Yo, haza el

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EL PEQUEÑO LIBRO
YO, HAZA-EL
Eduardo Gutiérrez Tapias

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EL PEQUEÑO LIBRO
YO, HAZA-EL
Eduardo Gutiérrez Tapias
Marzo, 2004
INTRODUCCION
La más antigua y mayor controversia de la humanidad ha sido originada por dos corrientes
filosóficas y científicas, hasta hoy irreconciliables: los que aceptan y creen que el origen de todo
fue obra de Dios, quien creo el universo, Creacionistas, teoría del “Diseño Inteligente”, y los que
creen y aceptan la teoría de la evolución, Evolucionistas. Esta narración trata de hacer converger
estas dos teorías en una sola. Los lectores al terminar su lectura decidirán si se ha logrado este
propósito.
La historia que voy a narrar, llegó a mis manos de una manera casual, que me atrevería a llamar
fortuita. Viajaba en Colombia como usualmente lo hacía en razón de mi trabajo entre las ciudades
de Barranquilla y Cartagena; ese día, por varios inconvenientes, no pude salir de la ciudad de
Barranquilla sino hasta pasadas las 9 de la noche. Al ponerme en camino y recorrer no mucho
tramo de la carretera, empezó repentinamente a caer un enorme aguacero. Por la cantidad de agua
y granizo que caía, no podía ver bien a través del parabrisas de mi automóvil, por tal motivo,
reduje la marcha a la velocidad mínima, pero aún así, era imposible continuar. Conduje el carro al
lado de la carretera y me dispuse a esperar a que la lluvia amainara. Pasados varios minutos y ver
que no disminuía, vi pasar un vehículo que podía ser un bus o un camión, decidí salir tras él,
guiándome por las luces rojas e intermitentes que tenía en su parte trasera.
Así continué tal vez por espacio de una hora, cuando de improviso, me vi entrando a una ciudad
que no reconocía, pues la población más cercana que debía encontrar era Sabanalarga y por lo
poco que podía observar, no lo era. A pocos minutos el vehículo se detuvo y de él bajaron
rápidamente algunas personas corriendo hacia los aleros de las casas para no mojarse.
Seguí la marcha por una de las solitarias calles del pueblo, buscando a alguien para preguntarle
hacia donde tenía que dirigirme para salir a la carretera principal, sin resultado positivo, pues no
había ninguna persona a quien dirigirme. Al fin, después de recorrer varias cuadras, vi a alguien
que estaba resguardándose de la lluvia bajo el pajizo alar de una casa, detuve el automóvil, bajé el
vidrio y le pregunté como podría encontrar la salida hacia Cartagena. Contestó que precisamente
estaba esperando transporte, pues iba en esa dirección y podría indicarme el camino. Asentí y de
inmediato subió al carro, saludó muy cordialmente, diciendo su nombre, el que por la situación y
el ruido de la lluvia no pude entender. Él me indico el camino y así reanudé la marcha. Pasados
unos minutos, dijo que él iba hacia una finca cerca del sitio donde nos encontrábamos, que
estaba próxima a orillas de la carretera principal.
Con la ayuda de la luz del tablero, pude observar que era un señor de bastante edad, rondando tal
vez los 70 años, de cabellos muy blancos, vestido completamente de blanco, pero por la agilidad
al correr y subir al carro, me pareció que debía ser mucho mas joven.
Después de varios minutos de recorrido le pregunté, curioso por el acento de su voz, de donde
era, a lo cual dijo que era Suizo y que estaba desde hacía algunos días de visita donde unos
familiares que vivían en aquella finca. Sin dejar de llover y con continuas y repetidas descargas
eléctricas que me dejaban casi ciego, continuamos el camino. Habían transcurridos pocos
minutos, cuando al salir de una curva me indico que ya estabamos desembocando en la carretera

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principal y debía entonces, torcer a la derecha pues esa era la dirección hacia Cartagena. Al salir a
la carretera principal, a pesar de la intensa lluvia, la reconocí por estar asfaltada. Como a 50
metros de la intersección me dijo que parara frente a un portón grande que era la entrada a la
finca y allí se quedaría. Le insinué que podía pitar para que abrieran el portón y lo podía entrar
hasta la casa, respondió que desde la puerta hasta la casa principal era cerca y, además, había un
sendero cubierto que lo resguardaría de la lluvia. Bajándose se despidió, dándome las gracias y
tendiéndome su mano, me dijo que su Dios me compensaría por el gran favor que le había
hecho. Seguidamente, salto rápido y ágilmente del carro y se internó por una pequeña puerta de
hierro dispuesta al lado del gran portón de madera. Tan pronto entró me puse nuevamente en
marcha y a los pocos minutos la lluvia repentinamente cesó.
Entonces recordé que desde el mismo momento en que él entró al carro, había sentido una grán
paz y seguridad, despojándome completamente del susto e impresión por la terrible soledad en
que curiosamente me había envuelto por la perdida y por el miedo a la tormenta.
También recordé, que durante todo el tiempo que duro la tempestad creía que algo raro estaba
sucediendo y, no sé por que razón en ese instante paso absurdamente por mi mente, que había
sido transportado a otro planeta, pues a pesar de la intensa luz de los relámpagos, no reconocía
absolutamente nada que me fuera familiar, no obstante que esa carretera la transitaba con
frecuencia, cosa que me extrañó sobre manera, llegué a sentir terror y pánico, inclusive estuve
durante largo rato sin ver el vehículo que me guiaba, parecía que yo estaba flotando, algo me
impedía detenerme y, sumado a ésto, nunca antes había presenciado un aguacero de tal magnitud
acompañado de tantas descargas eléctricas que iluminaban totalmente el entorno, prácticamente
como si fuera el medio día.
Ya en Cartagena, al llegar a mi casa, vi en el asiento del carro donde él se había sentado, un
cuadernillo que recogí junto con mis cosas, sin prestarle ninguna atención. Al día siguiente al
buscar algo, volví a ver el cuadernillo el que con gran curiosidad y ansiedad cogí y abrí. Empecé
a leerlo, encontrándome con este asombroso documento.
Su lectura me dejó completamente desconcertado y perplejo. Me preguntaba que debía hacer con
él. ¿Seria cierto todo lo que en él se decía? Recordando algo de mis vagos conocimientos en esas
materias me decía que todo lo que se afirmaba podía ser cierto. Sin embargo, para corroborarlo y
salir de dudas, me dedique a consultar y a estudiar en detalle, varias de las fuentes referidas en el
escrito, relacionadas con la astronomía, geodesia, geofísica, geografía, geología histórica,
paleontología, arqueología, la teoría de la evolución, Historia Sagrada y, la Sagrada Biblia, los
que me confirmaron que lo escrito y citado estaba cimentado en profundos conocimientos, en
esas y otras materias y, mucho de lo allí afirmado, hacía parte de las más recientes y acertadas
teorías.
Sin embargo, varias veces pense en botarlo y olvidarme de él, pues muchas de las situaciones y
afirmaciones allí expresadas reñían con las enseñanzas que había recibido y con muchas de mis
creencias.
A pesar de estas cavilaciones, resolví guardarlo. De vez en cuando sentía un extraordinario deseo
de leerlo nuevamente y varias noches me levante y lo hice. Era una obsesión casi irresistible y
algo me decía que debía aprendérmelo de memoria, por si se extraviaba o se refundía.
Después de pasar nuevamente varias veces por el lugar donde había dejado a nuestro enigmático
y sorprendente personaje, no me fue posible encontrar el sitio. En los alrededores del paraje en
mención, curiosamente, siempre que pasaba, había sucedido algún accidente, un carro varado, o
pasaba algo anormal, por esta razón, este sitio lo atravesaba con mucha cautela y lo había
denominado jocosamente el “Triángulo de las Bermudas”.

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De todas maneras, seguí investigando el posible paradero del dueño del cuadernillo, sin
resultados positivos.
Una noche, vi claramente en sueños al señor de la lluvia, desperté sobresaltado pues él me decía
que yo había sido elegido para divulgar aquella narración, confundido miré el reloj y eran
exactamente las tres de la mañana del día tres de Marzo, del año 2003.
Sorpréndase el lector por que el escrito empezaba así.
EL RELATO
Hoy, día tres del tercer mes, del año tres, del Tercer Milenio. Yo, HAZA-EL fui autorizado para
relatar mi historia.
Fui, como todos ustedes una criatura mortal, pero mi verdadera creación fue hace muchos miles
de millones de años y era el comisionado para proteger y servir a través de toda mi existencia a
EL, Señor y creador mío. Ahora, desde mi caída hasta el día de hoy, en que se cumplió el plazo
que se me dió para expiar mi gran culpa, estuve en este planeta llamado tierra donde viví por
espacio de 100 años, tiempo en el que yo debía expiar y pagar, a través de mi vivencia, búsqueda
y testimonio, y reconocer por mi propio conocimiento, la infamia, la bajeza, el atrevimiento y la
osadía de desafiar Su autoridad, el haberme revelado a Su potestad y traicionar la confianza y
amor que Él, mi padre, me otorgó.
Una de mis funciones, antes de mi gran error y posterior encarnación, era recorrer toda la
periferia del universo, con el fin de detectar cualquier anomalía que pudiera presentarse con las
fuerzas negativas confinadas y aisladas desde mucho antes de la creación del cosmos, tomar las
acciones que hubiere lugar y solucionar cualquier impase que se pudiera presentar. Estas fuerzas
negativas estaban ubicadas en la parte mas retirada, fuera del borde del Universo y por su
esencia, composición, diferente dimensión y determinación, ellas no debían interferir con la
creación positiva, pero ésta área limítrofe, por su relativa cercanía, su gran poder y
contraposición, podría en cualquier momento perturbar la armonía establecida, así que debíamos
estar muy atentos y evitar cualquier interferencia o alteración en esta zona. Además, una de las
recomendaciones mandatorias, era que, por ningún motivo, nunca, nunca, deberíamos traspasar
los límites señalados.
Para el ejercicio de mis funciones contaba, como comandante, con varias miríadas de
colaboradores.
En muchas ocasiones durante nuestros recorridos, tuve que proceder en consecuencia para
solucionar alguna interferencia. Tenía la suficiente autonomía y poder para remediar cualquier
situación que pudiera presentarse. Obviamente, varias veces al hacer retroceder las fuerzas que
interferían, tenía obligatoriamente que llegar hasta el borde de los límites establecidos, pero
nunca eran traspasados, situación que presentaba numerosos inconvenientes y riesgos de toda
índole. Las fuerzas negativas y para nosotros totalmente desconocidas, eran regidas por un centro
de terrible poder de atracción negativa y destructiva que devoraba la luz y cualquier tipo de
energía que estuviera a su alcance. Estos fenómenos acaecían sin ningún tipo de orden ni patrón,
en un caos total en esta zona, que nos desconcertaba cada vez que teníamos la ocasión de

