2. • No olviden que los hijos son hombres y mujeres en
miniatura, y que aunque debe permitírseles actuar como
niños, debemos tratarlos de manera adulta, evitando
siempre la aspereza.
• Como papás cada palabra, tono de voz o ademán, e
incluso la forma de vestir, deja en ellos una impresión.
3. • Jamás se debe disciplinar a un hijo basándose en
suposiciones, ni sin estar perfectamente al tanto de
lo que haya sucedido.
• No se debe tampoco manipular los sentimientos del
hijo cuando se le corrija.
4. • Debemos procurar ser siempre amables y alegres
cuando estemos delante de ellos; tenemos que ser
comunicativos, sin caer jamás en la extravagancia, en
la frivolidad ni en las palabras o los gestos vulgares.
No se le debe tomar a la ligera cuando se comporte
mal, ni rogarle que obedezca.
5. • Se debe supervisar de cerca el
cumplimiento de nuestras
órdenes, hasta que hayan
concluido, y no permitirles que
abandonen la tarea, o que no la
cumplan tal como se les ha
pedido que la realicen, a menos
que lo soliciten expresamente y
les sea concedido.
• Nunca se les debe hablar de
forma impaciente o irritada
cuando se les descubra en falta.
6. • Jamás debemos defraudar la confianza que nuestro
hijo deposite en nosotros, ya sea que se trate de algo
que nos ha dado para que lo cuidemos o de alguna
promesa realizada.
• Debemos estar siempre prestos a atenderlo cuando
nos hable, de esta forma el también corresponderá
cuando se les requiera
7. • Jamás se debe tratar de impresionar a un hijo con
principios religiosos cuando estemos enojados con
él, ni hablarle en esas ocasiones de Dios, pues tal
cosa no cumpliría el efecto deseado. Debemos
buscar para ello situaciones más propicias.
8. • Se debe tratar de realizar el máximo de progreso en
los diez primeros años, pues se trata de una
oportunidad de oro que tal vez nunca regrese.
• Es la época de la siembra, y la cosecha posterior
dependerá de la semilla que sembremos entonces.
• Por ejemplo que sean serviciales, que sepan
compartir.
9. • Debemos evitar reprender severamente al hijo
delante de otras personas, ponerlo en ridículo o
burlarse de sus debilidades.
10. • Deberá enseñársele que en la mesa tiene que estar bien
sentado y comportarse educadamente, no importunar a los
mayores ni levantarse de su asiento sin permiso. En tales
ocasiones los deseos de los padres deben ser para el hijo
órdenes indiscutibles.
• No se debe permitir que existan dos códigos de
comportamiento, uno de carácter doméstico y otro frente a
las visitas. Se debe exigir siempre un comportamiento
cortés.
11. • No debemos decirle jamás a un hijo: “No creo lo
que dices”. Antes que nada hay que darles
confianza, y asegurar su autoestima.
• Si uno tiene alguna sensación de ese tipo debe
guardarla para sí, y esperar, permanecer vigilantes
y al final la verdad siempre saldrá a relucir.
12. • Si los Papás se convencieran que hay que educar
y formar a los hijos, se produciría una nueva
generación de jóvenes bien comportados,
educados, con buenos valores y mejores
oportunidades de tener éxito en la vida.
¡Disfruten ser padres!