1. 1. MARCO REFERENCIAL
1.1 Planteamiento del problema
La formación de líderes cristianos es un problema generalizado en todas
las instituciones educativas a nivel internacional, nacional y local, en el
contexto del área educativa de Educación Religiosa como parte del valor
humanizador de lo religioso para el desarrollo y la formación integral de
todas las dimensiones de la persona como capacidad trascendente,
espiritual y moral.
El liderazgo cristiano en la juventud estudiosa es mucho más avanzado
en los países de España, Italia, dentro de los países de la Comunidad
Europea; y en América Latina, se distinguen los países de México y
Argentina y en algunas regiones del Perú, a través de los movimientos
juveniles cristianos, que realizan actividades de liderazgo en las
comunidades rurales y áreas urbano marginales (1).
En la formación de líderes cristianos en el espacio escolar áulico, muy
pocas veces se enseñan y aprenden el quehacer de un líder cristiano,
menos aún se forma con las características que debe tener un líder; se
descuida el desarrollo del carácter del líder como conductor de grupos
humanos con metas definidas hacia el desarrollo de la fe católica en la
feligresía o en las actividades que realiza en el grupo de sus iguales.
1
2. En este proceso de formación se descuidan en la implementación de
requisitos sociales que debe tener un líder adolescente y joven,
diferenciando las características y requisitos de un liderazgo convencional
y de un liderazgo cristiano, a través de un plan o programa pre-
establecido en el área de Educación Religiosa (2).
Estas deficiencias y limitaciones que se encuentran en la práctica de
formación de líderes cristianos en la Institución Educativa Nro. 86496
“José Gálvez - Huanayó” de Pueblo Libre-Huaylas se estaría generando
por la falta de conocimiento de la doctrina social de la iglesia, que no se
aplican en sus contenidos históricos, sus principios, el contenido general
que trata la doctrina social de la iglesia; más aún no se trata con
relevancia la actualidad de la doctrina social de la Iglesia; tampoco no se
realiza el análisis social profundo en el marco de la globalización
imperante y la participación de otras iglesias no católicas en la promoción
de su fe; y el descuido de la evangelización de los líderes cristianos
formados en la fe católica, que no permiten desarrollarse tanto en los
círculos estudiantiles, parroquiales y de la comunidad en su conjunto (3).
Si las circunstancias de la falta de formación de líderes cristianos
persisten y no se desarrolla el conocimiento de la doctrina social de la
Iglesia es probable que la intervención de otras iglesias no católicas irán
en aumento, en perjuicio del crecimiento de la fe católica en la comunidad
cristiana de Pueblo Libre.
2
3. Frente a esta realidad proyectiva, es necesario proponer alternativas de
solución activa e inmediata mediante la organización de actividades de
formación de líderes cristianos en los alumnos de Educación Secundaria
en el contexto del área de Educación Religiosa, para la propagación de la
fe católica en el ámbito de la Institución Educativa Nro. 86496 “José
Gálvez - Huanayó” de Pueblo Libre-Huaylas.
Por estas razones se ha decidido responder a la siguiente interrogante:
¿Existe relación entre la doctrina social de la iglesia y la formación de
líderes cristianos en los alumnos del cuarto grado de Educación
Secundaria de la IE Nro. 86496 “José Gálvez - Huanayó” de Pueblo Libre-
Huaylas en el año 2011?
1.2 Antecedentes
Solar L (4) en su investigación acerca de la Doctrina social de la
iglesia, realizado en cuba en el 2007, concluye: La misión de la iglesia
no es actuar directamente en el plano económico, técnico, político, sino
que consiste esencialmente en ofrecer a los pueblos no un tener más
si no ser más, despertando las conciencias del evangelio.
Rodríguez E (5) realizó una investigación sobre espiritualidad y ética del
pensamiento social cristiano, en España en el año 2006, cuyo objetivo
fue evaluar el nivel de conocimiento que tenían los estudiantes de
educación básica acerca de la doctrina social de la iglesia tipo de
3
4. investigación cuantitativo, nivel descriptivo, muestra 380 alumnos
resultados: el 53% tenía un conocimiento regular de la DSI, el 32 de nivel
regular y el 15% de nivel bueno.
Beltrán L (6) en su tesis sobre la historia de la doctrina social de la
iglesia, realizado en Uruguay en el 2005, sostiene que la DSI. Ha venido
evolucionando de acuerdo a los tiempos. Investigación descriptiva, se
aplicó una encuesta de 235 alumnos del último ciclo de estudios del nivel
básico. El 35% conocía la historia de la DSI en un nivel regular, el 25%
en nivel deficiente y el 40% en un nivel bueno.
Larraín E (7) en su investigación acerca del Respeto a la dignidad
humana en la DSI, concluye que, es deber del Estado proveer a la
defensa y tutela de los bienes colectivo como son el ambiente natural
y el ambiente humano basado en el respecto a la dignidad de la persona
humana, salvaguardar no puede estar asegurada por los simples
mecanismos del mercado.
Braun C (8) en su estudio sobre la teoría de los sentimientos frente al
bien común, realizado en Madrid España en el 2006. Estudio descriptivo,
muestra 180 estudiantes del nivel básico. Se aplicó a la encuesta como
instrumento de recolección de datos, diseño descriptivo, explicativo. El
53% tenían buen conocimiento sobre el bien común, el 38% en forma
regular y el 9% deficiente. Concluye: el reconocimiento del bien común
esta en el contexto de la doctrina social de la iglesia.
4
5. Palladimo M (9) realizó un estudio acerca de la doctrina social de la
Iglesia en su perspectiva del destino universal de los bienes, solidaridad y
respeto a la propiedad privada; concluye: frente a los cambios accesibles
en los sistemas donde imperaban propiedad colectiva de los medios de
producción, había crecientes fenómenos de pobreza, concretamente
había obstáculos a la propiedad privada que se dan en tantas partes del
mundo.
Novack M (10) según su estudio sobre la familia cristiana en la
concepción de las encíclica, realizado en Chile en el 2004. Diseño
descriptivo, muestra 420 estudiantes de los Institutos superiores,
realización de datos empíricos con una encuesta. El 71% de estudiantes
relievo el sentido cristiano de su familia y el 29% mostro su negatividad.
Rayas W (11) en su investigación sobre participación de la juventud en
las jornadas de la acción social cristiana, desarrollado en Bogotá
Colombia en el 2006. Estudio cuantitativo-descriptivo, diseño muestral
descriptivo, aplicaron al cuestionario estructurado población muestral
385 estudiantes con estudios secundarios. Resultados: el 51% participan
en las jornadas de acción social, el 32% desearía participar, no hay
espacio de participación y el 16% n o participan.
Moyano R (12) en su investigación acerca de la cultura de la vida en la
familia cristianan; concluye: Es preciso valorar la cultura de la vida del ser
5
6. humano como creación maravillosa de Dios con todas las facultades, por
consiguiente respetarlo.
Raygada F (13) estudio acerca del contenido de la doctrina social de la
Iglesia, en México, 2006, Instituto Tecnológico de Monterrey. El 67%
conocía el contenido de la DSI, indicando que tenía tres partes y 12
capítulos; el 28% tenía un conocimiento regular y el 5% desconocía.
Martin J (14) realizó una investigación sobre: La cuestión obrera en lo
encíclica peruana Novarum en México, 2007. Diseño analítico explicativo,
método empírico, población muestral 283 estudiantes de los últimos años
de educación básica. El 49% de alumnos conocían sobre el tema, el
35% solo regular, y el 16% no conocía.
Arróspide C (15) en su investigación sobre pastoral cristiana en concepto
a jóvenes, realizado en ecuador en el año 2004, sostiene que es
necesario la presencia de la iglesia en actividad de formación cristianan
y eclesial de los jóvenes y la sociedad en su conjunto. El 52% considera
necesario la presencia de la Iglesia católica, el 38% es indiferente y el
10% no opina.
Villareal M (16) en un estudio realizado sobre trabajo y familia, en
valencia, España, sostiene que el trabajo como esfuerzo personal y
familiar le convierte al hombre como actor y beneficiario de su actividad.
Población 324 estudiantes de educación básica de los últimos ciclos. El
6
7. 65% opina que el trabajo y la familia son dos realidades de mucha
importancia y necesarios para la subsistema de la familia, el 25% opto
por la posición neutral y el 10% no opino.
Vera R (17) en su investigación sobre la importancia de la DSI en el
momento actual, realizado en Veracruz, México en el 2005; sostiene que
los principios de la DSI, trasciende el tiempo y el espacio, culturas y
estados. El 78% afirmo que es importante, el 22% opinaron por una
posición ecléctica.
Rosadio A (18) desarrolló una investigación sobre el liderazgo cristiano,
en Manizales, Colombia y concluye: existe una necesidad urgente de
que, los cristianos católicos participan en la formación de líderes
cristianos, a partir de la formación a los adolescentes época en que se
puede orientar hacia la vocación del liderazgo.
Burneo T (19) en su estudio acerca de la función de la iglesia en el
mundo. Diseño descriptivo, tipo cuantitativo, población 425 adolescentes
de la comunidad de Loja, Ecuador, 2007. El 65% afirmaron que la
función que cumple la Iglesia en su comunidad es muy importante; el
28% no realizaron su importancia y el 9% no respondió.
Arrisvasplata J (20) en su investigación sobre la promoción social, que
cumple la Iglesia en la comunidad, Huancayo, Perú, 2007. El 55%
apreciaron como el nivel bueno, el 35% como regular y el 10% no opino.
7
8. Ramírez C (21) en su investigación sobre las orientaciones de las
encíclicas para el desarrollo de los pueblos; sostiene, que las encíclicas
que forman parte de la DSI, contribuye y/o influye en el desarrollo de los
pueblos con justicia y paz. Diseño descriptivo, método hermenentico-
empirico, muestra 128 jóvenes del movimiento católico de la Parroquia
Medalla Milagrosa de Trujillo. El 82% afirma categóricamente que las
orientaciones de las encíclicas influyen en el desarrollo de los pueblos,
mediante la aplicación de la DSI, el 18% optaron por una posición
ecléctica.
Hernández J (22) en su estudio sobre continuidad y renovación de la
DSI cumpla con el principio de la continuidad y renovación adecuado a la
evolución del mundo en que vivimos, cuyo conocimiento es necesario
para todo católico. Diseño descriptivo, tipo de estudio cuantitativo,
población 204 adolescentes pertenecientes a la Parroquia de Tarija
Bolivia. El 81% afirmaron la importancia de la continuidad y renovación
de la DSI en el tiempo, el 15% fueron indiferentes y el 4% no opinaron.
Santillán M (23) en su análisis de la encíclica del Años centenario de
Rerum Novarum, realizado en Cusco, 2005 Universidad nacional San
Antonio Abad, visualiza su actividad trascendente en el tiempo y en el
espacio. Diseños descriptivo, tipo cuantitativo, 130 elementos de la
muestra, adolescentes de quinto grado de educación secundaria de la
I.E. San pedro de Chimbote. El 58% tenía un conocimiento regular acerca
de la toma. El 34% de nivel regular y el 8% no respondieron.
8
9. Madaguez C (24) realizó una investigación sobre la aplicación del
método Ver, Juzgar y actuar. En Madrid, España, 2007, Tipo cuantitativo,
diseño explicativo – experimental, muestra grupo experimental 30 y grupo
central 30 alumnos del quinto grado de educación secundaria I. E. Dos de
Mayo caraz el método se aplicó para el desarrollo del área de Educación
Religiosa después de tres meses de tratamiento experimental
demostraron un mejoramiento en su rendimiento académico del área.
Bojórquez, R. (25). En su estudio sobre iglesia y globalización del
mundo, realizado en la I.E. Coronel Bolognesi de Tacna, Perú, 2007.
Hace una serie de precisiones sobre este fenómeno irreversible, en el
que la iglesia cumple un rol muy importante en la feligresía y la
comunidad. Diseño descriptivo-simple, método deductivo e inductivo,
población 1800 alumnos y muestra no probabilística 87. Los resultados
fueron el 68% reconoce la labor de la Iglesia en el proceso de
globalización, el 25% dijeron que la iglesia no participa activamente en el
proceso de globalización y el 7% no respondieron.