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observar su atípico comportamiento, pues como se dijo anteriormente eran de una dimensión
distinta y contraria a la nuestra.
Durante una de estas incursiones, tal vez por mi osadía y demasiada cercanía a los límites
establecidos, me vi envuelto en un vórtice, que a pesar de mis grandes poderes no pude evitar ni
controlar. Así que fui tomado por esa extraña potencia y llevado a la presencia de quien tal vez,
regía estas descomunales fuerzas.
Esta energía no tenia forma ni figura alguna por mi conocida pero sí una gran fuerza de atracción
de la cual no podía deshacerme. De repente una voz tronó sobre mí, increpándome el porque
había violado sus limites de acción, hecho por el cual debía pagar por mi intromisión y gran
desafío.
Así, conducido por estas oscuras fuerzas, llegué hasta un descomunal agujero negro que con gran
fuerza de atracción absorbía todo lo que estaba a su alrededor. Esta extraordinaria atracción, sin
hacerme daño, me envolvía cada vez mas, inutilizando mis propias fuerzas. Al cesar
repentinamente las condiciones imperantes, apareció ante mí una figura completamente
desconocida, pero con una enorme atracción de la cual no podía desprenderme ni dejar que
dirigiera mi mirada a ninguna otra parte, sino únicamente hacia ella. Sentí también una rara
sensación, un infinito placer mezclado con una rabia intensa hacia mí, pero de una terrible
ansiedad de deleite indescriptible y desesperación al mismo tiempo.
No se cuanto tiempo duró este episodio pero me pareció haber estado mucho tiempo bajo este
influjo. Cuando reaccioné, me encontraba en el centro de una sala inmensa ante una corte de
muchas criaturas amorfas, absolutamente desconocidas para mí. Había un silencio sepulcral, todo
era en negativo, no existían los colores. Del centro y de la parte superior de la gran sala emanaba
una luz opaca que irradiaba un descomunal calor, rayo que caía en un montículo no muy alto de
color ocre intenso. El olor también desconocido era insoportable. Sonó un ruido con una
intensidad igual a la de miles de motores de reacción. En el centro del montículo apareció
sentada sobre un sillón, de espaldar muy alto, una figura entre hombre y mujer, de cabellera
intensamente roja y reluciente, este ente era al mismo tiempo feo y bello, vestido con un traje
muy justo y apretado, posiblemente debía ser de una piel compuesta de escamas resplandecientes
muy diminutas, esta figura sostenía entre sus manos un rayo de luz que impedía ver su cara, y
preguntándome en mi propia frecuencia y con el mismo tono y modulación de mi voz, mi
nombre, posición y el porqué había traspasado los limites previamente establecidos.
Dije, soy Haza-EL, hijo y guardián principal de ÉL, que al tratar de normalizar una situación
confusa entre los límites, fui arrebatado y atraído a su presencia. La criatura se levanto de su silla
y avanzo hacia mí colocándose a muy pocos centímetros de lugar que yo ocupaba, pero la luz en
su mano dirigida hacia mí, seguía impidiéndome ver lo que posiblemente era su rostro. De
pronto apartó la luz y me permitió ver lo que debía ser su aspecto que era una mezcla de
hermosura y fealdad indescriptibles, su hermosura opacaba su fealdad y al mismo tiempo su
fealdad opacaba su hermosura.
Sentí terror, pero al mismo tiempo valor y fortaleza. Prácticamente las dos fuerzas se
equilibraban. Trató de ponerme una mano sobre el hombro, pero al tratarlo, la criatura dio un
grito de desesperación y dolor, cayendo fulminada hacia atrás por un rayo de luz blanca
extremadamente potente. Con esta acción terminó este episodio encontrándome de nuevo en el

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sitio donde había empezado esta pesadilla. No se que paso pero deliberadamente omití reportar
este incidente.
Al regreso a mi sitio habitual, no podía contener una sensación de tristeza, culpabilidad y un
profundo desasosiego, como antes no había conocido ni experimentado. Mi hermano Jex-El, al
verme en esta situación, se sentó junto a mí y me preguntó el porque de mi preocupación y
estado. Le conté mi experiencia, a la cual no le dio la trascendencia que yo esperaba. A
continuación dijo que él había tenido conocimiento del percance y que era él quien me había
arrebatado y transportado nuevamente a nuestra posición, que eran gajes inherentes al encargo
que tenía y que seguramente más tarde podría pasar de nuevo. Me recordó el peligro de estar al
borde del límite, me reprochó no haber reportado esta situación y recomendó que cuando volviera
a ocurrir otra ocasión similar, llamara a otro hermano o a él mismo para que me asistiera en ese
trance y evitara que se volviera a presentar este peligroso y bochornoso impase.
Antes de continuar y para ser comprendida mi historia, es conveniente dar unas explicaciones,
describir algunos escenarios y situaciones, pués de no hacerlo estoy seguro que esta narración
sería para ustedes absolutamente incomprensible.
Los diálogos, la descripción de situaciones, lugares y personajes, para ser comprensibles, tienen
que ser narrados obligatoriamente bajo la dimensión, símbolos, parámetros físicos, formas,
reglas, convenciones y palabras utilizadas por los mortales. Sería imposible para mí explicar y
para ustedes comprender, el narrar mis experiencias de una dimensión completamente
desconocida por los humanos, pues en ella no existe volumen, ni espacio, ni tiempo, ni forma
conocida de energía o materia, donde todo es belleza, armonía, atracción y equilibrio. De una
forma mas entendible, es, para todos los mortales, lo que encierra la palabra “amor” que todo lo
puede, todo lo alcanza, enmarcado dentro de un eterno presente.
No puedo, no se y no estoy autorizado para tratar siquiera de explicar como era el principio en el
cual coexistían dos poderes completamente contrarios; uno positivo en el cual vivíamos y el otro
negativo completamente desconocido para nosotros. El porque de la separación total de estos
poderes nunca nos preocupó, simplemente no era de importancia ni incumbencia nuestra.
También lo que significa, o lo que es “ÉL” en esencia, para nosotros es incompresible. Cuando
tuve consciencia de mí y fui creado, ya todo era, simplemente, ÉL era el Alfa y el Omega, el que
fue, ha sido, es y será y con EL, nuestra madre celestial, el Gran Espíritu de Amor.
En cuanto a mí, fui el tercero, después de Jex-El y de Lux-El, creados a la imagen y semejanza de
ÉL. Por ser Jex-El, el primer hijo y el mayor, tiene todo el poder sobre nosotros y es quien nos
guía y protege.
Ahora, con esta breve explicación ya podré continuar mi historia.
Habían pasado muchos eones desde mi conversación con Jex-El sobre el incidente narrado sin
haberle dado la mayor trascendencia, pues no creí que valiera la pena comentarlo con nuestro
padre.
De nuevo en un recorrido sucedió una vez más lo que aquella vez había pasado. Pero esta vez al
iniciar la extraña fuerza a someterme llame a Lux-El para que viniera en mi auxilio, lo cual

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sucedió de inmediato, interponiendose entre el agujero negro y mi persona. Pero era tanta la
atracción ejercida sobre nosotros que los dos fuimos arrastrados por esa descomunal fuerza y
conducidos sin poder oponer ninguna resistencia; caímos de bruces en la misma sala grande
narrada en el episodio anterior. De nuevo al final de la luz opaca, apareció aquella figura que
ahora estaba más cerca de mi hermano. Se repitió la misma pregunta. Tomando Lux-El la
vocería, explicó que no era ninguna intromisión ni tentativa de usurpación alguna, si no tratar de
restablecer una situación que nos parecía anómala.
Lo que se oyó a continuación fue un revolotear de millones de aves alrededor nuestro,
principalmente en torno a mi hermano quien empezaba lentamente a levantarse, pudiendo ver yo
el rostro de aquella cosa que miraba a mi hermano con admiración y sorpresa. De repente, el ser
que teníamos en frente, cayó de rodillas, hundiendo en el piso su cabeza, la que tenia entre sus
manos, pidiendo el favor a mi hermano que dejara de mirarlo pues era tanta y tan irresistible su
poder y belleza que no podía soportar su majestuosidad y hermosura. Yo, al ver ésto, me
sorprendí, pues en realidad nunca antes había notado la distinción y belleza de mi hermano.
A continuación y bajo mi perplejidad, mi hermano avanzo hacia él y le pidió que levantara su
cabeza, pues él también era de una belleza rara pero extraordinaria. Levantando su cabeza y
permaneciendo de rodillas, esa figura le dijo que por favor no se quitara jamás de su presencia
pues estaba sintiendo un inmenso placer que nunca antes había experimentado; que él Sat-An
conocía de la belleza de EL, pero que mi hermano, si no era superior en belleza a EL, por lo
menos sí lo igualaba. Mi hermano le pidió que se levantara y le dijo que estaba para él (Sat-An)
prohibido operar o avanzar en los límites establecidos y lo sucedido de arrastrarnos hacia él, era
una intromisión pues se encontraban dentro de una zona neutral o buffer, donde ninguna de las
dos fuerzas podría intervenir. Ante esto, él se inclinó y haciendo una reverencia se alejo de
nosotros.
De regreso noté a mi hermano bastante raro y preocupado, le pregunté que le pasaba, a lo cual me
contestó, que igual como yo, él también había sentido esa grán fuerza de atracción y frustración,
de dolor y de placer, sensaciones contradictorias al mismo tiempo, que él conocía y que nunca
antes había visto el contraste tan maravilloso de enfrentar una mezcla de fealdad, que nunca tenía
expresión en nosotros, y la belleza. Curiosamente y seguidamente, me pidió que le diera mi
opinión sobre sí, verdaderamente, era él más bello que nuestro padre. A lo cual confundido le
respondí que para mi no existía la posibilidad de compararlos pues EL era mi padre.
La conversación anterior me dejó lleno de dudas, pues desde el día de mi primera experiencia, no
había podido apartar de mi memoria la curiosidad que me atormentaba por la extrema belleza de
la criatura y la inexplicable atracción y deseos de volverla a ver, inquietudes compartidas con
muchos de mis hermanos que estuvieron presentes.
LA TENTACION
Pasado bastante tiempo y estando solos mi hermano Lux-El y yo, me propuso que fuéramos y
echáramos un vistazo por aquel lugar donde habíamos tenido esa experiencia, a lo cual colmando
mis infinitos deseos, de inmediato le respondí que sí. Sin embargo le comenté si sería
conveniente, en vista de la peligrosidad y gran curiosidad nuestra, que le contáramos a Jex-El o a
nuestro padre las intenciones que teníamos, a lo cual contestó que no era necesario, que asumiría
toda la responsabilidad del caso.

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Dejando nuestros acompañantes muy cerca de nosotros nos dirigimos hacia el sitio en mención.
Al llegar notamos un cambio radical en el entorno y, en lugar del caos imperante, estaba todo en
absoluto orden y en una calma y quietud impresionantes. Como si nos estuvieran esperando, se
abrió un sendero por entre unas espesas y resplandecientes nubes negras, el cual conducía hacia
el mismo gran salón. Ya en el, ante nuestra mirada atónita, se encontraban una serie de mesas
dispuestas como para un gran banquete. De las mesas caían enormes racimos de uvas, sobre éllas,
las más variadas y exquisitas frutas, vinos y viandas. En el centro de las mesas, las cuales
formaban un gran círculo, había tres sillones de oro resplandeciente con incrustación de todas las
más extrañas y apreciadas piedras, metales preciosos etc., en fin se podría decir que constituían
verdaderos tronos. A cada lado de las sillas sobre el piso estaban arrodilladas hermosas criaturas,
adornadas y tocadas únicamente por sus largas y brillantes cabelleras, unas de color intensamente
negro y las otras de color del oro resplandeciente; estas criaturas tenían formas corporales
completamente desconocidas por nosotros, pero de una armonía y exquisitez que parecían más
bien adornos que personas. Su piel entre blanca y rosada, se asemejaba a botones de rosas
cubiertos por el rocío, que incitaba a olerlas, tocarlas y acariciarlas. Sus labios carnosos y
exquisitos entreabiertos invitaban a libarlos y besarlos. Sus proporciones eran voluptuosas, pero
de un equilibrio tan perfecto que al verlas se nublaban los sentidos ejerciendo una desmedida
atracción y deseos de estar muy cerca y compenetradas con éllas. Todo aquel lugar era un
derroche de riqueza, lujo, opulencia, belleza, ostentación y lujuria.
Sobre la silla central se encontraba una criatura bella y hermosa, ahora sin ningún asomo de
fealdad. Se diría que era la antítesis de la fealdad. Todo en ella era hermosura, equilibrio, armonía
y belleza. Tenía unos hermosos y voluptuosos brazos extendidos hacia nosotros, de sus manos de
una blancura deslumbrante adornadas con exquisitas y hermosas prendas que expedían aromas
atrayentes extremadamente excitantes, que nos llamaban e impulsaban a acércanos.
Sin mediar palabra alguna, nos indicó el sitio para cada uno. Al sentarnos sentimos de inmediato
el peso de una envoltura o cuerpo que nos enclaustraba, pero al mismo tiempo proporcionaba un
extraordinario deleite que podíamos palpar y sentir. El área estaba siendo invadida por una lejana
y bella música de percusión, la que iba acercándose poco a poco, miles de tambores, que con
inusual armonía incitaban al cuerpo a contornearse como lo hacían todas las hermosas criaturas al
son de aquellas insinuantes, excitantes y extrañas melodías. Todo aquello, rodeado de
sensaciones y sonidos desconocidos por nosotros. Seguidamente nos tendió sendas copas llenas
de un liquido de color rojo rubí y mostrando los racimos de uvas, nos dijo que era el zumo de
aquellas jugosas frutas como las que estabamos observando sobre las mesas y que en su reino se
cultivaban para deleite y placer. Con la copa sostenida en su mano y a manera de saludo nos la
presentó, se la llevó a sus labios invitándonos a proceder de igual forma.
Al exquisito sabor de aquella mezcla de aroma y color, se unía la sensación y necesidad de estar
lo mas cerca posible de este extraño ser, que nos atraía y subyugaba. Las criaturas que estaban
cerca, nos rodearon e iniciaron, al compás de los tambores, las contorsiones más extrañas, con
danzas lascivas, eróticas, voluptuosas y provocativas, se nos acercaban más y más, con sus
manos, labios sensuales y lenguas enjuagadas en vino, lo esparcían por todo nuestro cuerpo
produciéndonos una excitación extraña e indescriptible. Todo esto, como la música y el vino, nos
llenaba cada vez más de una desesperación y ansía de compenetrarnos con estas adorables e
incitadoras criaturas.

