1. En México
EXPOSITOR:
LIC. JOSÉ ANUAR GONZÁLEZ CIANCI PÉREZ
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
División de Estudios Superiores de Posgrado
Maestría en Derecho. 1er. Semestre
Sindicalismo en México
Mtro. Humberto Serrano
2. Objetivo
Conocer las principales corrientes o
tendencias sindicales prevalecientes
durante las décadas de los setenta y
ochenta en México.
3. Temario
Tendencias
Sindicales
en México
Conclusión
Contexto
Histórico
Teoría del
Derecho
Colectivo del
Trabajo
4. Contexto Histórico: México 1970-1980
En los años previos y posteriores a la crisis de 1976 el empleo, el valor de la
moneda, la migración del campo a las ciudades y a los Estados Unidos de
Norteamérica, el monto del salario y el costo de la canasta básica, presentaron
variaciones que van en perjuicio de la clase trabajadora.
Con la crisis económica de los años ochentas la situación social fue más
preocupante, pues aún la sociedad no se recuperaba de la crisis anterior, por lo
que se originó una pauperización de los grupos más marginados al mismo
tiempo que la riqueza se concentra en pocas manos. Esta situación desencadenó
un aumento en los índices delictivos, por lo que a partir de este momento, las
autoridades comienzan a plantear a las crisis económicas como un factor
criminógeno.
En la crisis económica de los años ochentas, la situación social fue diferente los
mismos factores continúan teniendo variaciones en perjuicio de la clase media y
trabajadora, generándose una pauperización de los grupos más marginados y la
riqueza se concentra en pocas manos, la sociedad en este periodo sí reciente de
sobremanera la mala administración de los recursos públicos, sus ingresos se ven
disminuidos considerablemente por los bajos salarios y los costos elevados de los
productos de primera necesidad, el desempleo aumenta a cifras nunca vistas, el
dólar alcanza la cotización más alta de los tiempos, se generó más migración
hacia Norte América, cada año aumentaba la deuda externa tanto como la
interna, por lo que podemos determinar el inicio de una crisis permanente en
México de la que aun no salimos y no se le ve salida.
5. Teoría del Derecho Colectivo del Trabajo (1/2)
El derecho del trabajo es un estatuto unitario compuesto
de varias partes: el núcleo o parte nuclear y la envoltura
protectora. En la parte nuclear encontramos al derecho
individual del trabajo y el derecho regulador del
trabajo de las mujeres y de los menores, se añade la
previsión y la seguridad social (estatuto
independiente). La envoltura es el conjunto de principios,
normas e instituciones que contribuyen a la creación de la
parte nuclear y a asegurar la vigencia del derecho del
trabajo, se subdivide en: las autoridades del trabajo, el
derecho colectivo (DCT) y en el derecho procesal del
trabajo.
Derecho colectivo: “los principios, normas e
instituciones que reglamentan la formación y
funciones de las asociaciones profesionales de
trabajadores y patronos, sus relaciones, su posición
frente al estado y los conflictos colectivos del
trabajo"
6. Teoría del Derecho Colectivo del Trabajo (2/2)
Política y derecho colectivo del trabajo
Una visión triangular del DCT
El principio de que el derecho del trabajo es de los
derechos mínimos de la clase trabajadora y el DCT
El DCT es garantía de libertad de la clase
trabajadora frente al Estado
El DTC es garantía de libertad de la clase
trabajadora frente al Estado
EL DTC es derecho de la clase trabajadora
El DTC es garantía de igualdad y aún de
supremacía del trabajo frente al capital
El DTC, motor dela democracia social
El DTC es derecho de los trabajadores y de sus
grupos sindicales
El DTC en evolución permanente
7. Evolución Permanente
El derecho del trabajo no es ni podría ser un estatuto estático, sino que
está en una evolución permanente, consecuencia de los cambios que se
producen en la vida social y en las relaciones económicas.
La declaración de los derechos sociales, es punto de partida: los derechos
mínimos que deben disfrutar siempre los trabajadores, pero es también
una norma programática que dio origen a la doctrina de la jerarquía de
las fuentes constitucionales, la ley, los tratados, los contratos colectivos y
los contratos ley; ordenamientos que tienen como misión satisfacer las
necesidades y aspiraciones nuevas de la clase trabajadora.
Las disposiciones laborales constituyen una fuerza viva y una invitación
permanentes para que cada una de las fuentes formales adopte beneficios
superiores a los ya contenidos en la normas vigentes.