1.3 Bases teóricas
1.3.1 Doctrina Social de la Iglesia
A. Concepto de la Doctrina Social de la Iglesia
9
10. La Doctrina Social de la Iglesia (también, Doctrina Social Cristiana) es
un conjunto de normas y principios referentes a la realidad social, política
y económica de la humanidad basado en el Evangelio y en el Magisterio
de la Iglesia católica. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y el
Catecismo católico la definen como un cuerpo doctrinal renovado, que se
va articulando a medida que la Iglesia en la plenitud de la Palabra
revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Espíritu Santo, lee los
hechos según se desenvuelven en el curso de la historia (26).
Tal como afirma el Cardenal Martino en la presentación del Compendio de
Doctrina Social de la Iglesia: La Doctrina Social Cristiana es parte
integrante de la concepción cristiana de la vida, con la que el beato Papa
Juan XXIII, en la encíclica Mater Et Magistra abría el camino, hace ya
muchos años, a las sucesivas, importantes y profundas precisiones de
Juan Pablo II: La enseñanza y la difusión de esta doctrina social forma
parte de la misión evangelizadora de la Iglesia ; la doctrina social,
instrumento de evangelización(...) anuncia a Dios y su misterio de
salvación en Cristo a todo hombre.(26)
No obstante, la primera encíclica social fue la Rerum novarum, escrita por
León XIII el 15 de mayo de 1891, en el contexto de los eventos de
naturaleza económica y social que se produjeron en el siglo XIX, como la
Revolución Industrial y la "Cuestión obrera" dicha inquietud social no da
inicio con dicho documento, pues la Iglesia considera que jamás se ha
desinteresado de la sociedad (26).
10
11. La Iglesia deja claro que su doctrina social no es una «tercera vía», un
camino intermedio entre el capitalismo y el socialismo. No tiene nada que
ver con una agenda económica o política, y no es un «sistema». Aunque,
por ejemplo, ofrezca una crítica del socialismo y el capitalismo, no
propone un sistema alternativo. No es una propuesta técnica para
solucionar los problemas prácticos, sino más bien una doctrina moral, que
surge del concepto cristiano de hombre y de su vocación al amor y a la
vida eterna. Es una categoría propia (26).
La doctrina social, además de dirigirse de forma primaria y específica a
los hijos de la Iglesia, tiene un destino universal. La luz del Evangelio, que
la doctrina social refleja sobre la sociedad, ilumina a todos los hombres:
todas las conciencias e inteligencias son capaces de captar la
profundidad humana de los significados y de los valores expresados en
esta doctrina, así como la carga de humanidad y humanización de sus
normas de acción.
B. Historia de la Doctrina Social de la Iglesia
La misma expresión “doctrina social” fue usada por primera vez por Pío
XI en su encíclica Quadragesimo ano quien cita a León XIII aun cuando
reconoce que la preocupación por los problemas económicos y sociales
no nació con la Rerum novarum (26).
11
12. Los grandes cambios del siglo XIX como la revolución industrial y el
consiguiente crecimiento de las ciudades habían producido graves
desigualdades sociales y económicas. Se debatía y se luchaba por
establecer una justa relación entre trabajo y capital y de ahí el problema
conocido como cuestión obrera. El Papa León XIII afrontó este tema y el
de la propiedad privada en su encíclica que se constituyó en documento
de referencia y de inspiración para todas las acciones cristianas en el
campo social (26).
Cuando en 1931 se cumplen 40 años de la publicación de la Rerum
novarum, el Papa Pío XI publica la Quadragesimo anno donde además de
repasar la doctrina anterior y aplicarla a la situación del momento, afrontó
los nuevos problemas ligados al crecimiento de empresas y grupos cuyo
poder pasaba fuera de las fronteras nacionales. Recuerda además la
condena del socialismo así como la insuficiencia del liberalismo (26).
Pío XII vivió los años de la posguerra con otro orden internacional al que
dedicó sus intervenciones. Aun cuando no publicó encíclicas sobre temas
sociales, no dejó de recordar a todos a través de sus radiomensajes, la
relación que corre entre la moral y el derecho positivo así como los
deberes de las personas en las distintas profesiones (26).
Juan XXIII deja dos contribuciones: la encíclica Mater et magistra y
Pacem in terris. En la primera habla de la misión de la Iglesia por construir
comunión que permita tutelar y promover la dignidad del hombre. En la
12
13. segunda además de afrontar el tema de la guerra (en tiempos de
proliferación de armamento nuclear) sino que afronta el tema de los
derechos humanos desde un punto de vista cristiano (27).
El Concilio Vaticano II trató en la constitución pastoral Gaudium et spes
temas de actualidad social y económica como el matrimonio y la familia, la
paz y concordia entre los pueblos.
Con Pablo VI hace su entrada en los documentos del Magisterio el tema
del desarrollo en la encíclica Populorum progressio haciendo hincapié en
la necesidad de que ese desarrollo sea de toda la persona y de todos los
hombres (27).
Juan Pablo II, fuertemente marcado por su experiencia en Polonia,
publicó diversas encíclicas sobre temas sociales. La Laborem Exercens
que presenta una espiritualidad y una moral propias del trabajo que
realiza el cristiano. La Sollicitudo Rei Socialis que retoma el tema del
progreso y el desarrollo íntegros de las personas (publicada con motivo
de los veinte años de la publicación de la Populorum progressio).
Finalmente la Centesimus annus - con motivo del centenario de la
publicación de la Rerum novarum- se detiene en la noción de solidaridad
que permite encontrar un hilo conductor a través de toda la enseñanza
social de la Iglesia. Aun cuando sus predecesores habían tratado temas
sociales como orientaciones para la ética social o para la filosofía, Juan
Pablo II planteó la Doctrina social de la Iglesia como una rama de la
13
14. teología moral y dio orientaciones sobre el modo en que esta disciplina
debía ser enseñada en los seminarios. Hasta que esto no se hizo. Y luego
de esto se cumplió (27).
C. Principios de la Doctrina Social de la Iglesia
* Dignidad de la persona humana
Según la Doctrina Social de la Iglesia la persona por estar hecha a
imagen y semejanza de Dios, posee una dignidad que la hace superior a
los demás seres creados. He aquí algunas citas de la Doctrina Social de
la Iglesia al respecto:
"La dignidad de la persona manifiesta todo su fulgor cuando se
consideran su origen y su destino. Creado por Dios a su imagen y
semejanza, y redimido por la preciosísima sangre de Cristo, el hombre
está llamado a ser "hijo en el Hijo" y templo vivo del Espíritu; y está
destinado a esa eterna vida de comunión con Dios, que le llena de gozo.
Por eso toda violación de la dignidad personal del ser humano grita
venganza delante de Dios, y se configura como ofensa al Creador del
hombre." (28).
"La justicia social sólo puede obtenerse respetando la dignidad
trascendente del hombre. Pero éste no es el único ni el principal motivo.
Lo que está en juego es la dignidad de la persona humana, cuya defensa
14
15. y promoción nos han sido confiadas por el Creador, y de las que son
rigurosas y responsablemente deudores los hombres y mujeres en cada
coyuntura de la historia." (28).
"Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se detenga sobre la
sociedad, contribuya por su parte a devolver a la persona humana la
dignidad que Dios le concedió desde el principio" (Radiomensaje de Pío
XII "(28).
* Bien común:
Un sentido de pensar en el bien de todos los individuos, sin quitar ni el
sentido de sociedad, ni de unicidad.
“El Bien Común está siempre orientado hacia el progreso de las personas:
el orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas
y no al contrario. Este orden tiene por base la verdad, se edifica en la
justicia, es vivificado por el amor” (28).
* Destino universal de los bienes, solidaridad, y respeto a la
propiedad privada:
"Dios ha destinado la tierra y sus bienes en beneficio de todos. Esto
significa que cada persona debería tener acceso al nivel de bienestar
necesario para su pleno desarrollo. Este principio tiene que ser puesto en
15
16. práctica según los diferentes contextos sociales y culturales y no significa
que todo está a disposición de todos. El derecho de uso de los bienes de
la tierra es necesario que se ejercite de una forma equitativa y ordenada,
según un específico orden jurídico. Este principio tampoco excluye el
derecho a la propiedad privada. No obstante, es importante no perder de
vista el hecho de que la propiedad sólo es un medio, no un fin en sí
misma." (29).
«El principio del destino universal de los bienes es una invitación a
desarrollar una visión económica inspirada por valores morales que
permitan a las personas no perder de vista el origen o propósito de estos
bienes, de manera que se logre un mundo de justicia y solidaridad, en el
que la creación de riqueza pueda tener una función positiva»(29).
El respeto a la propiedad privada nace principalmente de 2 Mandamientos
del Decálogo: "No robar" y "No codiciar los bienes ajenos". Condena las
formas de: comunismo, socialismo, socialismo democrático, y libre
mercado en forma desmedida (29).
* Principio de subsidiariedad: protección a los núcleos, especialmente a
la familia en su sentido cristiano.
"Cuán grande sea la dignidad del casto matrimonio, principalmente puede
colegirse, Venerables Hermanos, de que habiendo Cristo, Señor nuestro
e Hijo del Eterno Padre, tomado la carne del hombre caído, no solamente
16
17. quiso incluir de un modo peculiar este principio y fundamento de la
sociedad doméstica y hasta del humano consorcio en aquel su
amantísimo designio de redimir, como lo hizo, a nuestro linaje, sino que
también lo elevó a verdadero y gran sacramento de la Nueva Ley,
restituyéndolo antes a la primitiva pureza de la divina institución y
encomendando toda su disciplina y cuidado a su Esposa la Iglesia..." (29).
"La Iglesia, iluminada por la fe, que le da a conocer toda la verdad acerca
del bien precioso del matrimonio y de la familia y acerca de sus
significados más profundos, siente una vez más el deber de anunciar el
Evangelio, esto es, la «buena nueva», a todos indistintamente, en
particular a aquellos que son llamados al matrimonio y se preparan para
él, a todos los esposos y padres del mundo...".
* Participación social: consiste principalmente en un compromiso del
cristiano, en promover una sociedad más conforme con los designios de
Cristo (29).
"Habrá que proclamar con más firmeza las verdades transmitidas por la
Iglesia, toda su doctrina sobre la santidad del matrimonio. La educación
doctrinal de los niños, la propiedad de bienes y su uso, los deberes para y
con quienes administran el Estado; en fin, deberá restablecerse el
equilibrio entre los distintos órdenes de la sociedad, la ley y las
costumbres cristianas" (29).
17
18. * Cultura de la vida y de la Calidad de vida: condena a toda forma de
atentado contra la vida humana: aborto-incluso en caso terapéutico - ,
eutanasia, genocidio, homicidio, suicidio, etc. Y promueve que la persona
tenga todas las condiciones necesarias para vivir: educación, trabajo,
alimentación, salud, etc. (30).
"El hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las
dimensiones de su existencia terrena, ya que consiste en la participación
de la vida misma de Dios. Lo sublime de esta vocación sobrenatural
manifiesta la grandeza y el valor de la vida humana incluso en su fase
temporal. En efecto, la vida en el tiempo es condición básica, momento
inicial y parte integrante de todo el proceso unitario de la vida humana. Un
proceso que, inesperada e inmerecidamente, es iluminado por la promesa
y renovado por el don de la vida divina, que alcanzará su plena
realización en la eternidad (cf. 1 Jn 3, 1-2). Al mismo tiempo, esta llamada
sobrenatural subraya precisamente el carácter relativo de la vida terrena
del hombre y de la mujer. En verdad, esa no es realidad « última », sino
« penúltima »; es realidad sagrada, que se nos confía para que la
custodiemos con sentido de responsabilidad y la llevemos a perfección en
el amor y en el don de nosotros mismos a Dios y a los hermanos..." (30).
* La existencia de una ley moral: La ley moral se deriva de 3 fuentes: la
Revelación, el Magisterio Social, y la conciencia. Las personas, por su
misma dignidad, deben conservarla, cumpliendo con sus deberes,
amando a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo.