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El líquido de nuestras copas por más que las escanciáramos no se acababa, a cada sorbo se
doblaba el placer y era completamente irresistible el deseo de beberlo más y más. La música, los
colores, los aromas y el vino vibraban entre nosotros, el frenesí aumentaba y crecía cada vez más,
y más, era una impresión de eternidad, de desespero, de amargura, rabia, amor, fealdad, belleza,
tristeza, pasión, dolor, placer y al mimo tiempo felicidad y perpetuidad. EGT
EL PECADO
La sensación que daba el juego de colores era irresistible, era el desenfreno total, no había límite,
era una eyaculación permanente, de luces, de colores, de sabores, de aromas, eterna, sin fin, sin
clímax.
Se oía, cantar, llorar, gritar, gemir y aullar. Cada vez se llenaba más el recinto de vino, melodías
y criaturas desenfrenadas, danzando y copulando al compás de la música, invitando a la
promiscuidad y al desenfreno con la exhibición de todo tipo de artes de sodomía y lesbianismo.
Tal vez, después de transcurrido mucho tiempo en esta interminable bacanal, nuestro anfitrión
nos sentó en sus hermosas y contorneadas piernas y con su excitante y vibrante lengua inicio
libando el licor que nos esparcía por todo el cuerpo a lamernos y besarnos, en la boca, las orejas,
la nuca, el pecho, la espalda, el torso, los órganos genitales, donde curiosamente, se concentraban
y explotaban en orgasmos interminables todas las sensaciones. Órganos que hasta ese momento
para nosotros eran completamente desconocidos. Con este enorme éxtasis terminamos, al ritmo
de sonidos de tambores y colores que iban en aumento, en una gran orgía, copulando de todas las
formas con él y con todos los demás seres presentes.
El semen producto de las copiosas eyaculaciones se esparcía, junto con las burbujas de champaña
por todo el recinto, mezcla con la cual todos se impregnaban y bebían. Mientras todo eso ocurría
se dio inicio al desenfreno total, las criaturas comenzaron a devorarse entre ellas, a vomitar, a
defecar, a bramar, revolcándose en los excrementos, extendiéndose por todo el lugar un hedor tan
insoportable que por el mismo desenfreno, libertinaje y pasión también lo hacían parte del placer.
La armonía de la música y de las luces se perdió, ahora se oían grandes chillidos, gritos, destellos
y resplandores repulsivos, constantes y enceguecedores.
Me sentí terriblemente mareado, asqueado, babeando busque refugio, me agazape en un rincón
del salón donde empecé a vomitar y a defecar, y quede completamente dormido.
No se cuanto tiempo permanecí en esta condición. Cuando desperté, toda aquella belleza había
terminado, todo era confusión, bramidos, excrementos, olores nauseabundos, la mayoría de las
criaturas ahora de formas horrorosas y horripilantes vagaban por el salón devorándose entre ellas.
Viendo todo esto corrí desconcertado y me deslice hacia afuera por una pequeña puerta lateral,
donde estaban cuatro monstruos al asecho: devorando, con inmenso placer, las criaturas que iban
saliendo del salón, las que no podían devorar, las iban apilando para completar mas tarde su
festín.
Ante este horror con grandes nauseas, remordimiento, rabia, como pude, junto con varios de mis
compañeros, que desobedeciendo las órdenes nos habían seguido y que también participaron en
la gran orgía, nos escabullimos de estas espantosas criaturas. Después de mucho vagar
alcanzamos al borde ó limite de los reinos. Pero para desgracia nuestra no pudimos por más que
tratamos de encontrar el camino de regreso, pues sentíamos sobre nosotros el peso de una energía

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densa que no nos permitía alcanzar ni definir la vía entre la gran cantidad de objetos celestes y
saber cual era la ruta de retorno.
En uno de estos cuerpos celestes, al primero que pudimos llegar, me senté a llorar, de inmediato
me acorde de mi hermano a quien no había vuelto a ver desde la copulación con nuestro anfitrión,
con el cual él se había quedado.
Por las condiciones en que me encontraba, sin ningún tipo de poder con el que antes contaba, la
incapacidad y el miedo que ahora sentía a los monstruos guardianes, ni siquiera hice el intento de
regresar para rescatar a mi hermano. Continúe llorando arrepentido de la bajeza y desenfreno a la
que había llegado y lo que era peor, la desobediencia que había cometido con mi creador, dueño y
señor, quien nos había advertido del peligro y problemas en que nos podíamos ver envueltos de
cruzar los limites por ÉL señalados.
Otro grave problema y extraño fenómeno fue que me vi desnudo, tenía vergüenza de mi
envoltura, vi por vez primera los miembros con los que había sentido tanto placer pero, ahora me
acusaban del desenfreno y atrocidades cometidas. Por lo tanto me escondí con pena y vergüenza
infinita tapándome con mis manos, las que ahora veía como testigos de mis grandes vergüenzas.
Ahora sabía que era el Bien y el Mal. Empecé a establecer parangones entre lo uno y lo otro, veía
a mi creador de un lado y al otro la criatura que yo llamaba infernal y que yo odiaba con toda
intensidad. Había estado y conocía el infierno que había trasladado conmigo. Sentí por primera
vez una sensación de desespero, empezaba a experimentar la sensación de calor, sudaba
copiosamente, me atormentaba la sed, un dolor visceral me recorría todo el cuerpo, poniendo en
evidencia cada uno de los órganos y miembros de que ahora estaba compuesto, sentí el peso de la
materia, y, el dolor que producía la traición que como agujas y fieras me devoraba y consumía.
Sentí un miedo terrible de que algún castigo vendría por lo hecho. Verdaderamente en estos
momentos sentí y viví lo que representaba la soledad, y la muerte sin poder alcanzarla.
Comencé a vagar por el insondable sendero que quedaba entre el ahora conocido bien y el mal.
Estando completamente solo, de pronto sentí que alguien venia y me llamaba por mi nombre;
sobresaltado, me escondí y desde allí alcance a ver, por ultima vez, a mi creador y sentí un terror
infinito y un miedo indescriptible, EL al verme, me pregunto que había pasado, por que me
escondía y donde estaba mi hermano, sin atreverme siquiera a mirar su rostro, le dije que no sabía
lo que había pasado, que tenia vergüenza de que me viera por que estaba desnudo, que de mi
hermano no sabía nada. Consternado y entristecido por mi respuesta dijo que por mi
desobediencia, traición y forma actual ya no sería considerado mas como su hijo y no podría
regresar mas a su reino, que debía permanecer bajo esta forma vagando por el resto de mis días
entre los dos reinos hasta que EL decidiera el castigo por nuestra desobediencia y para que
comprendiera lo que ahora tenía y el verdadero valor de lo que había dejado y perdido.
LA REBELION
No volví a ver a mi hermano por mucho tiempo. Un día en mi continuo arrepentimiento, vi que
del lado del Mal salía un personaje precedido de una gran multitud de criaturas que alentadas por
el que iba adelante, que pude ver era mi hermano, venían vociferando y reclamaban que se les
permitiera entrar al reino pues ellos tenían todo el derecho, el poder y la fuerza para reclamar y
poner como reemplazo de El a Lux-El.

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Ante esta amenaza y osadía apareció el supremo comandante de las milicias celestiales, Gab-El, y
en contados segundos disperso toda la multitud, dándole alcance a mi hermano, lo derribo y puso
su pie en el cuello diciéndole que EL jamás le perdonaría, el atrevimiento, la traición, y ahora la
rebelión y osadía de atentar contra su propio dueño y creador, que El lo maldecía y lo condenaba
a no poder salir ni traspasar, nunca jamás, los límites del reino que había escogido.
Así, recordé que en un tiempo mucho antes del episodio anterior oí que mi hermano gritaba que
el era el mas bello y hermoso de todo el universo, el amado de Sat-An, y a él debían adorar y
complacer todas las demás criaturas. Presentándose, me dijo que tenía que seguirlo y
acompañarlo para reclamar ante EL, el reino a que tenía derecho, a lo cual contesté que no lo
haría jamás, que estaba muy arrepentido por lo que habíamos hecho y persistiría en lograr el
perdón.
Muchas veces me decía, he faltado y pecado contra mi hacedor, debo ir y pedirle perdón ya que
conocía su inmenso amor y la magnanimidad con que EL nos trataba, pero mi remordimiento,
pena y temor al posible rechazo, y por vergüenza con mi madre y mis hermanos no tomaba esa
acción.
EL CASTIGO
Un día cuando Lux-El con palabras desafiantes, blasfemias y ultrajes para desafiar el poder de
EL, se le apareció mi hermano Jex-El, quien lo llamó, no por su antiguo nombre, sino por el de
Lux-Bael (hijo del mal) le dijo; mi padre, por tú traición, rebelión, desobediencia y gran osadía,
te maldice, se arrepiente de haberte creado y por lo tanto te convertirás, de ahora en adelante, en
lo que te rebajaste, en un animal, por el cual, al verte, te avergonzaras por toda la eternidad, y por
tú gran pecado, tú, y tus descendientes, serán malditos y en el reino que elegiste vivirás
eternamente y no podrás alcanzar jamas el reino de mi Padre.
De inmediato mi hermano, hace 600.000 años, entró y pasó a formar parte de una de las criaturas
que vivían en el sitio mas alejado de toda la creación, en un diminuto planeta ubicado al borde la
Vía Láctea, en el más insignificante y pequeño sistema planetario de esa constelación, donde ÉL,
hacia muchos millones de años había implantado un laboratorio de vida material, siguiendo un
plan preconcebido de combinación, atracción física y afinidad química de átomos de carbono e
hidrógeno, principales constituyentes de la atmósfera y la corteza terrestre de ese lugar.
A través de muchas mutaciones y extinciones, de prueba y error, la vida se consolido como tal.
Después la selección natural, la evolución y adaptación de las diferentes especies al medio
establecido permitieron el desarrollo de las más aptas, para sobrevivir en las condiciones
fisicoquímicas cambiantes del ambiente de ese planeta.
Por azar y, para desgracia de los dos, una de las criaturas más avanzadas en adaptación, llamada
simio, fue el que recibió el espíritu de mi hermano. Así la nueva condición de Lux-El fue la de
entrar a formar parte de un ser de facciones muy rudimentarias que caminaba sobre sus cuatro
extremidades, con la cabeza agachada casi rozando el suelo para conseguir su sustento.
Desde la zona de aislamiento en la que me encontraba podía divisar y darme cuenta de todos los
acontecimientos. Ante esta situación me horroricé y sentí un infinito pesar y dolor, gran angustia,

