamente sobre qué aspectos de la estructura son primitivos. El
realismo estructural óntico está fuertemente motivado por la física moderna,
particularmente la teoría cuántica de campos, que socava las nociones intuitivas de
objetos identificables con propiedades intrínsecas.2 Algunos de los primeros físicos
cuánticos sostuvieron esta opinión, incluidos Hermann Weyl (1931),9 Ernst
Cassirer (1936),10 y Arthur Eddington (1939).11 Recientemente, el realismo estructural
óntico ha sido llamado "el marco ontológico más de moda para la física moderna".12
Max Tegmark lleva este concepto aún más lejos con la hipótesis del universo
matemático, que propone que, si nuestro universo es solo una estructura particular,
entonces no es más real que cualquier otra estructura.1314
Estructuralismo y literatura
Cuando el estructuralismo se extiende a la literatura hace los siguientes aportes a la
poética del texto: su procedimiento permite adelantar un estudio científico de la obra
con independencia de la historia y crítica. Existen varias categorías de análisis que
3. sustentan el método: el significante, significado, relaciones sintagmáticas y
paradigmáticas. Sus más importantes pensadores transitaron en los años sesenta hacia
el postestructuralismo sin que ello deba entenderse como una traición sino como una
acentuación de las premisas estructuralistas como también una revisión crítica de sus
propias limitaciones. Roland Barthes, Jacques Lacan, Michel Foucault, Claude Lévi-
Strauss, Louis Althusser, Tzvetan Todorov, Julia Kristeva son algunas de sus
personalidades más destacadas. El estructuralismo fue una herramienta sumamente útil
durante el siglo XX en el desarrollo de las ciencias sociales. Aparte de la literatura,
engendró escuelas de pensamiento específicas dentro de la lingüística, psicología,
antropología, sociología, entre otras disciplinas.
Estructuralismo y matemáticas
En lo que se refiere a las matemáticas, representa una muy eficiente alternativa a la
filosofía platónica para describir objetos matemáticos como números, conjuntos y
funciones. El estructuralismo plantea que las afirmaciones matemáticas son, en todo
caso, afirmaciones sobre relaciones dentro de patrones y estructuras, siendo esto una
contracorriente a su definición como propiedades de objetos dentro de esas relaciones.
Esta postura surge a partir de argumentar que, en términos filosóficos, se puede estar
de acuerdo con la veracidad de una afirmación matemática sin estar necesariamente de
acuerdo con los objetos que la constituyen, si es que un objeto la constituye en lo
absoluto.15
Jean Piaget ha definido las estructuras a través de tres características[1]:
1. Totalidad, pues hay más propiedades que elementos.
2. Transformaciones, ya que poseen un equilibrio dinámico.
3. Autorregulación, pues suponen un sistema de transformaciones automoduladas
por un sistema cerrado.
Método estructuralista
El método estructuralista estaba presente en matemáticas, lógica, física y biología. En
psicología se asocia con la «forma» para superar los planteamientos de la teoría
asociacionista. Se inspira en la lingüística, en la que se distinguen «lengua» (abstracta,
colectiva, improducida) y «habla» (concreta, individual o grupal y producida). La lengua
es el sistema de signos de la sociedad ya estipulado, y el habla, el modo de referirse de
cada individuo en particular. La sociedad se estudia como un conjunto de signos
destinados a asegurar entre los individuos cierto tipo de comunicación.