18
19. “Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política,
entonces las ideas y las convicciones humanas pueden ser
instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin
valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto,
como demuestra la historia” (Juan Pablo II, carta encíclica “Centesimus
Annus” (30).
D. Contenido de la Doctrina Social de la Iglesia
El contenido de la Doctrina Social de la Iglesia comprende el desarrollo
de los aspectos que esquemáticamente se presenta a continuación:
PONTIFICIO CONSEJO « JUSTICIA Y PAZ »
COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIAA JUAN
PABLO II MAESTRO DE DOCTRINA SOCIAL TESTIGO EVANGÉLICO
DE JUSTICIA Y DE PAZ
CONTENIDO:
UN HUMANISMO INTEGRAL Y SOLIDARIO
PRIMERA PARTE: CAPÍTULO PRIMERO
EL DESIGNIO DE AMOR DE DIOS PARA LA HUMANIDAD
I. LA ACCIÓN LIBERADORA DE DIOS EN LA HISTORIA DE
ISRAEL
II. JESUCRISTO CUMPLIMIENTO DEL DESIGNIO DE AMOR DEL
PADRE
19
20. III. LA PERSONA HUMANA EN EL DESIGNIO DE AMOR DE DIOS
IV. DESIGNIO DE DIOS Y MISIÓN DE LA IGLESIA
CAPÍTULO SEGUNDO
MISIÓN DE LA IGLESIA Y DOCTRINA SOCIAL
I. EVANGELIZACIÓN Y DOCTRINA SOCIAL
II. LA NATURALEZA DE LA DOCTRINA SOCIAL
III. LA DOCTRINA SOCIAL EN NUESTRO TIEMPO: APUNTES
HISTÓRICOS
CAPÍTULO TERCERO
LA PERSONA HUMANA Y SUS DERECHOS
I. DOCTRINA SOCIAL Y PRINCIPIO PERSONALISTA
II. LA PERSONA HUMANA « IMAGO DEI »
III. LA PERSONA HUMANA Y SUS MÚLTIPLES DIMENSIONES
IV. LOS DERECHOS HUMANOS
CAPÍTULO CUARTO
LOS PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
I. SIGNIFICADO Y UNIDAD
II. EL PRINCIPIO DEL BIEN COMÚN
III. EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES
IV. EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD
V. LA PARTICIPACIÓN
VI. EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD
VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL
VIII. LA VÍA DE LA CARIDAD
20
21. SEGUNDA PARTE: CAPÍTULO QUINTO
LA FAMILIA CÉLULA VITAL DE LA SOCIEDAD
I. LA FAMILIA, PRIMERA SOCIEDAD NATURAL
II. EL MATRIMONIO, FUNDAMENTO DE LA FAMILIA
III. LA SUBJETIVIDAD SOCIAL DE LA FAMILIA
IV. LA FAMILIA PROTAGONISTA DE LA VIDA SOCIAL
V. LA SOCIEDAD AL SERVICIO DE LA FAMILIA
CAPÍTULO SEXTO
EL TRABAJO HUMANO
I. ASPECTOS BÍBLICOS
II. EL VALOR PROFÉTICO DE LA « RERUM NOVARUM »
III. LA DIGNIDAD DEL TRABAJO
IV. EL DERECHO AL TRABAJO
V. DERECHOS DE LOS TRABAJADORES
VI. SOLIDARIDAD ENTRE LOS TRABAJADORES
VII. LAS « RES NOVAE » DEL MUNDO DEL TRABAJO
CAPÍTULO SÉPTIMO
21
22. LA VIDA ECONÓMICA
I. ASPECTOS BÍBLICOS
II. MORAL Y ECONOMÍA
III. INICIATIVA PRIVADA Y EMPRESA
IV. INSTITUCIONES ECONÓMICAS AL SERVICIO DEL HOMBRE
V. LAS « RES NOVAE » EN ECONOMÍA
CAPÍTULO OCTAVO
LA COMUNIDAD POLÍTICA
I. ASPECTOS BÍBLICOS
II. EL FUNDAMENTO Y EL FIN DE LA COMUNIDAD POLÍTICA
III. LA AUTORIDAD POLÍTICA
IV. EL SISTEMA DE LA DEMOCRACIA
V. LA COMUNIDAD POLÍTICA AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD
CIVIL
VI. EL ESTADO Y LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS
CAPÍTULO NOVENO
LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
22
23. I. ASPECTOS BÍBLICOS
II. LAS REGLAS FUNDAMENTALES DE LA COMUNIDAD
INTERNACIONAL
III. III. LA ORGANIZACIÓN DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
IV. LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO
CAPÍTULO DÉCIMO
SALVAGUARDAR EL MEDIO AMBIENTE
I. ASPECTOS BÍBLICOS
II. EL HOMBRE Y EL UNIVERSO DE LAS COSAS
III. LA CRISIS EN LA RELACIÓN ENTRE EL HOMBRE
Y EL MEDIO AMBIENTE
IV. UNA RESPONSABILIDAD COMÚN
CAPÍTULO UNDÉCIMO
LA PROMOCIÓN DE LA PAZ
I. ASPECTOS BÍBLICOS
II. LA PAZ: FRUTO DE LA JUSTICIA Y DE LA CARIDAD
III. EL FRACASO DE LA PAZ: LA GUERRA
23
24. IV. LA APORTACIÓN DE LA IGLESIA A LA PAZ
TERCERA PARTE: CAPÍTULO DUODÉCIMO
DOCTRINA SOCIAL Y ACCIÓN ECLESIAL
I. LA ACCIÓN PASTORAL EN EL ÁMBITO SOCIAL
II. DOCTRINA SOCIAL Y COMPROMISO DE LOS FIELES LAICOS
E. Actualidad de la Doctrina Social de la Iglesia
1. RERUM NOVARUM (1891): sobre la situación de los obreros («la
cuestión obrera»)
– La «cuestión obrera» como problema y como mal
El gran tema social del siglo XIX la entonces llamada «cuestión obrera».
En el año 1891 y en la encíclica Rerum novarum, León XIII expuso su
génesis y resumió su contenido afirmando que un pequeño número de
opulentos y adinerados había impuesto un yugo casi de esclavitud a una
infinita multitud de proletarios. Esta situación, desde el punto de vista
sociológico, constituía un problema que exigía solución y, desde la
perspectiva ético-teológica, un mal moral que reclamaba remedio (31).
– Hacia la solución (del problema) y el remedio (del mal)
24
25. El gran pontífice se adentró decididamente por los caminos de la
búsqueda y concreción de la solución-remedio. Para conseguirlo, después
de rechazar como inadecuado e injusto el proyecto socialista de sociedad,
comenzó sentando tres presupuestos: el cristianismo y la Iglesia tienen
una palabra necesaria y principal que decir; la condición humana es
desigual; el sufrimiento y las adversidades forman parte de la existencia.
No hay salida, si, por un lado, se margina la dimensión cristiana de la vida
y, por otro, se pretende un mundo de absoluta igualdad y de total
felicidad. Y prosiguió afirmando que la solución y la cura, viables e
inaplazables, radicaban en la convergencia operativa de tres agentes: la
Iglesia, el Estado y los mismos interesados, patronos y obreros (31).
– Las aportaciones específicas de la Iglesia, del Estado y de los
propios interesados (patronos y obreros)
La Iglesia aporta una doctrina de justicia contractual, de comunión
amistosa de bienes y de fraternidad cristiana: debemos ser justos, amigos
y hermanos; al par que una concreta acción, al educar con vistas a una
vida virtuosa y al haber institucionalizado, a través de la historia, una
ingente y plural red de beneficencia. A la vez, el Estado, superando su
cristalización liberal, tiene que dedicarse preferentemente a elevar la
clase obrera, en función de su constitutiva finalidad de servir al bien
común; y únicamente lo hará si, protegiendo la propiedad privada contra
todo intento de colectivización impuesta, evita en sus fuentes las huelgas,
garantiza unas condiciones humanas de trabajo, vela eficazmente por la
25
26. justicia de los contratos laborales y legisla de cara a posibilitar una
universal obtención de la propiedad. Finalmente, los mismos interesados
deben organizar libremente instituciones de mutua ayuda y cooperación
(entre las cuales sobresalen las asociaciones, sean mixtas de patronos y
obreros, sean de solo obreros: el mundo sindical) y encauzar, de este
modo, caminos concretos de defensa, formación y promoción del
proletariado. León XIII cerró su histórico documento con un enérgico
alegato a favor de una general efusión de la caridad cristiana (31).
2. QUADRAGESIMO ANNO (1931): sobre la restauración y el
perfeccionamiento del orden social según la ley evangélica («la cuestión
social»)
– Aclaración y profundización de Rerum novarum (orden de las
personas y orden de las instituciones) Cuarenta años después de Rerum
novarum, Pío XI, el gran Papa de la Acción Católica, publicó (año 1931)
una nueva encíclica, la Quadragesimo Anno, en la que habla de la
«doctrina social católica», de la «doctrina social cristiana», etc., como de
una realidad que ya se encuentra en pleno estallido. Después de subrayar
la oportunidad y la necesidad (=¡la actualidad!) de la decisiva aportación
de León XIII y de exponer la fructificación histórica que provocó en el
doble ámbito de la doctrina y de la acción, en un primer momento aclara y
profundiza –orden de las personas– las relaciones entre el capital y el
trabajo, al mismo tiempo que reivindica como justo el salario familiar; y –
orden de las instituciones– destaca el cometido subsidiario del Estado,
26
27. expone la necesidad de un tejido interprofesional corporativo en clave de
libre cooperación, e inculca el binomio justicia-caridad como principio
rector de la economía (32).
– El capitalismo y el socialismo de los años treinta (del siglo XX)
En un segundo momento, inmergiéndose, también él y ahora, como
hiciera León XIII, en el mismo corazón de su época, emite su juicio sobre
la economía liberal-capitalista y el movimiento socialista de los años
treinta. Condena la primera como horrenda, cruel y atroz, después de
denunciar su degeneración competitiva dirigida al monopolio, su ambición
política con vistas a controlar el poder del Estado y su proyección mundial
de cara a instaurar el imperialismo internacional del dinero. Y, habiendo
tomado nota de la doble escisión del segundo en un comunismo ateo
absolutamente recusable, y en una socialdemocracia que suaviza su
posición respecto a la propiedad y a la lucha de clases, considera, sin
embargo, que este socialismo atenuado, tanto económico como
educativo, continua manifestándose como incompatible con la
cosmovisión católica (33).
– Hacia la renovación cristiana de la convivencia humana
Es necesario, pues, avanzar por la única vía de solución posible, ya
señalada por León XIII: la que se dirige hacia.
27
28. Síntesis y actualidad de la Doctrina Social de la Iglesia
La renovación de una convivencia humana cuyas profundas deficiencias
sólo pueden ser remediadas mediante la cristiana restauración del orden
social y su perfeccionamiento según la ley evangélica. Hacia esta meta ha
de esforzarse la Iglesia: una Iglesia firme, conmovida por tantos daños y
que no se arredra ante ningún cometido (33).
3. LA SOLENNITÀ (1941): Sobre el uso de los bienes materiales, el
trabajo y la familia (profundización ulterior de la «cuestión social»)
– Formación cristiana y eclesial de las conciencias y de la sociedad
Un decenio más tarde (1941), después de estallar la segunda guerra
mundial, Pío XII dirigió al mundo católico un radiomensaje –La
Solemnita– que concentró sobre tres temas: el uso de los bienes
materiales, el trabajo y la familia. Lo hizo bajo la luz y con la fuerza de
Pentecostés, con vista a conducir todo el mundo, amigos y enemigos, a
los pies del Salvador crucificado y glorificado. Sólo en Él, en su verdad y
en su amor, podemos encontrar la felicidad, tanto las personas como los
pueblos. La misma convicción de León XIII y de Pío XI pasaba a motivar y
mover la intervención de Pío XII; en efecto, guardiana del orden
sobrenatural cristiano en el que la naturaleza y la gracia convergen, la
Iglesia debe formar las conciencias, también las de aquellos que son
llamados a buscar soluciones para los problemas y los deberes que la
28
29. vida social impone. El bien o el mal, la virtud o el vicio de los hombres,
dependen en buena parte de la forma dada a la sociedad; y la madre
Iglesia no puede callar ni fingir ante las condiciones sociales que dificulten
o hagan prácticamente imposible la vida cristiana (34).