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miedo y desazón al ver a mi antes hermoso y bello hermano en su nueva condición y, obviamente
hacer las comparaciones que irremediablemente tenia que hacer.
El sector o franja donde yo me encontraba era una mezcla del reino del bien y del mal donde, sin
embargo, predominaba más el espíritu que la materia. Allí había todas las sensaciones: dolor,
ansiedad, frio, calor, temor, angustia y paz al mismo tiempo y lo que es peor, el terrible peso de
tener siempre presentes las escenas que antecedieron a mi destierro del paraíso y las terribles
palabras con que fui expulsado.
De repente un día, oí detrás de mí un gran tropel y bullicio y al voltear vi a muchos de los que
componían las legiones que yo antiguamente comandaba y pense que venían a mi rescate o a
castigarme por mi gran pecado.
Al acercarse el grupo, se adelanto Al-Efer quien tenia la mas alta dignidad; al preguntarle cual era
su misión, contestó que ellos fueron enviados en nuestra búsqueda y al traspasar los límites, se
sintieron arrastrados por una extraordinaria fuerza que los traslado a un salón muy grande donde
se realizaba un gran festín, del cual, habían tomado parte, al no poder resistir las extrañas fuerzas
que los impulsaban y también nos unimos al desenfreno total. Al poco tiempo de estar en el
jolgorio, las cosas repentinamente cambiaron, presenciando las atrocidades más grandes. Bajo
una nube de olor nauseabundo desesperados corrimos hacía la puerta para salir del salón. La
salida estaba resguardada por monstruos descomunales que devoraban todas las criaturas que
trataban de escapar. Muchos de mis compañeros fueron víctimas de estas bestias, los pocos que
estamos acá, pudimos escapar. Ellos que no sabían donde se encontraban, ahora estaban
calmados, al ver que yo me encontraba allí.
Así pasamos mucho tiempo y entre lamentaciones y penas no podíamos apartar la vista de lo que
sucedía tanto en el reino de Sat-An, así como la desgracia de nuestro hermano Lux-El.
LA ENCARNACION
Tan pronto como Lux-bael entró en el cuerpo del animal, comenzó a retorcerse y desesperarse
sin encontrar ningún sosiego, pues para mayor desgracia y tormento, él Lux-bael era consciente
de todo lo que le estaba sucediendo. Por ésta razón, se aisló completamente de sus semejantes y
así pasando el tiempo, vagando entre tumbos, gritos, lamentos y bramidos empezó, al pasar de los
siglos, poco a poco a erguirse y caminar apoyado en las extremidades inferiores.
Parte terrible de nuestro castigo, era el tener que presenciar, sin poder evitarlo, la metamorfosis
de mi hermano y la penosa adaptación a su nueva condición. Sobre todo él, quien era una criatura
tan bella y ahora, el ser horripilante en que se había convertido.
Una vez, él, sediento, se dirigió a un pozo de agua y al recoger con el cuenco de sus manos el
liquido cristalino, vio su rostro reflejado en el, de inmediato miro a su alrededor para ver que
horrorosa creatura estaba detrás y, dándose cuenta de que no había nadie se percato de su nueva
condición e, irrumpió en bramidos y gritos de desesperación. Fue tanta su desazón y desespero
que estrellaba su cara contra los árboles para tratar de borrar su horrorosa expresión. Después de
vagar golpeándose contra todo, cayó al suelo privado del conocimiento, lugar de donde mas tarde
fue recogido por sus semejantes y llevado a un lugar donde fue curado de sus heridas.

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Permaneció así sin comer ni beber por varios días hasta que al fin dominado por el hambre,
aceptó y compartió con asco el alimento que le llevaban sus compañeros.
Ya resignado y aclopado a su nuevo estado, debido a la gran lujuria que lo invadía y desesperaba,
se apareaba constantemente con todas las hembras. Esto generaba grandes discordias, disputas y
peleas en la manada, pues él no era el macho dominante. Pero Luz-Bael, con su inteligencia y
fortaleza, los dominó imponiendo poco a poco su voluntad dentro del clan.
El primer parto de una de sus compañeras fue de una aterradora y desgarradora escena, mientras
la madre protegía a su hijo recién nacido contra su pecho, él se lo arrebató y al ver su fealdad lo
despedazo entre sus manos y lo devoró. Que tremendo castigo a su vanidad y orgullo, pues él era
consciente de sus actos y de que ésta criatura era su propio hijo, pero no pudo evitar la
repugnancia y asco que le producía ver sus facciones.
El castigo más terrible para él era la propia consciencia de su nueva condición, podía darse cuenta
de todo lo que sucedía y que acontecía a su alrededor. Pensaba, pero no podía expresar sus ideas,
ya que estaba preso y enclaustrado dentro de un cuerpo extraño para él. Al pretender comunicarse
con sus congéneres la configuración de su garganta le permitía únicamente emitir algunos
sonidos guturales iguales a los de sus semejantes, así que tuvo que empezar por comprender,
primero su función y estructura corporal, a aprender y utilizar el sistema de comunicación de sus
hermanos, a quienes por su fealdad odiaba. Después, pacientemente y durante varios siglos
comenzó a practicar la expresión de cada sonido, para cotejarlo de acuerdo con sus ideas, y así
con los limitados sonidos permitidos por su garganta, crear sílabas, efectuando acciones
simultaneas con sus manos y brazos para hacerse entender y así, poco a poco, juntando sílabas,
crear palabras, repertirlas continuamente junto con su expresión corporal para poder ser
comprendido.
Daba grandes caminatas, observando con detenimiento todo lo que le rodeaba para familiarizarse
con los elementos de su entorno y comprender la función que ellos desempeñaban, dándole
nombre a cada uno de ellos y a las diferentes especies de animales que veía. Enseñanzas que
trasmitía a su prole diariamente, con el arte de la representación pictórica de animales y
situaciones cotidianas en las paredes de las cuevas.
La primera acción de independencia del grupo de los simios, fué aislarse con sus hijos y sus
hembras, llevándolos a un refugio seguro para él y los suyos en una cueva natural la que les
permitió refugiarse y resguardarse de las tormentas y de los enormes depredadores que
merodeaban, atacaban y arrebataban sus hembras y crías, día y noche.
Con el tiempo y la observación de los elementos les enseño el poder del fuego, que recogió de las
llamas generadas por un rayo en el tronco de un árbol, lo llevo a su cueva y les enseñó a utilizarlo
como medio de iluminación, ahuyentar las fieras, ablandar sus alimentos y generar calor durante
las épocas frías y lluviosas. También les enseño a encender el fuego por medio del roce fuerte y
continuo de dos maderas. Este nuevo conocimiento les permitió tener iluminación continua,
calefacción, sin depender del fuego de las tormentas. Con estos nuevos conocimientos formó una
comunidad con los suyos, completamente aislada de sus hermanos los simios, dando así los
primeros pasos para el inicio de la nueva raza, el ser humano.

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EL HOMO SAPIENS
Por su condición de inteligencia, expresión oral y liderazgo, Aatum que fue el nombre que Lux-
Bael se dió, era el jefe natural del grupo. Con el tiempo, les iba enseñando a comunicarse por
medio de sonidos y símbolos. Los adiestró en la caza de animales, la fabricación de herramientas
y armas, puliendo elementos de hueso y sílice.
Así con el uso de estos nuevos instrumentos y la aplicación de su inteligencia, pasaron de ser
únicamente recolectores, a la caza de animales mayores, lo que les proveía de carne para su
sustento y pieles para cubrir y proteger su cuerpo. Con la recolección de plantas y frutos y las
proteínas obtenidas de la carne animal, obtenían lo necesario para alimentarse adecuadamente,
haciendo posible el rápido crecimiento poblaciónal.
El insaciable apareamiento de Aatum con las hembras fue acrecentando su descendencia quienes
con sus nuevos genes adquirían una nueva programación de herencia espiritual. Sus nuevos hijos,
asimismo, se iban apareando entre sí y a medida que pasaba el tiempo, se iban multiplicando,
aislando y diferenciado, por adaptación a los medios, luego por competencia por los alimentos, se
diseminaban y dispersaban por todo el territorio cercano.
El sitio donde sucedió la encarnación de Luz-Bael. fué en un lugar del centro del continente
Africano en el poblado de Nakasetwa, hoy Nakasongola, cerca del Lago Kyoga al Norte de la
ciudad de Kampala en la República de Uganda, desde este punto se dió inicio y se irradió nuestra
raza humana, el “homo sapiens sapiens”. Precisamente en esta zona, debido al gran impacto de
un asteroide sucedido 70 millones de años atrás, motivaron la inclinación del eje de la tierra con
respecto a la eclíptica solar cambiando su clima en este lugar a condiciones polares.
Para el momento de la llegada de mi hermano a la tierra y ya con el eje de la tierra ahora en un
angulo del eje de 23°, por las nuevas condiciones climáticas imperantes, esta región tenía un
clima templado regido por el lento, continuo y paulatino enderezamiento del eje de la tierra.
Por razones de competencia espacio y disponibilidad de los recursos, debido al cambiante clima,
empezó el desplazamiento y posterior aislamiento de los nuevos grupos. Por los diferentes cruces
y aumento de la población dieron lugar a guerras, persecuciones, algunos de estos grupos se
quedaron en este sitio y otros se dirigieron hacia el Norte siguiendo las aguas del río Nilo, otros
hacia el Oeste siguiendo el río Congo y otras hacia el Sur, desplazamientos que dieron lugar a la
conformación de varias de las diferentes razas y grupos que hoy conforma la población humana
del planeta.
Por la mezcla, en donde en una misma criatura coexistían la materia y el espíritu, la fealdad y la
belleza, figura hasta el momento no planeada, fruto del enorme enojo del Creador, y de la
consciencia de simismos, comenzó el conflicto interior en los recientes humínidos, la lucha entre
estas dos fuerzas, era el mayor peso del castigo por la rebelión y la traición, que deberían llevar y
tratar de equilibrar estos nuevos seres, a lo largo de toda su existencia y descendencia.

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Con su inteligencia y la necesidad de sobrevivir, se adaptaron fácilmente a los diferentes medios,
con la ayuda de la palabra y la nueva posición erguida los hacia diferentes de sus hermanos y de
los demás animales, permitió que cada uno de sus miembros se especializara y se modificara,
adquiriendo cada día que pasaba, mayores habilidades para adaptarse a su medio, desarrollando
destrezas en los diferentes quehaceres y de esta manera tener predominio sobre las otras especies.
Con estas nuevas condiciones, iban multiplicándose cada vez más, modificando por su
especialización y mutaciones sus rasgos iniciales. Al principio estos nuevos seres eran nómades,
pues para abastecer a todos sus miembros no podían permanecer por mucho tiempo en el mismo
lugar, en razón de que los alimentos que les proporcionaba la vegetación y la fauna del sitio, se
agotaban muy pronto obligándolos a dirigirse constantemente a nuevos lugares.
Estos nuevos seres que se comunicaban con la palabra, después de varios miles de años,
empezaron a vivir de la tierra cultivándola, creando cerca a sus tierras de labor asentamientos
bastante numerosos.
En estos lugares por la limitación de los recursos y la gran multitud que conformaban las nuevas
comunidades, siempre faltaban los alimentos lo que degeneraba en disputas, en guerras y
matanzas para poder sobrevivir.
Desde nuestra posición nos permitía seguir constantemente la evolución y comportamientos de
los nuevos seres, que por ser mezcla de dioses y demonios los hacia impredecibles. A veces eran
buenos y a veces malos, en tal grado como quisieran ser. Y así continuaron por muchos miles de
años.
Sin lugar ni condición, nosotros, seguíamos divagando por las inconmensurables galaxias,
sintiendo cada vez más el dolor de nuestra pérdida en un eterno arrepentimiento. Pero siempre
pendientes del destino y hazañas de mi hermano.
Con lo relatado anteriormente se explica el porque los paleontólogos y arqueólogos no podrán
encontrar jamas el eslabón perdido, pues el paso mutante fue mas espiritual que físico, donde los
genes de los simios recibieron de repente un nuevo genoma con un diferente código de
comportamiento, dejando únicamente como evidencia material de esto, un cambio morfogenético
repentino en su estructura corporal por el hecho de iniciar su caminar erguidos. Así, la
encarnación en los simios, confirma el porqué de la afinidad fisicoquímica, comprobada
científicamente, que existe entre los simios y el hombre con los cuales compartimos mas del
99.6% de los genes activos, y de lo que nos ha hecho diferente de ellos, el habla y la
espiritualidad.
LA PREHISTORIA
Como se dejo expuesto en el Capítulo anterior la desmedida proliferación de estas nuevas
criaturas, su ferocidad, la limitación de los abastecimientos y la nueva condición de
individualismo de los nuevos seres, desencadenaban continuas diputas territoriales que
terminaban en cruentas y periódicas guerras entre las diferentes y vecinas tribus. Esto obligo a
varias familias a abandonar sus tierras, en busca de nuevas áreas de asentamiento.