Si se eleva los mínimos constitucionales, se convierten automáticamente
en un nuevo mínimos, sobe el que habrá de levantarse los trataos y los
convenios colectivos y así sucesivamente cualquier otro procedimiento
creados de normas nuevas.
Las conquista obreras son irreversibles, a asegurar cada vez con mayor
firmeza, los principios fundamentales del derecho colectivo del trabajo:
una garantía mejor de la vida y acción de los sindicatos y de su libertad
frente al Estado, beneficios mayores en la prestación de los servicios.
9. Situación Actual
Hoy en día la clase dominante impulsa los
planes de integración de la economía a nivel
regional, en consecuencia, se impulsa la venta
de cientos de empresas consideradas
improductivas y el despido a cientos de miles,
tal vez millones, de trabajadores.
La clase obrera en México ha perdido
“centralidad”. Las luchas de la clase obrera
sindicalizada han sido Defensivas.
Se han centrado en tratar de defender logros
de otras décadas (como las empresas
nacionalizadas y los contratos colectivos) y en
oponerse a los despidos masivos, aunque la
demanda de aumentos salariales ha sido
constante, así como la de un modelo de
desarrollo popular y nacional.
10. Corrientes
Sindicalismo
tradicional
(subordinado)
Sindicalismo de
Estado
Sindicalismo
funcional
Sindicatos de
Independentista
empresa
Nacional- Sindicalismo
revolucionario universitario
Sindicalismo de
Izquierda
Sindicalismo de
la circulación
Sindicalismo de
producción
11. Sindicalismo de Estado
Los Sindicatos de Estado están dirigidos por las
burocracias sindicales diversas, ligadas por décadas a los
intereses generales del Estado posrevolucionario
emanado del movimiento armado del 1910-1917, han sido
golpeados por la nueva fracción hegemónica en el
Estado, a partir de 1982.
El ataque del gobierno a los contratos colectivos, el
recorte de prestaciones, los despidos masivos, etcétera,
afectaron las fuentes de consenso de esos líderes entre
las bases obreras. Igualmente, el voto “cautivo” a través
de los grandes sindicatos ha perdido mucha fuerza.
Desde arriba, desde el sector hegemónico en el
gobierno, no parece que exista, ni en el corto ni en el
mediano plazo, una alternativa para refuncionalizar al
conjunto del sindicato de Estado, haciéndolo más
acorde a las exigencias modernizadoras.
12. Sindicalismo tradicional
Al hilo de lo anterior, según Cirila
Quintero (1990), ante el auge de un
sindicalismo subordinado al capital
maquilador, el que se ha desarrollado en
la ciudad de Tijuana (encarnado en la
CROM), segmentos de la CTM han
impulsado, en otros lugares, un tipo de
sindicalismo que denomina tradicional,
porque, aunque se ha insertado en
empresas como las mencionadas, ha
reivindicado una serie de demandas de
las bases obreras en el centro de trabajo.
13. Sindicalismo funcional
Sin embargo, parece predominar la implantación de
contratos colectivos que aceptan la flexibilidad del
trabajo y le dan amplias atribuciones al capital
para la organización del trabajo. Por eso, autores
como Carrillo (1989) hablan más bien del desarrollo
de un sindicalismo funcional al capital maquilador.
El PRI procura un sindicalismo centralizado, mientras
que el PAN se fomentado a últimas fecha el desarrollo
de un sindicalismo regional
El rechazo a la vinculación de los sindicatos con los
partidos de izquierda también fue bandera de una
serie de tendencias. En el fondo, había un importante
rechazo hacia la politización de la acción sindical, de
la cual un componente puede ser esa vinculación con
los partidos progresistas.
14. Independentista
Las experiencias de este tipo de sindicalismo fueron muchas.
Recordemos en primer lugar que buena parte de él surgió, en
medios industriales, de una intensa lucha por desafiliar los
sindicatos de las centrales del Estado.
Esta línea política, que en general se conoció como
independentista, la impulsaron no pocas corrientes
políticas. Algunas de ellas fueron el Frente Auténtico del
Trabajo y la Unidad Obrera Independiente.