– El derecho universal de uso de los bienes de la tierra goza de
dimensión primordial
Pues bien –retomo la trilogía mencionada–, Pío XII interpreta que el rasgo
fundamental que caracteriza Rerum novarum es que los bienes creados
por Dios en bien de todos los hombres deben llegar efectiva y
equitativamente a todos, según los principios de justicia y de caridad. En
efecto, todo ser humano posee por naturaleza el derecho de usar los
bienes materiales de la tierra; se trata de un derecho que prevalece sobre
los de propiedad privada y de libre comercio y que ofrece la base material
para que el hombre se eleve hacia el cumplimiento de sus deberes
morales (34).
– Trabajo y familia; hacia el nuevo orden postbélico
En relación al trabajo, también tras las huellas de León XIII, Pío XII
subraya que el derecho y el deber de hacerlo efectivo pertenece en primer
lugar a los que están inmediatamente interesados: los empresarios y los
trabajadores; el Estado debe intervenir a título subsidiario cuando unos y
otros no logren llevarlo a buen término. Y, por lo que respecta a la familia,
29
30. La Solennità acentúa la importancia que tiene para ella el hecho de
disfrutar de un efectivo derecho de propiedad sobre la tierra. Consciente
del momento histórico que le corresponde vivir, el Papa afirma que, con
su mensaje, quiere cooperar a la futura organización del nuevo orden que
se espera que nazca del enorme fermento de la guerra iniciada el año
1939 y que dé a los pueblos tranquilidad en la paz y la justicia (34).
4. MATER ET MAGISTRA (1961): sobre el desarrollo reciente de la
cuestión social (paso de la «cuestión social» a la «cuestión mundial»)
– Cinco puntos de profundización de la doctrina social de los
anteriores pontífices
Estamos en 1961. Consciente de los grandes cambios que tuvieron lugar
durante los últimos veinte años en los campos científico, técnico,
económico, social y político, Juan XXIII, en Mater et magistra, retomó la
antorcha social de sus antecesores con idéntica voluntad de escucha y de
respuesta. Lo hizo primeramente profundizando en los cinco puntos
siguientes: iniciativa privada y poder público deben conseguir un nuevo y
adecuado equilibrio; la multiplicación de las relaciones de convivencia (=la
socialización) puede y debe repercutir en bien del hombre y del
ciudadano; progreso social y desarrollo económico deben avanzar
conjuntamente; los trabajadores tienen derecho a una presencia eficaz en
las estructuras económicas y en los niveles políticos donde se deciden las
grandes líneas de la vida económico-social; la propiedad privada
30
31. conserva su profundo valor humanizador teniendo siempre en cuenta la
dimensión social que la caracteriza (35).
– Doble dimensión mundial de la cuestión social
Ahora bien, en los inicios de los años sesenta, emergía, a nivel planetario
y con inauditos rasgos de gigantesco problema mal, una doble
desproporción: entre países ricos y pobres y entre incremento
demográfico y desarrollo económico. El primer desequilibrio –quizás el
mayor problema de nuestros días, afirmó con clarividencia el Papa Juan–
sólo tiene salida por los caminos de la ayuda de los países desarrollados
a los países en desarrollo mediante la comunicación de excedentes y la
tarea de promoción, en un clima de uso de la experiencia histórica, de
respeto, de colaboración y de salvaguardia del sentido moral de los
pueblos. El segundo desajuste requiere objetividad, justicia y observación
de las leyes del Creador en el doble campo de la transmisión de la vida y
del dominio de la naturaleza. Se hace preciso avanzar hacia el
entendimiento y la ayuda entre los pueblos superando tanto el mutuo
temor, que lleva al rearme, como la contraposición radical de las
cosmovisiones imperantes, lo cual requiere abrirse a Dios, base suprema
de los preceptos morales (35).
– Importancia decisiva de la doctrina social de la Iglesia
31
32. De aquí la importancia decisiva de la doctrina social de la Iglesia, cuyo
primer principio es el hombre, fundamento, causa y fin de todas las
instituciones de convivencia; doctrina que pasa por el triple momento de la
instrucción, educación y acción, cuyos primeros responsables son los
seglares, competentes y comprometidos.
Este final de la encíclica hace inclusión con su inicio, en el que se afirma
con claridad que la Iglesia, tras las huellas de Jesucristo, santifica las
almas (misión principal) y se preocupa por las necesidades que la vida
diaria plantea a los hombres. Juan XXIII percibió y enseñó, como
acabamos de ver, que la cuestión
Social de su tiempo había superado ya los estadios del problema obrero
(León XIII) y del desbarajuste de la sociedad, principalmente occidental
(Pío XI), hasta alcanzar un nivel claramente mundial (35).
5. PACEM IN TERRIS (1963): sobre la paz entre todos los pueblos, que
debe fundarse sobre la verdad, la justicia, el amor y la libertad
– Las relaciones sociales
El planteamiento planetario de Mater et magistra fue completado por la
otra gran encíclica de Juan XXIII: Pacem in terris (1963), que aborda el
desorden general de las relaciones humanas, tanto sociales como
políticas. Las relaciones sociales se fundamentan en el hombre como
32
33. persona, es decir, como ser inteligente y libre, sujeto de derechos y
deberes universales, inviolables e inalienables, elevado, en y por Cristo, a
la filiación divina. Cuando el ser humano exige sus derechos y cumple sus
deberes, se abre a la verdad, la justicia, el amor y la libertad y, por
consiguiente, a Dios (36).
– Las relaciones políticas intraestatales, interestatales y planetarias
Las relaciones políticas son expuestas en tres momentos, poniendo de
relieve en cada caso la dimensión ética. El primer momento, intraestatal,
se centra en la trilogía: autoridad, bien común y ordenación jurídico-
política de la sociedad. El segundo, interestatal, extrae las conclusiones
que se siguen de un encauzamiento de las relaciones de convivencia a la
luz de la cuatrilogía antes citada. La verdad exige que las comunidades
políticas sean tratadas como iguales en dignidad y que, por tanto, sean
respetadas y honradas sin lesionar la fama que les corresponde. La
justicia, que exige el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de los
deberes, afecta no sólo a los Estados ya constituidos, sino también a las
minorías étnicas, que han de ser reconocidas y promovidas y que, a su
vez, han de cooperar al bien común. La solidaridad obliga todos los
Estados del mundo a afrontar cuatro problemas de especial
trascendencia: la desproporción entre tierras cultivables y habitantes, la
situación de los exiliados políticos, el derecho de emigración, y la carrera
de armamentos; y empuja a sustituir el equilibrio del terror por el equilibrio
de la confianza. La libertad requiere que ninguna nación oprima a las
33
34. otras ni se entrometa indebidamente en ellas, sino al contrario, que todas
se ayuden mutuamente a ser. Epocalmente, se ha de generalizar el
espíritu de negociación y de pacto. El tercer momento, insistiendo en una
tesis ya expuesta por Pío XII en el año 1944, postula el surgimiento de
una autoridad mundial como medio, hoy, únicamente eficaz para
conseguir el bien común universal (36).
– Doble misión de los cristianos: participar y colaborar
Esta importantísima encíclica, que eleva a plenitud categorial la dimensión
política dentro de la doctrina social de la Iglesia, se cierra con la entrega
de una doble consigna a los cristianos en su actuación pública: deben
participar en las estructuras y colaborar con los hombres de buena
voluntad. Una vez más, el dato cristiano emerge con decisiva importancia
en un contexto que, convertido en global, manifiesta los nuevos
condicionamientos y posibilidades que el pluralismo proporciona
A la acción de la Iglesia. Cuando la ONU, durante la Navidad de 1963,
combinó las ventanas iluminadas de su edificio en Nueva York para
convertirlo en el marco de un gigantesco letrero que proclamaba Pacem in
terris, testimonió de manera inolvidable el impacto que produjo la encíclica
en la opinión pública mundial. La doctrina social de la Iglesia manifestaba
su indudable actualidad (37).
6. GAUDIUM ET SPES (1965): sobre la Iglesia en el mundo de hoy
34
35. I La Iglesia y la vocación del hombre
– Situación epocal; persona, sociedad y actividad humana
La Constitución del Concilio Vaticano II Gaudium et Spes (1965) –llamada
pastoral porque, apoyada en principios doctrinales, quiso expresar la
posición de la Iglesia ante el mundo y el hombre contemporáneos–,
partiendo de un análisis de la situación mundial de aquellos años,
centrado en cuatro categorías (cambios, tensiones, aspiraciones e
interrogantes), expone, en una primera parte, la tríada: persona, sociedad
y actividad humana. Lo hace profundizando en la comprensión de las
dimensiones individual y social del hombre (línea del ser) y de su vertiente
operativa en la historia (línea del actuar) a la luz del plan de Dios en
Cristo. Atendida la obligada brevedad de este artículo, no me detengo en
resumir la rica antropología de estos tres capítulos; me limito a
compendiar el cuarto, titulado: «La función de la Iglesia en el mundo
actual», que los recapitula desde el dinamismo que implican (37).
– Función de la Iglesia en el mundo actual
La Iglesia, compenetrándose misteriosamente con el mundo en que vive y
actúa, en primer lugar sana y eleva la dignidad de la persona
manifestándole el destino divino de su existencia y proclamando los
principios que conforman los derechos humanos, al mismo tiempo que
adheriéndose al movimiento histórico que los promueve. En segundo
35
36. lugar, consolida la estructura de la sociedad humana inyectándole la fe y
la caridad llevadas a la vida práctica, supliendo en lo posible su acción
cuando es necesario y favoreciendo, desde su universalidad constitutiva,
la relación de las comunidades y naciones. En tercer lugar, imbuye la
cotidiana actividad humana de un sentido y de un significado más
profundo, superando las desviaciones escatologista y temporalista, al
esforzarse para conseguir una síntesis vital entre los esfuerzos humanos
y los bienes religiosos. Al proclamar y realizar esta trilogía, la Iglesia es
consciente, al parque de su misión, de sus límites, provenientes de las
infidelidades, la debilidad y la inmadurez de sus miembros; de aquí que
los exhorte a una continua purificación y renovación. Recíprocamente, la
Iglesia agradece la ayuda que recibe del mundo (38).
II Algunos problemas de más urgente actualidad
– Familia, cultura, vida económico-social
En la segunda parte del documento–que aborda determinadas cuestiones
y problemas de mayor urgencia en la vida y la sociedad de los años
sesenta (prosigue el tono y la voluntad de actualidad) –, el primer capítulo,
sobre la familia, subraya el carácter de esta institución y ahonda
antropológica y pastoralmente tanto en la vivencia y la importancia del
amor conyugal como en la ordenación del matrimonio a la procreación y
educación de la prole. Como es lógico, invita a una promoción universal
de ambos (matrimonio y familia). El capítulo segundo, dedicado al tema
36
37. de la cultura, después de precisar su definición, describe su situación
época, elabora unos principios a la luz de su relación con la fe y el
evangelio, e impulsa los cristianos a esforzarse para su universalización,
integridad y armonización con la formación cristiana. Respecto a la vida
económico-social, la Constitución conciliar retoma, en el tercer capítulo, la
cuestión del desarrollo, ya planteada y profundizada por Mater et
magistra, insistiendo en su causalidad y finalidad humanas y en la
consiguiente eliminación de las enormes desigualdades existentes; y
apremia una acción que parta de la superioridad del trabajo sobre los
restantes elementos de la vida económica, promueva la participación de
todos los miembros de la empresa en su gestión, haga real el destino
universal de los bienes, oriente las inversiones hacia el trabajo y la
empresa, y fomente el universal acceso a la propiedad privada (38).