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Luz-Bael junto con varios de sus más allegados, construyeron balsas y resolvieron embarcarse y
empezar a descender por el río Nilo. El primer y gran tropiezo fue al llegar a las primeras
cataratas del río, pues al no tener noción de ellas, varios de los que iban a la vanguardia
sucumbieron. Este primer tropiezo nos los amedrento y continuaron, una vez salvado el escollo,
río abajo en su aventura. En cada lugar que ocupaban en la ribera del río permanecían por varios
siglos donde erigían sus casas y templos para adorar a Satán, su nuevo señor, en vista del odio
que Lux-Bael sentía hacia su creador por haberlo rebajado a su nueva condición.
Con el transcurrir de los años, iban construyendo sus moradas de tipo permanente cerca a los
campos de cultivos en los fértiles valles de los ríos, después, por sobre poblamiento dejaban parte
de sus descendientes en estos lugares y continuaban con sus mujeres río abajo estableciendo de
esta forma varios asentamientos a lo largo del río. Este proceder de Lux-Bael, era producto de la
desazón y búsqueda de alguna salida de su entorno y de su propio yo.
Después de haber transcurrido más de cincuenta mil años desde la partida del lugar de origen, en
un lugar del Nilo medio hoy llamado Malakal, durante una guerra por disputa territorial, murió
mi hermano Lux-bael. Tan pronto como el alma abandono su cuerpo, se dirigió hacía el reino de
Satán donde él mismo lo recibió llevándolo de inmediato a su morada.
Mi hermano, ya liberado de su odiado cuerpo, en el viaje hacia su nuevo lugar paso junto a
nosotros invitándonos a unirnos para habitar en el imperio del Mal, organizarnos y según sus
palabras, volver y obligar por la fuerza a que Él, le entregara el reino que él tenia derecho a
reclamar como suyo.
Con gran pesar de verlo en las condiciones en que se encontraba, le contesté, en razón a que
nuestro padre aun no me había sometido a tan tremendo castigo de la encarnación a que él fue
sometido, que todo el tiempo pasado desde la expulsión del reino lo único que yo pensaba era
lograr el perdón y para tal efecto había pedido, en varias oportunidades que tuve de hablar con
Jex-El, que intercediera por nosotros para lograr su perdón.
Ante lo dicho, Lux-bael me respondió que después de la denigración a que fue sometido
habiéndolo transformado en un despreciable animal, jamás le pediría perdón y que era El quien
por su actitud debería pedirle perdón y si no lo hacía, él junto con las huestes del reino de Sat-An,
irían a derrocarlo y cobrarse la afrenta a que fue sometido. Con este dialogo desapareció y solo
pasado mucho tiempo lo volví a ver.
Por muchos siglos continúe con la observación y seguimiento de los nuevos seres, que a medida
que pasaba el tiempo, se iban multiplicando cada vez más y con asombrosa rapidez, iban
cambiando sus facciones y adaptándose a los diferentes medios del planeta.
En los principios, estas hordas de costumbres poligámicas, eran compuestas por multitud de
familias o grupos conformados por un jefe o líder que tenía a su cargo varias hembras. Estos jefes
para evitar la competencia, cuando los hijos machos crecían, una vez terminaban de ser
amamantados por sus madres, se les alejaba; luego de algún tiempo estos machos ya adultos,
regresaban a las aldeas, raptaban las hembras y erigían su nuevo clan familiar. De esta manera
cada uno de los asentamientos formados, con el tiempo se iba trasformando en grandes urbes que

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rivalizaban entre sí. Cada una de ellas, contaban con sus respectivos reyes que eran los
primogénitos, sucesores machos en línea directa de los primeros reyes dejados por mi hermano.
Obviamente en muchas de estas ciudades no prevaleció esta condición de sucesión debido, en
primer lugar, a las intrigas y envidias de los sacerdotes, de los demás hermanos y descendientes
del rey los que se creían con igual derecho a gobernar, y en la mayoría de las veces, terminaba
con la muerte del rey y la imposición de su ejecutor como nuevo soberano.
Fue así como pasados muchos siglos después de la muerte de Aatum, las colonias dejadas por él,
a lo largo del río Nilo y las del río Congo, se iban multiplicando y creciendo tornándose en
verdaderas y populosas agrupaciones.
LA SEGUNDA REBELION
Pero volvamos a nuestra historia. Pasados algunos 70.000 años de su regreso de la tierra, vi por
segunda vez a mi hermano al frente de miríadas de sus antiguos compañeros, engalanados con
uniformes guerreros muy vistosos y con millones de carros propulsados por fuego. Se contactó
conmigo, diciéndome que me uniera a él junto con mis compañeros, pues regresaba a la tierra
para ocupar el trono que le tenían preparado sus hijos, reino que le correspondía, que era de su
propiedad y estaría bajo sus dominios, en razón a que sus habitantes era descendientes directos
suyos y en él erigiría su reino, para luego de cimentarlo, regresar con mas poder para reclamar el
reino total que tenía El.
Después de mi negativa a unirme con él y ante mi insistencia para que en lugar de seguir
rebelándose contra nuestro Padre, buscara su perdón, me lleno de agravios, diciendo que merecía
mi aislamiento y soledad y, llamándome estúpido y cobarde, se dirigió con sus huestes hacía el
planeta tierra.
Cuando junto con sus acompañantes fue a entrar en la tierra, encontró que ahora por pertenecer
ellos una dimensión diferente a los humanos, les era imposible su materialización. Así, al tratar
de intentarlo por mucho tiempo sin resultados positivos, regresó de nuevo a su lugar.
Después de algún tiempo, se me presentó Jex-El diciéndome que a pesar del gran enojo y
desilusión que El tenia de mi y de Luz-El, y en razón a mi negativa constante a seguir a mi
hermano, por el sincero arrepentimiento y paciencia por mí demostrada, El pronto me daría una
nueva oportunidad para regresar a su reino, pero antes debía aceptar bajo mi propia voluntad, la
expiación de mi gran culpa y pecado de desobediencia y traición, pasando, como requisito para la
purificación, por la encarnación y posterior muerte en la tierra, rebajándome también a la
condición animal, y de esta manera demostrar un verdadero arrepentimiento y mi aceptación del
castigo merecido y un total acatamiento a la voluntad de nuestro Padre.
De inmediato le conteste que le dijera a mi Padre que recibía con gusto su imposición para la
expiación de mi culpa y que estaría dispuesto para asumir la nueva condición cuando El lo
dispusiera.
Infortunadamente esto no se podía realizar de inmediato sino hasta cumplir un determinado
tiempo de permanencia en mi dimensión, tiempo que había sido fijado en 500 mil años y para
cumplirlo en su totalidad debería esperar primero, para que todos mis compañeros tuvieran la

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misma oportunidad de expiar, mediante la encarnación, el castigo determinando. Por lo tanto,
debería esperar en mi condición de líder, hasta que terminara toda la encarnación y expiación de
ellos. Aceptando la voluntad de mi Padre me dispuse a cumplir con resignación el merecido
castigo, alabando todos los días a mi Señor por su gran misericordia.
Mi función era escrudiñar y estar atento a lo que ocurriera en la tierra, pero sin poder intervenir
de ninguna forma en los acontecimientos que se iban presentando. Esto indudablemente era parte
de mi castigo.
El problema y mi grán desasosiego, consistía en que para cumplir con esta labor, obviamente para
seguir lo sucedido en la tierra, tenia que entrar en su dimensión y ya se podrán imaginar lo que es
presenciar y seguir los acontecimientos por espacio demás de 500.000 años, antes de iniciar mi
peregrinaje de expiación.
Pero continuemos con la historia. Como el espíritu de Luz-Bael, había entrado repentinamente a
formar parte integral de una creación material, por la encarnación en el simio, era natural que
para adaptarse a esta nueva condición, en razón a que esta criatura no estaba preparada para
adoptarla, tenia que producirse primeramente, una adaptación mental y material gradual en el
tiempo, como fue narrado anteriormente. Además esta acomodación y lenta adaptación era parte
del castigo impuesto a Lux-Bael.
Cuando chocó la espiritualidad, con el elemento material, aún no completamente evolucionado,
cada una de estas fuerzas trataba de imponerse creando unos conflictos de personalidad
inimaginables. Por ésto el espíritu de Lux-Bael, al tratar de imponerse sobre lo netamente
material, le producía los ataques de locura y demencia que padeció por muchos siglos, hasta que
paulatinamente, se dió inicio a una simbiosis que permitió, pasado el tiempo, que el espíritu de
Lux-bael se impusiera en algunos aspectos sobre lo material.
Es así como mucho de la maldad, los instintos y la ferocidad animal que aun perduran en nuestra
condición, fueran atenuados y disminuidos en parte por esa espiritualidad.
Cuando al pasar el tiempo y observando que por estar en otra dimensión, Sat-An no podía ejercer
ningún poder material para ayudarlo acá en la tierra, Lux-bael, dio inicio a las ceremonias y ritos
para obtener la aceptación y merecimiento, para que una vez terminado su castigo pudiera
regresar y ser tenido en cuenta en el reino de Sat-An.
El conflicto interno dentro de Lux-bael continuaba y se acrecentaba, en razón a que él sabia que
era una creación de El y que éste, era el origen de su espiritualidad, condición que no quería
reconocer y que permanentemente rechazaba. Su rebeldía permanente hacia El, era originada
principalmente por el castigo injusto, según él, que se le había impuesto. Lux-bael fue el único
ser sobre la tierra verdaderamente consciente del castigo por su pecado. Por tal razón, el odio a su
creador era cada vez mayor.
Alimentado con este odio, ofrecía permanentemente ritos de adoración a Sat-An con sacrificios
humanos, para vengarse de su condición y reafirmar su incondicionalidad, para que juntos
pudieran, una vez él regresara, derrotar al reino de Él.

