Este documento establece que los contribuyentes que reciben ingresos menores a $400,000 pesos mexicanos por salarios no están obligados a presentar declaración anual de impuestos, pero aún así tienen derecho a solicitar la devolución de saldos a su favor. Basta con que exista un saldo a favor y se haya presentado la declaración correspondiente ya sea por el empleador o por el propio trabajador.