– Vida política; paz y promoción de la comunidad entre los pueblos
En cuanto a la vida política, el capítulo cuarto, después de describir su
vertebración y función, insta al ciudadano cristiano a activar su vocación
de síntesis entre libertad y autoridad, iniciativa y solidaridad, diversidad y
unidad; y reivindica como derecho que la Iglesia pueda predicar
libremente la fe, enseñar su doctrina social, ejercer sin obstáculos su
misión y pronunciar su juicio moral, también sobre materias políticas,
cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación
de las almas (no es necesario subrayar que la tarea de «enseñar la
doctrina social de la Iglesia» cobra ulterior importancia si la consideramos
37
38. en su alineamiento con el resto de elementos que el Concilio enumera
como derechos debidos a título de justicia). Finalmente, por lo que
respecta a la promoción de la comunidad de los pueblos, el capítulo
quinto, en clave negativa, aboga para que se frene la crueldad de las
guerras, condena tanto las destrucciones indiscriminadas y masivas como
la carrera de armamentos, y apremia hacia la absoluta prohibición de
cualquier guerra por acuerdo de las naciones, lo cual requiere –nueva
afirmación al respecto– el establecimiento de una autoridad pública
universal; y en clave positiva, subraya que es necesario renovar el
ordenamiento de las instituciones internacionales (ámbito político); actuar
con concretos criterios de solidaridad y justicia en el comercio
internacional y cumplir los deberes que afectan recíprocamente a los
pueblos desarrollados y en vía de desarrollo (ámbito económico social); y
solucionar moralmente los problemas sobre la transmisión de la vida
(ámbito demográfico), dedicándoles los recursos pedagógicos, sociales y
religiosos adecuados. El capítulo acaba urgiendo a los cristianos y a la
Iglesia a que se hagan presentes en la comunidad de los pueblos y
ejerzan su concreta y eficaz misión. Gaudium et Spes amplía, pues, con
nueva perspectiva el perenne tema leoniano de la necesidad del
cristianismo y de la Iglesia para la solución-remedio de los problemas de
la convivencia humana, y ahonda en él (39).
– Los seis siguientes documentos
38
39. A partir de este momento, el Magisterio de la Iglesia, definitivamente
anclado en esta universal consideración de la cuestión social, se
concentrará en cinco aspectos conflictivos, particularmente urgentes, de
la misma y ofrecerá una visión de conjunto de su doctrina social con
ocasión del centenario de Rerum novarum. Veámoslo (39).
7. POPULORUM PROGRESSIO (1967): sobre la necesidad de promover
el desarrollo de los pueblos
– El gigantesco clamor de los pueblos hambrientos
El primer gran tema de tipo puntual será tratado por la encíclica
Populorum progressio de Pablo VI (1967), a partir de la creciente
interpelación que los puebles hambrientos dirigen a los pueblos
opulentos. Una vez más, la Iglesia (¡doctrina social de la Iglesia!),
haciendo suya esta crisis de angustia, convocará a todos con vista a
atender este clamor gigantesco (39).
– Exigencias del desarrollo de los hombres y de los pueblos
De entrada, el desarrollo de los hombres y de los pueblos comporta, como
ya hemos visto desde Pío XII, la subordinación de los derechos de
propiedad y de libre comercio al principio del destino universal de los
bienes; y requiere, además, asumir la obligación de proceder a
determinadas expropiaciones, de llevar a cabo una industrialización que
39
40. evite los escollos del capitalismo liberal y del colectivismo y de actuar –
con urgencia, espíritu de paz, talante reformista y planificación– al servicio
del hombre en sus necesidades: educativa, familiar, profesional, cultural y
trascendente (39).
– Exigencias del desarrollo solidario de la humanidad
Pero no basta; se hace necesario añadir a ello un desarrollo conjunto de
la humanidad por el triple camino de la solidaridad entre los pueblos, de la
justicia en sus relaciones comerciales y de una caridad que,
armónicamente, acoge y aporta. Este desarrollo solidario, justo y fraterno
(recordemos Rerum novarum: «amigos, justos y fraternos») es el nuevo
nombre de la paz (39).
8. OCTOGESIMA ADVENIENS (1971): en el octogésimo aniversario de
Rerum novarum
– Las comunidades cristianas ante la doctrina social de la Iglesia
Un segundo gran objetivo, que motivará la carta apostólica Octogesima
adveniens (1971), afectará a la posición de los cristianos ante los nuevos
problemas sociales, el pluralismo político, la utopía y la ciencia. Como
criterio general, Pablo VI comienza afirmando que, frente de la gran
diversidad de situaciones en que se encuentran, las comunidades
cristianas deben extraer de la doctrina social de la Iglesia principios de
40
41. reflexión, normas de juicio y directrices de acción con vistas a conseguir la
transformación de la sociedad, conscientes de que no corresponde al
Papa, en estas materias, una palabra única ni una solución de valor
universal (39).
– Cuatro horizontes de acción: destino humano común; igualdad y
participación; utopías; ciencias humanas
Y, ya en clave concreta, los cristianos, en primer lugar, se han de volcar a
los nuevos problemas sociales con voluntad de hacerse responsables de
un destino humano que ya es común. En segundo lugar, en pleno corazón
de las actuales aspiraciones a la igualdad y a la participación, han de
esforzarse por modelos concretos de democracia que las encarnen y,
frente a las corrientes históricas socialistas, marxistas y liberales, han de
proceder a esmerados discernimientos que posibiliten o, en su caso,
desaconsejen una eventual participación, sin ninguna concesión a los
errores de fondo (doctrinales, ideológicos) que arrastran. En tercer lugar,
ante las utopías que surgen a título de contestación de las ideologías, es
necesario que eviten los peligros de pretexto y de coartada que implican y
que asuman los valores de imaginación prospectiva, confianza y
posibilidad de reencuentro de la vocación cristiana que comportan.
Finalmente, en cuanto a las ciencias humanas y su posición crítica,
reductiva y creativa, hay que cultivar simultáneamente una actitud de
confianza y participación, de concienciación de sus límites, de aceptación
de su capacidad de aportar positivos modelos concretos de convivencia
41
42. social y de captación de su función catalizadora del misterio del hombre
(40).
– La Iglesia: enseñanza y convocatoria, hoy
Hoy, la Iglesia, desde la vertiente de la enseñanza, subraya la necesidad
de una economía que, al mismo tiempo que avanza por los caminos de
una mayor justicia, tome conciencia de sus límites intrínsecos y,
consecuentemente, se abra hacia el mundo de la política, la cual ha de
plasmar las exigencias del bien común y, de modo particular, ha de
facilitar el ejercicio de una verdadera participación. Difusora de la fuerza
del Evangelio al servicio de los hombres, la Iglesia convoca a los
cristianos a una acción auto examinadora, humilde, esperanzada,
discernidora, selectiva, vigilante y plural; y a las organizaciones cristianas,
a expresar las exigencias concretas de la fe con vistas a una justa y
necesaria transformación de la sociedad, bajo la acción del Espíritu Santo
(40).
9. DE IUSTITIA IN MUNDO (1971): sobre la justicia en el mundo actual
– Justicia evangélica y justicia humana
Una tercera determinación de decisiva importancia es aportada por el
documento sinodal titulado Sobre la justicia en el mundo (1971). Ante la
actual sociedad –contradictoria y deseosa de promoción, injusta y
42
43. necesitada de dialogo y de mediación–, la Iglesia capta la intrínseca
relación que se da entre la justicia evangélica de Dios por Cristo y la tarea
de justicia entre los hombres y pueblos requerida por el planeta; y precisa
la adecuada respuesta que ella está llamada a dar, ya sea como un todo,
ya sea desde las diferentes y complementarias funciones de la jerarquía y
del resto de los fieles (40).
– La respuesta actual de la Iglesia en los ámbitos del testimonio, de
la educación y de la acción
Esta respuesta se trifurca. En el ámbito del testimonio, es preciso que ella
misma –la Iglesia– revise a fondo sus formas de actuar, sus posesiones y
su estilo de vida. En el campo de la educación para la justicia, debe
prestar atención a la metodología, los obstáculos, las exigencias, el fruto,
las características, los medios, el mensaje, las actitudes episcopales y la
contribución de la liturgia. Finalmente, en el horizonte de la acción, este
documento sinodal traza pistas de gran realismo tanto desde el ángulo de
la colaboración (intraeclesial, ecuménica e interhumana), como desde el
ángulo de la actuación internacional (40).
– La doctrina social de la Iglesia es ante todo una doctrina social
para la Iglesia
Nunca se había efectuado, en el ámbito de los textos magisteriales, una
exhortación tan amplia, profunda y eclesialmente autoexigente como ésta,
43
44. que honra a los padres del Sínodo de 1971, los cuales formularon el
deseo, al terminarla, que el examen precedente se encarnase de verdad
en todos los niveles del Pueblo de Dios. La doctrina social de la Iglesia es,
en primer lugar, una doctrina social para la Iglesia; en efecto, aquel que
habla de justicia a los otros ha de ser, él mismo, el primero en ser justo.
Esta Exhortación sinodal no solamente conserva, sino que, además,
incrementa la actualidad de su mensaje, treinta años después de su
publicación (40).
10. LABOREM EXERCENS (1981): Sobre el trabajo humano, en el
nonagésimo aniversario de Rerum novarum
– Dimensión determinante del factor trabajo
En el pontificado del Papa actual, Juan Pablo II, emergen tres nuevas
concreciones temáticas –cuarta, quinta y sexta de nuestra lista– dentro
del círculo de la cuestión social mundialmente planteada. La primera
concierne al trabajo, que, según Laborem Exercens (1981), es, de alguna
manera, el factor determinante tanto de la objetiva realidad económico-
social como del conjunto de los documentos que conforman la doctrina
social de la Iglesia (40).
– Aproximación bíblico-antropológica al trabajo
44
45. Bíblico-antropológicamente, el trabajo, a la luz del hombre creado a
imagen de Dios y llamado a crecer, multiplicarse y señorear la tierra,
presenta una dimensión objetiva (técnica) y otra subjetiva (personal). Esta
segunda prevalece sobre la primera; en efecto, ser «persona que trabaja»
es superior a ser «persona que trabaja». El enfoque economicista/
materialista tergiversa la relación, al otorgar la primacía a la producción
sobre el productor, a la eficiencia sobre el eficiente. Se sigue de ello que
el trabajo (integral, es decir subjetivo-objetivo) tiene prioridad, a título de
causa eficiente, sobre el capital, que sólo posee valor de causa
instrumental; como también prevalece sobre la propiedad de los medios
de producción, cuyo sentido definitivo es que sirv.,kan al trabajo y no
viceversa. Subordinarles el trabajo es no sólo invertir, sino sobre todo,
subvertir una dato humano esencial (29).
– Aproximación ético-jurídica y espiritual al trabajo
Ético-jurídicamente, los empresarios –tanto indirectos (las sociedades con
sus determinaciones de creciente justicia) como directos (las personas e
instituciones prestadoras de trabajo y creadoras de bienes y servicios) –
deben al derecho de los trabajadores a trabajar dignamente y a obtener
una justa remuneración. Finalmente, desde la vertiente espiritual, el
trabajo participa de la obra creadora de Dios y une a Jesús, predicador
del evangelio del trabajo con el ejemplo de su vida laboral y con la
fecundidad de su entrega sacrificial en la cruz, coronada por su
resurrección. Nos encontramos ante una encíclica que, por un lado,
45
46. prosigue de manera espléndida el desarrollo orgánico y evangélico de los
documentos que la preceden y, por otro, como hemos afirmado en el caso
anterior, acrecienta, con el paso de los años, el valor de sus principios, el
realismo de sus criterios y el acierto de sus directrices (29).
11. SOLLICITUDO REI SOCIALIS
(1987): sobre la continuidad y la renovación de la doctrina social de la
Iglesia en el vigésimo aniversario de Populorum Progressio
– En qué consiste el verdadero desarrollo
La segunda concreción del mensaje de Juan Pablo II se encuentra en la
encíclica Sollicitudo Rei Socialis (1987), la cual pretende confirmar, una
vez más, la continuidad y la renovación de la doctrina social de la Iglesia,
a la vez que conmemorar en clave de alabanza la Populorum progressio
de Pablo VI. Una vez analizados los aspectos negativos y positivos del
mundo en aquellos años, el texto precisa en qué consiste el verdadero
desarrollo, tema vertebrador, como podemos recordar, de la anterior
encíclica paulina. Es aquel crecimiento armónico que tiene origen y
término en el hombre, en cuanto creado a imagen de Dios e insertado en
su plan cristocéntrico y cristofinalizado (dimensión antropológica), como
sujeto de derechos y deberes (dimensión ético-jurídica) y como
consciente de las posibilidades y límites de su hábitat (dimensión
ecológica) (19).