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El porqué del poco tiempo tan solo 50.000 años de permanencia de Lux-Bael acá en la tierra, se
debió a que era necesario eliminarlo de este medio y enviarlo al reino de Sat-An que él pedía y al
que quería pertenecer, además, este era el lugar más adecuado, para pagar por siempre su culpa,
por la rebeldía, con la aplicación del máximo castigo posible.
Como era natural, los compañeros de aventura, traición y rebeldía de Lux-bael, debían también
recibir el castigo de la encarnación acá en la tierra y además, serían materializados y engendrados
como hijos de él. Ya una vez encarnado el último de los rebeldes, condición que se terminó en el
año 50.000 AC, se dio inicio a una nueva época como se narrará a continuación.
Ya muerto Aa-tum, y por la permanente intervención de Jex-El, por su gran amor hacia sus
hermanos caídos en desgracia y el permanente seguimiento y vigilancia, mediante la cual tenía la
oportunidad de observar detalladamente el comportamiento de los nuevos seres vio que en
algunos de ellos, se vislumbraban algunos signos de espiritualidad, él podría, de continuar esta
conducta tener en un futuro la posibilidad de que, implorando la infinita misericordia y
sometiéndose únicamente a la voluntad de Él, conseguir el perdón.
A través del tiempo, la lucha entre lo material y lo espiritual proseguía y se acentuaba. El espíritu
divino dentro de los hombres iba predominando, a pesar de la tradición impuesta por Aaatum a
sus descendientes directos, de adorar y ofrecerle todos los deleites que su condición material les
permitía.
Así, los sacrificios humanos, la soberbia, la codicia, la avaricia, la altivez, el egoísmo, la envidia,
las guerras, la embriaguez, las matanzas, los raptos, las violaciones, el sodomismo, la posesión,
los abortos, los infanticidios, la antropofagia, el canibalismo, la idolatría, la lujuria etc., eran
aceptadas como la doctrina dejada por Aaatum. Sin embargo, el espíritu divino se seguía
imponiendo, de esta forma se empezaron a crear grupos que se reunían a escondidas de las
autoridades, para meditar, pensar y concluir que debía existir otra fuerza contraria diferente a la
material y que les impulsaba a obrar en contra de lo que hasta ahora había sido enseñado e
impuesto. Esto trajo, como era natural, numerosas persecuciones, represalias y asesinatos de los
integrantes de aquellos grupos.
Hasta este momento, los seres que desencarnaban o morían, fueron conducidos casi en su
totalidad al reino de Sat-An, los que mostraron alguna espiritualidad, eran temporalmente
enviados a otra dimensión cerca de la nuestra, donde deberían esperar un juicio final, para recibir
de acuerdo a su comportamiento individual el premio o el castigo merecido.
Una vez muerto y desaparecido Aaatum de la faz de la tierra, y vistas las crecientes tendencias de
espiritualidad de algunos de sus descendientes, nuevamente por intercesión de Jex-El y la gran
misericordia de Él, se abría la posibilidad de lograr el perdón y, como vía de experimento, se nos
otorgo a los mortales la individualidad tanto material como espiritual para separar
comportamientos, poder ser responsables y recibir cada quien el perdón solicitado, ó el castigo
correspondiente. Por tal motivo ningún ser racional desde ese mismo momento, ha sido igual a
otro, estableciéndose para cada uno, dentro del programa genético de la especie “homo sapiens,
sapiens”, una programación individual.

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Sin embargo esta programación no era rígida, estaba condicionada al libre albedrío, es decir, que
cada individuo podía hacer lo que quisiera, así con esto, se respetaba la libre decisión que tomó
al quererse separar de el reino de Él, y que él, Lux-Bael como mayor culpable, continuaría siendo
el principal y responsable solidario, por el comportamiento que indujera en cada uno de sus
descendientes.
Como ejemplo, ayuda e ilustración y para tener la opción de escoger entre el bien y el mal,
periódicamente se iban enviando algunos seres de nuestra dimensión, que arrepentidos se
ofrecían voluntariamente para encarnar y expiar rápidamente su culpa, asumiendo todas las
consecuencias que esta acción pudiera acarrear. Desafortunadamente la mayoría de ellos al llegar
a la tierra y empezar su trabajo, eran pronto encarcelados y asesinados, pero sus enseñanzas que
finalmente era lo que se pretendía, quedaban. Sin embargo varios de ellos se adaptaron y con su
desenfreno siguieron las doctrinas de Sat-An.
EL ASTEROIDE
Volamos a retomar nuestra narración.
Como ya se relato, por el cataclismo causado por el impacto de un asteroide, hace unos setenta
millones de años, a finales del periodo Cretásico, la tierra cambió la inclinación de su eje con
respecto al Ecuador solar. Este descomunal impacto ocasionó la extinción de la gran mayoría de
especies animales que se habían desarrollado y que vivían por ese entonces sobre la tierra, tales
como Dinosaurios, Pterosaurios, ect., quedando únicamente algunas especies marinas, algunos
anfibios e insectos terrestres y pequeños mamíferos que no requerían del oxigeno para vivir. La
atmósfera, por la gran explosión, se llenó de vapor de agua y polvo que hizo imposible la
respiración de los seres dependían directamente de ella y, la penetración de la luz solar por varias
décadas lo que originó una mini glaciación.
También en remotas épocas anteriores, en el precámbrico y a finales del período pérmico habían
sucedido otros grandes impactos similares, causados por asteroides que destruyeron más del 75%
de la vida existente.
Una de estas primeras colisiones, de forma tangencial, fue la que cerceno una parte de la tierra
dejando una enorme depresión, donde, las aguas que cubrían la casi totalidad del planeta se
concentraron formando un Panocéano. Asimismo, la porción arrancada a la tierra, por efecto de la
gravedad terrestre, se sostuvo en órbita, constituyéndose en un satélite, la Luna.
Después del último impacto la tierra estuvo convulsionada por más de 15 millones de años, ésta
colisión originó una constante variación de su eje y por ser también su impacto tangencial, se
imprimió mayor velocidad de rotación a la tierra que causó por varios siglos terremotos, vientos
huracanados, maremotos y grandes cataclismos. El caos producido se puede evidenciar en el día
de hoy en los plegamientos, discordancias, y tectónica registrados en los estratos rocosos de esta
época y en las siguientes. Esta situación caótica con el pasar de los siglos empezó poco a poco a
estabilizarse y es en este período en que tuvo lugar la primera encarnación, hace 600.000 años, la
tierra se encontraba relativamente estable con un leve cabeceo que cumplía su rotación cada
100.000 años, con una imperceptible tendencia a ir acercándose nuevamente a la verticalidad de
su eje, es decir, volver a la perpendicularidad con respecto al ecuador solar.
Con el paso de varios millones de años, el eje la tierra seguía estabilizándose. La nueva
inclinación derivada del impacto, introdujo en la tierra el movimiento de Nutación o Cabeceo,

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que hoy se cumple en una rotación cíclica de un periodo de 25.868 años, tiempo que tarda el
movimiento de rotación de su eje. Por la variación de la posición del eje de la tierra con respecto
al plano solar, se introdujeron las estaciones climáticas, y el clima del planeta. Desde ese
entonces, ha venido cambiando constantemente de acuerdo con la posición relativa de este eje
con respecto a la eclíptica. Por esta razón, a partir del último impacto, la posición de los
casquetes polares ha sido itinerante, originando las sucesivas glaciaciones. La posición del eje de
la tierra ha venido cambiando cíclicamente a través del tiempo hasta ocupar el sitio que hoy
mantiene apuntando en dirección hacia la estrella Polar.
Así, desde la primera glaciación del periodo cuaternario, hace 820.000 años, hasta la última
glaciación, que fué hace 10.000 años, vinieron ocurriendo numerosas migraciones de las especies
y poblaciones hacia el Sur y de regreso hacia el Norte, de acuerdo con el avance o retroceso de
los glaciares. Este fenómeno cambiante del clima, hacia que la fauna, siguiendo la exuberante
flora tropical, se desplazara de acuerdo con el clima. Estos movimientos de poblaciones, eran
efectuados, buscando junto con sus rebaños, las nuevas pasturas y tierras fértiles en los valles de
los grandes ríos, dejadas por las periódicas inundaciones. Muchas de estas inundaciones de gran
magnitud causadas por los deshielos, ocasionaron que la mayoría de las ciudades y monumentos
establecidos en sus valles fueran arrasados y sepultados por sedimentos. Así mismo, debido a
drásticos cambios cíclicos de climas húmedos a climas desérticos y al activo vulcanismo, muchas
ciudades continentales, antes florecientes, fueron sepultadas por regresiones marítimas, por
terremotos, sedimentos hídricos o eólicos o por erupciones volcánicas. Varios de estos
asentamientos, ahora en los tiempos contemporáneos han sido descubiertos. Muchas de estas
ciudades con el paso del tiempo, como se ha comprobado en excavaciones recientes, fueron
reedificadas varias veces sobre las ruinas de antiguas fundaciones.
ESPIRITU Y MATERIA
Como Jex-El, por las distintas y repetidas manifestaciones de espiritualidad que se estaban dando
por parte de los mortales, había logrado convencer a El que apoyara esa tendencia, permitiendo
su mayor incremento a través de encarnaciones con espíritus elevados, para obtener un mejor
crecimiento de la espiritualidad y conseguir la posibilidad en un futuro de lograr el perdón por su
pecado. Él en su inmensa misericordia permitió que varios espíritus de su reino, aceptaran
voluntariamente y se encarnaran directamente en la tierra, tomando por esposas muchas de las
hijas descendientes de Lux-Bel.
Fue así como se dió un salto en las formas antropomórficas, quienes pasaron de tener estaturas de
menos de metro y medio, a llegar con los nuevos seres engendrados, a ser unos gigantes con
estaturas hasta de 3 metros y vivir por mas de mil años. En esta mutación, los nuevos seres
cambiaron las facciones antropoides, hacia figuras más armoniosas y parecidas a las de hoy, que
al irse cruzando con las existentes dieron origen a las diferentes formas actuales.
Con la aparición de estos nuevos seres, quienes fueron engendrados directamente de los Elohim,
fueron dotados por el directo origen divino de una inteligencia y conocimientos extremos, que
originaron numerosos y continuos cambios y mutaciones dando lugar a las distintas razas.
Posteriormente por afinidad de color y comportamientos, se iban diseminando por toda la ribera
del río Nilo. Fueron los descendientes de éllos, los que posteriormente construyeran las pirámides
y la totalidad de las obras colosales que en la actualidad admiramos.

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Como se explicó anteriormente, por el rápido crecimiento de las poblaciones, la limitación de los
pastos, los constantes roces entre familias y el color de la piel, la población de raza negra que era
la original, por el temor a ser esclavizados, fue alejándose de los nuevos seres.
Poco a poco la nueva raza, con el pasar de los tiempos, se olvidó de su misión y valiéndose de su
condición superior, persiguió a los de raza negra a los que dominaron, los tomaron como
esclavos, redujeron y obligaron a efectuar las labores pesadas y oficios domésticos, mientras que
los de raza mas clara, eran escogidos para las actividades administrativas y para la guerra. Por tal
motivo los negros, huyendo de esta situación, se replegaron; algunas tribus se dirigieron al Oeste,
otras hacia el Sur, quedando en la zona, marginal del río Nilo, la mayoría de la raza nueva. Fué
así como desde ese entonces, nació la separación de las razas y la esclavitud de la raza negra.
A cada uno de estos grandes asentamientos, seguían llegando esporádicamente espíritus guías,
que iban trazando nuevas conductas y acercamientos al creador.
Las tradiciones religiosas dejadas por Aatum, continuaban con la adoración de tantos dioses
como asentamientos había y a ellos se les dedicaban ritos y ceremonias cada día mas crueles y
con sofisticados rituales; siendo el más común el sacrificio de niños y niñas, como tradición,
ofrendas que se hacían tanto para calmar tragedias, como por agradecimiento de victorias de
guerreros y, para efectuar peticiones de buenas cosechas. Todas estas ceremonias terminaban en
grandes bacanales y derramamiento de sangre, habida cuenta de las grandes libaciones del vino,
que se obtenía del cultivo y la fermentación de la uva.
LA RUTA DEL NILO
Pero, movámonos y regresemos nuevamente hacia el Nilo y sigamos a un grupo conformado por
algunos de los hijos de los gigantes. Este grupo estaba conformado por varias familias integradas
por numerosos hijos e hijas. El jefe del grupo era Tot, dotado de gran inteligencia, quien en ese
entonces contaba con ciento cincuenta años de edad, de una estatura de dos metros noventa y
cinco centímetros, de tez morena, sus cabellos blancos y muy largos, tenia como esposa a
Míramis, mujer de dos metros con ochenta centímetros también morena, de cabellos muy rubios.
En el tiempo de su emigración, tenían 22 hijos; 14 hombres y 8 mujeres, el mayor de los hijos Te-
Tot, contaba con 14 años y la menor Te-Miramis, de 5 meses de nacida.
Tot quién por razón de escasez de los pastos y la continua migración de la fauna silvestre,
presionada por el rápido clima cambiante del lugar y las constantes luchas con sus vecinos,
pronto resolvió viajar junto con su pueblo y aventurarse, Nilo abajo, en búsqueda de un sitio
donde pudieran establecerse.
Fué así como en el año 300.000 a.C., construyeron grandes balsas, en las cuales, donde junto con
sus mujeres, hijos, esclavos y sus rebaños se embarcaron, como siglos antes lo habían hecho sus
antepasados, río abajo.
Transcurridos varios días de navegación y más allá de los últimos asentamientos dejados por los
descendientes de Aatum, divisaron, en un gran recodo del río, en la confluencia de un gran río,