La tendencia independentista actuante casi siempre en
pequeños sindicatos de empresa, enfrentó aisladamente al
capital. Desde sus agrupamientos más sectarios, animados
por concepciones independentistas a ultranza, rechazó
participar en instancias mayores de coordinación con otras
fuerzas de la izquierda sindical, a la que invariablemente
consideraba “reformistas” o, incluso, “charras”. Las luchas
emprendidas para oponerse a las ofensivas empresariales en
los ochenta, casi todas a través de largas huelgas, fueron
derrotadas
15. Nacional-revolucionaria
Otras tendencias, las ligadas a la experiencia nacional-
revolucionaria de la Tendencia Democrática del SUTERM (que
incluso debe verse como un ala radical del sindicato de Estado),
privilegiaron la lucha democrática en el interior de los sindicatos
industriales vinculados al Estado. Paralelamente se generó, por vías
diversas, una incipiente corriente comunista que logró influencia en
algunos núcleos obreros; que tuvo alguna influencia (como casi toda
la izquierda sindical mexicana) de posiciones nacionalistas-
revolucionarias; y que llegó a ser partícipe de la lucha en el interior
de los grandes sindicatos nacionales de industria
La experiencia nacional-revolucionaria se enraizó, sobre todo, en
obreros de proceso de trabajo de flujo continuo; las posiciones
independentistas enraizaron en obreros de procesos en cadena,
de tipo fordista (de la Garza 1992). Las iniciativas comunistas, en
cambio, se apoyaron en ambos tipos de obreros.
En los setenta y los ochenta fueron famosas las experiencias
zonales de coordinación, sobre todo en zonas industriales del Valle
de México: La coordinadora en torno al Sindicato de El Anfora, la
Coordinadora Obrera de Ecatepec, hasta experiencias más recientes
como el Foro Obrero de Tlalnepantla, cubrieron toda una época en
que grupos obreros trataron de remontar. En términos de experiencia
de coordinación, el ensayo más ambicioso fue la Coordinación
Sindical Nacional, entre 1982 y 1983
16. Sindicalismo de la circulación
Algunos balances recientes parecen
apuntar en el sentido de que esta franja vio
animada su acción fabril por la sola
lucha salarial y reivindicativa; que, en
estos términos, poco se distinguió del tipo
de luchas emprendidas por los grandes
sindicatos de Estado, dirigidos por las
burocracias sindicales.
Se habla entonces de que a todo este
sindicalismo, incluido el de Estado, puede
definírsele como sindicalismo de la
circulación, es decir, un sindicalismo que
privilegió lo salarial, el precio de la fuerza
de trabajo, y que no abordó a profundidad
los problemas del proceso de trabajo (de la
Garza y Rhi Sausi 1985).
17. Sindicalismo Universitario
Hoy, algunos agrupamientos sindicales forjados, entre otras
tradiciones, en las ideas del nacionalismo-revolucionario,
parece que intentan adecuarse (sobre todo en el
sindicalismo universitario) a las exigencias de los cambios
actuales, promoviendo un creciente interés por el
acercamiento de la acción sindical a los procesos de trabajo
en las universidades.
Al tiempo que defienden la universidad pública, piensan la
cultura laboral en términos de reimpulsarla hacia niveles de
excelencia y gran calidad. Todo ello mientras el Estado está
logrando una profunda reestructuración del trabajo en
universidades y centros de investigación. El alejamiento de
los trabajadores académicos de los sindicatos es un hecho
que por ahora no parece variar.
18. Sindicalismo de producción
Al respecto se ha abierto un amplio debate en el
sindicalismo de izquierda (¡y también en el de Estado!)
sobre las perspectivas de un nuevo sindicalismo de la
producción, ligado, de una manera novedosa, al trabajo.
Opositores a esta alternativa los hay en la misma
izquierda sindical, pues piensan que ésa es la vía de un
sindicalismo subordinado totalmente al capital. En todo
caso, este debate, y su desenlace, puede ser el preámbulo
a un posible resurgimiento de esta franja del
sindicalismo en México
19. Conclusión
La reestructuración capitalista ha barrido con ideas y
con tradiciones sindicales. Sin embargo, lo nuevo aún
no nace. Apenas están surgiendo nuevas figuras
obreras, al calor de esa misma reestructuración
capitalista, con sus señales de identidad y con sus
demandas y problemas, aun y cuando el marco en el
que están aprendiendo a actuar sea, de nuevo, el del
sindicato de Estado. están enfrentando un persistente
aunque episódico cuestionamiento por parte de las
obreras y obreros, los que se están planteando un
sindicalismo democrático en sus estructuras internas
y que, al mismo tiempo, les sea útil también en el
terreno fabril
Sólo el tiempo, el desarrollo de nuevas experiencias y
la capacidad para recuperar también las experiencias
históricas del movimiento sindical, podrán indicarnos
si está en marcha un nuevo sindicalismo y una nueva
cultura sindical en México