46
47. – El contraste de un mundo sometido al pecado y a las estructuras
de pecado y necesitado de cambio ético y de conversión
En clave de contraste, una lectura –también teológica– de los problemas
modernos diagnostica la situación deficiente que los afecta como una
degeneración derivada de un mundo sometido
al pecado y a estructuras de pecado, hambriento de poder y de dinero. No
queda otro camino de solución-remedio que el del cambio ético y de la
conversión, la cual, a partir de la aceptación consciente de la
interdependencia actual de los pueblos, se eleva hacia una decidida
vivencia de la solidaridad, entendida como virtud cristiana y, pues,
animada por la caridad e inspirada en el modelo trinitario: las relaciones
intradivinas son su fuente y, a la vez, su término definitivos (29).
– Hacia qué acción empuja, hoy, la doctrina social de la Iglesia
Se sigue –orden de la acción– que la doctrina social de la Iglesia empuja
hacia dicha perspectiva internacional mediante una consciente opción
preferencial por los pobres, opción que afecta a nuestra manera de vivir y,
por tanto, a nuestras concretas decisiones sobre la propiedad y el uso de
los bienes; y que concierne también a los organismos internacionales,
mucho más hoy, ante el fenómeno de la pobreza creciente, incluida la de
la privación de los derechos fundamentales de la persona, entre ellos, los
de libertad religiosa y de iniciativa económica. Si nos situamos en el
47
48. ámbito del desequilibrio descrito, debemos trabajar con vistas a la reforma
del sistema internacional del comercio y del sistema monetario y
financiero mundial; al encauzamiento adecuado del intercambio y del uso
de las tecnologías; y a la revisión de la estructura de las organizaciones
internacionales existentes (nótese la vigencia de estas indicaciones a la
luz de las actuales discusiones sobre la globalización). Y ni qué decir
tiene que los países en vías de desarrollo deben actuar con espíritu de
iniciativa y con hechos de mutua colaboración. La Iglesia confía en el
hombre, abierto a la redención de Cristo. Hay que actuar. No podemos
ceder al temor, a la indecisión, a la cobardía: está en juego la dignidad de
las personas. Los hijos de la Iglesia han de ser ejemplo y guía en este
empeño (29).
12. CENTESIMUS ANNUS (1991): en el año centenario de Rerum
novarum
– Los tres primeros capítulos: pasado presente
La tercera y última especificación se expone en la encíclica Centesimus
annus (1991), dando por supuesto que se trata de una concreción
paradójica, ya que, parejamente a Gaudium et Spes, este documento se
caracteriza por un planteamiento y una respuesta de tipo globalizador.
Sus tres primeros capítulos resumen el pasado y reflexionan ante el más
estricto presente (síntesis y aportación de Rerum novarum; denuncia del
socialismo doctrinal y real; critica fortísima del liberalismo; reflexión sobre
48
49. los factores y las consecuencias de la caída del muro de Berlín 1989).
Sus tres restantes capítulos enfocan el presente con vistas al futuro (29).
El capítulo cuarto: trabajo y mercado libre; deberes de las
economías más avanzadas
El capítulo cuarto trata, en primer lugar, del trabajo moderno y del
mercado libre. El trabajo moderno, en el que brillan el conocimiento, la
técnica y el saber, contiene como datos positivos la valoración del
hombre, la acción en equipo y la libertad creativa; pero comporta también,
de hecho, aspectos negativos como la marginación y la explotación. A su
vez, el mercado libre, por un lado, requiere una «etización» hecha de
justicia, de equidad y de otorgamiento al hombre de lo que le es debido
por el hecho de ser hombre; y, por otro, connota cuatro objetivos
indispensables: a) un sindicalismo que lucha por una sociedad fundada en
el trabajo también libre, la empresa, la participación y el adecuado control
del mercado; b) una empresa –segundo de los elementos acabados de
mencionar– cuyo objetivo no sea la maximización del lucro, sino la
autorrealización como comunidad de personas que se esfuerzan en
resolver sus necesidades mediante la producción y la oferta de bienes y
de servicios provechosos para la sociedad; c) un capitalismo real que no
pretenda ser el único modelo de organización económica (recordemos la
actual discusión sobre el pensamiento único), sino que se subordine a
una programación responsable de toda la comunidad internacional, con
apertura de las naciones fuertes y con esfuerzo de las débiles; d) y una
49
50. solución del problema de la deuda exterior que, sin discutir el principio de
pago, avance por los caminos de reducción, aplazamiento o extinción en
la medida en que comporte sacrificios insoportables para la población
endeudada. En segundo lugar, el capítulo cuarto aborda el ámbito de las
economías más avanzadas y reclama, también por cuadriplicado: a) un
consumo humano de creciente calidad, cuya piedra de toque es una
efectiva comunicación de bienes y cuya degeneración se pervierte en
consumismo, que privilegia el tener sobre el ser y desemboca en la droga
y la pornografía; b) una ecología que usa razonablemente de la
naturaleza contra toda arbitrariedad y mezquindad y que encauza
ambientes provitales y de convivencia frente a las estructuras inhumanas
de supresión de la vida, de amontonamiento, de «barrios chinos», etc.; c)
una realización plenaria del ser humano contra toda clase de alienación
tanto de la persona que se niega a la autodonación como de la sociedad
que se cierra a la solidaridad; d) y, nuevamente, un tipo de capitalismo
que reconozca los papeles de la empresa, el mercado, la propiedad y la
iniciativa económica: liberado, por consiguiente, de aquel lastre
ideológico-liberal cuyos efectos son la explotación, la marginación y la
alienación antes citada. La propiedad de los medios de producción sólo se
justifica cuando procura a todos la oportunidad de trabajo y de crecimiento
humano (29).
– El capítulo quinto: política y cultura
50
51. El capítulo quinto aborda los ámbitos de la política y de la cultura. En
cuanto al primero, aboga: a) por un Estado de derecho efectivamente
orientado al servicio de la persona, de la familia, de los grupos sociales y
de las naciones; b) por una democracia que, edificada sobre la
subjetividad de la sociedad, evita las degeneraciones agnóstica y
relativista, las cuales asumen fácilmente rasgos totalitarios; c) por una
organización de la convivencia que rehuye el fanatismo o
fundamentalismo ideológico- científico o ideológico-religioso, y favorece la
pluralidad, la libertad, la verdad, el testimonio y el diálogo; d) por el
reconocimiento de los derechos humanos, no siempre respetados por las
democracias; e) por una organización de la economía al servicio de la
persona que ataje la degeneración del Estado en Estado asistencial. En
cuanto al segundo ámbito, Centesimus annus aboga por una cultura de
las naciones generacionalmente renovada, capaz de integrar las
dimensiones positivas de la contestación juvenil. La Iglesia, al incidir en el
corazón del hombre, contribuye a la verdadera cultura que, hoy, afirma
enérgicamente la paz y condena la inhumanidad de la guerra (29).
– El capítulo sexto: la doctrina social de la Iglesia, hoy
El capítulo sexto da fin a la encíclica fijando las siguientes características
de la doctrina social de la Iglesia: tiene como fin el hombre real, concreto,
histórico; es instrumento de evangelización; pertenece a la teología moral;
tiene en cuenta el talante de los pueblos; fundamenta y estimula la acción
con vistas a la justicia y al bien prevalente de los pobres; posee una
51
52. dimensión interdisciplinaria, práctica y, en cierta forma experimental;
apela a la cooperación de todos; ha respondido a las pasadas
condiciones históricas y se orienta principalmente hacia el futuro (29).
I.2.2. Análisis Social de la Doctrina Social de la Iglesia
La lucha por la transformación del mundo no es un trabajo para
soñadores ni para quienes se entusiasman fácilmente. La transformación
del mundo implica conocer un poco el mundo y lo que necesita
transformación. Toda acción a favor de la justicia tiene que conocer el
sistema de injusticia que es responsable de la mayor parte del hambre, de
la falta de vivienda, de la violencia y la destrucción del medio ambiente
que sufre el mundo. Una parte significativa de cualquier programa de
formación para la justicia, paz e integridad de la creación debería tener
que ver con sistemas o estructuras de injusticia y el cómo y el por qué
funcionan. Lo que se necesita es un MÉTODO o proceso para examinar
los sistemas sociales y los síntomas de su mal funcionamiento que
conducen a la injusticia. Existen manuales útiles de análisis
social/estructural; algunos se encuentran en la bibliografía en la parte final
de este opúsculo, pero quizá el más amplio es el Análisis Social:
Vinculando la Fe y la Justicia] de Holland y Henriot (36).
Es necesario que las personas promotoras/animadoras de JPIC examinen
cuidadosamente los problemas de la justicia antes de tomar medidas para
tratar de solucionarlos. Es necesario que lo hagan porque necesitan
52
53. comprender los problemas que quieren solucionar. Se necesita un método
para examinar o analizar problemas relacionados con la justicia porque
existe el peligro de que estos problemas puedan empeorar si los
trabajadores de la justicia no son completamente conscientes de las
causas radicales de estos problemas (36).
El análisis social es un instrumento popular y eficaz que nos capacita para
examinar las estructuras de la sociedad: tanto la política y la económica,
como la cultural, la social y la religiosa - y destapar las causas radicales
de la injusticia social. Esto nos ayuda a movernos de lo que Donal Dorr
llama compasión-cara-a-cara a preguntarnos cómo y por qué: ¿Cómo se
hicieron pobres estas personas? ¿Por qué aumenta el desempleo? El
análisis social identifica a quienes tienen el poder, a quienes toman las
decisiones, a quienes se benefician y a quienes no se benefician de esas
decisiones. Hace posible que veamos las interconexiones e influencias
que actúan en cualquier sistema social. Este método ha sido desarrollado
por grupos cristianos empleando la reflexión teológica cristiana y el
análisis social para elaborar un plan de acción para la promoción de la
justicia, de la paz y de la integridad de la creación (36).
El análisis social es una llamada a "abrir nuestros ojos, oídos y boca".
Marcos nos presenta tres milagros que son símbolos de la invitación que
Jesús nos hace a abrir nuestros oídos, nuestros ojos y nuestra boca en
nuestra búsqueda de comprender el por qué y el cómo de la Misión.
Jesús reprocha a sus discípulos diciendo: "¿Todavía no entienden ni se
53
54. dan cuenta? ¿Tienen tan cerrado el entendimiento? ¿Tienen ojos y no
ven, y oídos y no oyen? ¿No se acuerdan? ..." (Me 8:18).
El análisis social nos invita a ESCUCHAR, a VER, a OIR los gritos del
mundo en que vivimos.
• El método
El uso del método del análisis social no es difícil. Está basado en el
método de VER, JUZGAR, ACTUAR de la Juventud Obrera Cristiana y
Juventud Estudiantil Cristiana, adoptado más tarde por los teólogos
latinoamericanos en su trabajo con las Comunidades Cristianas de Base y
reflejado en mucha de la Teología de Liberación (36).
Hay cuatro pasos principales en el análisis social:
(Antes de embarcarse en el proceso de análisis social, sería útil tener un
debate sobre los valores).
1er paso: Punto de partida: los miembros del grupo hacen una lista de
los problemas para su análisis o estudio.
Ver si hay una conexión o vínculo entre las injusticias.
Decidir cuáles son las más graves y hacer una lista.
54
55. Ver si hay un nombre común que describa todas estas injusticias.
Decidir sobre un problema específico que el grupo examinará con este
método. Es importante recordar que es casi imposible analizar dos
problemas al mismo tiempo (36).
2do paso: Análisis estructural
Describir el problema en detalle.
¿Cuándo comenzó el problema?