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una extensa llanura baja con numerosos pastos y exuberante vegetación. Desembarcaron en la
orilla de un altozano que bordeaban los dos ríos, iniciando de inmediato el traslado de sus hijos y
pertenencias a donde podrían, sin peligro, construir un asentamiento.
Este lugar hoy llamado Jartum (Al-Khartum) capital de Sudán, situado en la confluencia del Nilo
Blanco y el Nilo Azul, fue el sitio donde por primera vez, se erigió la verdadera primera ciudad.
En este lugar, una parte de los esclavos traídos, la mayoría de raza negra, huyeron hacia el
desierto de Nubia para asentarse en lo que es hoy Etiopía dando orígenes al imperio Nubio. La
siguiente ciudad fundada por Tot, fue la de Abu Simbel hoy prácticamente inundada por el Lago
Nasser.
Después de la muerte de Tot, por aventura, razones de espacio y competencia, dejando como rey
a Te-Tot, muchas de estas familias continuaron río abajo, hasta alcanzar algunas de ellas, a llegar
y radicarse en lo que hoy es Europa.
De la raza original de gigantes quedaron únicamente en las riberas del río sus colosales obras.
Los paleontólogos no podrán encontrar ninguna osamenta como evidencia de su existencia,
principalmente por el hecho que estos nuevos seres practicaban la cremación de sus cadáveres y
sus cenizas eran esparcidas por el aire, o los colocaban en balsas que soltaban río abajo, en
segundo lugar por la continua mezcla con los antiguos habitantes de las riberas del río, que poco
a poco, iba mermando su estatura y, por último por que la mayoría de estos gigantes continuaron
viajando río abajo, como se relatará posteriormente, cruzaron el Mediterráneo y se internaron en
lo que hoy es Europa.
Fue así como otro de los caudillos Al-mein, descendiente de Te-Tot resolvió junto con toda su
familia embarcarse río abajo para fundar la tercera ciudad, Tebas, donde hoy reposa la ciudad de
Luxor. Lo mismo que en las anteriores ciudades, por el crecimiento de la población y la mayor
demanda de alimentos, al cabo de varios siglos se agotaron los pastos y las tierras de cultivo, por
esta razón, otras familias al mando de Al-Tmein se aventuraron de nuevo río abajo. Estableciendo
varias ciudades a lo largo del recorrido en las que se iban quedando algunas familias. Finalmente
él, con el resto de su pueblo se asentó a orillas del río Nilo en la base del abanico fluvial, y en un
lugar hoy sumergido, se construyo la ciudad de Al-Teumon , terminal de todas las operaciones
fluviales del río Nilo y posterior conexión con las vías marítimas del mar Mediterráneo. Esta
ciudad estuvo ubicada a más o menos 100 kilómetros al Norte, de donde muchos siglos después,
fué erigida la ciudad de Gizeh, hoy Ciudad del Cairo.
Desde la fecha del primer éxodo originado por Tot, hasta el asentamiento fundado por Al-Tmein,
ya habían transcurrido más de 200.000 años. Como ciudad terminal esta ciudad comenzó un
desarrollo impresionante pues era donde confluía todo el intercambio del río y dio base para la
fundación, muchos siglos después, de grandes imperios.
Con el paso de los siglos, el intercambio por el río se iba incrementando erigiéndose numerosas
ciudades a todo lo largo del río Nilo desde sus nacimientos hasta su desembocadura.
Por esta fecha año 125.000 ac, durante un periodo interglacial, tiempo muy parecido al actual, el
desarrollo de las poblaciones fundadas al rededor de las islas del mar Mediterráneo, estrechos e
Istmos que conectaban los dos continentes fue impresionante, ya que el descenso del mar les

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había proporcionado, en los ricos suelos de las islas y en los deltas dejados por los ríos, grandes
extensiones de tierra de una inmensa riqueza, que les permitió alcanzar a los pobladores de estas
zonas, descendientes de Tot, que se desarrollaran fabulosas ciudades donde abundaban
majestosos templos y monumentos colosales, como el Coloso de Rodas y la construcción de la
Torre de Babel con la que pretendían llegar al cielo.
Por la prodigiosa inteligencia, conocimientos y la gran sabiduría de este pueblo, alcanzaron
grandes progresos, con el desarrollo de nuevas ciencias como la escritura, la física y las
matemáticas, les permitió la construcción de grandes construcciones, la astronomía les facilitó la
navegación de altura y la agricultura, con la introducción y aplicación de nuevas técnicas de riego
y avenamiento, hicieron mucho más productivas estas fértiles tierras.
Fue a esta civilización, a la que Platón se refirió en sus escritos sobre las narraciones que Solón,
con base en la historia que un sacerdote egipcio, contó sobre la tradición de una muy antigua
civilización llamada Atlántida, la que también dió fundamento para cimentar las bases de la
democracia Ateniense.
Aprovechando por ese entonces, la continuidad de terreno por varios estrechos e istmos que
conectaban a Africa con Europa, se realizaron varias migraciones de población hacia el
continente del Norte, población que ya no regresaría, al encontrarse, pasado varios miles de años,
que estos antiguos estrechos formados por el descenso del nivel del mar por donde habían
cruzado, habían desaparecido. Esto los obligó a permanecer en este nuevo continente sin ningún
tipo de mezcla, una inmensa mayoría de ellos fue diezmada durante una de la más extensa y
cruenta glaciación que llegó a cubrir parte del Sur de Francia y el Norte de Italia.
Asimismo, por ese entonces, varias familias de esta antigua civilización continuaron su avance y
siguiendo la costa cruzaron por estrechos el mar Rojo. Varias de estas familias se asentaron en la
península Arábiga y otras continuaron bordeando las costas, hasta llegar a la India y cruzar al
continente Australiano.
En la siguiente época interglacial, entre los períodos glaciares de Gunz y Mindel, se presentó un
súbito e inesperado cambio climático en el planeta debido a la elevada temperatura de la tierra,
causada por gigantescas erupciones volcánicas, gran concentración de dióxido de carbono, las
continuas emanaciones de gas metano producido por la descomposición de la materia orgánica
sepultada el los mares, aceleraron el deshielo de los casquetes polares. Sumado a todo lo anterior,
una gran pluviosidad, hizo subir rápidamente el nivel de los mares, que al rebasar los diques de
tierra que comunicaban los continentes Africano, Europeo y Asiático, se rompieron provocando
una súbita riada, que arrasó en su totalidad las poblaciones asentadas en las tierras bajas
ocupadas. Con este fenómeno inesperado, se presentaron simultáneamente grandes periodos con
numerosas y copiosas lluvias torrenciales que contribuyeron a arrasar completamente todos los
asentamientos y las grandes urbes ubicadas en los terrenos ocupados de la bajamar.
Prácticamente en este período, fué exterminado más del 95% de la población existente en el
planeta, debido a que las mayores concentraciones de población se hallaban ubicadas en istmos,
islas y alrededores del mar mediterráneo. Este período es citado en la Biblia como el diluvio
Universal.

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Muchas de las poblaciones cazadoras nómadas, sin mezcla, descendientes de Tot, que habían
entrado antiguamente al continente Europeo, siguiendo las bandadas de renos, llegaron y se
asentaron en lo que hoy es Holanda y Alemania. Algunas de estas familias, que no se pudieron
adaptar a las nuevas condiciones climáticas, regresaron hacia el Sur empujadas por los hielos en
busca de tierras más cálidas y se asentaron en estos parajes. En cambio las familias que se
adaptaron al medio, permanecieron en esas latitudes en razón a su preparación para soportar las
bajas temperaturas. Estas poblaciones adaptadas al medio glacial fueron las que posteriormente,
muchos miles de años después encontraron las nuevas migraciones que avanzaron hacia el Norte
y ocuparon Europa y a las que posteriormente por los hallazgos de numerosas evidencias,
utensilios y pinturas rupestres, fueron llamados con el nombre de Cro-magon, por la región del
Dordoña al Suroriente de Francia.
FLORECIMIENTO DE LAS CIVLIZACIONES
Con la necesidad de intercambio de mercancías y alimentos entre los diferentes asentamientos
ribereños del Nilo, se fué incrementando, cada vez más, el transporte fluvial, así la nueva
civilización Mediterránea o Atlántida, construyó numerosos bajeles. Con la introducción del uso
de la vela y la brújula, los conocimientos de navegación, podían viajar con sus mercancías y
materias primas a grandes distancias. Se aventuraron a ir más allá de las columnas de Hércules y
a efectuar navegaciones costeras, circundando todo el mar Mediterráneo, hasta alcanzar y poblar
toda la costa de Fenicia, pasando por Grecia e Italia a lo que es hoy España.
En la costa de Fenicia fundaron la ciudad de Biblos, que fué el sitio inicial de irradiación para el
desplazamiento de numerosas familias para poblar la zona de Mesopotamia, el Norte, centro y
Sur de Asia y Oceanía.
Estas migraciones se sucedían cíclicamente cada vez que ocurrían los deshielos, durante los
cuales las poblaciones avanzaban cada vez más hacia el Norte, durante las glaciaciones se
desplazaban nuevamente hacia el Sur, fenómeno que se alternaba aproximadamente cada 15.000
años.
Una gran migración ocurría en el año 50.000 a.C., desde los asentamientos a lo largo del
Mediterráneo, especialmente de Babilonia, en razón al buen clima imperante en el Norte, a las
buenas pasturas, los extensos bosques del interior del continente con abundante fauna, hicieron
que estos emigrantes establecieran numerosas colonias de población en lo que hoy es Europa y
Norte del Asia. En esta zona permanecieron por unos 15.000 años hasta que una nueva glaciación
los empujó hacia el Sur, obligando a su desplazamiento nuevamente hacia la costa y al Sur del
continente Asiático, logrando, por las condiciones de retroceso en los mares, que varias familias,
como se dijo anteriormente, se aventuraran y llegaran hasta lo que hoy es Australia.
Fue así por el retroceso de la última glaciación, período interglaciar, varios pueblos se
desplazaron nuevamente al Norte, se asentaron en esta región, poblando el Asia septentrional, de
allí, varias tribus, siguiendo la exuberante fauna continuaron su migración hacia el Nororiente,
logrando pasar por el estrecho de Bering que unía, en ese entonces, Asia con las Américas. Estas
tribus jamás regresaron, pues con la siguiente glaciación, fueron empujadas cada vez más hacia el
Sur, hasta alcanzar la región más meridional del continente Americano