¿Por qué comenzó?
¿Cuándo nos dimos cuenta de que era un problema grave?
¿Qué nos hizo despertar?
Estructuras en general:
Comenzar con un debate sobre las estructuras u organizaciones en la
sociedad.
Examinar el problema en cuestión en relación a las estructuras de la
sociedad: económica, política, de clase, cultural y religiosa.
55
56. Estructuras económicas:
¿Quién es la causa del problema?
¿Hay compañías multinacionales o locales a quienes les gustaría que
este problema siguiera, o que incluso les gustaría que empeorara porque
ellas ganan dinero con el problema?
¿Hay individuos o grupos en esta sociedad que ayudan a mantener o
apoyan este problema porque están ganando financieramente debido a
él?
Estructuras políticas:
¿Quién gana poder como resultado de este problema?
¿Hay políticos o partidos políticos que utilizan este problema para ganar
poder o mantener el poder que tienen?
¿Quiénes son las personas con autoridad o poder que permitieron que
este problema ocurriera?
¿Hay algunos líderes de la comunidad local que quieran que este
problema siga para que ellos tengan poder?
Estructuras de clase:
56
57. ¿Este problema ayuda a crear, mantener y apoyar la decisión social en la
sociedad?
¿Hay ciertas personas que ganan importancia social o status por este
problema? ¿Quiénes son?
¿Hay ciertos individuos o grupos de personas que pierden importancia
social o status por este problema? ¿Quiénes son?
Estructuras culturales:
¿Ayudan nuestra cultura y nuestras tradiciones a crear, mantener y
apoyar este problema?
¿Qué valores culturales y tradiciones ayudan a hacer más grave este
problema?
Examine el problema en relación a actitudes y estructuras mentales.
Estructuras religiosas:
¿Cuáles son las estructuras religiosas u organizaciones eclesiásticas que
podrían estar involucradas en este problema?
¿Cómo ayudan estas estructuras religiosas u organizaciones eclesiásticas
a crear, favorecer o mantener este problema?
57
58. ¿Ganan algunas organizaciones o eclesiásticas con este problema?
¿Lo usan para mantener importancia o aumentar el número de sus
miembros? (36).
Estructuras mentales o actitudes
La injusticia es causada a menudo por estructuras injustas en la sociedad.
Con todo, aunque estas estructuras se cambien, el problema todavía
sigue por las actitudes o mentalidad de las personas. Estas actitudes,
algunas veces llamadas estructuras mentales, son difíciles de cambiar.
Para cambiar estructuras mentales o actitudes que crean situaciones
injustas, hay necesidad de conversión. Esta conversión exige que la gente
tenga mente y corazón con "hambre y sed de justicia" (36).
¿Qué actitudes tenemos que ayuden a crear, mantener y apoyar este
problema?
¿Podemos reconocer o nombrar algunas actitudes que tenemos como
individuos o como comunidad que ayude a hacer grave este problema?
Al final del segundo paso, sería útil tomar unos momentos para responder
lo siguiente:
58
59. Como resultado de estas consideraciones y discusiones, ¿estamos
logrando una mejor comprensión de las causas del problema?
¿Cuáles son los conocimientos más importantes o nuevas ideas que han
surgido o salen a luz como resultado de este análisis? (36).
3er paso: La reflexión cristiana sobre el problema a la luz de las
Escrituras y las enseñanzas de la Iglesia.
Para averiguar si la Biblia y la enseñanza de la Iglesia pueden iluminar el
problema:
¿Qué dice la Biblia acerca del problema?
¿Podemos identificar algunas declaraciones de la Iglesia hechas por un
Papa, un Concilio o un grupo de Obispos, que puedan ser aplicadas a
este problema? (36).
4o paso: Planificar la acción, pensar globalmente, actuar localmente:
Plan de acción:
¿Cuál es la solución a este problema?
¿Qué podemos hacer, como grupo o como individuos, acerca de este
problema?
59
60. ¿Qué recursos tenemos para ayudarnos con nuestro plan de acción?
¿Podemos conseguir más recursos?
¿Hay alguna parte del problema que podemos abordar en este momento?
¿Cuál es la primera medida que deberíamos tomar?
Las responsabilidades son compartidas entre los miembros del grupo.
Se establece un límite de tiempo para cada etapa del plan, y para la
implementación de todo el plan.
Se reflexiona sobre los recursos, tanto financieros como otros, y se los
determina en detalle (36).
EVALUACIÓN:
¿Qué nos proponemos hacer?
¿Hemos avanzado mucho?
¿Qué nos ayuda a progresar?
¿Qué obstaculiza el progreso?
60
61. ¿Qué tenemos que hacer ahora? ¿Cambiar objetivos? ¿Cambiar
métodos? ¿Renovar nuestros recursos?
N.B.
Se necesita hacer evaluaciones en las diferentes etapas de la
implementación del Plan;
Se necesita integrar las celebraciones (incluyendo las celebraciones
litúrgicas) en el conjunto del proceso de un análisis social (36).
• Otro modo de enfocar este método es:
VER: ¿Qué vemos alrededor de nosotros? ¿Por qué están las cosas
como están?
JUZGAR: Al juzgar una situación, ¿qué prejuicios aporto? ¿Con qué
óptica miramos? ¿Cuál podría ser nuestro sentir inconsciente del tema?
¿Qué sabiduría y experiencia de vida aportamos al tema para el análisis?
¿La sabiduría que aplicamos ¿está relacionada a la del rico o a la del
pobre? ¿Hemos hecho realmente una opción por los pobres al evaluar la
situación? ¿Para conocer la realidad escuchamos más a la élite que a la
experiencia del pobre? Existe una sabiduría en el Evangelio. Trabajar por
la justicia requiere de una espiritualidad profundamente arraigada en las
Escrituras, de lo contrario nuestro trabajo será abrumador e imposible.
61
62. Llamados a ser evangelizadores así como transformadores sociales,
oramos, reflexionamos y buscamos el plan de Dios y como hacer surgir el
reino de Dios. Juzgamos la situación a la luz del plan de Dios (36).
ACTUAR: Ser más conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor y
juzgar la situación desde la perspectiva del Evangelio; esto es necesario
para actuar. La colaboración con otros en la comunidad - ONG, otras
denominaciones religiosas, grupos locales - y, donde sea posible, el
trabajo internacional, es muy importante y es muy probable que sea
mucho más eficaz (26).
• Un enfoque práctico:
Un compromiso activo con las personas pobres y marginadas, una
participación en un constante análisis social y una permanente reflexión
sobre nuestras actitudes y acciones nos ayudarán a desarrollar la
conciencia crítica necesaria para contribuir a la transformación del mundo
(36).
Yo soy una mujer negra alta como un ciprés, fuerte e inmóvil más allá de
toda definición, que desafío circunstancias de lugar y tiempo, asaltada,
impermeable, indestructible.
Contémplenme y renuévense.
62
63. Mari Evans
"Me arrebataron de la calle. Luché con valentía contra la policía de
seguridad, pero me golpearon en la cabeza. Los rostros de mi padre y de
mi madre me perseguían con obsesión.
Un método usado por las cárceles iraquíes resume su barbarie. Y es la
violación No importaba cuánto hubiera yo escuchado acerca de eso, nada
me había preparado para la experiencia real. Continúa viviendo dentro de
mí. Todavía sangro mucho. No lo hizo un solo hombre sino todo un grupo.
Sofocaron mis gritos y protestas. Tuve que rendirme. Y fue un
espectáculo; muchas personas vinieron a mirar" (36).
Mujer kurda
Según se mencionó en la Sección I, para muchas mujeres la violencia es
un hecho terrible de la vida diaria - violencia en la guerra, violencia
política, violencia sexual y violencia doméstica. La violencia fue el tema
candente en la Conferencia sobre la Mujer en Beijing que atravesó las
fronteras culturales y geográficas. Ayesha Khanam del Consejo de
Mujeres de Bangladesh declaró: "La violencia contra la mujer es un tema
que reclama la acción global..." Entre los temas de violencia levantados
en Beijing estaban: la mutilación genital de niñas, las "muertes por dotes"
en la India donde matan miles de jóvenes novias cada año porque sus
familias pagan dotes insuficientes, el abuso físico en el hogar - en los
63
64. Estados Unidos cerca de un tercio de todas las mujeres asesinadas
mueren a manos de un esposo o pretendiente, y el uso de la violación y
prostitución forzada como armas de guerra. Cómo detener esta violencia
es un desafío para todos nosotros - mujeres, hombres, laicos, religiosos y
religiosas, personas cristianas y gente de otros credos.
Lo que sigue líneas abajo es un esbozo de acercamiento analítico
estructural a Las Mujeres y la Violencia:
Preparando la escena: Un grupo parroquial está discutiendo los
resultados de un estudio nacional publicado recientemente sobre la
violencia doméstica. El estudio indica que una de cada cinco mujeres ha
sufrido violencia de parte de un compañero varón. 59% de quienes
respondieron sabían de otras mujeres que habían sido víctimas de
violencia; 13% informaron sobre crueldad mental - habían sido encerradas
con llave en sus cuartos, detenidas o impedidas de encontrarse con sus
amistades, abusadas verbalmente y privadas de dinero; 10% habían
sufrido severa violencia física - pateadas, golpeadas, acuchilladas y
víctimas de intento de estrangulamiento. Otras habían sido abusadas
sexualmente, amenazadas con cuchillos y armas de fuego. El editorial en
el periódico local concluye:
Así, si bien el gobierno puede proporcionar mejores leyes para la
protección de la mujer, no puede idear un programa para reducir la
violencia doméstica hasta saber qué está causando esta violencia. Se
64
65. debería fijar este objetivo, y mientras tanto hacer todo lo posible para
sostener tanto los refugios como los centros de crisis para casos de
violación.
¿Podemos responder a esto? ¿Qué podemos hacer? ¿Quién está
sufriendo violencia en esta parroquia y no lo sabemos? Estas y una
docena más de preguntas salen rápidamente a la superficie. ¿Cómo
podría responder un grupo visando un método de análisis social? Es
importante destacar que el análisis de tal tema requeriría por lo menos
dos sesiones de dos horas (36).
1er paso: Clarificando el tema
Investigar y compartir información sobre la violencia doméstica. Comprar
un ejemplar del estudio, quizá invitar a un experto. Bosquejar la historia
de la violencia doméstica en el país. ¿Qué desarrollos políticos,
económicos, culturales, sociales y religiosos en la sociedad han
contribuido a la violencia contra la mujer? Buscar las conexiones e
interconexiones. ¿Qué valores están en juego? (36).
2o paso: Análisis de estructuras
¿Hay estructuras económicas que conduzcan a la violencia contra la
mujer, por ejemplo: sistema de dote, carencia de derechos legales y de
propiedad, mujeres como bienes muebles o mujeres como esclavas,
65
66. hombres como sostén de la familia, desempleo? ¿Hay fuerzas en la
sociedad que se beneficien con la dependencia económica de la mujer?
(36).
¿Quién tiene el poder en las estructuras políticas? ¿Hay partidos políticos
o grupos que den apoyo tácito al uso de violencia física contra la mujer?
¿Quién se beneficia con tener a la mujer "puestas en su lugar"? ¿Cuáles,
si los hay, roles ministeriales tienen las mujeres en el gobierno? ¿Hay
grupos que ven el surgimiento del feminismo como una amenaza?
¿Tienen las mujeres algún derecho? (36).
¿Hay apoyo cultural para la violencia contra la mujer, por ejemplo, una
tradición de machismo? ¿Qué forma toma la interacción social - mujeres
juntas, hombres juntos? ¿Es el alcohol un importante ritual masculino?
¿Se espera la castidad de la mujer, pero no de los hombres? ¿Cuánta
educación reciben los hombres? ¿Cuánta educación reciben las mujeres?
¿Cómo presentan los medios de comunicación a las mujeres - como
objetos sexuales, como perversas, extravagantes, veleidosas, tontas?
(26).
¿Las estructuras sociales estimulan la violencia, por ejemplo, los
empresarios son dueños de sus trabajadores y los disciplinan en
conformidad; vivienda pobre; atención de salud y apoyo social
inadecuados? ¿Quién toma las decisiones?