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En la región europea y del oriente medio, estos cíclicos desplazamientos de hordas empujadas
hacia el Sur por las glaciaciones, eran causantes de muchas guerras que hacían que las ciudades
anteriormente asentadas en estos parajes fueran protegidas de los invasores del Norte, con
grandes fortificaciones como castillos, fosos y murallas.
Los grandes asentamientos y ciudades que iban dejando los nuevos colonizadores eran regidos
por una sola persona, la cual era reconocida por su pueblo como de origen divino hijo del dios
principal de turno. En este tiempo seguía en muchas partes la adoración a Sat-An, también
llamado Belt-sebú y Baal. Aunque también eran adorados muchos dioses secundarios para los
que sus sacerdotes exigían muchos tributos, sacrificios y ofrendas periódicas.
LA HISTORIA ANTIGUA.
Pasado varios miles de años, e inmediatamente después de transcurrida la última glaciación,
como había sido en el pasado de las anteriores glaciaciones, el planeta presentaba casi el mismo
clima de hoy, encontrando de esta forma, la mayoría de las poblaciones, áreas muy benignas e
ideales para reiniciar nuevamente su desarrollo.
De esta manera, fué como renacieron en los fértiles valles de los ríos Nilo, Tigris y Eufrates los
imperios de Nubia, Egipto y Mesopotamia, el imperio Hindú en los valles de Indo, Ganges y
Brahmaputra y en el río Yangtzé el imperio Chino, cunas de la moderna civilización.
REPOBLAMIENTO
Unos cinco mil años después de la última glaciación, yo fui encargado por Jex-El para organizar
el orden y cumplimiento de las últimas encarnaciones de mis compañeros, llevar el control y la
asignación de ubicación para los que regresaban, luego de haber cumplido su periplo por la tierra.
Un día encontrándome en mis cavilaciones, preguntándome el porqué de el atroz castigo
impuesto a la rebeldía y traición de Lux-El, que hubiese pasado y que hubiere hecho yo, si fuesen
mis hijos amados los que me traicionaran, cual habría sido mi reacción y el castigo que les habría
impuesto, entonces, fué cuando me di cuenta del inmenso amor de mi creador hacia sus hijos,
pues sencillamente yo los hubiese exterminado de inmediato, sin ninguna contemplación, y sin
posibilidad alguna de perdón. Estando en estas meditaciones llegó Jex-El y me dijo que por mi
obediencia y acatamiento a la voluntad de nuestro padre, EL me rebajaba el tiempo de mi castigo
en 50.000 años, así por lo tanto, me quedaban solamente 4.500 años para cumplir con mi ya
anhelado paso por la tierra.
Obviamente, ésto me alegró sobre manera y en razón a ello, debía organizar rápidamente el
masivo envío de todos los restantes compañeros que ansiosos estaban por pasar lo más pronto
posible por esta dura prueba. Fué así como a partir de entonces se incrementaron los nacimientos
y en pocos años se duplicó la población de la tierra. Con el aumento de la población, el libre
albedrío con que cada uno de ellos actuaba y el libertinaje que los sacerdotes de los innumerables
dioses permitían, se instauro nuevamente el canibalismo, se intensificó el desenfreno, la
corrupción, el libertinaje, la sodomía y la idolatría, se aumentaron las diferencias sociales,
condenando a la miseria a la mayoría de la población. Todo esto, hacía imposible contener la
ambición y orgullo de varios lideres, que para obtener y acrecentar su poder y dominio,
subyugaron a muchas regiones y poblaciones, tomando como trofeo en las continuas, numerosas

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y absurdas incursiones guerreras a muchos prisioneros, que si no eran pasados por las armas, eran
convertidos en esclavos y sus mujeres tomadas para su servicio y diversión.
En vista de la situación creada, y en razón que ahora el tiempo que se había otorgado al genero
humano se estaba agotando y por el desenfreno y desafuero que estaban presentando los
humanos, EL se desanimó y le dijo a Jex-El que de inmediato y sin más contemplaciones
procedería a exterminar toda la raza humana. Pero, nuevamente por la intersección de Jex-El, a
manera de escarnio y advertencia, únicamente se destruyeron con fuego, varias de las ciudades
más populosas y corruptas de ese entonces: Sodoma, Gomorra y otras más.
En vista de la determinación tomada y al no haber obtenido resultados positivos con la
destrucción de sus ciudades, como último recurso, Jex-El, en razón a que a él le habían otorgado
el poder de derrotar a Sat-An y para no dejar caer a ninguno de sus hermanos en desgracia, le
pidió a su padre que lo dejara pasar por la tierra y encarnase, para que él mismo con sus
enseñanzas y ejemplo pudiera rescatarlos a todos.
Lo pedido por Jex-El, fué tomado por EL como una propuesta absurda, pues el era su hijo amado,
por lo tanto, no era justo que cargara con el castigo impuesto por la traición de sus hermanos.
EL MONOTEISMO
Retomando nuestra historia del Nilo, unos 3.000 años a.C, uno de estos nuevos espíritus
encarnados fue el Faraón Amenofis IV, quien instauró el culto hacia Atón, en el símbolo del Sol,
como el único dios verdadero. De aquí en adelante, se empezó en este imperio a adorar a este
dios como el único creador y benefactor de todo Egipto y a los faraones como legítimos
descendientes de él.
En Egipto, este culto a Atón no duró muchos años, pues las intrigas y conjuras de los sacerdotes
de los antiguos dioses, no permitieron la continuación de esta nueva creencia, exterminaron al
faraón y a su esposa Nefertiti, destruyendo todo lo que representaba a quien se había hecho
llamar Aken-Aton, es decir hijo del sol, símbolo que representaba a su dios.
Mientras los siglos pasaban, en las ciudades imperios erigidos se implantaban toda clase de
creencias, pero siempre adorando al dios que representaba las enseñanzas dejadas por Lux-Bael.
En el imperio de Mesopotamia, en el año 2.000 a.C. un Rey llamado Hammurabi, en vista de los
grandes desenfrenos de su pueblo y con el fin de implantar nuevos comportamientos, promulgó el
primer código sobre los deberes y comportamiento humano.
Posteriormente, un hombre llamado Abraham, oriundo de Ur de Caldea, promulgó la Fe en un
solo dios verdadero, asignándole también, el ser el creador y benefactor de toda la humanidad.
Al ser atacado y perseguido por las autoridades del imperio por sus enseñanzas, Abraham tuvo
que huir hacia el Medio Oriente, donde junto con su familia y rebaños se instaló en la región de
Canaán, tierra que siglos más tarde, se transformó en el reino de Isra-El, que quiere decir el
pueblo de los hijos de Dios, a quién Abraham había dedicado su pueblo. Posteriormente mil
cuatrocientos años a.C., debido a una hambruna en el Medio Oriente la mayoría de los habitantes

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de Hebron, tuvieron que acudir a Egipto en busca de alimentos, allí muchos de ellos, fueron
capturados y hechos esclavos por parte del Faraón.
También, unos miles de años antes, en el imperio Hindú, se había instaurado el culto a Brahman
“como el absoluto, el Dios que llena todo, fundamento del universo”.
Con este cambio radical en la forma de pensar de los humanos, reconociendo que había un ser
superior a quien debía adorársele como único Dios, Jex-El continuó con la persuasión, para que
por su inmenso amor EL cambiará su actitud en el sentido de conceder a los humanos la
posibilidad de conseguir el perdón por la traición y rebeldía de Lux-Bael y sus huestes, y que
fuera reconocido ÉL como el único Dios supremo, a quien se le debía toda obediencia y
acatamiento, aceptando el castigo merecido de la traición y separación de su reino con el paso por
la encarnación.
Fue así como también en el año 1.300 a.C., durante el reinado del Faraón Ramsés II, se envió a
Egipto un ser espiritual que se llamó Moisés, hijo de esclavos hebreos, para que fuera el
conductor, guía del pueblo y fundador de Israel, para que regresara a la tierra prometida con el
pueblo cautivo, que por ese tiempo, llevaba más de cuatrocientos años sometidos a la esclavitud
en Egipto.
Moisés fue el encargado de liberar de la esclavitud al pueblo hebreo. Contando con la ayuda de
Jex-El, lo sacó de Egipto y lo condujo a través del desierto de Sinaí hasta la tierra de Canaán
tierra dada por EL a sus mayores. Moisés en vista de la disipación e idolatría de su pueblo
durante la travesía, subió al monte de Sinaí a pedir ayuda para introducir orden y fué allí donde le
fueron entregadas las tablas de la Ley ó Decálogo como guía para conseguir el perdón concedido.
La travesía por el desierto tuvo una duración de cuarenta años, tiempo que fue dado por Dios
como castigo a su pueblo por falta de fe, desobediencia e idolatría.
A esta tierra prometida, nunca pudo llegar Moisés en castigo por su falta al dudar el
cumplimiento de las promesas y de los mandatos dados por Dios en las primeras dificultadas
encontradas en su misión.
Sin embargo, Jex-El continuaba insistiendo ante su padre en el perdón para sus hermanos. Al ver
Dios el inmenso amor y decisión que demostraba para lograr el perdón, que llegaba hasta el punto
de pedir rebajarse a la condición de humano y conocidas por el todas sus consecuencias y cargar
con un castigo de que él no era merecedor, EL decidió con gran dolor otorgarle el permiso
solicitado.
EL REDENTOR
Dios por su inmenso amor hacía su hijo y con su inmensa capacidad de perdón, al ver a la
humanidad en inminente peligro de perdición, permitió como último intento de salvar sus hijos
rebeldes, que su hijo amado Jex-El, para expiación del pecado originado por la rebelión y traición
de Lux-Bael y de sus conmilitantes, pasara a la condición humana y de esta forma dar por
terminado el capítulo de la rebelión y culminar su obra acá en la tierra.

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Fué así que en el año cero de nuestra era, se encarnó en Belén de Judea, Jesús, el hijo de Dios,
única y última posibilidad de salvación del genero humano, quien con su ejemplo y enseñanzas
nos indicaría el camino del perdón y de la salvación.
Fue Jesús un hombre común y corriente que vivió y sintió en carne propia, el peso del pecado
cometido por sus hermanos, en la pobreza, el desplazamiento, la discriminación, la envidia, la
persecución, el odio, la traición, la crueldad, el dolor y, la soledad. Padeció y aceptó, por amor
hacía nosotros y sin protestar, las calumnias, los vejámenes, la burla, la pasión y la muerte más
cruel ignominiosa e injusta, y de una forma paradójica, pues era el único ser exento del pecado
original. Su corta vida y sus enseñanzas quedaron en los evangelios, donde con lujo de detalles y
de una manera sencilla y clara señaló con su ejemplo y prédicas, el sendero a seguir, dejándonos
la clave para conseguir nuestra salvación, el Amor, esencia del creador, y, con su muerte, el total
cumplimiento, acato y sumisión a la voluntad del Supremo Hacedor.
Por este deicidio, cometido por su mismo pueblo, la raza de Judea no encontrara nunca la Paz, ni
el perdón, hasta que su pueblo reconozca a Jesús como su única fuente de salvación.
EL DECALOGO
Desafortunadamente, muy pocos creyeron en él y se volvieron a las andanzas anteriores y con
más furor se dedicaron a ofender e incumplir los mandamientos dejados por el mismo Dios, quien
en el desierto en el monte de Sinaí, hace más de 4.000 años, dijo: “ÚNICAMENTE TENDRÁS
UN SOLO DIOS”, y, se crearon muchos dioses y, entre ellos el más falso y nefasto, el dios
dinero; se dijo, “NO UTILIZARAS MI NOMBRE EN VANO”, y al amparo de su nombre se
cometen las más grandes injusticias, poniéndolo a Él como testigo. “ACUÉRDATE DE
SANTIFICAR EL SÁBADO” y, por la ambición y el afán de poseer, no se respeto el descanso
exigido para su adoración. “RESPETA A TU PADRE Y A TÚ MADRE” y, éllos no son
respetados y reconocidos como tales. “NO MATARÁS” y, se continuó con odio, y sevicia,
cometiendo abortos, crímenes y, se matan entre hermanos. “NO FORNICARÁS” y, la
infidelidad, las violaciones, las aberraciones sexuales, la homosexualidad y el lesbianismo fueron
aceptados. “NO CODICIARÁS LA MUJER DEL PRÓJIMO” y, se constituyo como el principal
trofeo. “NO ROBARÁS” y la corrupción, la codicia, la avaricia, la ambición y el robo, quitan a
los pobres el pan de cada día. “NO DARÁS FALSO TESTIMONIO CONTRA TU PRÓJIMO”
y, se usa como el arma más eficaz para acabar con la honra del hermano, y, por último, “NO
CODICIARÁS LA CASA DE TÚ PRÓJIMO” y con la usura y ambición desmesurada, se
dejaron sin techo a nuestros hermanos.
Así, pasados más de cuarenta siglos, se siguió como antes, cometiendo la misma desobediencia y
rebelión contra estos mandamientos divinos. A pesar de que todos estos mandamientos fueron
recordados y reafirmados por Jesús y compendiados en un mandamiento principal; “Amarás a
Dios y al prójimo como a ti mismo”, se continuó con las guerras fratricidas, las injusticias, y con
ambición desenfrenada, se somete con la más cruel inequidad a nuestros hermanos. Y con una
insania brutal por el único deseo de poseer de algunos pocos y afán de desarrollo, hemos
prácticamente acabado con el entorno natural, del cual dependemos.
Ahora, viendo el panorama actual a través de mi humanidad me pregunto, ¿que más se puede
esperar? Se otorgo todo lo que se pidió, se dieron todas las oportunidades, se entregó al hijo
amado, ¿que más ahora se puede pedir? Lo único que queda es que se cumpla la voluntad de Dios

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