66
67. ¿Qué papeles desempeñan las mujeres en las estructuras religiosas?
¿Hay enseñanzas, tradiciones y prácticas que asignen a las mujeres un
rol particular? ¿Cómo se pinta a la mujer en la mitología? ¿En la Biblia?
¿En la Iglesia?
¿Hay conexiones entre las estructuras económicas, políticas, sociales,
culturales y religiosas que contribuyan a la violencia contra la mujer? (36).
3er paso: Reflexión y oración
Usar un pasaje de la Escritura tal como La Mujer Samaritana. ¿Qué dice
este pasaje y qué dice la Escritura acerca de este tema? ¿Cómo
responde Jesús? ¿Hay enseñanzas de la Iglesia, declaraciones hechas
por el Papa, obispos y líderes religiosos que ayuden a clarificar este
tema? (36).
4o paso: Planificando la acción
¿Cuál es la solución? Concretamente, ¿qué queremos ver cambiado?
¿Qué recursos tenemos en el grupo que nos ayuden a responder al
problema de la violencia doméstica? ¿Qué parte del problema podemos
abordar ahora? ¿Cómo nos comunicamos con toda la parroquia? ¿Qué
primer paso podemos tomar? ¿Quiénes son responsables por los
diversos aspectos del plan? ¿Para cuándo implementamos los diferentes
pasos?
67
68. Evaluación
Es enormemente importante establecer un proceso para revisar y evaluar
el plan de acción así como las medidas tomadas (36).
1.3.2 Misión Social de la Iglesia y la Globalización
• Misión Social de la Iglesia
Cuidar de la viuda, del huérfano y del extranjero ha formado parte de la
tradición judeo-cristiana desde el principio. La comunidad que llamamos
Iglesia se responsabilizó del pobre y del marginado, como consecuencia
directa del Reino de Dios predicado por Jesús, y entendió la salvación
como algo que afecta no sólo a las "almas" individuales, sino a la
transformación del orden social, político y económico, y del cósmico,
hasta que "el león viva con el cordero... ". Predicar y dar testimonio de
este Reino fue la misión de Jesús y es la misión social de la Iglesia.
Como consecuencia de esta forma de entenderse a sí misma, la Iglesia
primitiva se interesó por el origen, la acumulación y la distribución de la
riqueza. Los bienes materiales, creados por Dios, eran tenidos por buenos
en sí mismos, pero su acumulación superflua y un apego excesivo a los
mismos era malo. Entendieron que la intención de Dios era que la riqueza
debía ser un bien común y, por tanto, debía ser compartida. La posesión
privada de bienes era el resultado de la caída y, si algunos eran ricos,
68
69. debía ser para que tuvieran cuidado de los demás. No se trataba de dar
de lo sobrante, sino de quedarse sólo lo necesario, dando el resto a los
que lo necesitaban.
El contraste con la actitud común dominante en el Imperio romano, con
respecto a la riqueza y a la pobreza, fue considerable. En una sociedad
jerárquicamente estructurada en torno a la riqueza, la pobreza era
considerada algo vil, deshonroso y repugnante. Los romanos ricos
despreciaban a los pobres y los consideraban prácticamente inmorales:
no respetaban a los dioses, eran codiciosos, corruptos, mentirosos y la
causa básica de todo desorden y rebelión social.
En una sociedad como ésta, la cristiandad aportó una ética social de la
dignidad de la persona y una igualdad que trascendía el status social, no
más judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer. Mi primera
afirmación, por tanto, es que la Iglesia se entendió a sí misma desde el
principio como una comunidad con una misión social (40).
Contextualización
Esta misión social, como la misma Iglesia, siempre ha estado
condicionada por el contexto. Esta contextualización se puede ver con la
máxima claridad en el período moderno de la misión social de la Iglesia
(40).
69
70. Cuando León XIII escribió la Rerum novarum (1891), el contexto era la
rápida industrialización y urbanización de Europa, y la cuestión laboral
condujo a una sociedad de dos clases: los empresarios burgueses
capitalistas y la clase trabajadora o proletariado urbano. De ahí el tema de
la encíclica. En 1931, su sucesor Pío XI conmemoró la encíclica de León
XIII con la Quadragesimo Anno. La cuestión del momento era la
alternativa real a un orden social cristiano planteado por el socialismo de
estado o comunismo. Por aquel entonces, el sistema capitalista había
llegado a ser tan generalizado que había permitido la acumulación de "un
inmenso poder y una dictadura económica despótica" en manos de unos
pocos (Quadragesimo Anno, n. 105). Desde este momento la Iglesia
articuló por primera vez, con toda claridad, el principio de subsidiariedad
(40).
Cuando Juan XXIII articuló su visión de la misión social de la Iglesia en
Mater et Magistra (1961) y Pacem in Terris (1963), el contexto era la
guerra fría, las armas nucleares, la carrera del espacio. Las cuestiones
del momento tenían que ver con problemas internacionales provocados
por la nueva energía nuclear, el desequilibrio entre agricultura e industria
en la economía de los estados, la disparidad de riqueza entre países.
Juan XXIII enunció entonces el principio de la solidaridad de la raza
humana y la necesidad de que los estados enfrentasen juntos problemas
como la explosión demográfica y la necesidad de ayuda internacional
(27).
70
71. Esta perspectiva internacional y universalista pasó a la Gaudium et Spes
(1965) del Vaticano II. El contexto era el de la transformación social y
cultural fruto de la ciencia y la tecnología, un sentido más dinámico y
evolutivo de la realidad, la gran prosperidad de algunos países
industrializados y la creciente interdependencia de los humanos, con el
resultado de que el bien común tenía ahora carácter universal e incluía
derechos y deberes respecto a toda la raza humana. La idea de la
solidaridad humana, de una única comunidad mundial impregna todo el
documento. La misión social de la Iglesia está al servicio de toda la
humanidad (41).
Las encíclicas sociales de Pablo VI y Juan Pablo II han continuado esta
perspectiva internacional. Marcando el aniversario de la Rerum novarum,
Juan Pablo II escribe en Centessimus annus (1991) que, hoy el factor
decisivo es cada vez más el hombre mismo, es decir, su conocimiento,
especialmente el científico, su capacidad para una organización
interrelacionada y compacta, así como su habilidad para percibir las
necesidades de los demás y satisfacerlas. El comunismo ya no es una
alternativa viable al capitalismo liberal, lo cual no significa que el sistema
capitalista sea algo bueno sin más. Las consecuencias del capitalismo
(materialismo, consumismo, pobreza continuada de los países
subdesarrollados, deuda externa, amenazas ecológicas) deben ser
enfrentadas por la comunidad mundial (41).
71
72. La relación de la misión social de la Iglesia con su contexto y su reflejo en
documentos oficiales de la Iglesia se ha dado también a niveles
regionales y nacionales. El caso más conocido es el de América Latina,
con las dos reuniones del CELAM (Medellín, 1968, y Puebla, 1979). La
jerarquía latinoamericana proclamó que la misión social de la Iglesia allí
era una "opción preferencial por los pobres", con lo que enfocaba la
misión hacia los "no personas" más que a los "no creyentes".
Este breve recorrido nos ha permitido ver que la misión social de la Iglesia
ha cambiado siguiendo su contexto social, económico y político. Los
signos de los tiempos han de ser releídos constantemente (41).
• GLOBALIZACIÓN
El término, principalmente aplicado en economía, tiene implicaciones
políticas, sociales y culturales. Intentaré dar una visión sintética,
subrayando aquellos aspectos que puedan contribuir a reflexionar sobre
la misión social de la Iglesia (42).
Definición descriptiva
Una definición funcional podría ser "la extensión de los efectos de la
modernidad en el mundo entero, y la compresión del tiempo y el espacio,
de modo que todo ocurre al mismo tiempo", a lo que habría que añadir, la
intensificación de la conciencia del mundo como un todo (42).
72
73. Schreiter describe positivamente los efectos de la modernidad como
"creciente prosperidad material, mejor cuidado de la salud, más
oportunidades educativas, aumento de libertad personal y liberación de
muchas obligaciones tradicionales", y negativamente como materialismo,
consumismo, individualismo al margen de las normas y relativización de
los valores. Estos efectos se extienden por todo el mundo gracias a las
tecnologías de la comunicación (42).
Los mismos desarrollos tecnológicos que han extendido la modernidad
por todo el globo, han comprimido también nuestro sentido del tiempo y
del espacio. Ejemplos de este efecto serían que la misma noticia llega
simultáneamente a medio mundo; el correo electrónico permite una
comunicación instantánea casi con todas partes; ciudadanos de un país
viven y trabajan en otro, y se vuela a Japón o Sudamérica para una
reunión de fin de semana. Otras expresiones del mismo fenómeno serían
el turismo masivo y, en otro orden, las migraciones de masas en busca de
una salida económica (42).
La "intensificación de la conciencia" es el aspecto subjetivo del proceso de
globalización, tan importante como el aspecto objetivo. Se aplica a los
individuos y a los colectivos. Nos sentimos parte de la humanidad como
un todo, amenazada por un posible holocausto nuclear o por un desastre
ecológico originado en tierras lejanas, como Bhopal o Chernobyl. La
conciencia global está creando una nueva clase, pequeña pero influyente,
de profesionales cosmopolitas, que tienen más en común con sus colegas
73
74. de otras "ciudades globales" que con los trabajadores de su propia
ciudad. En definitiva, en un mundo globalizado, hay un aumento de
autoconciencia a nivel de civilización, de sociedad, de etnia, de región y
también, por supuesto, a nivel individual (42).
Fuentes y desarrollo histórico
La globalización, tal como la hemos descrito, es considerada un
fenómeno relativamente reciente por la mayoría de los autores. lmmanuel
Wallerstein, en un análisis básicamente marxista del sistema mundial,
sostiene que éste empieza con la expansión del comercio y el desarrollo
de una agricultura capitalista en Europa, entre 1450 y 1640, a lo que sigue
el sistema mercantilista durante un siglo y medio. El capital se acumuló en
manos de mercaderes que comerciaron con regiones que quedaban muy
lejos de sus territorios. Dichos territorios pasaron a ser parte de una
economía mundial, aunque no de un único dominio político. Walierstein
sostiene que esta economía mundial europea creó sus propias divisiones
geográficas: núcleo (donde se concentraba el capital), periferia
(proporcionando materia prima y mano de obra barata) y áreas
semiperiféricas (que compartían características de las otras dos). Esta
economía mundial condicionaba la forma en que se formaban las
unidades políticas, y las naciones-estado son una función dependiente de
la economía mundial. Para Wallerstein, pues, el moderno sistema mundial
es la economía mundial capitalista (42).
74
75. Aun apreciando la contribución de Wallerstein a la discusión, Giddens ve
la economía capitalista mundial sólo como una de las cuatro dimensiones
de la globalización. Las otras son: el sistema de naciones-estado, el orden
militar mundial y la división internacional del trabajo. Las naciones-estado
son los "actores" principales dentro de la política global, pero sociedades-
empresas son los agentes dominantes dentro de la economía mundial.
Por orden militar mundial Giddens entiende las conexiones entre la
industria de guerra, el flujo de armamento y de técnicas de organización
militar de algunas partes del mundo a las otras, el sistema de alianzas
militares y, por supuesto, las guerras mundiales. La cuarta dimensión de
la globalización Giddens la ve como desarrollo industrial y como "la
expansión de interdependencia global en la división del trabajo desde la
Segunda Guerra Mundial", y la "difusión mundial de los aparatos
tecnológicos" (42).
Roland Robertson, uno de los teóricos de la globalización más atento y
penetrante, es crítico con Wallerstein y Giddens por no haber prestado
suficiente atención a los factores culturales de la globalización. Concibe
su desarrollo como algo multidimensional en cinco fases:
1. La fase germinal (Europa 1400-1750) incluye el incipiente crecimiento
de las comunidades nacionales, la caída en importancia del sistema
transnacional, la ampliación del dominio de la Iglesia Católica, la teoría
heliocéntrica, la difusión del calendario gregoriano.
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